Ducharse con un bebé

Hoy vengo a contaros, brevemente, como son mis duchas modo fast forward.

Yo amo el momento ducha, de siempre, y si en vez de un pim pam es una ducha versión extendida, o un baño… me vendo por ella. Y ahora con Biel, las duchas son resúmenes de lo que eran, y a veces, en compañía. Así que se han vuelto todavía más valiosos esos días en los que me doy el lujo de encerrarme sola en el baño un buen rato.

Hoy era uno de esos días en que tocaba entretener al bebote un par de minutos para poder hacerme una puesta a punto higiénica. Para eso, hay que hacer una preparación, que me ha llevado más tiempo de lo que ha durado mi ducha. Antes metía el parque de muñecos colgantes (o ahorcados) o la manta de juegos, y tira millas. Ahora que Biel ya es un peligro reptante, y que además, no aguanta mucho rato jugando a lo mismo y mucho menos encerrado en un baño, he tenido que currármelo más en cuanto a seguridad.

Y he montado este percal:

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Está compuesto del colchón de la cuna, y haciendo de barrera antifugas/antigolpes un par de almohadas, cojines, y la bañera hinchable. Le he tirado también su amado gatete-sonajero-mordedor, el dou-dou, un juguete bailongo de ventosa en el suelo, la bolsa de agua caliente y una botella de plástico pequeña (estamos en un punto en el que los juguetes se la sudan y prefiere experimentar con cosas distintas cada día).

Todo dispuesto para dejarle y entrar corriendo bajo el chorro de agua bajo la amenaza: el sistema se autodestruirá en 3… 2… bebé liándola.

Tengo que decir que Biel ha aguantado bastante bien, no la ha liado hasta que me estaba vistiendo, momento en el que se ha colado 2 veces por un hueco entre el colchón y la bañera. Porque nuestro peque es un hacker y siempre encuentra los errores del sistema para hacer de las suyas ❤

Le agradezco a Maru que haya hecho su aparición estelar para ver qué estaba pasando en el baño que andaba muy distinto… Ha entrado, ha pasado revista del nuevo estado de acolchamiento del baño, y ha salido de un salto por encima de Biel que intentaba atraparla. Eso ha entretenido al bebé un par de valiosísimos minutos!!

Como podéis ver en la primera foto, los juguetes que le he puesto han sido ignorados (solamente la botella que era nueva le ha interesado un minuto)… Ha preferido tocar y mirar dentro de la bañera (así ha estado más de cinco minutos), suficiente para que me diese una ducha bastante digna ^_^

 

 

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Abrazos mamíferos ❤

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

digna ^_^

 

 

 

 

15 semanas: movimiento libre y autonomía

Durante este fin de semana pasado, Biel lo ha estado petando con sus logros, no me da la vida para celebrarlos, y contarlos!

Sábado por la noche, habiendo hecho mil intentos y muchos casi-logros de chuparse los pies… Después de llegar un par de veces pero equivocarse chupando la mano que aguantaba el pie… Tras muchos quiero y no puedo acompañados de quejidos, gritos o gruñidos de esfuerzo y hasta llantos de frustración por no llegar… Lo consiguió!!

Y ahí estaba su padre para inmortalizar el momento:

 

Tengo que apuntar el detalle de que solamente llega cuando está sin pañal, ya que tiene más movilidad… Algo que es interesante tener en cuenta para todos los bebés, ya que tanto los pañales, como la ropa les limitan algo el movimiento, las sensaciones… y eso repercute en su capacidad para explorar sus posibilidades. Así que intento que esté siempre con la ropa justita cuando hay buena temperatura, sin calcetines, y un rato al día sin pañal. Momento que aprovecha para chuparse los piecitos 🙂

Y el segundo logro, el del domingo, tiene chicha, así que, antes de explicaros como ha sucedido, quiero contaros que pretendo poner en práctica la metodología del movimiento libre que desarrolló la pediatra Emmi Pickler. Teorías que casan con la línea de crianza con apego, que fomentan la autonomía, el respeto y autoregulación en todos los sentidos. En cuanto a movimiento se refiere, partimos de la base de la no intervención, por tanto, se supone que no debemos colocar al bebé en ninguna postura que no haya alcanzado por si mism@, siendo la posición inicial la de estirado boca arriba. Ni boca abajo si no se gira por si mism@, ni sentado cuando no aguanta por si sol@ la postura, ni enseñarle o inducirle a girarse, andar, gatear… Simplemente, esperar que con el tiempo, y un entorno adecuado, el bebé vaya alcanzando metas por interés y capacidad propi@s. Por estas razones, no usamos sillas de paseo, hamaca, parques cerrados o elementos de este tipo, para no forzar posturas y impedir su libre movimiento. Sus ratos de juego y descubrimiento son a ras de suelo o en la cama, a un palmo de este, para que tenga la posibilidad de moverse cuando desee sin peligro alguno.

Os dejo un par de enlaces por si es de vuestro interés 😉

En el primero, encontraréis una comparativa muy interesante de las fases del desarrollo por meses; en el método de movimiento libre, o en el intervencionista (el que marca el pediatra convencional). Es muy curioso ver la disonancia de fases entre uno y otro, como varían las edades, e incluso, como se altera el ritmo natural de pasar de una postura a otra, siendo la evolución natural: boca arriba, boca abajo, rodar, reptar, gatear, sentarse, de pie y marcha estable. En cambio, cuando intervenimos, se da un desarrollo desfasado: partiendo de que la posición inicial es boca abajo, le siguen muchas posturas antinaturales (se mantiene sentado con apoyo, se mantiene sentado si alguien lo sienta, camina si se le sostiene con ambas manos…). Todos esos logros son intervenidos y propiciados, algo que es innecesario y que puede crear inconvenientes.

Al pasar de boca abajo a boca arriba y no al revés, se obvia la fase de reptar, que es la que, de manera natural (movimiento libre) lleva al gateo, y este, posteriormente, incita a sentarse al bebé. Cuando un bebé se sienta antes de gatear, se da un gateo no harmónico (pueden, por ejemplo, gatear arrastrando el culo) y tardío, o no llegar a gatear si quiera, si seguimos interviniendo para que se pongan en pie. Lo esperable, es que un bebé sienta la necesidad de sentarse cuando tras desplazarse reptando y gateando, quiera parar y explorar ese nuevo lugar o cosa que ha alcanzado, no que parta de la posición sentado para después desplazarse.

Se supone que el proceso debe ser al ritmo del bebé, no de nuestras ganas por verles pasar fases. Ahora bien, está siendo difícil ser purista con todo esto… Cuando Biel está en brazos, pocas veces, excepto tomando pecho, quiere estar estirado boca arriba  (y ya os conté en esta entrada que los primeros meses tuvimos que hacer el lactasutra, forzando posiciones sentado, etc…). Acostumbrado a vel mundo derecho, ya ras un rato de juego boca arriba, él pide verticalidad, estar en nuestro plano, participar de todo, y esto, desde los primeros días. Y como respetar su voluntad también está en mi línea de crianza, aunque se contradice en este punto con el movimiento libre, pues le hemos sentado, recostado, puesto boca abajo…

La primera piedra la encuentras cuando llegas al pediatra los primeros días, con tus convicciones sobre movimiento libre claras, pero lo primero que os recomienda es: pon al bebé boca abajo un rato cada día para que fortalezca la espalda. MEEEC! Error.

Pero claro, lo haces, porque: y si, es tan necesario realmente…? No me lo tomé al pie de la letra, creo que durante muchas semanas enteras ni siquiera le he puesto así… Pero si que lo hacía de vez en cuando, siempre, eso si, que le viese en buena disposición de hacer ejercicio, y si le veía a disgusto, nada. Y al hacerlo, me daba cuenta de que Biel de musculatura de cuello y espalda andaba sobrado (bondades del porteo, y que nació ya con la cabeza muy tiesa).  Así que, hemos prescindido de ese ejercicio, para dejarle hacer, y vaya que si hace.

Sabe darse la vuelta desde las primeras semanas, pasando de boca arriba a boca abajo con más o menos éxito, dependiendo del momento, lo cansado que esté y la motivación que tenga. Sobre todo por las noches le sale muy bien, cuando quiere ponerse a dormir boca abajo, no hay quien le cambie esa postura. E intenta reptar y desplazarse como puede, con bastante éxito desde hace un mes. Supongo que va en su carácter, es muy activo, curioso y necesita moverse, así que va bastante rápido alcanzando metas. Además es muy terco y perseverante, y lo que se propone, lo consigue (esto viene de famíla…).

Y tooodo esto me lleva por fin, a contaros el logro de ayer…

Tras un baño y sesión de juegos que ya degeneraba en tragedia por no poder transportarse hacia sus objetivos por descubrir, me dio una grata sorpresa. Dejé a Biel en la cama (como os conté, en esta entrada tengo los colchones a ras de suelo, así que no hay peligro de caída), boca abajo haciendo sus flexiones del día y con muchas ganas de moverse hacia un extremo de la habitación. Se le nota cuando quiere ir hacia alguna parte porque mira fijamente mientras se abalanza con todo el cuerpo en esa dirección, y se impulsa con las piernas. Y en el caso de ayer, se agarraba de las sábanas con las manos, para ayudarse a avanzar hacia adelante.

Normalmente, después de desplazarse unos centímetros, o dar vueltas sobre su propio eje como un compás, sin éxito de alcanzar lo que desea, se cansa. Normal, es mucho esfuerzo para un monete de 3 meses mantenerse erguido un rato e intentar desplazarse. Entonces, suele hacer acopio de todas las reservas de fuerza que quedan, para lanzarse cual cachalote hacia un lado y volver a la posición inicial de descanso.

Como os decía, le dejé en mitad de su ejercicio matutino, en medio de la cama, mientras aprovechaba para poner en marcha una lavadora. Durante un minuto, se escuchaban sus graznidos de deportista de élite, quejándose del tamaño esfuerzo que realizaba. Luego, el silencio sepulcral. Pensé que se habría cansado y estará boca arriba descansando ya. Dos minutos debí estar fuera de la habitación, y cuando vuelvo, me lo encuentro boca arriba, en el suelo! Había atravesado la cama, otro mini colchón de «seguridad» que tengo a un lado, y había llegado hasta la puerta del balcón. Por el camino se encontró con un pantalón mío, y lo había agarrado, para ir a su gran objetivo: su amada cortina.

La cortina que tenemos en la habitación, que en realidad es una sábana muy chula, le fascina desde que nació. Es de colores cálidos contrastados con tonos claros que dejan pasar la luz del sol en distintos grados. Se pasa ratos largos mirándola, y muchas veces le acerco para que la toque y la vea de cerca. Pues ahí estaba, abrazado a mi pantalón, chupándolo, mientras agarraba la cortina y la movía viendo la luz del sol al otro lado. Su cara de satisfacción y felicidad absoluta por haber llegado solito allí, impagable. Yo flipando de verle así, felicitándole por su hazaña, y él con una sonrisota de oreja a oreja, contento de que me gustase tanto la sorpresa 🙂

Biel y la cortina prometida:

Allí se quedó un buen rato, inspeccionando la tela, la luz y la sombra, tirando de ella, chupando, aprendiendo, disfrutando de su aventura. La primera de muchas en esto del movimiento. Y yo enamoradita de mi peque, que se hace tan grande por momentos, y es tan adorable cuando está satisfecho al conseguir algo nuevo… Cuantas alegrías nos da Biel, que felicidad verle tan despierto, con tanta energía y pasión por la vida!

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Abrazos mamíferos ❤

 

 

 

 

 

 

Creciendo… semanas de la 8 a la 11 (primera parte)

Por fin:¡habemus vacaciones pediasaurias!

Después del agobio inicial por el escaso engorde como os conté (cual animalillo de granja…) de Biel, no tenemos que volver al centro de salud hasta que cumpla los tres meses 😀

Que tranquilidad verle crecer en paz, sin cumplir expectativas! Cierto es que no teníamos ninguna obligación de ir cada semana a pesarle, pero la primera semana sembró la inseguridad en mi, y me daba miedo que no cogiese bien el peso…

A estas alturas tengo bastante claro que si mi hijo no se alimenta adecuadamente o enferma, lo veremos en seguida, mejor aún que un médico… Ya que cuando dije la primera semana que Biel lloraba mucho, lo achacaron a los cólicos (diagnostico comodín…), y se preocuparon más de que le diésemos algo para eso, que ver si, efectivamente, tenía un problema de succión.

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Hasta ahora todo eran dudas e inseguridad, pero este segundo mes se podría llamar: te conozco como si te hubiese parido. Ah, espera, es que si que te he parido! Claro que todavía dudo de muchas cosas, pero siento que llevo mucho más por la mano esto de cuidar un bebé. Se interpretar lo que le pasa con verle la expresión, nos conocemos mucho más y puedo hasta adivinar lo que necesita antes de que lo manifieste. Pasamos todo el día juntos, y eso hace que estemos muy conectados, para lo bueno y para lo malo. Cuando me agoto o me saturo, se le pega el malestar, y es necesario que nos despeguemos un rato para cargar las pilas, y si no es posible, toca cambiar el chip y tomármelo con calma para no contagiarle.

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Biel crece por momentos, es increíble como en un par de semanas se ha espabilado, y como han cambiado tantas cosas. Algo que he notado mucho, como os he ido comentando en mis entradas sobre pezoneras, es que mama mucho mejor y muchas tomas (de día casi todas) sin pezoneras! Hace tomas muy efectivas, tiene más práctica, más boca, mejor succión, y eso traduce en tomas más cortas. Mientras que antes eran interminables, ahora en 15, incluso 10 minutos ya ha acabado. A veces se está más rato por disfrute, para dormirse a gustito, pero no por hambre.

Últimamente, el patrón de sueño de Biel ha cambiado un poquito, no demasiado, pero se nota una ligera evolución. Desde la última toma de la madrugada ( que suele ser alrededor de las 3 ) hasta la siguiente, de vez en cuando alarga un poquitito más, llegando hasta 4 gloriosas un par de días (aunque la media siguen siendo 2 horas y media, máximo 3). Ese sueñecito largo es de agradecer después de dos meses durmiendo a intervalos de dos horas, incluso menos. Eso si, después de eso, las tomas vuelven a ser cada dos horas más o menos.

Por las noches tenemos un dilema con los pañales de madrugada y de primera hora de la mañana. Tiene hambre, mama, pero cuando lo hace, le entran ganas de hacer caca y no está cómodo. Pero parece que si no sigue mamando, no la hace nunca, o va a plazos… así que hace la toma parándose, con quejas, revolviéndose…Hasta que al final, acaba haciéndola, y se queda tan a gusto que se duerme. Entonces, toca cambiarle, pero cuando lo hago, lo despierto y se enfada, lógico. Y toca volver a ponérmelo al pecho para dormirle, pero eso, a veces hace que le vuelvan a a entrar ganas de hacer caquita… Así nos podemos pasar horas liados entre las 2 y las 4 de la madrugada y de 7 a 10 de la mañana normalmente, con el bucle: teta-pañal-teta-dormir-pañal-teta….

Llega un punto en que normal, se empacha, y no quiere teta, no puede dormir, y no sabemos lo que necesita. Cuando me pasa eso tengo dos opciones, la primera es intentar que se duerma en brazos, meciéndolo, poniéndole encima mío mientras me meneo estirada en la cama, caricias, hablarle suave, muchos mimos, tranquilidad… y esperar que se duerma para poder dormir yo otro ratito. Si el rollo zen no funciona, toca desperezarse, me lo cuelgo en la mochila y a hacer cosas y andar por casa hasta que se duerme. Esta opción es la más efectiva, no suele tardar más de 5 o 1o minutos en caer, pero claro, yo no descanso más.

Ya por la mañana se despierta muy seguido, incluso cada hora desde las 7-8, por incomodidad, ya que suele tener ganas de hacer caca. Va mamando, tirándose pedetes y echando sueñecitos cortos hasta que no quiere dormir más. Acostumbra a despertarse hacia las 10, haciéndome monerías, riendo y hablándome para que no me vuelva a dormir mientras mama. Entonces, pasamos una horita de risas en la cama, mirando cosas y haciendo ruiditos. Para mi, que siempre me ha costado mucho levantarme de buen humor, es un placer hacerlo así, el mejor momento del día! Aunque hayamos pasado mala noche y me falten muchas horas de sueño, me despierto contentísima a su lado.

Está creciendo un montón, sobre todo de largo, y con los pies tan grandes que tiene, los pantaloncitos y pijamas con pie se le quedan pequeños semana a semana. Ya he empezado a apartar las cosas más pequeñitas y quiero clasificar las prendas que más nos gustan y nos quedaremos para el próximo bebé, lo demás irá para las amigas que lo necesiten. Da mucha pena empezar a jubilar ropa, que poco dura… y eso que a Biel cuando nació todo le iba grande, así que la ha amortizado bastante. Algunas cosas apenas las ha llevado un par de veces, menos mal que no compramos nada de ropa nueva… Con dos meses ya le estamos poniendo ropita de 3 meses, y eso que es un bebé pequeño. Me pregunto que hubiésemos hecho con tanta ropa tallas 0 a la 3 si hubiese salido grandote. Por suerte, ropa no nos falta, tenemos de todo y de más, hasta que cumpla el primer año de vida 🙂

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También se le ha quedado pequeño el cambiador (ya os contaré en otra entrada como lo hemos solucionado) y la parte pequeñita de la bañera ya le queda bien justita. Estoy deseando que se siente para poderlo poner en la grande, y que empiece a jugar un poquito con el agua, que de momento no le hace demasiado caso.

Ha empezado a intentar moverse estando boca abajo (aguantándose con los brazos e impulsándose con los pies) y a rodar. Antes se daba la vuelta, pasaba de boca arriba a boca abajo con gran esfuerzo (por la noche me lo encuentro boca abajo un montón de veces), pero ahora se gira con mucha agilidad, tanta, que hemos puesto los colchones en el suelo para evitar que se caiga. En otra entrada ya contaré más detalles de como hemos reestructurado la habitación para hacer colecho modo japo 😉

En estas últimas semanas ha estado avanzando muchísimo física y verbalmente.Coge cosas con las manos, toca, chupa… está muy gracioso!  Me agarra el brazo con las dos manos para chuparme la mano, y cuando le acerco la cara o cualquier cosa abre la boca y saca la lengua porque quiere probar para saber que es. Está babeando un montón, si lo tienes en brazos, seguramente acabarás con una roncha de babas en el brazo o la espalda.

Durante estas semanas, le han crecido bastante los pelillos de las cejas, en las fotos no se percibe, pero ya empieza a ensombrecer el vello. Las pestañas las tiene mucho más largas, apunta maneras a que las tendrá como yo 🙂 Lo que no le crece demasiado es el pelo de la cabeza, solamente tiene muy larguito el pelo del medio de la cabeza. Eso hace que le quede una cresta muy graciosa nada más secándole el pelo hacia atrás con la toalla, queda más guapetón mi pequeño mohicano!! Me acuerdo que durante el parto, cuando coroné, me decían las matronas: uy, que pelo más largo, tiene mucho pelo!! Y me lo tocaba y si, tenía un buen mechón, pero cuando nació vimos que solamente por arriba, por los lados lo tiene muy cortito.

Aquí lo tenéis chupándose los puñotes después del baño con su crestita ❤

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Pasa mucho tiempo moviendo los brazos, mirando la sombra que hace (como en la foto de arriba), intentando tocar o coger cosas… Y se fija mucho en las cosas que están lejos, pero como no las puede tocar se acaba frustrando mucho. Le encanta esta tela que tenemos en el sofá con florecitas dibujadas, y con otras similares de dibujitos también, las intenta coger y se pasa un buen rato entretenido en ello. Mirad que carita de concentración…

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También le gusta tocar estos elefantes (regalo de L. ❤ ), que tienen una campanita que suena cuando se mueven. Desde que llegó a casa los mira encandilado por los colores que tienen, y ahora que puede coordinarse y darles con la manita, los disfruta más 🙂

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Os seguiré contando en otra entrada, que cuando me pongo a pensar todo lo que va pasando, me colapso de tantas cosas que querría escribir y no me da la vida… Mi hijo tiene el radar de «madre tecleando» encendido y va a sonar la alarma…hasta la próxima! 😉

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Abrazos mamíferos ❤

 

 

 

 

Nuestra experiencia con las pezoneras

Como os conté en las entradas sobre nuestro primer mes de lactancia (podéis verlas aquí: primera, segunda, y tercera parte), estamos usando pezoneras para que Biel pueda cogerse bien al pecho, ya que tiene un frenillo tipo 4 que le acorta la lengua, dificultando que pueda alimentarse adecuadamente sin esta ayuda. Por el tipo de frenillo, no nos recomendaron la intervención, que es algo más complicada que el simple corte de la piel bajo la lengua, y eso tampoco nos garantizaba que se solucionase su problema. Nos queda entonces, esperar a que crezca su boca y mejore su agarre por si solo.

Las asesoras de lactancia nos recomendaron seguir con las pezoneras hasta que viésemos que a Biel le sea posible mamar sin ellas, y no tener prisa en sacarlas. A mi me preocupaba en un principio que le diesen algún problema, pero no tiene ningún efecto negativo para su desarrollo. Me quedaba todavía la inquietud de que eso afectase a nuestra lactancia, a la producción de leche y el correcto vaciado del pecho, o que, después de tanto tiempo con pezoneras, Biel no supiese agarrarse sin ellas.

Por lo primero, me quedé tranquila al saber que las pezoneras de ahora, que son de silicona muy fina, no interfieren en la correcta succión. Las de antes (de caucho o látex) eran más gruesas y si que podían causar problemas, pero estas son como un guante para el pezón. Podéis ver lo distintas que son las pezoneras de caucho (izquierda) o las de silicona (derecha). Yo uso esta misma, de Medela, tienen 3 tallas, y es importante elegir las adecuadas para que la lactancia no se vea afectada.

Hay muchas marcas y formas de pezonera, y suelen llevar una parte más achatada que se orienta a la nariz del bebé, para no se ahogue si se dan la vuelta o se despegan, algo que pasa muy a menudo.

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Estaba tranquila entonces con el hecho de poder mantener una buena lactancia de esta manera, pero claro, depender de las pezoneras es un engorro… Tienes que llevarlas siempre encima en su estuche, lavarlas, humedecerlas (porque secas no se enganchan nada a la piel), colocarlas bien haciendo el vacío para que no se caigan…

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Y hecho todo esto, poner al bebé al pecho, que seguramente, te dará un manotazo tirando la pezonera al suelo, y vuelta a empezar… Y si eso nos pilla fuera de casa, y porteando, es una dificultad añadida. Eso hace que tanto la madre como el bebé hambriento, pierdan tiempo y ganen ansiedad…con lo fácil que es sacarse la teta y a comer!! Por no hablar de que varias veces en la toma (o muchas si está cansado o inquieto), se saldrá la pezonera (suele ir llena de leche, mojándolo todo…), y la tendrás que colocar tantas veces como haga falta.

Y es que, claro, el instinto de monete de los bebés hace que se agarren literalmente al pecho, y si hay elementos circundándolos, los cogerán seguro. Muchas veces Biel la coge y cierra el puño bien fuerte, enfadado, y es un drama: llora de hambre porque no tiene dónde agarrarse, y no suelta la pezonera que acaba de quitarme. Otras veces la saca, y la coge con ambas manos y sigue chupando de ahí el pobre, hasta que se da cuenta que aquello no da leche… Y cuando se duerme al pecho (el 80% de las tomas), al dejar caer la cabecita, se suelta la pezonera y se desvela, o le queda a la altura del ojo o algún otro lugar molesto que le despierta. Vamos, que son un buenísimo invento, a nosotros nos han salvado la lactancia, pero tienen sus inconvenientes.

EDITO: Para enlazaros esta entrada, en la que he añadido y aclarado varios puntos sobre el uso consciente de pezoneras 😉

Yo iba probando a ver si Biel podía cogerse al pecho sin ellas, para que no se olvidase de como hacerlo, pero no, ya no reconocía el pezón. Y pese a saber que no hay ningún problema en seguir la lactancia el tiempo que sea con pezoneras, me daba mucha pena que hubiese olvidado como hacerlo… Hasta hace un par de semanas, que consiguió cogerse tras varios intentos, pero al ver que no succionaba correctamente me avisaba con un par de gruñidos de frustración (que desembocaban en llanto si no le colocaba la pezonera) que aquello no le funcionaba. Seguí ofreciéndole sin pezonera, muy de tanto en tanto para ir viendo su reacción, pero sin insistir ni agobiarle a menudo para que no cogiese aversión, y siempre me decía que no.

Hasta que la semana pasada, que estaba dándole el pecho, y en una de estas, se cae la pezonera y noté algo distinto, cuando miré, estaba enganchado al pezón directamente! 😀 Me emocioné mucho, sobre todo porqué había sido de una manera tan natural, sin pretenderlo, y salió perfecto! Siguió mamando un par de minutos más solamente, pero me esperanzó mucho ver que él solito se había reencontrado con mi pezón. Y para mayor alegría, hace unos días, hizo una toma entera sin pezonera, sin quejarse! Le di a probar a ver si lo cogía, y a la primera. Al ver que él seguía sin rechistar, lo dejé que acabase la toma, y tan a gusto.

Sigue sin cogerse bien del todo, haciendo chasquidos, pero siento que al tener la boca algo más grande, le cuesta mucho menos que antes. No hace tanto esfuerzo como cuando nació, que me machacaba los pezones de lo fuerte que tenía que chupar para que no se le escapase y sacar algo de leche. La toma no fue más larga de lo normal, y quedó saciado, no como en las primeras semanas de lactancia sin pezoneras que podía pasarse el día mamando y quedarse con hambre.

No sabéis la alegría que siento al ver que ha mejorado por si solo, y que seguramente, algún día podremos prescindir de las pezoneras. Para él será una gran mejora, porque con las pezoneras traga mucho aire y lo pasa mal con los gases… Poco a poco, iremos haciendo más tomas sin ellas hasta dejarlas, sin prisa, pero avanzamos!!  Eso me ha dado seguridad, porque al depender de las pezoneras, era un poco agobiante si Biel se ponía intranquilo en cualquier lugar, tener que ponérmelas para consolarlo. Ahora se que en cualquier momento que lo necesite, puedo darle el pecho sin hacerle esperar. Muchas veces solamente quiere un par de chupadas para tranquilizarse o acabar de dormirse, y era un engorro depender de tener siempre una pezonera limpia a mano.

Espero que esta aventurilla pezonil tenga pronto un feliz desenlace, para que ambos estemos más tranquilos y teteando mucho tiempo sin silicona entre ambos 🙂

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Abrazos mamíferos ❤

Cositas divertidas de las 4 a las 8 semanas II

Si no leíste la primera parte, la encontrarás aquí 😉

Biel ha pegado un buen estirón, en estas últimas semanas ha crecido 2,5 centímetros, y en el último més ha subido en total un quilo. La ropita más pequeñita ya se ha jubilado, y algunos bodies que todavía son de su talla, le quedan justos por arriba, porque se ha ensanchado de pecho, aunque de piernas está flaquito. Le han salido unos mofletotes que dan ganas de comérselo, y también una papada hermosota. De un día para otro, los pañales de talla 1 le quedaron pequeños, y eso que es un bebé de poco peso. Así que pasamos unos días de transición hasta comprar los de talla 2, en la que cada caca, era un cambio de ropa entera, a veces también la mía o lo que pillase cerca… Así que ensuciaba tantos conjuntos de ropa como pañales al día… Menos mal que esas manchas de color mostaza salen de la ropa más fácilmente de lo que pensaba 😉

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luciendo papada ❤ 

Hablando de pañales, cada vez tengo más ganas de que nos lleguen los pañales de tela y pasar de los deshechables… Cambiamos una media de 7 pañales diarios, que a veces son más. Un paquete de 40 pañales nos dura menos de una semana, y aunque son caros, lo que más me duele en el alma es lo que ensuciamos… Llenamos una bolsa de basura grande cada semana solamente de pañales, es una verdadera barbaridad!! Nosotros los compramos de materiales ecológicos y biodegradables, pero igualmente, es un despropósito esto de usar y tirar 😦

Alguna vez hemos usado de una marca comercial conocidísima (a la que boicoteo por sistema por su falta de ética) porque nos los regalaron, y se nota mucho como reacciona la piel con los materiales del pañal. En 24 horas de usarlos, y cambiándolos al momento con cada pipí o caquita, Biel ya tenía la piel irritada… Con los pañales ecológicos no le ponemos cremita de pañal más que cuando hace falta, muy puntualmente porque tiene la piel estupenda. Solamente le ponemos un poquito de aceite de almendras cuando lo bañamos y la crema de baño de caléndula (no usamos cremas ni ningún otro cosmético), y le dejamos sin pañal un rato cada día para que se airee bien la zona, si es posible, al sol (consejo de la Pediasauria).

En la revisión del mes, el pediatra lo cogió en el aire por las manitas como un muñeco (sin avisar ni nada, que susto me llevé…) para ver si se mantenía erguido. Y se quedó tieso, con la cabeza recta, y sin asustarse del meneíto (le gustan las emociones fuertes al monete). Nos dijo que está muy fuerte, algo que ya intuía por como sostiene la cabeza desde el primer día de vida, como se mueve, patea, se retuerce y aprieta con las manos con fuerza. Cuando se enfada se pone tieso, a modo de bicho-palo, y cuesta muchísimo manejarlo por la fuerza que hace.

Durante estas semanas no hemos tenido demasiados lloros nocturnos, la hora bruja parece que disminuye va a medida que hacemos rodaje como padres y nos entendemos mejor. Alguna noche aislada tiene llantera inconsolable, no se calma con teta, ni paseos, ni quiere saber nada de mimos. Y se pasa mal, porque no le puedes ayudar y llora como si se acabase el mundo… Pero siempre es por el mismo motivo, gases, una caca que no sale… Le intentamos ayudar con masajes y aceite, movimiento de piernecitas, hula-hula, cambios de postura, cogerlo boca abajo por la barriguita… y claro, cualquiera de estas cosas hacen que el motivo de su dolor haga presión y le duele, entonces grita más.

Conclusión: necesita tiempo. Es lo único que hace que se le pase el cabreo. Debemos intentar no desesperarnos y pensar que de un momento a otro soltará lo que le está doliendo y se quedará tan a gusto. Pero claro, eso a veces tarda un par de horas hasta que sucede, y si toca de madrugada el cansancio lo hace más insoportable… Y da la casualidad que siempre tiene una caquita programada entre las 2 y las 3, y desde la hora de la cena hasta que no la suelta está incómodo.

Entre los malestares intestinales y demás problemas de bebé, a veces le cuesta muchísimo dormir, o se duerme para despertarse a los 5 minutos y volvemos a empezar… Lo que mejor le funciona para dormir es la teta y el movimiento, pero a veces (por las noches, cuando le duele la barriguita sobre todo) ni eso. Hemos desempolvado un carrito de niño grande que nos dieron para ver si con el meneo se duerme… pero no, en cuanto lo senté allí me miró con cara de: oye! aquí dentro no me dejes…  y no hubo manera de calmarle con él.

Hemos aprendido mucho a manejarnos con Biel, conocer sus puntos flojos y adaptarnos a ellos. Por ejemplo, si se duerme en brazos y lo dejo se despertará enfadado, pero si me espero un buen rato hasta ver que ha cogido un sueño más profundo, y le dejo delicadamente a mi lado, tocándome, no se enfadará por no seguir en mis brazos, pero debo seguir ahí. Se irá despertando o moviendo cada 10-15 minutos, alargando los brazos, y si me toca, se dormirá sintiéndose seguro de que estoy allí. Si queremos hacer algo, entonces la solución es llevarlo en la mochila para evitar estar consolándole cada x tiempo y esperando que se vuelva a dormir. Si va en la mochila, suele relajarse mucho, siempre que esté en movimiento se queda dormidito.

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Escuchando una canción de Mamífero

En general, es muy caluroso, a veces llora y es porque le sobra ropa, sobre todo por las noches. Como dormimos pegaditos, necesita ir ligerito, así que solo duerme con un body finito, sin pantalón, porque le sudan mucho los pies. En casa, con una capita de ropa de algodón fino está bien, aunque muchos piensen que pasará frío. Para salir tampoco lo abrigamos demasiado porque al portearlo también tiene calor fácilmente por estar en contacto con nuestro calor corporal. Así que a la ropa gordita que tenemos le estamos sacando poco partido, y a ver como pasamos el verano con este bebé tan caluroso…

A las 6 semanas pasamos por un brote de crecimiento que duró unos 10 días, los primeros fueron horrorosos (como os conté aquí)… Ni siquiera se podía dormir, estaba agotado, caía durante 5 o 10 minutos y se despertaba con los ojos como platos y berreando enfadado por no poder seguir durmiendo. Daba mucha penita… Llegué a preocuparme por su falta de descanso, hasta que caí en que era una crisis, y pasaría. Durante esos días, estuvo literalmente enganchado a mi, solamente se calmaba con teta y mucho contacto. No me podía separar de él, y no quería fular, se gobiaba… Así que en brazos todo el día: me lo llevaba al baño, nos duchábamos juntos… y cuando Mamífero estaba trabajando no podía ni comer en todo el día.

Uno de esos días de la crisis de crecimiento, tocó ir a hacer la compra y como no quería fular, se nos ocurrió coger un carrito con una sillita de bebé. Y el invento funcionó bien, fue tranquilo, mirando cosas, hasta consiguió dormirse!! Con lo que nos estaba costando que cogiera el sueño esos días nos alegramos un montón de que ese rato pudiese descansarlo.

Así se quedó de a gusto:

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Hasta que apareció la típica señora, sin educación ni límites o sentido común… y nos lo despertó!!! La muy atrevida (por no descalificar) a grito pelado a pocos centímetos de su oído soltó un: AAAI QUE PEQUEÑITOOO!! mientras le cogía la manita… ¿Es que no se pueden contener? Ya se que los bebés son enternecedores, que te pararías a mirarlos y a besuquearlos… Pero si el bebé no es tuyo, ni siquiera de alguien que conozcas: no está bien toquetearlo!! Además, sin pedir permiso, ni siquiera dirigirse a los padres… Encima le cogió las manitas, que se las chupan constantemente oiga!! Yo estaba mirando para otro lado y en cuanto la escuché, me giré con cara de mala leche y le solté: NO ME LO DESPIERTE!!! La señora se fue sin mediar palabra y con cara de: que tía más borde… Encima la maleducada soy yo, vaya tela!

¿Os ha pasado algo así alguna vez?

Hace cada mueca que parece un niño diferente en cada foto… xD ¿verdad?

 

Hay mil anécdotas diarias, risas y jolgorio en casa con este monete… seguiré contándoos 😉

 

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Abrazos mamíferos ❤

 

8 semanas

Ocho semanas, 56 días, 1344 horas, 80640 minutos, 4838400 segundos…

Resumiendo: casi dos meses desde que naciste….

No me puedo creer que llevemos todo este tiempo juntos, aquí fuera.

Eso que tanto soñamos, tener un hijo entre nosotros, es real, estás aquí!

Ocho semanas atrás, estando de parto, todavía no las tenía todas conmigo de tenerte entre mis brazos… Tenía tanto miedo de que algo se torciese, hasta el último momento sufrí por ti, y sigo haciéndolo, eso ya es para toda la vida. Cuando te pusieron sobre mi, tan delicado y a la vez tan lleno de energía, no lo podía creer… Ese sentimiento de irrealidad me acompañó mucho tiempo después, era como estar esperando a que de un momento a otro fuese a despertar.

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Tanto te esperamos, ha sido un camino largo y empedrado hasta que nos hemos conocido. Ha valido la pena lo bueno y lo malo para llegar hasta ti. Gracias por elegirnos como padres, por quedarte con nosotros y llenar de luz nuestra vida.

Fuiste muy fuerte, lo eres. Aguantaste un parto muy largo, y llegaste a este mundo aún con un montón de energía para berrear y patear. Buscando un lugar seguro, mi-nuestro cuerpo, lo único que conocías, y dónde encontraste en seguida alimento y consuelo. En cuanto te pegaste a tu teta, porque ya no es mía sino tuya, encontraste tu hogar, la calma, la seguridad que necesitas para ir creciendo y ganando terreno fuera de mi. A tu ritmo nos iremos despegando, sin prisa, para que nunca te falte la seguridad cuando seas mayor.

Tu primer día de vida…

 

Somos tan afortunados… eres un bebé sano, alegre, fuerte, bonito, gracioso… Que va a decir tu madre de ti, si te veo perfecto! Tienes enamorada a toda la familia, amigos y hasta los desconocidos se paran a comentar lo bonito que eres! Cada mueca y cada ruidito nos enterncen. Nos haces reír a cada rato, llenando la casa de alegría, dándonos un subidón de energía por muy cansados que estemos.

Hijo mío, que feliz nos haces! Ser padres es duro, pero cuidarte, es lo mejor que he hecho en mi vida. No lo cambiaría por nada del mundo, no puedo despegarme de ti bebé! Si me ofreciesen el mayor tesoro del mundo a cambio de separarme de ti un solo día, no sería capaz, moriría de pena!

Me encanta dormir contigo, sentir tu cuerpecito tan necesitado de amor, tu suave respiración en mi pecho, tus manitas cogiéndome para que no me separe… Y despertarme contigo, entumecida de haberme quedado dormida cual contorsionista para no molestarte… pero feliz. Al ver lo risueño que estás y como haces monerías cuando acabas de tomar tu tetita, se que ya es hora de levantarse y reírnos un rato juntos. Tu marcas el ritmo, yo te sigo, y aunque a veces sea agotador, me encanta ser tu madre.

Me has enseñado tanto en tan poco… y cuánto me queda por aprender! Ojalá sepa darte lo mejor de mi, espero aprender mucho y ser mejor persona para darte un buen ejemplo. Daría mi vida por ti, todo, a cambio de que sepas encontrar la felicidad en esta vida y que tengas buena salud para disfrutarla. Soy capaz de mucho más de lo que pensaba, puedo sacar fuerzas de dónde no quedaban por ti, para que no te falte nada.

Quiero que sepas que estaré siempre que me necesites, pase lo que pase, cuenta conmigo. Decidí traerte a este mundo, y por ello, me siento felizmente responsable de ti, de por vida. Espero celebrar muchos cumplemeses y cumpleaños, compartir tus alegrías y apoyarte en tus penas.

Biel, nuestro bebé, mi niño, futuro hombrecito… te quiero ❤

 

 

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Abrazos mamíferos ❤

Cositas divertidas de las 4 a las 8 semanas I

Este miércoles, Biel cumplirá 8 semanas, y desde las 4 en adelante, ha cambiado muchísimo!

Durante su primer mes de vida, apenas hacía algo más que dormir y mamar. Los ratos en que estaba despierto esbozaba alguna sonrisa, se agarraba con manos y pies a todo lo que tocaba, seguía con la mirada o la cabeza y ejercitaba un poco los músculos. Pero ahora, los ratos entre sueños y tomas los aprovecha muchísimo, tiene que aprender muchas cosas en poco tiempo y se esfuerza en ello. Abre los ojos como platos y se dedica a absorber información con todos los sentidos.

Ahora está mucho más espabilado, muy atento a todo y aprendiendo cosas nuevas cada día. Empezó a intentar comunicarse con sonidos la cuarta semana, y lo primero que hizo fue toser. Se dio cuenta que cuando lo hacía, le mirábamos o íbamos corriendo a ver si estaba bien. Así que siempre que quiere llamar la atención o tener algo parecido a una conversación tose. Tose él, y luego yo, entonces él contesta con una risita y otra tos… y así hasta que se cansa. Divertidísimo!

Estas últimas semanas está muy gracioso, se despierta contento, aunque a veces confunde el llanto con la risa y lo que parece una carcajada al principio acaba en drama… Y ahora también, hace pucheritos antes de ponerse a llorar, algo que es un buen aviso y te da algo de margen para intentar evitarlo. Normalmente amanece con ganas de mirar cosas, de interactuar, y le encanta que le hablemos e intentar imitar sonidos. Si le sonríes, te regalará sonrisas y carcajadas, o si no lo haces, empezará él a reírse para que hagas tu lo mismo. Si le repetimos un sonido, se queda pensativo abriendo la boca lo más parecido a como lo hacemos, y cuando lo tiene claro suelta con gran esfuerzo un: GA! o un AAAAAI, o EH!… Con una voz tan dulce que te lo comerías a besos… Acto seguido se ríe, contento de su hazaña, esperando que le hagamos fiestas y volvamos a repetir. Así pasamos unos buenos ratos cada día. Si le dejamos solo un momento mientras está despierto va tosiendo o vocalizando, y espera que le contestemos desde donde estemos, sino, considera que estamos demasiado lejos, se enfada y llora.

También tiene momentos de introspección, le encanta mirar cosas. Sobre todo, le fascinan las luces y las sombras, las ventanas, las cortinas por donde se cuelan los rayos del sol, y un cuadro de tonos rojos que tenemos en la habitación. Puede pasarse un buen rato mirando la sombra de su brazo mientras lo mueve a puño alzado, arriba y abajo. Esto lo hace sobre todo en el baño, cuando está en el cambiador, que es un sitio zen para él.

Normalmente aguanta un rato allí entretenido y puedo aprovechar para arreglarme por las mañanas o vestirme después de la ducha. Es un gran recurso también cuando no sabemos que hacer con él durante sus horas brujas, a veces, cuela, y se calma allí, llegando incluso a dormirse. Creemos que es por una mezcla entre las sombras que le entretienen, y el ruido del extractor del baño que le relaja. Últimamente estoy experimentando con los ruidos blancos para que se duerma y parece que, a veces, funcionan. También he notado el mismo efecto mientras cocino con el sonido de la campana.

Tiene espasmos de brazos y piernas como todo recién nacido, llegando a pegarse a si mismo puñetazos en la cara repetidamente. Este movimiento de brazo automático lo hace también cuando está mamando, es una especie de masaje-tortura sobre mi pecho: golpea y araña a la vez. Esas uñitas diminutas se clavan como alfileres, y como crecen! Cada semana se las limamos, en cambio, las de los pies no lo hemos tenido que hacer todavía. Al no parar de mover los pies apretando contra todo lo que siente en contacto con ellos, se las lima él. El otro día vi como tenía un trocito de uña del dedo gordo a medio caer.

En su primer mes de vida, cogía todo lo que estaba a su alcance, pero de manera aleatoria. Una vez lo escuche llorar a pleno pulmón, y era porque se había cogido su propio pelo por el cogote y estaba tirando de él… Y algo en lo que siempre ha tenido mucha puntería es en cazar mis pezones para después retorcerlos (es muy agradable…), y cuando llevo la pezonera me la quita o la tira del manotazo. xD

Ahora, además, intenta coger cosas a voluntad con las manos, todavía no controla, pero él lo prueba. Incluso intenta abalanzarse con todo el cuerpo cuando estamos lejos para hacernos saber que nos quiere tocar. Alarga los brazos y se mueve sin control, pero cuando consigue tocar lo que quiere su sonrisa y cara de satisfacción son impagables. El otro día consiguió cogerle la nariz a Mamífero, alguna vez ya se la había chupado (cualquier cosa a la altura de su boca se lleva un chupetón), pero esta vez no era un acto reflejo, cazó lo que quería para disfrute y diversión de ambos. Aquí os dejo la secuencia de fotos del momento 😉

Casi siempre tiene moquitos secos y cuando no los hecha por si mismo, le pongo un par de gotitas de suero. Se lo echo previamente templado por mi calor corporal para que no le moleste, y no es que no lo note, es que le encanta el proceso! Es que es un niño risueño y el suero le encanta, cuando aspira las gotitas y nota el saborcillo en la garganta, traga y sonríe, solamente le falta relamerse! Tanto le gusta que cuando me ve con la pipeta abre la boca y las gotitas que se salen intenta cazarlas con la lengua.

La primera vez que lo hice fue con cautela, pensando en que no le gustaría nada la experiencia, y lo hice en plan divertido, para no traumatizarlo. Tan payasa me puse que ahora el momento moquitos es de los más divertidos del día… Para él es como un juego, le voy comentando lo que hacemos con mucha efusividad, y al final, cuando el moquito asoma, le animo a que sople, y él colabora ya que sabe que cuando lo saca respira mejor. Esta es la carita de felicidad que tiene cuando hacemos limpieza de nariz 🙂

También tolera muy bien la vitamina D que nos han recomendado darle, se la doy con un dedo en la boca para que chupe, porque sino la escupe, y se la traga muy bien. Se la voy dando de momento, aunque no soy partidaria porque son igual de peligrosos los déficits de vitaminas que los excesos. En el caso de esta vitamina, algunos bebés por exceso, han tenido problemas con cierre de fontanelas prematuro… No me gusta suplementar por sistema, solo porque las estadísticas indiquen que un tanto por ciento de la población tiene baja la vitamina D, sin ver si cada bebé en concreto lo necesita en realidad. Con lactancia artificial noes necesaria, pues ya la llevan incluída, y con lactancia materna depende de que la madre esté bien.

Por ahora se la daremos porque no estuve demasiado al sol el verano pasado (con el embarazo me sentaba mal), y no debo ir muy sobrada. Mi idea es pedir una analítica después de este verano, para ver como estoy, y en todo caso, suplementarme yo, ya que por la leche ya le pasaría la cantidad adecuada de vitamina. Y aprovechar el sol todo lo que podamos, que es la mejor manera de adquirir la vitamina. Nos ponemos en el salón que entra el solecito unos 15 minutos, con el balcón abierto y sin ropita de cintura para abajo (la cabeza no según me dijo Pediasauria), y sin protección solar, claro. Lo hacemos a mediodía que es cuando más efectivo es, y es importante no ducharse en las 4-5 horas posteriores para dar tiempo a que se absorba.

Tomando el sol 😀

Se me ha echo larga la entrada, así que continuaré contándoos en la siguiente 😉

 

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Abrazos mamíferos ❤

Primer mes de lactancia III

 

Podéis leer la primera aquí y segunda parte aquí.

Seguimos yendo al centro de salud cada semana para pesarlo, le he he cogido aversión a esa balanza, la Pediasauria, la enfermera…Me preguntaban cada vez como era mi leche, si era aguada, que de qué color era… pues es normal, como la leche tiene que ser!! Como dice Laia, ¿acaso hay vacas que dan leche desnatada? ¿Porqué vamos a dudar de nuestra propia leche? Cuantos niños de lugares pobres crecen (incluso familias enteras) y se quitan el hambre gracias a que la mamá tiene leche, y nosotras aquí, poniendo en duda la calidad de nuestro mejor alimento…

Laia me pidió que le mandase un vídeo de Biel llorando para valorar el frenillo, y si, tal como sospechaban, tiene un frenillo submucoso tipo 4. Es un tipo de frenillo que no se ve a simple vista como los otros, y por eso, es difícil de diagnosticar. No es la típica piel que se ve debajo de la lengua, la lengua está simplemente más pegadita toda ella. Además, muchos pediatras no saben verlo (o no quieren para ahorrarse la intervención), pero se ve perfectamente cuando lloran por la manera como se arquea la lengua, y lo cortita que es (a Biel la lengua no le toca el paladar).

En muchos casos, según he leído, no afecta para nada o se soluciona el problema de lactancia con el propio crecimiento del bebé, y espero que eso sea lo que nos pase a nosotros. Al tener este frenillo a Biel le cuesta más trabajo succionar, además no hace el vacío correctamente (por eso los chasquidos) y se le sale de la boquita mucha leche. Por eso estaba tanto tiempo al pecho, me hacía grietas y no ganó peso esa primera semana. Al parecer con las pezoneras, además de ayudar a los pezones a curarse, Biel succiona mejor al tener más dónde agarrarse y eso hace que gane peso correctamente y esté menos ansioso.

Volvimos a pedir cita para que otro pediatra (Pediasaurio para nosotros) valorase el frenillo, y se quedó tan ancho diciendo que no tenía… Le pregunté que entonces por qué le costaba mamar, y la respuesta es para apuntarla en el libro de incoherencias más aberrantes dichas sobre la lactancia… agarraos donde podáis: Que a veces, el agujerito por donde sale la leche está medio tapado y hasta que no se destapa, pues les cuesta coger peso. La respuesta de Laia fue contundente: que este señor estudie anatomía, hay más de 10 conductos por los que sale la leche… Tendrá la carrera de medicina, pero sobre lactancia no sabe nada.

Esto es una locura, no se cuántas lactancias se habrán cargado estos pediasaurios diciendo estas barbaridades, y pautando suplementos biberón alegremente, sin aconsejar métodos alternativos para dar la leche, o recomendar suplemento de leche materna en vez de fórmula… Además, culpando siempre, a la mujer, sus tetas, su leche, y todo lo femenino, de los problemas de crecimiento de los bebés. Cualquier mujer sin recursos para encontrar apoyo, o con poca confianza en sus tetas, abandonaría, y no sería culpa suya perder la lactancia. Porque no es nada fácil dar pecho cuando surgen dificultades, duele, estás cansada, con las hormonas revueltas, y encima, minan tu confianza o no te apoyan. En vez de empoderarnos, darnos información y buscar alternativas, nos hacen sentir como unas irresponsables porque nos «encabezonamos» en dar teta aunque nuestros bebés no ganen peso… Pero los irresponsables son ellos, los profesionales sanitarios desactualizados, o desinformados en lactancia, que aún sabiendo que carecen de formación, se atreven a opinar. Ni siquiera te mandan a la matrona que sí se forma para ello, o a un grupo o asesora de lactancia, es lamentable…

También, existen matronas como la mía que aconsejan dar chupete a un recién nacido cuando todavía no está establecida la lactancia. A riesgo de confundir al bebé con el chupete y el pezón, o que baje la producción de leche (la estimulación es lo que hace regular la producción). Los bebés no usan el pecho de chupete, sino al revés, el chupete sustituye al pecho, y es muy peligroso para la lactancia materna confundir estos roles. Aunque no lo usen propiamente para alimentarse, es importante que se enganchen cuánto quieran para mantener la producción adecuada a sus necesidades. El pecho no es comida únicamente, calma su necesidad de succión, les relaja, les da calor, cobijo, seguridad, les ayuda a sobrellevar dolores y enfermedades, facilita el sueño, les transmite defensas y es una via de contacto directo con su madre. Además, si hubiésemos dado chupete a Biel que tenía problemas para succionar, podría haber agravado mucho el problema. Si a un bebé que coge poco peso le calmas la necesidad de succionar y no lo pones al pecho tanto como quiere, se calmaría, pero estaría perdiendo energía y tiempo que necesita para alimentarse.

Volviendo a nuestro caso, Laia nos consiguió un sacaleches para que empezase a suplementar con mi propia leche, algo que me dio mucha paz de espíritu por poder dejar de darle fórmula a Biel. Con esto comprobé que tengo muchísima leche y que obviamente, mis conductos lecheros (seguro que tienen un nombre más técnico…) están perfectamente destapados. Puedo sacar 100ml. de un pecho en unos minutos, y todavía queda leche para que Biel siga mamando si quiere. Seguí con el dedo-jeringa unos días, aunque no me hizo demasiada falta, porque Biel se queda saciado después de la toma del pecho directamente.

Ahora, seguimos con las posturas que le facilitan la succión, y las pezoneras que también parece que le ayudan a hacer tomas más productivas. La postura a caballito es la que mejor nos va a ambos, y además ayuda a que Biel haga el eructo fácilmente porque traga bastante aire al no hacer el vacío correctamente. La verticalidad para mamar le va muy bien para que se le asiente la toma, por lo que amamantar en el fular u otro portabebés en posición ventral, es ideal.

Las tomas de la noche las hacemos siempre estirados de lado, es como estamos más cómodos y Biel se relaja mucho así, le gusta saber que nos dormiremos juntos y que allí seguiré si necesita mamar más. Intento también hacer posturas ventrales, que eviten tener que luchar contra la gravedad y así no cansarme (os dejo este interesante artículo que me pasó una amiga por si queréis saber más). Y voy probando posturas a ver qué nos resulta mejor, o improvisando según convenga… He llegado a darle pecho sentándolo en el mármol de la cocina mientras me preparo el desayuno o en el cambiador para calmarle el berrinche post-cambio de pañal. Ahora dar teta es algo natural y agradable, también agotador cuando está muy demandante claro, pero por lo general, disfruto con mi monete mirándome a los ojos mientras come, esa cara de enamorado de su teta es impagable!

Entre las pezoneras y las posturas que le facilitan el trabajo, las tomas ya son más normales. Ahora ya no está tanto rato al pecho, y normalmente pasan 2 o 3 horas entre toma y toma ni está ansioso, pero lo necesita más tiempo o más a menudo yo le dejo hacer, está claro que ellos saben lo que necesitan mejor que nadie. Confío en el instinto de supervivencia de mi hijo: si quiere, que mame, cuantas veces haga falta y durante el rato que quiera.  Ya se detectar cuando se coge bien, y se que no se queda con hambre, que hago lo correcto (gracias a que me empoderó Laia ❤ ).

La siguiente semana que fuimos a pesarle, ya sin suplementos, Biel ganó 180 gramos, nos dieron el visto bueno, que estaba dentro de la tabla de pesos, por lo bajito, pero dentro de la normalidad. Respiré tranquila, necesitaba saber que íbamos bien. Y esta última semana ha cogido la directa aumentando 340 gramos, que subidón de peso y de ánimo!! Y lo hemos conseguido gracias a un buen asesoramiento, y a base de mucha teta. Esperamos que todo siga así de bien, incluso mejor, y que Biel pueda alimentarse bien sin ninguna intervención. Más adelante veremos como evoluciona y cuando podemos retirar las pezoneras. Tenemos pendiente ir a un grupo de apoyo a la lactancia, además de para devolver el sacaleches, para que nos vea la profesora de Laia en persona y darle las gracias por su ayuda.

Nuestras aventuras tetiles son una más de las muchas que han pasado tantas madres, algunas solas, otras con poco apoyo de su entorno, y muchas, por desgracia, acaban desistiendo… Como dice otra mamá bloguera en esta entrada, los ángeles de la guardia de la teta son de muchos tipos, y gracias a ellos, muchas seguimos en ello. Por suerte yo he tenido unos cuantos, mucho apoyo, fe en mi hijo y en mi capacidad de alimentarle.

Mi infinito agradecimiento a todos los que han creído en el teta-power y me han animado a seguir, y sobre todo a Laia por su apoyo y sabiduría, a Mamífero por estar sosteniéndonos y a mi hijo por demostrarme que estamos en lo correcto.

Espero que sigamos teteando hasta que uno de los dos se harte!!

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Abrazos mamíferos ❤

Primer mes de lactancia II

(Podéis leer la primera parte aquí)

Yo sabía que no hay leches malas, ni aguadas, ni relojes en las tetadas, ni cuentos de vieja… Pero me sentí fatal por no haber «engordado» a mi hijo y haberle hecho pasar hambre, aunque yo lo tenía colgado al pecho todo el día… Así de fácil y gratuito es desempoderar a una madre y hacerle dudar de la calidad de su leche.  Según Pediasauria, ella sabía que en los cursos de lactancia enseñan e insisten (y por algo será) que no existen leches malas, pero, según su gran experiencia, ha encontrado mamás que no logran engordar a sus hijos, y algunas, además, insisten, las muy inconscientes (ironía modo on)  en seguir con la lactancia… O sea, que la mujer se había actualizado yendo a cursos, pero en vez de aprender, y delegar los casos que se le escapaban del entendimiento a alguien con suficiente formación, se pasaba lo aprendido por el forro…

Insistí en que a lo mejor era un problema de agarre, frenillo, intolerancias alimentarias… Pero ella fue tajante y dijo que lo primero era que cogiese un peso correcto, que después ya valoraríamos otras cosas. En ese momento me desmoroné y lloré delante suyo. Puse todo mi empeño por seguir con la lactancia pese al dolor, y parecía no servir de nada… Sabía que si empezábamos a suplementar con biberón, la lactancia estaría vendida. Pero como era realmente urgente que aumentase de peso, fuimos corriendo a comprar leche de fórmula y biberón.

No pudimos optar a comprar una buena leche, ecológica, porque era mediodía y debíamos empezar ya. La única que había disponible era de una gran marca que no mencionaré, a la que boicoteo todo lo que puedo, que tiene cualquier cantidad de guarrerías añadidas e ingredientes de la peor calidad. Mamífero se puso a leer los componentes y al segundo le pedí que parase… Se me partía el alma de saber que le iba a dar todo eso a nuestro hijo, cosas que ni yo no tomaría…

El único biberón que había en el supermercado era de bebé «grande», hasta entonces, no sabía que habían «tallas» de biberón… no estaba informada ni preparada mentalmente para usar eso, incluso tuve que buscar información de como se prepara o esteriliza un biberón. Respeto a las familias que dan biberón plenamente informadas y por voluntad propia, pero yo, en ese momento, sabía que no era necesario y odiaba tener que dárselo. Ni siquiera quise prepararlo, y me morí de rabia al ver como Biel se tomó 30 ml. después del pecho, con hambre, y que, además después quedó saciado y tranquilo (aunque ese primer biberón lo echó entero poco después), durmiendo durante 3 horas, algo que no había sucedido antes. 

Esa misma tarde mandé a Mamífero a comprar un biberón que según dicen, emula al pezón materno, para que no se malacostumbrase, aunque claro, no es teta… Quería hacerlo con la técnica del dedo y la jeringa, pero me agobiaba no saber como medirlo (debía apuntar cuánto tomaba), si podía o debía esterilizarla… me saturé. Y escribí a Laia (no os perdáis su blog mdemamma!) a ver que me aconsejaba ella hacer en las siguientes tomas. Estuvimos hablando por teléfono, y me desahogué mucho, me sentí comprendida, sostenida, y con fuerzas para luchar por nuestra lactancia. Según ella, seguramente Biel tenía tomas poco productivas debido a un frenillo, y podríamos solucionarlo, al margen de la poca ayuda de la pediasauria. Me dio esperanzas, y me aseguró que no pasaba nada por un par de biberones, que seguro que era algo temporal, eso me tranquilizó mucho.

Me animó a darle el suplemento con la técnica dedo-jeringa ya que me preocupaba mucho que perdiese el instinto de succión al no estar establecida del todo la lactancia. Y no quería confundirlo más: primero con las pezoneras, luego biberón.. Yo ya veía que mi hijo no encontraría los pezones nunca más… Así que empecé a darle el suplemento de fórmula con esa técnica. Se trata de introducir un dedo y al lado la punta de una jeringa, y cuando succione, ir inyectándole leche poco a poco. Biel lo aceptó muy bien,  y al día siguiente ya había ganado 30g., pero nos hizo volver un par de días más adelante para seguir controlándole, e ir apuntando cuánto tomaba de suplemento.

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El primer día tomó entre unos 20 y 30 mililitros, según la toma, y en los días posteriores, fue disminuyendo, a veces 20, otras 10, y en algunas ni siquiera quería nada después de mamar. Eso era buena señal, significaba que mamaba mejor gracias a las pezoneras, se quedaba saciado, y el suplemento llegaría a ser prescindible. Como en esos días la pediatra vio la mejora que quería, le dije que quería suplementar con mi leche, que así sabríamos si realmente mi leche era «la culpable», y le pareció correcto, aunque ella seguía sospechando de mi «mala leche»…

Tuvimos que ir muy seguido, cada pocos días a pesarlo, por lo que no se veía mucho aumento de peso, pero si que iba subiendo. Yo estaba segura de estar haciendo lo correcto al insistir con el pecho, en ningún momento hice caso de la pauta de restricción de tomas o tiempo que me dijo Pediasauria. El pecho siempre a demanda, y cuando no quería más le ofrecía suplemento con la jeringa, que normalmente casi ni lo probaba. Aún así, yo me ponía de los nervios en cada visita, porque se ponía en cuestión mi capacidad de alimentar a mi hijo. Y aunque no dejé de creer en mi leche, seguía temiendo que Biel no cogiese peso, que tuviese algún otro problema y no lo detectasen por estar culpando a la lactancia…

Solamente nos hicieron llevar una muestra de orina una semana más tarde para descartar que no tuviese una infección. Eso fue otra aventura, porqué coger la muestra a un bebé es complicado… Te dan unas bolsitas (varias por si acaso) con una ranura que va pegada a la piel de alrededor del pene/vagina, esa es la parte sencilla… Se la pegas, le pones el pañal y esperas a que haga pipí, algo que no les suele gustar teniendo una bolsa  (lo incómodo que tiene que ser tener una bolsa de plástico apretujada en el pañal…). La dificultad es que no se puede contaminar la bolsita para que no salga el resultado alterado, por lo que no debe estar demasiado tiempo (si no hace hay que ir cambiándola), y si se hace caca, algo normal, no sirve la muestra. Otra problema añadido es que no se salga la orina de la bolsita y la acabe absorbiendo el pañal… Nos pasaron todas las opciones hasta que conseguimos una mini-muestra, menos mal que con un poquito ya sirve. En cuanto la conseguimos, debíamos meterla en un botecito con la misma bolsa y guardarla en la nevera hasta la visita. El resultado nos lo dieron al momento con una tira de orina en el CAP, que por suerte fue negativo.

Seguiré contándoos nuestra aventura mamífera en la siguiente entrada! 😉

 

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Abrazos mamíferos ❤

Primer mes de lactancia I

 

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Empezamos la lactancia muy bien, o eso pensaba yo, cogido a la teta en su primer minuto de vida. En esa primera toma, me salió un morado en la areola, debajo del pezón derecho. Allí mismo, la enfermera que estuvo durante el parto se dio cuenta, me lo puso bien y se cercioró de que estuviese bien cogido. Dolía, si, y bastante, pero todos me decían que era lo normal, que hasta que se acostumbra el pezón, duele. Yo sabía por lo que había leído que no es buena señal sentir dolor, significa que algo falla.

El día y la noche que pasamos en el hospital recibí mucha ayuda de las matronas y enfermeras que estaban por allí. Siempre que pasaba alguna por la habitación preguntaban como iba la lactancia y se quedaban el rato que hiciese falta para ayudarnos, pero fue muy poco tiempo el que estuvimos allí. Rectificamos posturas, puse atención al agarre, ya sabéis, intentando que Biel pusiese la boquita de pez bien abierta para coger el máximo posible de areola. Un par de días más tarde, volvimos al hospital para hacer la prueba del talón, me lo puse al pecho para que estuviese tranquilo, y la matrona aprovechó para darme algunos consejos para perfeccionar la postura.

En casa, seguí todas las pautas, pero seguía doliendo, tanto el momento del agarre como el resto de la toma, sobre todo el pezón izquierdo. Además, nos costaba mucho que Biel se cogiese bien, hacíamos muchos y dolorosos intentos antes de que pudiese empezar la toma. Aunque intentaba ofrecerle el pecho antes de que estuviese hambriento, tanto repetir el agarre le impacientaba mucho, a mi me agobiaba, y al final, cuando se cogía mamaba con mucha ansiedad.

Días después, me di cuenta que aquello que dolía tanto en mi pecho izquierdo era una grieta. Cada toma con ese pecho era una pesadilla, pero aguantaba, él necesitaba comer y no me podía arriesgar a dejar de darle ese pecho. En la visita post-parto a domicilio con mi matrona del CAP, de la que ya os he hablado, le comenté que tenía una grieta y dificultades con el agarre. Intentamos con ella delante probar la posición de rugby, no nos salió, pero ella no insistió… No me dijo nada nuevo, ni se implicó demasiado, y eso que es la profesional sanitaria que debe asesorar en estos temas…

Le dije también que veía a Biel muy ansioso, que quería pecho a todas horas (luego supe que además del problema de agarre, estábamos pasando el primer brote de crecimiento), y no se quedaba satisfecho nunca. Y me contestó, alegremente, que probase a darle un chupete a ver si se calmaba… Que a veces solamente necesitan succionar y que estaríamos mas tranquilos así. Es cierto que a veces solamente quieren pecho para calmarse, pero yo hablaba de ansiedad real, no de chupar un rato para dormir tan ricamente.

En serio, no hagáis caso de estos consejos, son muy peligrosos, y más con un recién nacido de menos de un mes. Además de ser una interferencia a la correcta succión cuando todavía se está instaurando la lactancia, puede tener más consecuencias.  Para mi no era una opción porque prefiero calmarle con el pecho y creo que es crearle un hábito para nuestra comodidad que después deberemos forzarles a dejar, y no va con mi estilo de crianza. Si queréis darle chupete a vuestro bebé para que se calme, está bien, pero no lo hagáis para tapar un problema, sobre todo, si vuestro instinto (como lo hacía el mío), os dice que algo pasa. En nuestro caso, como veréis si seguís leyendo, si hubiese calmado a mi hijo con un chupete saltándome tomas, podría haber sido muy grave…

Aguanté un par de semanas viendo las estrellas, con el pezón al aire casi todo el día para que se curase, poniéndome aceite de oliva, vigilando la postura… Por supuesto, con el apoyo e implicación de Mamífero que me ayudaba a colocarlo bien y le aguantaba las manitas para que no me arrancase mis maltrechos pezones. Por las noches a veces me saltaba alguna toma de ese pecho porque intentar que se cogiese bien nos llevaba mucho tiempo, pero abusar del otro pecho hizo que el otro pezón empezase a doler también… Llegaba a llorar de dolor, el agua caliente en la ducha me ardía, el roce con la ropa era como tener cristales clavados, y temía las tomas. Me dolía mucho físicamente, pero lo que más temía era que no lograse establecer la lactancia y acabar dejándola.

Biel podía estar una hora al pecho, vaciarlo, y seguir con el otro, para continuar pidiendo como si estuviese muerto de hambre, continuamente, todo el día y la noche. Además lloraba mucho, desde las 7 de la tarde, hasta la madrugada muchos días. Primero pensamos que eran cólicos como os conté en esta entrada , y si, tenía gases porqué al mamar tragaba demasiado aire. Cuando encontramos la manera de que expulsase los gases, caí en que era una crisis de crecimiento y por eso demandaba tanto pecho. Cuando ya casi llevábamos un par de semanas así, estaba claro que algo más pasaba, y me empecé a preocupar en serio.

Entonces recibí un mensaje de una mamá bloguera, Laia (mdemamma) asesora de lactancia y porteo, que me ofrecía su ayuda si necesitaba algo. Le estuve contando las dificultades que teníamos, cuánto le costaba cogerse, y que además, al mamar hacía chasquidos. Biel no hacía bien el vacío, por eso tragaba más aire y se le escapaba mucha cantidad de leche de la boca.

Íbamos hablando casi a diario, se preocupó mucho por nosotros y le estaremos eternamente agradecidos por ello. Me pasó muchísima información, al no poder desplazarnos nosotros, se encargó de hablar con su profesora y entre las dos, asesorarnos a distancia. Me aconsejó probar posturas nuevas, sobre todo el agarre espontáneo, a caballito y rugby, a ver si notábamos mejoras. Me costó mucho experimentar ya que rabiaba de dolor y Biel se ponía ansioso a buscar el pezón ya dolorido, dándole golpes, agarrando con las manos… Pero cuando lo conseguíamos, si que noté que se cogía mejor en esas posturas.

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A caballito

Pero seguía doliendo, y mucho. Así que un día no aguanté más y fuimos en busca de unas pezoneras. No me las puse antes porqué temía que después no supiese agarrarse al pezón, pero no podía seguir así, estaba empezando a cogerle aversión a la lactancia… Y la primera toma que hicimos con pezoneras fue… tan agradable!! Era la primera vez que daba el pecho sin sentir dolor, y eso que todavía tenía los pezones agrietados. Por fin empezaba a disfrutar con esa mirada tan tierna de mi hijo mamando… que se alargasen en tiempo que hiciese falta y cuantas veces quisiera! Eso me dio mucha esperanza para seguir con la lactancia, perfeccionar las posturas, y cuando se curasen los pezones, retirarlas.

A Biel le gustó mucho la experiencia también, no le costó nada cogerse, no tuvo que buscar como con el pezón. Y solamente emitió un quejido (uhm!) cuando vio que debía chupar un par de veces para que saliese la leche ya que estaba acostumbrado a que fuese instantánea. Además, me di cuenta de que al ser más grande que el mismo pezón, abría mejor la boca y parecía sujetarlo mejor, succionaba con más profundidad, sin apenas chasquidos y no se le escapaba de la boca.

Esa misma semana tuvimos visita con la pediatra (la llamaremos Pediasauria a partir de ahora), para hacer el control de peso. Yo iba tranquila sabiendo que, aunque teníamos dificultades, Biel mamaba a demanda, mucho, y yo tenía muchísima leche, por lo que esperaba que hubiese ganado peso correctamente. Pero no, esa semana Biel no ganó nada, 30g… Pediasauria se alarmó, nos dio órdenes de suplementar después de cada toma de pecho con biberón y volver a pesarlo al día siguiente.

Según ella, hay madres que no tienen buena leche… mamás, si oís esto huíd, no hagáis caso!! Además, como le comenté que lloraba mucho, dijo con muy poco tacto: claro, es que estaba pasando hambre… Como si le estuviese negando el alimento! Y cuando le dije que le daba pecho tantas veces como él quisiera (a demanda), y que se podía pasar una hora mamando, puso el grito en el cielo. Dijo que por eso me salían grietas (claaaro…), que máximo 20 minutos al pecho y nada de querer mamar cada hora, cargándose así el principio de lactancia a demanda. Además de la incongruencia que es negarle el pecho a un bebé que no gana suficiente peso WTF!!! Me mordí la lengua y le dije únicamente: es que yo le doy a demanda… Escucho las necesidades de mi hijo y confío en su capacidad para autorregular su alimentación.

En la siguiente entrada os seguiré contando como siguió la historia…

 

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Abrazos mamíferos ❤