Semana 13, tengo un bebé independiente!!

Aunque no se con que frecuencia podré publicarlos, voy  ir haciendo posts con los logros más significativos de la/s semanas y algunas cosas que nos pasan, para que no se nos olviden sus momentazos. Durante la semana 13, Biel ha hecho algunos descubrimientos importantes, como tocar sus propios pies 😀

Ya os comenté que había aprendido a decir la G hace un par de semanas, y después del exitazo del «NGUÉ», el GGGG pasó a ser su sonido preferido. Pues ahora hace sus pinitos con la P, lo que se traduce en una pedorreta con chirimiri de babas de regalo 😀 Y va intercalando: GGG, OOOH, PFFF, EH!, GGGG, AAAI, UHUH!… Algunos los transcribo con exclamación porque literalmente los grita cual pastorcillo, sobre todo después de estornudar o hacer cacota con mucho esfuerzo.

Otra monada que hace nuestro hijo, esto desde siempre, es reciclar las regurgitaciones… Tal como llegan a su boca, se las vuelve a tragar, que eso de tirar la comida está muy mal y nos ha salido muy ecologista como su madre. Pues bien, ahora ha combinado la G con la regurgitación y le salen unas gárgaras la mar de graciosas xD Usa su vómito de colutorio y le hace una gracia el sonido que emite!! Espero que no le de por combinarlo con la P…

Algo que hace desde las primeras semanas, es hacer un ruido agudo, como si se ahogase (de hecho es el mismo que hace cuando se atraganta con la leche) para llamar mi atención (humor negro…). Ahora lo ha combinado con poner cara de loco: ojos muy abiertos, boca apretada, muy serio, y l barbilla pegada al pecho, marcando papada. Todo eso, mientras que estira los brazos. Eso significa: mami ven a mi!! Cuando lo hace y me acerco se ríe y me abraza con los brazos acercándome a él, adorable!!!

Las sonrisas y risotadas son lo mejor, y las regala a destajo, es más majo!! Ahora se transforman ya en carcajadas acompañadas de gritos de loker y se hace muy contagioso… Sobre todo cuando me acerco a él, le hago cosquillas, le doy besos o le digo tonterías, se nos mea de la risa el tío!

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Como os he ido contando, le dan venazos de independencia, algunos días, o ratos largos en que se queda a su rollo. Mirando a la nada, jugando con sus muñequitos colgados de la manta de juegos, hablando con cualquier cosa, rascando el sofá… Se entretiene, y puedo hacer cosas!!! Incluso, ha llegado en un par de ocasiones a dormirse solo: deja la teta, se gira y se queda mirando a la nada hasta que se duerme. Conmigo al lado, claro, pero es un logro que no tenga que estar amorrado a la teta o en movimiento para relajarse 🙂

Creo que esos ratos que se pasa tan a gusto se deben a que tiene mejor rango de visión, y que comprende mucho mejor lo que pasa a su alrededor, y sabe que estoy siempre cerca, entonces confía. Se pasa largos ratos observándolo todo, al detalle, ve perfectamente a distancias medias. Si estando un poco lejos (hasta dos o tres metros) le sonrío, me devuelve la sonrisa. Ahora cuando tiene hambre, deja de llorar si ve que me saco la teta, aunque todavía no le tenga en brazos, sabe lo que sucederá después de eso. Ahora, cuando ve la teta, cambia el llanto por un HE, HE, HE nervioso, abriendo la boca y con las manos estiradas, listas para agarrar mi pecho en cuanto me acerque.

Hay muchos días en que todo sale redondo, él está tranquilo, entretenido, no llora, no le da por hacer caca 3 veces seguidas cuando se cae de sueño… Y el día transcurre con normalidad: teta, juego, teta, se duerme, teta, juego, teta, se entretiene solo… Entonces, en esos intervalos en los que entre tetadas se entretiene o se duerme, su madre aprovecha para comer, hacer cosas en casa, cocinar, escribir un post… y voy ampliando el listado de tareas a medida que él está más sueltecito.

La manta de juegos ha sido un gran descubrimiento, yo no pensaba usar nada de este estilo, pero nos está siendo muy útil!!

Mirad que fotos más chulas le hizo su padre jugando:

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Una de mis «normas» era: nada hiperestimulante. Es decir, ni cosas colgantes de colores, ni con sonidos estridentes. Por eso, pensaba que este tipo de gimnasios para bebés no entrarían en casa por reunir esas condiciones, además de por la postura que toman en él. Pero una amiga nos dio el suyo y dije: bueno, vamos a probar ratos cortos, ya que no tiene ningún juguete ni se entretiene con nada…

El primer día que le pusimos pasó un par de minutos bien, tratando de alcanzar los muñecos, y después: llanto horribilis. Esperamos unos días, y lo mismo, no quería ni ver esos muñecos que volaban sobre su cabeza, los miraba como si no entendiese que p… gracia tiene que te miren desde ahí arriba esos animalitos de tela. Un par de semanas más tarde, empezó a tolerarlos 5 minutos, luego 10… Al principio dándolo todo, muy animado, pero siempre llegaba a un tope de saturación y se quedaba bastante hiperestimulado con el juego. Parece que se cansaba de moverse tanto y acababa llorando y mirándolos mal.

Ahora, hemos llegado al punto en que casi, tengo que sacarle yo del gimnasio porque se pasaría más de una hora. Por supuesto, ahora ya ha normalizado el juego, y en vez de ir a tope, se lo toma con más calma. Tiene sus momentos de darle caña a los muñecos con pies y manos, pero lo que más hace es cogerlos con ambas manos y observarlos detenidamente, moverlos, acariciarlos, hablarles… y va rodando para ir saludando a todos y verlos en distintos ángulos. Cuando se cansa de mirar para arriba, se gira y mira cualquier otra cosa tranquilamente. No se hasta cuanto durará esta etapa, a lo mejor la semana que viene ya le parece aburrido, no? Que experiencias habéis tenido vosotr@s con este tipo de parques de juegos?

No se cuando debo añadirle más «chicha» y ofrecerle más juguetes, creo que todavía es pronto, pero por otra parte le veo tan interesado en coger, tocar, llevarse a la boca y saber que son las cosas… Mi idea es prepararle una panera de tesoros con objetos de diferentes materiales, peso, tacto, sonidos… Pero creo que debemos esperar a que se siente solito, verdad? Y mientras tanto, no hay que ofrecerles nada? Yo le voy enseñando y le dejo coger las cosas por las que muestra interés, siempre que no sean peligrosas y con supervisión. Veo que necesita saber, muchas veces, llora y tira la cabeza hacia un lado porque quiere ver algo y no deja de llorar hasta que le acerco y lo toca. Es muy pequeño, pero comunica muy bien lo que quiere, y tiene mucho genio cuando no consigue alcanzar algo o no le entendemos.

Está muy fuerte, rueda con bastante soltura, se levanta boca abajo con los brazos y el cuello muy estirados y se tira boca arriba. Se impulsa con las piernas para avanzar, repta, usa las cosas de apoyo para moverse o me coge y hace fuerza o tira de mi para girarse… Y cuando hace esas cosas, se motiva mucho viendo que tiene muchas posibilidades para ver, tocar, alcanzar cosas y desplazarse. Es un bebé muy activo y nervioso, le va la caña, el jaleo, la gente, los movimientos… Tenemos que vigilar porque se activa demasiado si hacemos horarios distintos o estamos con gente, deja de dormir durante el día para estar pendiente de todo y acaba agotado. Creo que no tardará mucho en moverse, sentarse, y empezar a liarla…

La crisis de los tres meses tuvo un pico de locura, y ahora se va calmando poco a poco. Todavía está muy distraído y tiene ratos de tirar del pezón, parar y continuar, etc.. pero son ratos al día y es mucho más leve que los primeros días (bien!). A esta crisis, como hemos ido viendo, le han seguido un montón de cambios en el desarrollo de Biel, así que no hay mal que por bien no venga!

Con la lactancia, seguimos a pelo, sin pezoneras, como os he ido contando, no hay problemas, ni dolor, y ya apenas escucho chasquidos cuando mama. Con esto de no usar pezoneras, me he despertado ya varias veces que Biel se había enganchado solito a la teta sin despertarme. Como las tiene cerca y destapadas, él se sirve a modo de buffet libre y si no me he movido ni me despierta, se autogestiona solito! Dar teta y colechar son la combinación perfecta para descansar bien con un bebé aunque sea hiperdemandante como Biel 😀

Ayer, gracias a los avances de mi hijo, he conseguí un gran logro: ducharme estando sola con él! Aprovechando lo bien que nos está yendo el parque (cuánto te lo agradezco L.!), lo he trasladado al baño, y me he dado una ducha tranquilamente. Nos teníamos ambos a la vista, y le iba hablando. He temido tener que salir a media ducha como otras veces a consolarle, pero no. Hasta me ha dado tiempo de vestirme, peinarme, recoger el baño, y empezar a prepararme la comida tranquilamente. Poder ducharme es un gran hito, porque si tengo que esperar a hacerlo cuando llega Mamífero, me dan las mil y vamos de culo… A él le había dado el baño antes de ducharme yo,  así que otra cosa menos por hacer por la noche. Normalmente a esas horas Biel tiene mamitis y si desaparezco un rato, monta un pollo… Llega a las 8, y tenemos que sincronizar las duchas de ambos con las tetadas y cenar, por lo que en seguida se nos hace tarde, y Mamífero se cae de sueño porque se levanta a las 6 😦

Después, comí mientras le daba teta, a las 3, (una hora la mar de decente comparada con las de días anteriores) y durmió un poquito. Al despertarse, quería seguir jugando, así que le «aparqué» e hice la cena de hoy y de mañana, recogí la cocina y fregué los platos, barrí todo el piso y fregué la cocina, preparé la cafetera para hoy (que las mañanas las carga el diablo y como no me lo ponga fácil…), y hasta me dio tiempo a merendar después de todo!!… Como cunde el tiempo cuando tienes las manos libres para hacer las cosas, y cuando es sin portear ya, es otro nivel… Es como el entrenamiento de Goku con el caparazón de tortuga, cuando vas sin bebé encima, has ganado skill!!

Y hoy, también está siendo productivo!! Biel se ha despertado sobre las 12, y yo me he levantado y he desayunado tranquilamente. DESAYUNAR!! Eso no lo hacía desde que estaba embarazada!! Me he PEINADO y ARREGLADO como las personas normales, al despertarme por la mañana, en el baño, sin correr, sin un bebé llorando… Y como Biel seguía en la cama entretenido hablando con un cojín, he seguido recogiendo y doblando la ropa tendida, recogiendo la cocina, he barrido todo el piso… Si, hay que hacerlo cada día porque tenemos un parquet preciosísimo que recomiendo mucho para verlo de visita, pero no para vivirlo a diario… Es color marrón oscuro y brillante, así que cualquier cosa se ve a leguas, y habitamos 3 gatos, dos adultos peludos y un bebé babeante que va dejando lamparones :p

Bien, una de las veces que he ido a ver como estaba, se había quedado dormido solo!!! Así que, me he sentado a su lado a escribir, un lujazo!!! En días como este podríamos salir a pasear ya que tenemos todo hecho, lástima que estamos de tormentas y no tenemos paraguas (prefiero chaqueta impermeable, pero no tengo una para portear todavía). Después comeré e intentaré ducharme con él en el parque como ayer, deseadnos suerte 😀

Espero que sigamos en esta línea, porque la verdad, es que estos días están siendo una gozada…  Él se lo pasa muy bien, puedo comer y hacer cosas… la verdad es que en semanas como esta se me hace bastante fácil tener un hijo. Tenemos mucha suerte de que Biel esté tan sano porque cuando están malitos lo pasan muy mal…Tal como fueron los primeros meses con la lactancia, las primeras crisis, los dolores de barriga… y hasta ahora que ha estado más demandante, imaginaba que todo iba a ser cada vez más duro, pero es al revés, al menos por ahora… Parece que me lo imaginaba más complicado de lo que realmente esta siendo, o que al no tener por la mano las cosas, se me hacía un mundo. Ya veremos como me apaño cuando gatee, ande, y haga trastadas xD

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Abrazos mamíferos ❤

 

Sobre mi parto…

Se que muchos estáis esperando que escriba mi parto, Mamífero es el primero que me lo recuerda a menudo 😉

Si,tengo que hacerlo, quiero hacerlo. Fue el día más bonito de mi vida y merece una entrada, por lo menos. Lo que pasa es que tengo que dedicarle mucho tiempo y energía recabando datos, traduciendo tantas emociones a palabra escrita… Sacando de mi subconsciente desde los pequeños detalles, hasta lo más importante y significativo que se me ha olvidado. ¿Cómo puede ser? He olvidado detalles importantísimos de un día tan esperado!!!

Será que no estaba en plena consciencia, que eso para mi no pasó. Lo viví con tal intensidad que mi cerebro no pudo participar. Mamífero dice que cuando me preguntaban si quería cambiar de postura o algo, yo siempre decía: no se. Y no lo recuerdo, pero, claro, no sabía, no pensaba. Estaba en un trance similar al de la meditación en el que la mente va en piloto automático. La cabeza estaba lejos, yo era puro cuerpo.

Un parto sin epidural se vive desde otro plano, visceral, con la cabeza ida. Ese «planeta parto» del que tanto se habla, existe, y lo que pasa ahí, ahí se queda. No importa el dolor, no es tan grave.  No importan las horas, el tiempo es relativo. No importa si lloras o gritas, no eres consciente. No importan las caras de quienes te atienden, no las recuerdas. No importa si estabas atenta a lo que pasaba, estabas dónde debías, conectada con tu cuerpo y tu bebé.

Del parto de Aritz tengo grabados a fuego cada segundo, cada detalle, recuerdo el lugar al milímetro, cada contracción… Todavía puedo revivir el dolor emocional y físico, tal cual lo sentí entonces. Vivir algo tan duro genera un estrés postraumático que hace que los flashbacks y la ansiedad al recordarlo voluntariamente o no, te acompañen siempre. En cambio, del nacimiento tan feliz y respetado de su hermano puedo escribirlo en apenas un par de líneas.

Si le doy vueltas, recuerdo momentos, y puedo hilvanar los hechos para darle un sentido a mis divagaciones. Tengo que hacerlo con tiempo, calma, y ayuda de Mamífero. Él estuvo presente en todo momento, y puede recordar más cosas. A veces, hablando, le pregunto como fue tal cosa, o me da detalles e información que yo no sabía. Es extraño que otro recuerde mejor tu parto que tu misma! Por eso quiero escribirlo algún día, a todo lujo de detalles, para no acabar de olvidar esas horas tan mágicas 🙂

A líneas generales puedo deciros que:

  • El olor de un recién nacido, de TU cachorro es indescriptible y embriagador.
  • Cuando nace tu hijo no te crees lo que está pasando, es como si, de golpe, cayeses del planeta parto a la Tierra.
  • Fue un parto respetadísimo, me trataron con mucho cariño y profesionalidad aún en los momentos más críticos.
  • La dilatación fue maravillosa, agradable, íntima, fácil y bastante rápida… me sentí como en casa.
  • Mi hijo es un campeón, aguantó un expulsivo de 5 horas sin ningún tipo de sufrimiento, y una salida muy dura para él.
  • El dolor no fue insoportable, en serio, no le tengáis miedo. Recuerdo mucho más doloroso el parto de Aritz, simplemente, porque estaba aterrorizada.
  • Lo peor fueron el calor y la sed, es lo que más me desconcentraba y fue muy agobiante.
  • El agotamiento se disipa en el momento en que tienes a tu bebé en el pecho, es impresionante como el subidón hormonal ayuda en la recuperación.
  • Algo que todos me preguntan: Si, repetiría un parto natural sin epidural, sin duda. En ningún momento pensé en pedirla, no sentí que no pudiese con ello.

Comparto con vosotros una foto de la dilatación, estando de unos 7 centímetros. Ese rato lo recuerdo muy bien, y con mucho cariño. Con la luz ténue, y Mamífero (que no aparece porque estaba haciendo la foto) sentado detrás de mi. Solos los dos, hablando, riendo, comiendo, bebiendo… e imaginando que en pocas horas tendíamos a Biel e brazos. Estoy sentada en la pelota, colgada del fular (que bien me fue ese combo), y comiendo anacardos entre contracciones 🙂

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Quiero también, dejar constancia en el Hospital de Olot de lo bien tratada que me sentí, y felicitarles por la gran labor que hacen para adecuarse a las necesidades de las familias en los nacimientos. Fue clave la buena actitud de la matrona, que creyó en mi cada momento, animándome, acompañando, sin intervenir, respetando mi voluntad y explicándome amorosamente cada paso a dar. Me hicieron sentir muy capaz, fuerte, y adulta. Algo que por desgracia, no pasa en todos los nacimientos, en los que se ningunea e infantiliza a la mujer, dejándola en el plano de la niña que no sabe parir.

Pedí una hoja de aclamaciones el día que me dieron el alta, pero todavía no he podido rellenarla….  Intenté recordar los nombres de las mujeres que nos acompañaron en el nacimiento de Biel para mencionarlas, pero no los he podido retener 😛

Cambiar de hospital y escoger ese fue lo mejor que pude hacer, y repetiré,  en un próximo parto. El personal tanto de paritorio, como de la planta de maternidad son excelentes, están bien actualizados en cuanto a cuidados en el nacimiento y postparto, y la lactancia. Ojalá todos los centros y personal evolucionen en esta línea, que la violencia obstétrica termine, que nadie más tenga que sufrir la mala praxis y faltas de respeto en momentos tan delicados.

Espero tener tiempo pronto para compartir con vosotros el nacimiento de Biel, que fue muy emocionante y intenso. Con mi empoderamiento, mis falquezas, y el final más feliz.

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Abrazos mamíferos❤

Visita de los 3 meses con la enfermera

Visita de los tres meses con la enfermera superada!!

Biel, tal como os contaba y percibía, está creciendo mucho, y estamos contentísimos!!! Esa teta que parecía dar aguachirri, como os conté aquí, parece que le da todo lo necesario 😀

Por lo demás, está sanísimo, espabilado, y muy, muy fuerte, le ha dado faena a la enfermera para medirlo porque no se dejaba estirar las piernas. Mi hijo es un rebelde, y me encanta!! Ahora es cuando me decís que a ver si opino lo mismo cuando sea un adolescente… Pues si, me dará guerra, y preocupaciones, pero me gusta que tenga carácter y sea un pelín indomable 🙂

Os cuento la evolución en percentiles, algo que a mi no me gusta demasiado personalmente, pero como todos los pediatras los usan, os lo cuento para que nos entendamos y podáis comparar (eso que hacemos -mal- todas las madres y los padres…).

Antes, aclaro: los percentiles, lejos de indicar la normalidad, indican sobre 100, que porcentaje de niñ@s comparten esa talla, peso o perímetro craneal. Así que todos, desde los que están en el percentil más bajo hasta los del extremo opuesto, están bien 😉

Cuando nació, estaba en percentil 25-50 de peso con 3,020 kg, de talla P 10-25 con 47 cm. y de perímetro craneal, en el P 50-75 con 34,5 cm. Me pregunto si eso significa que su cabeza está desproporcionada con el resto del cuerpo…

Ahora, con tres meses, sigue siendo un bebé tirando a pequeñito, pero dentro de los baremos, y creciendo a buen ritmo. Aumenta más de talla, en proporción, que de peso. Ya pesa 5,280 kg, ha subido casi un quilo este mes, pero está rozando el percentil 10. Supongo que el bache de lactancia del primer mes hace que se mantenga en un percentil bajo, pero lo que viene ganando estos dos últimos meses es correcto.

En altura ha dado un buen estirón, algo que era evidente por como ha ido cambiando de talla de ropa. Han sido 4,5 centímetros en un mes, midiendo ahora 59,5 cm., rebasando el percentil 25.

De perímetro craneal ha ganado 2 centímetros y medio, 40,5 cm. en total. La cabeza, como la altura, está en el P25, sus puntos fuertes. Es algo que también he notado estos últimos días, ya que al darle el pecho me pesaba mucho más.

Apunta maneras a que va a ser larguirucho, y como sus padres, delgado, y con la cabeza más bien grandota como Mamífero. Lo iremos sabiendo con el paso de los meses y los años, la siguiente revisión, a los cuatro meses 😉

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Abrazos mamíferos ❤

3 meses, se hace mayor… y ¿ya se ha acabado mi puerperio?

Son las 2 de la mañana del 24 de mayo, a las 3:50 Biel cumplirá su tercer mes de vida extrauterina. Se nos hace grande, y se nota. Ha empezado a dar pasos de gigante en todos los aspectos, además de estar poniéndose cada día más redondito, grande y fuerte, además de gracioso. Ya no es un recién nacido dormilón, que no percibe apenas lo que pasa. Es un bebote atento a todo, vacilón, con muchas ganas de guasa, de interactuar constantemente y aprender muchas cosas.

Han pasado 3 lunas desde que nació. Había luna llena cuando empecé con contracciones, dos días antes de su nacimiento, tal como vaticinamos Mamífero y yo que me pondría de parto. Mis ciclos siempre han ido muy ligados a la luna, casi siempre me ha venido la regla cuando está llena ya que tengo ciclos de 28 días. Y en este ciclo, el sábado pasado que hubo luna llena, mi cuerpo ha decidió empezar a menstruar de nuevo. No esperaba que fuese tan pronto haciendo lactancia materna exclusiva, pero no me he librado…

Antes de que me viniese la regla, llevaba un par de días sintiéndome un poco más cansada y extraña. Pero ha sido una regla bastante suave y corta, como las que tuve ya después del embarazo de Aritz. Comparadas con mis reglas de antes, que eran abundantes, destroyers, dolorosísimas y de 7 días… esto es gloria! Apenas un leve sangrado de 3 días, un dolor lumbar suavecito y algo más de sueño y cansancio.

Dicen que el puerperio se acaba cuando tu cuerpo vuelve a ser el de antes… entonces, ¿se ha acabado ya mi puerperio?… Yo me encuentro estupendamente, pero, de todas formas, ni mi cuerpo, ni mi mente, ni nuestra vida es la misma de antes, en ningún sentido.

Volviendo a los avances de mi monete… esta mañana a las 8, se ha despertado a comer y se ha desvelado como de costumbre, un par de horitas en las que jugamos un ratito, y luego, si hay suerte, volvemos a dormir un par de horas más. Mientras jugábamos, se ha encontrado un pie, un gran momento en su vida!! De su cuerpo, hasta ahora solamente tocaba, jugueteaba y se miraba sus propias manos, y hoy se ha tocado su propio pie 😀

Cuando ha tocado ir a dormir otra vez, no estaba por la labor, el mundo es demasiado emocionante y excitante para él… Así que hemos probado con su amiga la teta, a la que ha dado toda la conversación que ha podido, por lo que no se ha relajado en absoluto. Como seguía sin vistas de dormirse, he probado relajándome yo (fácil, porque estaba medio dormida), estirada a su lado, usando un combo de dos técnicas: la respiración lenta y profunda (y haciendo mucho ruido), acompañada por el ruido blanco de fondo (podéis encontrar vídeos en youtube si queréis probar 😉 )

Se ha quedado muy calmado, mirando la pantalla del ordenador, de espaldas a mi, hasta que se le han caído los ojos. Él solito!!! Sin teta, sin acunarlo, sin paseos, ni mochila, caricias, o interminables intentos de despegarme de él sin que lo note. He alucinado, ha sido un gran logro que se durmiese sin estar enganchado a mi. En el par de horas que hemos estado cabeceando, ha ido despertándose cada 30 minutos para tomar teta, y luego, se giraba a mirar el ruido blanco, y se dormía.

Me encanta que estemos tan apegados y que se duerma tan a gusto a mi lado, pero también me alegra que pueda coger el sueño sin estar tan literalmente encima mío.Claro que todavía me necesitará mucho más, es muy pequeñito, pero si en ocasiones puntuales puede relajarse solito, ya es mucho!!

Después, por la tarde, se me ha dormido en brazos tomando teta, he estado un rato con él encima, y pretendía colgármelo en la mochila para hacer limpieza en casa como hacemos cada día. Lo he dejado un momento en el sofá para ponerme la mochila rápido, porque normalmente cuando nota que le dejo, llora. Pero no, se ha quedado plácidamente dormido. Me ha sorprendido mucho, y me he quedado unos minutos sopesando, pensando que poco duraría ese estado… Hasta que un (maldito) anuncio en el vídeo del ruido blanco (que gracia poner un vídeo para dormir a un bebé que te lo despierte porque entre medias hay publicidad…) le ha despertado. Como estaba a su lado, le he tocado diciéndole que no pasaba nada, y me ha mirado, ha sonreído, y se le han caído las persianas todavía con la sonrisa en la boca ❤

Le he dejado bien rodeado y con cojines para que estuviese seguro a la par que contenido, y he decidido aprovechar y ponerme a limpiar. Algo que me daba bastante pereza hacer con la mochila por el dolor de riñones que tenía, pero sin él encima, ha sido todo mucho más rápido y ágil. Ha estado casi una hora durmiendo, he podido barrer y fregar toda la casa, organizar cosas y poner una lavadora.

Cuando se ha despertado, plácidamente y de buen humor, sin sentirse extrañado por estar solito, en seguida me he acercado a darle besitos. Se ha puesto muy contento de verme, y ha seguido tranquilito, estirado durante 45 minutos… Tocando las flores dibujadas del sofá, hablándoles, cogiendo y chupando la manta, su sonajero de gatito y el elefante gritón-ahogado (se supone que pita cuando lo aplastas, pero lo metí en la lavadora y ahora suena a mojado…). Mientras tanto, he ido fregando los platos y limpiando la cocina, contestándole cuando hablaba, y asomándome a menudo para que viese que estaba allí. Él me miraba contento de saberme cerca, pero seguía a lo suyo, muy independiente, tan mayor!!

Un rato después, lo he dejado en su mantita de actividades con muñecos colgando, y se ha pasado también un buen rato entretenido dándoles golpes con manos y pies, cogiéndolos, y diciéndoles cositas. Más tarde, también ha estado estirado en mis brazos tranquilamente una hora mientras yo estaba con el portátil. Dando un par de chupadas a la teta, mirando un paquete de pañales e intentando agarrarlo, agarrando cualquier cosa con ambas manos y llevándoselo a la boca para probar que es… sin quejarse por nada. Y mientras cenábamos (si cenando los dos a la vez!!) se ha quedado a mi lado en el sofá con sus muñecos y abrazando a su amada manta (le gusta tanto que la coge diciendo AAAI se la lleva a la boca, la mira, le sonríe, la chupa… tiene una relación muy especial con su mantita lila ❤ ).

Después de cenar, y mientras me duchaba, se ha dormido en brazos de Mamífero, lo ha dejado en la cama, y allí se ha quedado. Hasta que se ha despertado y ha estirado los brazos y la cabeza haciendo una flexión (estaba boca abajo), y ha mirado a ambos lados de la cama para ver dónde estábamos. Me he acercado, y se pone tan contento de verme que me derrito… Obviamente, se no iba a durar mucho dormido porque querría teta, pero hemos vuelto a comprobar que se queda muy relajado, y que aunque nota que le dejamos, no salta la alarma de: no me abandonéis!! ni se despierta enfadado o asustado al verse solo. Seguramente, esto no sea así todas las veces, es normal que necesite nuestra presencia, pero es un gran avance que no siempre llore si nos alejamos un poco.

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Así leha dejado Mamífero en la cama ❤ 

Creo que ha sido el día que menos nos ha reclamado, y más rato ha estado por su cuenta, mucho más que nunca hasta ahora. Y lo importante es que ha estado a su rollo, pero a gusto, y no por necesidad nuestra, sino porque le apetecía. No ha llorado en todo el día, no se ha asustado por encontrarse solo, y se le ve feliz descubriendo cosas y consciente de que aunque no nos vea por un momento, estamos cerca.

Qué paz!! Viéndole dormir solo, me he he acordado de todas las veces que en estos tres meses, he aguantado a su lado incómoda, con hambre, sed, ganas de ir al baño… solamente porque sabía que me necesitaba a su lado un rato más hasta coger el sueño, y sentirse acompañado y seguro. Me he sentido muy bien de haberle dado lo que necesitaba, y seguiré haciéndolo, para que a su ritmo, pueda prescindir de mi presencia para relajarse. Creo que va entendiendo que estamos siempre, que no le abandonaremos y le daremos la compañía siempre que lo requiera.

Oh! ha decidido despertarse a las 3:50, que casualidad!! felicidades hijo 😀

Me lo pongo al pecho recordando la madrugada en que nació y al instante estaba chupando del mismo pecho, en la misma posición… Tres meses, se nos hace mayor este bebé… no me puedo creer todo lo que hemos vivido juntos ya, y lo que nos queda!!

Gracias por habernos elegido como padres hijo ❤

Así de apegados nos hemos despertado esta mañana, como buenos mamíferos altriciales, con Maru ronroneando encima de la cabecita de Biel ^_^

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Abrazos mamíferos ❤

Colechando bien anchos!

Como os comenté en esta entrada, hemos vuelto a reestructurar la habitación, por cuarta vez desde que tenemos a Biel en casa. Yo soy mucho de mover muebles, es una afición que tengo y que a Mamífero le da mucho miedo, porque lo hago a lo grande. En esta última reubicación, toda la casa ha sufrido cambios, las tres habitaciones, los dos baños y el salón. Es que cuando me da la locura voy muy a fondo, y lo mejor es que me relaja!

Han sido un par de tardes en las que he dicho: Mamífero, tu coge al niño un rato que yo voy a mover cosas (él con cara de: oh, no, otra vez…). Y Mamífera de aquí para allá colocando un sofá así, otro asá, ahora no me gusta, lo vuelvo a cambiar… Paso un mueble para otra habitación, ordeno trastos y porquerías e intento tirar (lo intento, pero Mamífero sufre un diógenes tecnológico que da para muchos posts) cosas a la que no damos uso… Ahora muevo las camas, me quedo atrapada con los colchones y somieres en la habitación pequeña y debo de solucionarlo cual puzzle o pantalla de tetris sorteando el angosto pasillo… Me lo paso muy bien (menos en los momentos de rabia al ver lo desorganizado que es Mamífero con sus tesoros), me da vidilla ver las cosas reordenadas, y me descargo un montón con el esfuerzo físico de mover cosas pesadas (tanto tiempo embarazada, echo de menos hacer el bruto).

Al tema. Primero intentamos colechar modo tradicional, con la cunita pegada a la cama sin barrotes de por medio. Eso no funcionó ni el primer día. Biel se duerme en mi pecho, y no quiere que me separe lo más mínimo, normal. Así que, o le daba teta los dos metidos en la cunita (incómodo para mi), o nos poníamos ambos en la unión entre cuna y colchón (peligroso para Biel), o lo metía en la cama y se acabó el problema (opción correcta). Así que estuvimos un par de semanas así, pero de esa manera, la cuna solamente ocupaba espacio, y en la cama estábamos más estrechos.

¿Como lo hacéis para colechar con cuna? ¿Lo pasáis a la cuna cuando se duerme? Yo me duermo antes, y si intento despegar a Biel cuando está dormido, me lía un pollo…

Optamos por poner la cama en horizontal, para tener más anchura, y la cuna al final para poner nosotros los pies. Eso nos daba más espacio, pero al ser más corta la cuna que la cama de matrimonio, no era del todo cómodo, además de que se acababa separando. Esta opción la seguimos probando durante un tiempo, y le dimos la vuelta por completo a la habitación porque nos era más cómodo dormir en la pared opuesta, que era dónde dormíamos en principio, pero lo tuvimos que cambiar para que cupiese la dichosa cunita de colecho.

De un día para otro, vi que Biel empezaba a dar muchas vueltas en la cama, y empecé a temer que se cayera al suelo. Solución: como los japos, camas al suelo. De hecho así hemos dormido muchos años, y el colchón de látex es más cómodo en el suelo que con somier de láminas. Os dejo fotos para que entendáis el montaje y veáis que súper cama nos hemos currado:

Pero esta vez ya nos lo hemos montado mejor, en los pies de la cama hemos puesto un colchón de 90, y un par de mesitas al final para que no se mueva. Y a mi lado, que es dónde duerme Biel, el colchoncito de la minicuna por si se me derrama el niño por ahí. Así estamos sin peligro, anchos y cómodos todos, gatos incluidos.

Ahora os cuento mis dilemas…

Al principio le metía en un saquito, pero no nos fue práctico para dar pecho, mucha tela de por medio. Así que le tapo con nuestro nórdico, como dicen las recomendaciones, por debajo de las axilas, nunca más arriba para evitar que se ahogue. Pero mi hijo es caluroso, mucho, suda un montón si le meto en la cama con ropa. En casa no hay calefacción, así que no es que tengamos una temperatura demasiado elevada, pero al estar pegaditos, se sobrecalienta… ¿os ha pasado esto a vosotr@s? ¿como los tapáis y qué ropita les ponéis para dormir?

Yo he optado por ponerle un body sin pies finito, más que nada para que no coja frío en el torso, y eso en invierno-primavera… y a veces le sudan la espalda y los pies todavía! En verano, en pelotas, seguro.

Otra cosa que me preocupa es que le gusta dormir boca abajo. Casi siempre duerme de lado, cara a mi, amorrado a la teta, pero a veces, se empeña en girarse. Y como recomiendan que no duerman así (para evitar la muerte súbita), me pongo un poco frenética, le giro y él vuelve a darse la vuelta inmediatamente. Al final le dejo, pero duermo con un ojo medio abierto mientras está así. Se que no debería obsesionarme, de hecho cada vez me preocupa menos, ya que durante generaciones los bebés dormían así por recomendación médica incluso… Creo que si él está cómodo así, no tengo porque impedírselo, debo respetar sus preferencias. Además, el ya sabe girarse solo, o sea, que no se ahogará por no poder cambiar de postura. De hecho, cuando se pone así es cuando más profundamente le veo dormir y más alarga entre toma y toma. Y los días que tiene dolor de barriga, prefiere estar así, por algo será… ¿Que me decís? le dejo, verdad?

En cuanto a mi, estoy encantada de dormir pegadita a mi hijo, y dejaremos que sea él quien decida dormir en otra habitación cuando esté preparado. Duermo muy tranquila teniéndole cerca, no creo que pudiese hacerlo sin sentir su respiración. Y despertarme con él, aunque sean mil veces en la noche, es lo mejor del mundo, lo que más he deseado. Para dar pecho es muy práctico, le dejo las tetis a mano, y al mínimo ruidito la tiene en su boca, facilísimo. Y ahora que las tomas ya son sin pezoneras, es una gozada!! En cuanto la tiene cogida, creo que me duermo antes yo que él xD

El único punto negativo que le encuetro al colecho (son daños colaterales sin importancia) es que no puedo espatarrarme a gusto y siempre tengo que tener los brazos por encima suyo, y destapados, obviamente. Eso hace que a veces me levante bastante oxidadilla por no poder dormirme a pierna suelta, pendiente de no darle un manotazo. Eso si, me estoy acostumbrando, al principio me dolía todo, pero ahora duermo mucho más relajada y le he cogido el truco a la postura.

Eso si, a mi me gustaba dormir en bolas, la ropa me molesta, pero bien tapadita que hace fresco por aquí… Y ahora no me puedo tapar de cintura para arriba, así que tengo que llevar una camiseta para que no se me queden los brazos helados. Eso me incomoda bastante, cada vez menos porque llega el calor y no la necesitaré, pero pienso en el invierno y tiemblo… ¿Vosotras como lo habéis solucionado? ¿Algún truquillo? Supongo que me tengo que resignar a dormir medio vestida mientras que Biel sea muy bebé, pero, más adelante ya le podré tapar un poco más no?

Contadme vuestras aventuras colechantes, ¿estáis a gusto compartiendo cama? ¿o preferís tener vuestro espacio? ¿que problemas o ventajas encontráis colechando?

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Abrazos mamíferos❤

12 semanas, la crisis de los tres meses

Ayer miércoles 18 de mayo Biel cumplió 12 semanas!!

Casi tres meses de vida fuera de mi, y casi un año de su vida completa desde que nuestras células se fusionaron y empezaron a dividirse. El 27 de mayo hará un año exacto de mi FUR (fecha de la última regla) de su embarazo, fecha del último aborto que tuve antes de concebirlo. Catorce días exactos después, ovulé y Biel empezó a formarse en mi útero. Como va pasando el tiempo!!!

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El día 24 cumplirá los tres meses, y ya hace algo más de una semana que estamos en la crisis de los tres meses… Supongo que si empieza antes, también acabará antes, verdad?…

Tiene un brote de crecimiento de manual, con todos sus síntomas y peculiaridades. Es duro, mucho, pero se me hicieron peores las dos primeras con tanta demanda junto con los cólicos y los problemas de lactancia que atravesamos. Lo peor de esta es que según dicen, dura más tiempo, pudiéndose alargar hasta un mes.

Como os conté en esta entrada, Biel está muy atento a todo lo que pasa a su alrededor, demasiado. Tanto, que se distrae con cualquier ruido, o cosa que se mueva cerca. Así que dormirle o darle el pecho se nos hace más complicado, porque se distrae y le cuesta volver a coger el hilo. Además estira mucho del pezón, tira todo su cuerpo hacia atrás y se lo lleva como si fuese elástico… Ya los tengo tan dados de si que ni me duelen.

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Como os he ido contando, empezó a hacer algunas tomas sin pezoneras, y en un par de días las hacía casi todas sin, solamente las necesitábamos por la noche. Después de esos dos días, ya no las ha querido más, no las necesita, y las rechaza. De hecho, creo que la crisis ha ayudado, parece que no las quiere para poder estirar bien fuerte del pezón XD

Los primeros días que estuvo entrando en la crisis no sabía si era porque tenía confusión por el cambio, y si lo veía inquieto mamando y dejando el pezón repetidamente, le ponía la pezonera a ver si mejoraba, pero entonces se ponía a llorar. Tan radical ha sido el cambio, que ya llevamos toda esta semana sin usarlas, ya las he esterilizado y guardado, a la espera de no volverlas a necesitar más!! Así que el proceso de dejar las pezoneras que yo imaginaba largo, difícil (al principio no veía claro que supiese volver a cogerse del pezón…), y mucho más adelante… ha sido al final facilísimo, antes de lo previsto, espontáneo, sin pretenderlo y por elección suya, que es lo mejor 🙂

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Hago un inciso, para contaros algo que me pasó el otro día: me quedé con la maneta de la puerta de una habitación en la mano. La puerta estaba cerrada, y di por hecho que se había roto y me había quedado encerrada… Me agobié un montón por un momento, pero por suerte, llevaba a Biel en la mochila conmigo, si me quedo encerrada con él en otra parte de la casa me da algo!! Así que respiré y pensé: buah! menos mal que ya no necesitamos las pezoneras, si no puedo abrir, nos quedamos aquí juntitos teteando hasta que llegue Mamífero, sin problema! Luego recoloqué la maneta y funcionaba perfectamente, pero el susto me lo llevé por unos segundos. Cuando usábamos las pezoneras me angustiaba mucho olvidármelas y no poder darle teta…

Se nota que ha crecido, hace un par de semanas ya que las tomas empezaron a ser muy cortas, 15 minutos como mucho, o menos. Hace tomas muy eficientes al estar más mayorcito y experimentado. Eso, para Biel que antes se tiraba una hora es mucho cambio. Ahora, con esta crisis las tomas se hacen interminables otra vez, pero en otro sentido… da dos chupadas, para y se ríe, balbucea, me hace carantoñas… da dos chupaditas más y se pone tenso, arquea la espalda, se retuerce estirándo del pezón y llora. Cuando se calma, vuelve otra vez, hasta que le distrae un ruido o directamente se gira a mirar algo o a buscarlo. Así mil veces durante la toma.

De de día pasa bastante de la teta, hay que ir recordándole que tiene que comer. Muchas veces quiere mamar mientras me muevo, si me siento la lía, necesita caña. Prefiere ir viendo cosas, hablar conmigo o con las cosas que ve, y chuparse los puños antes que mamar. Le doy lo que quiere para que esté contento y voy con las tetas a aire para que vaya picoteando. Esto pasa durante el día, por la noche todo lo contrario, solamente quiere teta, y con ansia, y hace tomas más «normales», pero bastante a menudo, más todavía que normalmente…

También hace menos cacas, ha pasado de hacer 5 -7, a un par o tres solamente al día. Eso si, está quejicoso durante horas hasta que la suelta, y las hace bien grandotas. De peso no se como iremos, lo normal es que este mes cojan menos peso, ya veremos en la revisión de los tres meses.

Los pechos si que los tengo más blandos, pero eso ya me pasa desde el primer mes de vida. Eso si, se hinchan a medida que pasan las horas, y si no alterno los pechos en alguna toma, la teta olvidada se pone como un globo y dura  (por las noches sobre todo, porque le doy en piloto automático y ni me planteo cambiar de lado muchas veces..).

Se supone que ahora tarda 2,2 minutos en desencadenarse el reflejo de eyección, por eso se ponen nerviosos la mayoría de bebés. En mi caso, eso lo empecé a notar en la anterior crisis, y ahora casi nunca nos pasa. En la moyoría de tomas la leche me rebosa literalmente, de ambos pechos, tanto que se llega a atragantar. Y claro, eso le hace llorar y enfadarse también. Tengo tal cantidad de leche, que  la he visto salir a chorro durante unos segundos cuando deja el pezón xD

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Por suerte, el porteo sigue funcionando de maravilla para dormirle durante el día, lo malo es cuando llegan las 8 de la tarde-noche… Entonces es cuando suele llegar Mamífero de trabajar, y me gusta aprovechar para comer algo, relajarme un rato, ducharme, desconectar, descansar… Pero entonces se le junta el cansancio del día con la demanda de teta, y la crisis hace las tomas muy largas, con lo que se nos tira la noche encima. Ya vamos bastante ajustados de tiempo porque cuando llega Mamífero nos hemos de duchar los dos, bañar a Biel, cenar, y estar juntos un ratito.

Pero estos días vamos de culo, porque no acaba nunca de mamar, me ducho a las mil, y ceno tarde y mal, peor si cabe. Normalmente puedo cenar dándole pecho, pero, estando así, que se mueve tanto y hay que recolocarle, calmarlo… y no ceno bien. Y si hacemos turnos, cuando lo tiene Mamífero no para de llorar, porque solamente se calma con teta, y tampoco ceno a gusto sabiendo que está mal. La mayoría de días me tengo que ir con el último bocado de cena a estirarme con él en la cama, que es la única manera de que haga la toma entera y seguida y se calme. Estirarme recién cenada me hace tener unas digestiones pesadísimas…

Ya me lo tomo con toda la calma que puedo, ofrezco a menudo antes de que se desespere, le doy pecho andando por la casa si hace falta, y le dejo todo el tiempo y las interrupciones que necesite, respetando sus tiempos, sin forzar, ni quitarle el pecho de delante. Y aunque parece que no quiere más, siempre lo vuelve a coger al poco, así que cuanto más a mano lo tenga, más come. Cuando el cansancio y la desesperación me ganan (normalmente por la tarde-noche), pienso que es una etapa más, que eso significa que está creciendo, y que saldremos reforzados de ella. Y si tengo tiempo y Biel no está montando un pollo, me doy una ducha bien larga y caliente y desconecto para volver a la carga de las tomas nocturnas más fresca. Ya pasará la crisis y todo volverá a su cauce 🙂

Por cierto, ayer justamente, Biel hizo su primera toma de contacto voluntaria con Maru, e hizo o que mejor hace como buen monete… Se la quedó mirando, alargó la mano, abrió el puño, agarró pelo de su lomo y tiró de él como nos hace a nosotros. Maru, pobrecita, aguantó estoicamente porque, aunque le tiene miedito, quiere saber que es y empezar una relación, con él. El inicio de una buena y larga relación, ya que son los peques de la casa y compartirán muchos años de juegos.

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Abrazos mamíferos ❤

Las rutinas de los bebés, a demanda.

Muchas veces nos dicen eso de: «tenéis que seguir unos horarios para que el bebé se acostumbre», «tiene que aprender/acostumbrarse a…» o «las rutinas les van muy bien a los bebés». Pues ni si, ni no, ni tampoco.

Los bebés son personitas, y lo pongo en diminutivo cariñoso, no porque sean personas de menor rango. Como el resto de personas, existen bebés que necesitan estructurarse el tiempo más que otros para sentirse seguros, y hay otros, que gozan del caos y la improvisación, o simplemente, no se les da bien eso de casar sus necesidades con el reloj.

Yo soy de estas últimas, incapaz de forzarme a comer, dormir o ir al baño porque toca. Siempre he llevado muy mal lo de madrugar para ir a trabajar porque aunque esté cansadísima, me pueden dar las 6 de la mañana y si no estoy por la labor de dormir, me tengo que ir al trabajo de empalmada. Mientras que otros días me caigo de sueño a las 8 de la tarde, lo que dicte mi caprichoso biorritmo. Ni siquiera ahora con un bebé que voy falta de sueño, puedo dormirme sin más para aprovechar que él duerme también.

Si, es un caos, lo sé, pero no me va peor que intentando marcarme una rutina. Sobrevivo igual: cansada, pero sin sentir que fallo en algo por no cumplir un horario. Tampoco creo que quienes son fieles a la rutina puedan pretender llevarla a rajatabla sin que les pete la vena.Vamos, que si es tu hora de comer pero el bebé demanda algo, tu tienes que ceder. O si es la hora del baño, pero el bebé tiene hambre o está molesto, no le vas a hacer pasar un mal rato porque toque, no?

Y en cuanto a los adultos bien estructurados, que los hay, y bastante estrictos (y felices que son), supongo que también flexibilizan. Si no tienen hambre no van a comer a la fuerza, o si? Y si cada día salen, por ejemplo, a hacer gestiones a las 5 de la tarde, pero un día se encuentran mal, o simplemente no les apetece, pues no pasa nada, verdad?

De la misma manera, creo que los bebés, como personitas, tienen sus necesidades y preferencias también, pero no nos las pueden explicar. Y tiene que ser muy incómodo para ellos seguir una rutina impuesta, que no han elegido ellos, ni pueden retocar o negociar, ni saltársela excepto fuerza mayor. Entonces lloran, o están quejicosos, o no se pueden dormir, o comen poco, les sienta mal…

Está claro que si ambos en la pareja trabajan, unos mínimos horarios hay que seguir para cumplir, pero para el bebé, una jornada de estricta puntualidad no es lo óptimo. Los bebés no están programados para seguir horarios, más bien, tienen el don de ser inoportunos, intempestivos y caóticos. Nosotros nos beneficiamos de esas rutinas, no ellos, aunque a algunos bebés, también parece que les da cierta calma y seguridad poder adivinar qué pasará mediante la repetición de rutinas día a día.

No dudo de los beneficios de esto, pero no lo necesito en mi vida, ni tampoco mi hijo, por ahora. Si parto de la base que doy pecho a demanda, la teoría de la rutina se va al garete. Y lo he intentado, siguiendo, claro está,la demanda de mi hijo. He tratado de hacer la «última» toma de la noche en la cama, acostados con la luz de ambiente que es como se duerme. Con tiempo de sobra, horas, para ver si dejándolo así, podíamos cenar. Pues no, no sirve, ni con baño relajante antes, ni habiéndolo cansado previamente ni poco ni demasiado para que no se sobreestimule… No ocurre porque yo lo pretenda, es más, parece que si lo pretendo, siente esa tensión y no puede cumplir mis expectativas.

Puede ser que no tenga hambre, o que tenga antes de lo previsto y no tenga sueño… Sus tomas son imprevisibles, pueden espaciarse 3 horas o media. Puede no dormirse, o dormir 5 mintuos, desvelarse, llorar, hacer una caca, volver a la teta, la toma puede durar 2 minutos o una hora y media… pero lo que yo pretendo, que es que se duerma un par de horas (o al menos media para cenar tranquila), eso no sucederá porque yo quiera, o le acostumbre, o le induzca a hacerlo. A veces, sin pretenderlo sucede y punto, y entonces hay que aprovechar, si se puede. No creo que sea sano para ninguno estar planeando las cosas y generar tensiones innecesarias cuando él ya tiene suficiente con entenderse a sí mismo y gestionar sus emociones sin poder verbalizarlas.

A lo mejor funciona tener ciertas rutinas flexibles preestablecidas, sin horarios, pero que sigan un patrón cada día para que lo reconozca el bebé. Seguramente a eso es lo que llaman rutinas… para mi es del todo imposible. Será que no soy capaz, ni conmigo misma, entonces menos con mi hij@. Para mi los días no son ni siquiera parecidos entre ellos. A veces como a las 6 de la tarde o las 8, si es que se le puede llamar comer… mientras que otros días estoy de suerte y como cuando el resto de españoles lo hacen. Hay días que no me cunden lo más mínimo, llega la noche y no he hecho nada. Mientras que otros, por alineación planetaria será, hago limpieza, comidas, lavadoras, escribo un post, alimento, limpio, cuido a mi hijo e interactúo con él, atiendo a los animales, y me sobra tiempo para perderlo mirando las redes sociales o leyendo algo interesante. ¿Como puede ser? Creo que la respuesta es: la vida no es un lugar seguro (como dice el balconero). Por eso opto por no pretender nada, y parece que cuanto menos abarco, más consigo. Los bebés son esponjas de nuestras emociones, y si vas relajada, ellos también lo están, entonces las cosas suelen ir rodadas.

En los demás aspectos, sigo en mi línea de crianza respetuosa: todo, absolutamente todo es a demanda. Si quiere brazos, interactuar, dormir más o menos tiempo, bañarse o no… No soy partidaria de imponer nada, y menos a los bebés, que deben aprender a conocer y manifestar sus necesidades, y tener la seguridad de que serán respetadas y tenidas en cuenta. Si empezamos a sesgarlas desde tan pequeños, como van a saber escucharse y respetarse a si mism@s?

Si yo quiero bañarlo porque me va bien a cierta hora, antes no he podido y después «toca» cenar, por ejemplo, debería tener en cuenta también si a él le va bien ese momento. A lo mejor tiene hambre, dolor de barriga, o simplemente, veo que no le va a sentar bien ese sobreestímulo y después va a llorar lo nunca escrito porque no era su momento. A base de ensayo y error voy viendo si para él es buen momento, mejor esperar, o dejarlo para mañana que total, no tiene que fichar en ningún sitio de punta en blanco.

Seguramente os habrá pasado que tenéis un compromiso a una hora estipulada, y con un bebé, todo es sortear imprevistos para llegar a tiempo, o no muy tarde al menos… Intentas empezar a prepararte y preparar al bebé con horas de antelación: que la bolsa con los indispensables para salir esté lista, preparas un par de mudas por si acaso, lo tienes todo listo para salir. Entonces se dan un número incontable de pruebas que superar:

Tiene hambre, pero no va a comer en 20 minutos como siempre, entonces tardará media hora o más. Entre medias se cabreará y llorará porque un pedete o un eructo le están cortando el rollo para comer del tirón y quedarse a gusto. Paráis, le meneas, cambias la postura, llora, no sale, pruebas todo lo que os funciona normalmente y no, solamente necesita MÁS tiempo. Algo que a ti se te va agotando para llegar puntual. De tanto meneo e incomodidad vomita, no regurgita como normalmente, no, hecha toda la papa quedando empapad@ de arriba abajo, y seguramente pillarás tu también… Toca cambio de ropa, entonces. A esas alturas el bebé ya está de mala leche por todo, es normal, quería comer y todo son problemas, y encima percibe que mamá o papá se están poniendo histéricos por momentos y sabe que él tiene mucho que ver en su estado de ánimo. Como no puede explicar nada, llora, patalea y berrea con toda su alma, haciendo que vestirle sea todavía más difícil y eso implica más tiempo. Le consuelas para poder acabar de meterle ese piezote peleón en el pantalón. Besos, arrumacos, paseíllo por toda la casa con botes y tirabuzones para que se le pase el mal rollo a ritmo del mantra: ya pasó cariño. A lo mejor con todo ese berrinche y los meneos suelta el gas que le molestaba y estáis de suerte. Acabas de vestirle cuando recupera el buen humor, algo que los bebés tienen de sobras, que no todo son cosas malas… Se ríe, le haces carantoñas y pedorretas para que no pierda el buenrollismo mientras acabas de limpiar y vestir a la velocidad del rayo. Cuando lo consigues, vuelves a la carga: sacas la teta, a ver si ahora come a gusto. Parece que todo va bien, tanto, que empieza a adormilarse… Sabes que no ha comido suficiente y que si se duerme, en 15 minutos se despertará poseíd@ por el hambre voraz que olvidó que tenía. Intentas que no se duerma, le tocas, le hablas, te mueves… no hay manera, y a lo peor, lo único que conseguirás es que se cabree, llore y toque calmarle, one more time. Cuando parece que nada puede torcerse más, tu hij@ afloja el intestino… y tendrás suerte si no es una caca explosiva de esas que hacen que lo tengas que cambiar de arriba abajo y que no tengas tú también un cerco color mostaza en tu ropa… y el drama podría seguir, incluso empeorar.

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Y en estas, que tu que has empezado a prepararlo todo dos horas antes de salir, vas a llegar a tu cita una hora tarde, como poco 🙂

Es imposible ser inflexible con un bebé, no se puede prever todo y es estresante para ambos tener que cumplir ciertas expectativas. Lo mejor es tomárselo con filosofía e intentar no contagiarle con nuestra ansiedad. Y siempre que sea posible, no tener compromisos ineludibles o que precisen de puntualidad extrema. Y, oye, si a vosotros os funcionan bien las rutinas, perfecto, seguid con ellas!! Pero a mi no me vendáis humo, que mi hijo no lleva reloj, y dice que hace lo que quiere cuando quiere, y a mi no me importa que así sea 😉

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Abrazos mamíferos ❤

Creciendo… semanas de la 8 a la 11 (segunda parte)

 

Como os contaba en mi anterior post, Biel está más activo, se mueve con mucha fuerza, sobre todo por la mañana, que se levanta con una energía… Normalmente me despierta con un manotazo en la cara o una patada en la vejiga >:0

Tiene ratos en que se agita mucho, baila pogo y flamenco (zapatea con las piernas bien estiradas y mueve los brazos con mucho arte) y hace el gusanito cuando le levanto el culo en el cambio de pañal (subiendo el culete y arqueando el cuerpo), se sacude como una lubina recién pescada, hace el bicho-palo tieso como una mojama, el puente, y hasta se da la vuelta como un bistec!

Cuando encuentra un tope con los pies, empuja como su madre cuando le parió, con todo el cuerpo y el alma. Cambiarle de ropa o pañal haciendo todo esto ya es otro nivel (no me quiero imaginar como será cuando lo haga a voluntad…), y sostenerlo en brazos mientras se retuerce y tira hacia atrás da miedito y dolor…

Da patadas y manotazos a diestro y siniestro, incluso, se da si mismo en la cara o en la barriga con cara de locatis…Y con las manazas y piezotes que tiene, no son golpecitos, son ostiacas! Después de un rato de gym, cuando ya pensabas que lo había dado todo, empieza a acelerarse más y más… eso significa que está agotado y no puede parar, por inercia, seguiría hasta entrar en llanto horribilis… Antes que esto suceda, es mejor cambiarle el rollo e intentar que coja el sueño.

Le gusta mucho que lo levantemos en el aire y lo movamos arriba, abajo, hacia los lados… Cuánto más alto, rápido y brusco, más se ríe. Le gustan las emociones fuertes,  ya estoy visualizando que hará todo tipo de locuras… Y creo que le encantrarán las atracciones, que a mi no me gustan nada, así que me lo veo con su padre montándose en todos los cacharritos mientras yo aguanto las chaquetas. Mamífero dice que mientras estén en el parque de atracciones yo escribiré posts xD

Se entretiene mucho rascando, tocando, escarbando entre las telas y arañando todo lo que pilla. Hace un movimiento repetitivo como de arañar, luego cierra la mano como si cogiese algo, y se lleva el puño a la boca. Lo hace sobre todo cuando está mamando, supongo que es para estimular, pero también se lo hace a su padre. Parece que le relaja hacerlo, se queda como hipnotizado repitiendo esa secuencia, con la mirada perdida. Lo único malo es que tengo los pechos como la cara de Freddy Krueger…

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Los intentos de hablar son lo más divertido, vocaliza muy bien, intenta imitar lo que decimos nosotros, incluso uniendo un par de sílabas. Lo que más dice es «NGUÉ!», seguido de EH, UH, AH, OH, AAAI, GGGG, GU… y gritos varios, incluso canta sílabas largas en algún momento. También le habla a las cosas mientras las toca, las mira y les va canturreando con una voz muy dulce. Con su padre, que es más callado, toma la iniciativa cuando quiere hablar, y le llama la atención diciéndole EH! mientras levanta la cabeza y las cejas en plan: oye tu, no me vas a decir nada o que?

Tenemos unas conversaciones muy divertidas y trascendentales, hasta cuando está al pecho se distrae hablándome e intenta hacer las dos cosas a la vez. Está tan atento a todo que a veces no se puede relajar, no se centra en mamar, se va girando contínuamente a mirar si está su padre, la pantalla del ordenador, si hay ruidos, o simplemente, busca cosas que hacer. Parece que el mundo es más interesante que la teta ahora mismo, algo que hasta ahora lo evadía, y esto me huele a principio de la crisis de los tres meses…

Está tan pendiente de todo que a veces se satura y le cuesta dormirse. Si escucha algún ruido lo busca, y está muy pendiente si ve ir o venir a su padre o a mi… También, al ser más consciente de lo que le rodea, se asusta mucho más. Si te acercas de golpe o apareces de imprevisto en su plano de visión, se lleva unos disgustos pobrete… Un día estaba cambiándole el pañal en el sofá y pasó Maru por arriba y se asustó muchísimo, no se sentía nada seguro sabiendo que podían pasar esas cosas sobre su cabeza. Otro día, estábamos teniendo una conversación, y le hice un gruñidito para que se riese… pero le hice llorar 😦

Algo que hace muy bien es levantar las cejas, desde que nació, cualidad que ha heredado de su padre. Pero ahora lo hace a voluntad, él y Mamífero hacen duelos de cejas y es desternillante. Así son sus momentazos:

Él va intentando comunicarse e interactúar de muchas maneras, hasta con el llanto. Llora con pena y haciendo AI, AI o otras sílabas si tiene sueño, o diciendo HUM, HUM si tiene hambre, o NGUÉ, que es la palabra-comodín que más usa para explicar las cosas. Si está aburrido y quiere atención, llora mientras murmura entre lamentos y pucheritos. Cuando llora yo le voy hablando para tranquilizarle, le digo que le entiendo, etc.. y él me contesta. Va chapurreando sílabas largas mientras llora con  cara de pena y a trozos (como bua, ah. ah. aaaah…). Parece un llanto forzado, como si me explicase lo que le pasa, da entre penita y risa. Como está tan pendiente de todo, si lo que le pasa no es muy grave, le puedo distraer fácilmente con un ruido, cambiándole de plano, hablándole en plan divertido… Eso si, como tenga dolor de barriga, lo que suelta son gritos agudos y rítmicos, el típico llanto desquiciante.

Cuando ve o escucha algo que llama su atención, o simplemente le hablas o haces sonidos, abre los ojos como platos con cara de loquer, y yo me desorino de la risa! Le atraen mucho las pantallas, algo que no me gusta demasiado… Se atrapa mirando la tele, ordenador, móvil… y si se lo apartas o lo giras, se vuelve a buscarlo. Y cuando le apago la tele para que no la mire, le dice EH!, que es su manera habitual de llamar la atención xD

A quienes no hace demasiado caso es a los gatos, parece que no los acaba de ver, o no los encuentra atractivos todavía… y ellos van bastante a su rollo también. Lo huelen de vez e cuando y se mantienen a una distancia prudencial, sobre todo Flip (podéis conocerle aquí), y si se mueve o llora se asustan. Joy no le tiene miedo ya que es la única que ha convivido con un bebé anteriormente (os hablé de ella aquí) y es más maternal con él. Cuando Biel tenía un par de semanas siguió a Maru (si queréis saber más sobre ella) con la mirada porque le pasó por encima de su cabeza, pero de ahí no pasa. Aunque supongo que con unas semanas más le llamarán más la atención.

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Teteando con Maru y Flip

Como está tan entretenido, y tan pendiente de todo el mundo a su alrededor, ya se queda más ratitos a su rollo mirando cosas. Puede estar (si está a gusto, bien comido etc..) hasta 10 minutos estirado viendo cositas sin reclamarme. Cada semana que pasa, aguanta un par de minutos más, en los que puedo aprovechar para hacer alguna cosilla rápida como poner una lavadora o prepararme un café. Igualmente, necesita escucharme, así que le voy hablando, y él me contesta, si no voy respondiendo grita cada vez más, hasta que llora. Cuando me tiene a la vista (no más de un par de metros), alarga un poco más estos ratos, aunque procuro ir cambiándole la perspectiva y acercarme a menudo a decirle algo para que no se llegue a aburrir.

Las risitas son lo que más salen de él, es risueño y muy agradecido, todo le parece divertidísimo, y se nos cae la baba con sus risotadas. Tan alegre es, que a veces no sabe si reír o llorar, y decide hacerlo todo a la vez. Incluso cuando regurgita lo hace riéndose. Hace un par de semanas, cuando nos poníamos delante del espejo, me miraba (a la madre repetida del espejo), me sonreía, y se giraba a mirarme y sonreírme a mi. Y la semana pasada, empezó a fijarse también en el bebé reflejado, primero intrigado, y después, empezó a sonreírle también, y al ver que éste se devolvía, se han hecho buenos amigos 😀

Hasta aquí lo bueno, ahora os cuento el «lado oscuro», que no es tan tétrico como su nombre indica, pero no todo son risas y jolgorio con un bebé.

Yo estoy bastante bien, mucho  mejor que semanas atrás. Voy cansada, pero aguanto bien, a todo se hace el cuerpo. Lo que peor llevo y eso si que me desgasta es el hambre, más que el sueño. Si, paso hambre, porque cuando quiero comer él quiere también, o quiere brazos, o toca cambio de pañal, o berrinche, o estamos la mar de a gusto hablando y haciendo monerías… Y voy retrasando mi hora de comer. Dar el pecho consume mucho, y el cuerpo me pide calorías, a saco. Intento dejarme algo hecho ya el día anterior, o comida que no requiera mucha preparación, pero con un bebé es difícil organizarse cuando él marca el ritmo. Estoy pensando seriamente en ahorrar para comprar un congelador (el que tenemos es miniatura) y empezar a cocinar en cantidades industriales para tener siempre comida para calentar y listo.

Aprovecho sus ratos de sueño para hacer cosas en casa mientras le llevo en la mochila, pero cuando tengo la comida lista, parece que tiene un detector de comida preparada, y se despierta al momento. La mayoría de días acabo comiendo a la hora de merendar o se me junta con la cena y me da igual, porque si a la hora toca cenar, me la zampo tan a gusto para recuperar fuerzas. Como a trompicones con una mano mientras le doy teta, casi siempre mal y frío. Además le gusta dormir en movimiento, así que muchas veces acabo comiendo de pie mientras lo meneo, algo que no es muy cómodo, pero cuando no hay más remedio, toca hacerlo así.

Lo más duro que he pasado de momento, fue un constipado que cogí hace un par de semanas. Fueron apenas un par de días de moquetes, dolor de cabeza y unas décimas de fiebre, nada grave. Pero en esos dos días dormí apenas dos horas a ratitos espaciados, porque parece que Biel me notaba en baja forma y estaba más intranquilo de lo normal. Le costaba mucho dormirse, y claro, al estar estornudando y sonándome le despertaba cada dos por tres. Lloraba a grito pelado, enfadado por tanta interrupción y parecía que la cabeza me iba a estallar…Y cuando se dormía, yo no podía conciliar el sueño del dolor de cabeza, la moquera y cansancio acumulado que llevaba encima.

A parte de eso, lo demás es fantástico, duro, si, pero a mi me va la caña. Y con muuucha paciencia y buen humor intento no atrancarme en los baches.

Me encanta ser madre en prácticas, disfruto mucho con mi cachorrillo, nos reímos partimos el ojal con sus monerías y estamos tan a gusto los tres… No concibo la vida sin este monete enganchado a mi todo el día, aunque eso implique no tener tiempo ni de ir al baño 🙂

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Cuánto le hemos esperado, que afortunados somos de tenerle con nosotros!!

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Abrazos mamíferos ❤

Creciendo… semanas de la 8 a la 11 (primera parte)

Por fin:¡habemus vacaciones pediasaurias!

Después del agobio inicial por el escaso engorde como os conté (cual animalillo de granja…) de Biel, no tenemos que volver al centro de salud hasta que cumpla los tres meses 😀

Que tranquilidad verle crecer en paz, sin cumplir expectativas! Cierto es que no teníamos ninguna obligación de ir cada semana a pesarle, pero la primera semana sembró la inseguridad en mi, y me daba miedo que no cogiese bien el peso…

A estas alturas tengo bastante claro que si mi hijo no se alimenta adecuadamente o enferma, lo veremos en seguida, mejor aún que un médico… Ya que cuando dije la primera semana que Biel lloraba mucho, lo achacaron a los cólicos (diagnostico comodín…), y se preocuparon más de que le diésemos algo para eso, que ver si, efectivamente, tenía un problema de succión.

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Hasta ahora todo eran dudas e inseguridad, pero este segundo mes se podría llamar: te conozco como si te hubiese parido. Ah, espera, es que si que te he parido! Claro que todavía dudo de muchas cosas, pero siento que llevo mucho más por la mano esto de cuidar un bebé. Se interpretar lo que le pasa con verle la expresión, nos conocemos mucho más y puedo hasta adivinar lo que necesita antes de que lo manifieste. Pasamos todo el día juntos, y eso hace que estemos muy conectados, para lo bueno y para lo malo. Cuando me agoto o me saturo, se le pega el malestar, y es necesario que nos despeguemos un rato para cargar las pilas, y si no es posible, toca cambiar el chip y tomármelo con calma para no contagiarle.

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Biel crece por momentos, es increíble como en un par de semanas se ha espabilado, y como han cambiado tantas cosas. Algo que he notado mucho, como os he ido comentando en mis entradas sobre pezoneras, es que mama mucho mejor y muchas tomas (de día casi todas) sin pezoneras! Hace tomas muy efectivas, tiene más práctica, más boca, mejor succión, y eso traduce en tomas más cortas. Mientras que antes eran interminables, ahora en 15, incluso 10 minutos ya ha acabado. A veces se está más rato por disfrute, para dormirse a gustito, pero no por hambre.

Últimamente, el patrón de sueño de Biel ha cambiado un poquito, no demasiado, pero se nota una ligera evolución. Desde la última toma de la madrugada ( que suele ser alrededor de las 3 ) hasta la siguiente, de vez en cuando alarga un poquitito más, llegando hasta 4 gloriosas un par de días (aunque la media siguen siendo 2 horas y media, máximo 3). Ese sueñecito largo es de agradecer después de dos meses durmiendo a intervalos de dos horas, incluso menos. Eso si, después de eso, las tomas vuelven a ser cada dos horas más o menos.

Por las noches tenemos un dilema con los pañales de madrugada y de primera hora de la mañana. Tiene hambre, mama, pero cuando lo hace, le entran ganas de hacer caca y no está cómodo. Pero parece que si no sigue mamando, no la hace nunca, o va a plazos… así que hace la toma parándose, con quejas, revolviéndose…Hasta que al final, acaba haciéndola, y se queda tan a gusto que se duerme. Entonces, toca cambiarle, pero cuando lo hago, lo despierto y se enfada, lógico. Y toca volver a ponérmelo al pecho para dormirle, pero eso, a veces hace que le vuelvan a a entrar ganas de hacer caquita… Así nos podemos pasar horas liados entre las 2 y las 4 de la madrugada y de 7 a 10 de la mañana normalmente, con el bucle: teta-pañal-teta-dormir-pañal-teta….

Llega un punto en que normal, se empacha, y no quiere teta, no puede dormir, y no sabemos lo que necesita. Cuando me pasa eso tengo dos opciones, la primera es intentar que se duerma en brazos, meciéndolo, poniéndole encima mío mientras me meneo estirada en la cama, caricias, hablarle suave, muchos mimos, tranquilidad… y esperar que se duerma para poder dormir yo otro ratito. Si el rollo zen no funciona, toca desperezarse, me lo cuelgo en la mochila y a hacer cosas y andar por casa hasta que se duerme. Esta opción es la más efectiva, no suele tardar más de 5 o 1o minutos en caer, pero claro, yo no descanso más.

Ya por la mañana se despierta muy seguido, incluso cada hora desde las 7-8, por incomodidad, ya que suele tener ganas de hacer caca. Va mamando, tirándose pedetes y echando sueñecitos cortos hasta que no quiere dormir más. Acostumbra a despertarse hacia las 10, haciéndome monerías, riendo y hablándome para que no me vuelva a dormir mientras mama. Entonces, pasamos una horita de risas en la cama, mirando cosas y haciendo ruiditos. Para mi, que siempre me ha costado mucho levantarme de buen humor, es un placer hacerlo así, el mejor momento del día! Aunque hayamos pasado mala noche y me falten muchas horas de sueño, me despierto contentísima a su lado.

Está creciendo un montón, sobre todo de largo, y con los pies tan grandes que tiene, los pantaloncitos y pijamas con pie se le quedan pequeños semana a semana. Ya he empezado a apartar las cosas más pequeñitas y quiero clasificar las prendas que más nos gustan y nos quedaremos para el próximo bebé, lo demás irá para las amigas que lo necesiten. Da mucha pena empezar a jubilar ropa, que poco dura… y eso que a Biel cuando nació todo le iba grande, así que la ha amortizado bastante. Algunas cosas apenas las ha llevado un par de veces, menos mal que no compramos nada de ropa nueva… Con dos meses ya le estamos poniendo ropita de 3 meses, y eso que es un bebé pequeño. Me pregunto que hubiésemos hecho con tanta ropa tallas 0 a la 3 si hubiese salido grandote. Por suerte, ropa no nos falta, tenemos de todo y de más, hasta que cumpla el primer año de vida 🙂

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También se le ha quedado pequeño el cambiador (ya os contaré en otra entrada como lo hemos solucionado) y la parte pequeñita de la bañera ya le queda bien justita. Estoy deseando que se siente para poderlo poner en la grande, y que empiece a jugar un poquito con el agua, que de momento no le hace demasiado caso.

Ha empezado a intentar moverse estando boca abajo (aguantándose con los brazos e impulsándose con los pies) y a rodar. Antes se daba la vuelta, pasaba de boca arriba a boca abajo con gran esfuerzo (por la noche me lo encuentro boca abajo un montón de veces), pero ahora se gira con mucha agilidad, tanta, que hemos puesto los colchones en el suelo para evitar que se caiga. En otra entrada ya contaré más detalles de como hemos reestructurado la habitación para hacer colecho modo japo 😉

En estas últimas semanas ha estado avanzando muchísimo física y verbalmente.Coge cosas con las manos, toca, chupa… está muy gracioso!  Me agarra el brazo con las dos manos para chuparme la mano, y cuando le acerco la cara o cualquier cosa abre la boca y saca la lengua porque quiere probar para saber que es. Está babeando un montón, si lo tienes en brazos, seguramente acabarás con una roncha de babas en el brazo o la espalda.

Durante estas semanas, le han crecido bastante los pelillos de las cejas, en las fotos no se percibe, pero ya empieza a ensombrecer el vello. Las pestañas las tiene mucho más largas, apunta maneras a que las tendrá como yo 🙂 Lo que no le crece demasiado es el pelo de la cabeza, solamente tiene muy larguito el pelo del medio de la cabeza. Eso hace que le quede una cresta muy graciosa nada más secándole el pelo hacia atrás con la toalla, queda más guapetón mi pequeño mohicano!! Me acuerdo que durante el parto, cuando coroné, me decían las matronas: uy, que pelo más largo, tiene mucho pelo!! Y me lo tocaba y si, tenía un buen mechón, pero cuando nació vimos que solamente por arriba, por los lados lo tiene muy cortito.

Aquí lo tenéis chupándose los puñotes después del baño con su crestita ❤

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Pasa mucho tiempo moviendo los brazos, mirando la sombra que hace (como en la foto de arriba), intentando tocar o coger cosas… Y se fija mucho en las cosas que están lejos, pero como no las puede tocar se acaba frustrando mucho. Le encanta esta tela que tenemos en el sofá con florecitas dibujadas, y con otras similares de dibujitos también, las intenta coger y se pasa un buen rato entretenido en ello. Mirad que carita de concentración…

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También le gusta tocar estos elefantes (regalo de L. ❤ ), que tienen una campanita que suena cuando se mueven. Desde que llegó a casa los mira encandilado por los colores que tienen, y ahora que puede coordinarse y darles con la manita, los disfruta más 🙂

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Os seguiré contando en otra entrada, que cuando me pongo a pensar todo lo que va pasando, me colapso de tantas cosas que querría escribir y no me da la vida… Mi hijo tiene el radar de «madre tecleando» encendido y va a sonar la alarma…hasta la próxima! 😉

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Abrazos mamíferos ❤

 

 

 

 

Bielcornio

Va de pezoneras, again… pero esta vez breve, y en clave humorística.Esta es ya, oficialmente, la semana de las pezoneras en Mamiferizando! Prometo cambiar de tema pronto 😉

Como os conté en nuestra experiencia con las pezoneras, usar este artilugio para dar pecho nos ha ayudado muchísimo, pero también han sido en ocasiones un engorro, y otras, motivo de risa. A menudo nos quedamos ambos dormidos durante las tomas nocturnas, colechamos, y a Biel le gusta estar bien pegado a mi, si puede ser agarrándome un pecho con la mano para tenerlo controlado. Y claro, si hay una pezonera interfiriendo, puede ser que esta acabe en cualquier parte con los movimientos nocturnos.

Después de varias tomas, cuando ambas están sucias, toca ir a lavarlas, pero antes, hay que encontrarlas entre las sábanas… Y muchas veces, me las he encontrado pegadas literalmente a mi hijo… xD

…Porque pone la cara encima, porque se revuelve y van a parar donde sea… y como son de una finísima silicona que se adhiere fácilmente si está húmeda, quedan pegadas allí donde caen.

A veces, lo coge Mamífero cuando está dormido, y se lo lleva con la pezonera pegada, y si no la vemos, puede caerse en cualquier parte… Eso o que la tiremos sin querer porque son transparentes y ligeras, vamos, que se confunden en seguida… yo ya las he rescatado de la basura un par de veces!

Y para muestra de lo gracioso que es encontrarse a tu bebé con un pezón de plástico pegado, os dejo estas fotos en las que se convirtió en un Bielcornio ❤