25N, día contra la violencia obstétrica

 

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He sido víctima de la violencia obstétrica, por desgracia, como muchas mamás y bebés. Algunas no llegan a ser conscientes de haberla sufrido, otras se sienten mal después de su parto y se lo cargan a las espaldas, la mayoría desconocen que es la violencia obstétrica. Algun@s dicen que no es violencia, otras que exageramos, otr@s que no es violencia de género.

Si no es violencia dar un trato inhumano a una mujer en momentos de vulnerabilidad como el embarazo, parto o una revisión ginecológica, ¿que es? La violencia no solamente es física. Si ha tenido la fortuna de no sufrirla en tu vida, me alegra, pero no la niegues, no la invisibilices. 

Si  no es violencia de género, ¿porque solamente nos afecta a nosotras? Si, existen también actos de violencia en otras especialidades, pero se dan indistintamente en hombres y mujeres. En cuanto a salud reproductiva, por ser nosotras las únicas implicadas estamos ante un problema con discriminación de género. 

La violencia de género se ejerce por hombres y mujeres, y lo es en el momento en el que un sector amplio de la población tiene mayor probabilidad de sufrirla por el simple hecho de ser de un determinado género. A un hombre no le cortan el periné sin consentimiento, ni le pueden humillar porque le duele una contracción.

El trato paternalista y discriminatorio que se ejerce sobre la mujer, demasiado a menudo, vulnera nuestros derechos, pero también los de los bebés. Si, ellos son de ambos géneros, pero debemos tener en cuenta que los recién nacidos son totalmente dependientes de su madre, es su hábitat. Si la maltratan a ella, afectará directamente al bebé.

La violencia obstétrica abarca un extensísimo número de prácticas tanto en el plano físico, como el emocional. Desde no informar debidamente, hasta realizar una maniobra peligrosa y no consentida. La mayoría de veces pasamos por alto estos actos por ser considerados de menor relevancia o por no tener un efecto visible en nuestro cuerpo, pero no por eso son aceptables.

Cuántas veces una embarazada ha salido llorando de su cita de control porque le han «echado bronca» (por haber engordado «demasiado», por ejemplo). Cuántas parturientas han sentido invadida su privacidad, o han sentido miedo porque nadie les explicaba que ocurría con su bebé. Cuantas mujeres hemos salido de la consulta ginecológica sin habernos sentido escuchadas, e incluso nos han ninguneado por ir «solamente porque te duele la regla».

Eso por no hablar de temas obvios como: episiotomias brutales y muchas veces sin consentimiento, infecciones con grandes riesgos por mala praxis, bebés lesionados e incluso fallecidos, mamás con costillas rotas por presionar su abdomen, problemas sexuales o de incontinencia por un parto instrumentalizado o excesivamente intervenido, cesáreas innecesarias, moratones, cicatrices, privación de alimentos y bebidas, inmovilización, separación del cónyugue y del bebé sin justificación, amenazas de que si no haces X pones en peligro a tu bebé, ocultación de información, administración de medicinas sin previo consentimiento, coacción para acelerar el trabajo de parto…

En mi caso particular, me tocó vivir un parto no respetado, con el agravante de que debía dar a luz a mi hijo ya fallecido. Esa situación tan dolorosa no hizo que me tratasen mejor, con tacto, como merece todo ser humano. Por suerte no tengo secuelas físicas, pero las emocionales son profundas.

Mi ginecólogo fue especialmente desagradable, ni siquiera nos comunicó directamente que nuestro hijo no vivía, se limitó a comentarlo con un compañero. Ni siquiera nos miró a la cara, no hubo un: «lo siento». No nos dieron tiempo para asimilar la noticia, ni se nos dio una explicación. Se limitó a decirme que lo tendría que parir, y se fue.

No me dejaban moverme, ni permitieron ir al baño cuando lo necesité, me pusieron un cacharro para que hiciese de vientre, estirada en la camilla, rodeada de gente. No me permitieron beber ni comer nada, a pesar de estar mareada, en ayunas, y no querer epidural. No me informaron de ninguna de las medicaciones que me administraban por la vía. No me explicaron como sería el proceso, ni me pidieron consentimiento para romper la bolsa, o introducir manos y objetos en mi vagina, aún gritando que no lo hiciesen.

Aceleraron el proceso, aunque mi trabajo de parto evolucionaba rápido, mediante coacción y intervenciones innecesarias. Traccionaron el cordón para extraer la placenta, bajo amenazas de llevarme a quirófano si no la sacaba pronto. No nos dejaron tiempo ni intimidad para despedirnos de nuestro hijo… No nos ofrecieron apoyo, ni una palabra amable ante tal desgracia.

Tampoco respondieron a nuestras dudas cuando tuvimos los resultados de la necropsia de nuestro hijo. Ni siquiera me hicieron una revisión postparto, y tuve que ir por mi cuenta a mi médico de cabecera para tratarme una infección que ellos sabían que tenía, y no me comunicaron.

Me sentí violada, humillada, ninguneada, y maltratada.

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Si como yo lo has vivido, o simplemente empatizas con lo que siente una víctima de la violencia obstétrica, hoy es un buen día para manifestar tu apoyo. Hay múltiples maneras, como ponerse una foto de perfil con el mensaje (como la de abajo que está en varios idiomas, por ejemplo), compartir información y mensajes al respecto, usar los hastags (#25N, #roserev, #endabuse, #yanonoscallaran, #StopObstetricViolence, #unarosaporti) en twitter, e incluso puedes dejar una rosa, una nota, un escrito en tu hospital denunciando la violencia obstétrica, y compartirlo en las redes sociales.

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Mas información sobre violencia obstétrica, parto respetado y eventos en:

http://www.rosesrevolution.com/#!events/suvsx

http://pujaviolenciaobstetrica.tumblr.com/

http://www.jesusaricoy.com/

http://lucarrerases.wix.com/25nproject

https://www.donallum.org/tag/violencia-obstetrica/

https://www.elpartoesnuestro.es/blog/2014/11/28/como-definir-la-violencia-obstetrica-avances-y-desafios-en-ecuador

 

Si te ha gustado lo que has leído, no dudes en compartir, comentar, darle a me gusta y seguir mi blog! Gracias por leerme 🙂

Abrazos mamíferos ❤

 

 

 

 

 

 

2 comentarios en “25N, día contra la violencia obstétrica

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