Madres guerreras

Despierto de mis no-vacaciones/ausencia del blog porque esto es importante, ya os lo conté hace unas semanas, pero insisto…

Se ha gestado una movida para visibilizar la no-conciliación que sufrimos todas las familias, con hijos o sin, esto nos afecta a todos. Por eso, desde el movimiento Madres Guerreras, que somos todas y todos, estamos aprovechando esta semana de «vuelta al cole» para hacer mucho ruido, intentar ser trending topic, y a ver si desde arriba por la presión mediática y social, se empiezan a mover fichas.

Se han convocado quedadas en twitter, el objetivo es twittear con los hastag el dia que toque, y esto es importante, tiene que seguirse el orden de # para que cuente, no otros ni en otro momento 😉

Aquí tenéis la información más detallada por si os queréis unir!

https://madressiguerrerastambien.wordpress.com/2016/08/29/quedadas-en-twitter-porque-conciliaresvivir-y-necesitamos-conciliaccion/

Si no usáis twitter, igualmente moved la información, hablad de ello en vuestras redes sociales o círculos de amistad. Si tienes un blog, anímate a hacer un post hablando de esto, cada pequeño gesto suma!!

Nuestros cachorros nos necesitan, hagámoslo por ellos… Fuerza guerreras!!!

Por una conciliación real ya!!

Hace un par de semanas, Biel cumplió 16 semanas. Ha crecido mucho desde que nació, pero todavía es tan pequeño… Desde entonces, no dejo de pensar en todas las mamás que terminan su permiso de maternidad en este punto, algunas, incluso antes por ser autónomas o por necesidad de sus empleadores… Que injusticia, que desamparo, que dolor en el alma… Y no solamente por ellas, que también, sino por los bebés, tan frágiles y dependientes todavía. Hace unos meses, escribí un post que viene muy al tema (aquí lo tenéis), y ahora, que tenemos a Biel con nosotros, y me tocaría reincorporarme al trabajo, duele e indigna más que nunca…

Nuestros bebés, todavía lactantes en exclusiva, se ven alejados de los pechos de sus madres, que no solamente les brindan alimento, sino también consuelo, seguridad, bienestar, cariño, calma, hogar… Los que toman leche de fórmula necesitan igualmente ese contacto, esa atención y dedicación exclusiva, algo que, de ninguna manera, pueden obtener en una guardería. Por muy bien cuidados que estén, por muy respetuos@ y amoros@ que sea el/la cuidador/a, hay cosas insustituibles… Con un/a cuidador/a en exclusiva, quizá se consiga algo más de calidez, pero, que pena que ese cariño lo tengan que recibir de otr@… Para un/a bebé, la persona con quien pasa más horas al día es un referente, ellos necesitan alguien que les aporte seguridad, y es ilógico que esa figura no sean su madre o padre.

Cada vez, mi hijo se da más cuenta de quienes somos todos: su padre, sus abuelas, yo… y los desconocidos, son eso, personas ajenas a su día a día. Ahora que está aprendiendo todo esto, creando vínculos, conociéndonos… que locura desaparecer de su vida! Quiero estar presente, ser su figura de referencia, que integre que puede contar conmigo. Después de gestarlo durante más de 9 meses, como es posible que antes de cumplir el cuarto mes, esta sociedad enferma, nos empuje a dejarlos en manos de otros?… Aunque sean los abuelos, tu hermana, tu tía, tu mejor amiga… quien debe estar ahí son sus padres. Nos necesitan, no podemos separarnos tan pronto.

Todas las cosas que Biel está aprendiendo, de un día para otro, me las perdería… que tristeza. No solamente para mi, sino para él. Veo en su cara la ilusión cuando hace algo nuevo, le sonrío, le aplaudo, y lo celebramos juntos! No puede ser que esos logros ocurran cada día a tant@s bebés, y pasen desapercibidos… Quizá un/a cuidador/a lo vea, y lo valore, pero lo óptimo es que ese bebé reciba la inmensa alegría con que lo vivirían sus padres. Claro que tarde o temprano el padre y la madre verán a su hijo darse la vuelta, reptar, balbucear las primeras palabras, intentar andar… pero esas primeras veces, cuando ves la emoción, la intensidad y el empeño, seguidos de la satisfacción de tu hijo por haber logrado algo hasta entonces irrealizable… esos momentos son impagables, y no vuelven.

España es de los países que menos tiempo concede de baja por maternidad y paternidad, algo que se toma a la ligera porque «todos los bebés van a la guardería», «no pasa nada y así socializan», «hay que ganarse la vida»… y un largo etcétera que no son más que tiritas para heridas demasiado profundas. No vale seguir lo que nos dicta el Estado, nuestro instinto nos dice que no está bien, ninguna  madre o padre vuelve al trabajo después de la baja con alegría. No es lo correcto, lo esperable, lo que la naturaleza dicta… y eso tiene unas consecuencias, algo que no se está teniendo en cuenta, pero esa desvinculación tan temprana no puede traer nada bueno.

Me diréis que tenéis hij@s sanísimos emocionalmente,  con apego seguro hacia vosotr@s… No me refiero a eso, cada familia sabe como compensar esas horas separados de sus cachorros. Lo que digo es que no es lo óptimo, que no deberíamos vernos obligad@s a elegir, que los bebés deberían tener el derecho inamovible de estar con sus progenitores hasta que sean suficientemente maduros. Su derecho debería estar por encima de todo, nos necesitan a su lado en las primeras etapas. El Estado debería velar porque eso ocurra, que los padres sean quienes cuidan de sus hijos.

En edades tan tempranas, el tiempo si se mide en cantidad, calidad también, pero estar todo el día separados, fuera de su hogar, no es positivo. Ellos se nutren de explorar su espacio, de vivir un día a día aprendiendo las cosas sencillas que pueden compartir, lo cotidiano, sin prisas, sin horarios ni obstáculos. También necesitan conocer, escuchar y seguir sus propios ritmos de sueño, comida, juego, descanso, interacción… No deberían ser encorsetados y ceñidos a las necesidades laborales o las posibilidades de quien/es les cuidan. Están conociendo el mundo y a si mism@s, como vamos a encerrarles en el infierno de la vida adulta?… cumplir horarios, seguir normas estúpidas, ignorar sus necesidades, ser un@ más del rebaño, portarse «bien», comer cuando toca y lo que toque, socializar porque deben, aprender, dejar el pañal o el chupete cuando lo digan las normas del centro, ser uno más y conformarse, compartir juguetes cuando están en una etapa ególatra (positiva y muy necesaria), despojarles de la seguridad y la calma del hogar, fundirse en la rutina y sumar horas, semanas y años creciendo, quemando la infancia, como si eso no fuese algo increíble y emocionante que no se repetirá jamás en su vida…

Sin ánimo de ofender a quienes no tienen alternativa, no os sintáis mal, pero admitamos que es un error separarnos de nuestras crías tan prematuramente. La infancia de tu hij@ es una, para ti madre o padre, pero sobre todo para ellos, y merecen vivirla con sus padres cerca.

Doy gracias por tener un padre que va a trabajar cada día para darnos sustento económico… Un padre que se va al trabajo cada día con nostalgia, echándonos de menos, y esperando mis mensajes, fotos, vídeos o audios con las novedades del día. Cada cosa que Biel consigue, siento pena porque su padre se lo ha perdido, e intento hacérselo saber al momento, que sea partícipe de alguna manera de lo que vive su hijo. Y es que deberíamos estar juntos, es injusto que lo tenga que vivir en diferido… Al menos, se va de casa sabiendo que Biel está en buenas manos, que no está aparcado mientras trabajamos fuera de casa ambos. Tenemos un humilde sueldo, pero preferimos apretarnos el cinturón a que nuestro hijo crezca lejos de su hogar.

Ya que viene al tema, quiero comentaros que desde Barcelona, se ha iniciado un movimiento para la conciliación real: Madres sí. Pero guerreras también. A raíz de un comentario de una mamá en un grupo de crianza, en el que expresaba su dolor e indignación por tener que volver tan pronto al trabajo, se inició esta movida. Se lo están currando mucho, hay un manifiesto, un blog, una página y un grupo en facebook… Y se hizo una concentración el pasado 12 de Junio, logrando llamar la atención de la alcaldesa, quien se comprometió a poner de su parte. Si os apetece saber de que va, poner vuestro granito de arena, aunque sea simplemente dándole visibilidad, compartiendo los eventos, artículos, participando en las votaciones del grupo… Pasad por la página, uníos al grupo, y luchemos por los derechos de ellos, nuestros bebés. Porque les están pisoteando sus derechos más básicos de cuidado y alimentación privándoles de nosotr@s. Fuerza guerreras!!

Este es su-nuestro manifiesto:

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Os dejo links:

El grupo en facebook de Madres, si. Pero guerreras también:

https://www.facebook.com/groups/601956269967708/?fref=ts

Y su página en facebook:

https://www.facebook.com/madressiguerrerastambien/?fref=nf

El blog:

https://madressiguerrerastambien.wordpress.com/

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Abrazos mamíferos ❤

 

 

Sobre mi parto…

Se que muchos estáis esperando que escriba mi parto, Mamífero es el primero que me lo recuerda a menudo 😉

Si,tengo que hacerlo, quiero hacerlo. Fue el día más bonito de mi vida y merece una entrada, por lo menos. Lo que pasa es que tengo que dedicarle mucho tiempo y energía recabando datos, traduciendo tantas emociones a palabra escrita… Sacando de mi subconsciente desde los pequeños detalles, hasta lo más importante y significativo que se me ha olvidado. ¿Cómo puede ser? He olvidado detalles importantísimos de un día tan esperado!!!

Será que no estaba en plena consciencia, que eso para mi no pasó. Lo viví con tal intensidad que mi cerebro no pudo participar. Mamífero dice que cuando me preguntaban si quería cambiar de postura o algo, yo siempre decía: no se. Y no lo recuerdo, pero, claro, no sabía, no pensaba. Estaba en un trance similar al de la meditación en el que la mente va en piloto automático. La cabeza estaba lejos, yo era puro cuerpo.

Un parto sin epidural se vive desde otro plano, visceral, con la cabeza ida. Ese «planeta parto» del que tanto se habla, existe, y lo que pasa ahí, ahí se queda. No importa el dolor, no es tan grave.  No importan las horas, el tiempo es relativo. No importa si lloras o gritas, no eres consciente. No importan las caras de quienes te atienden, no las recuerdas. No importa si estabas atenta a lo que pasaba, estabas dónde debías, conectada con tu cuerpo y tu bebé.

Del parto de Aritz tengo grabados a fuego cada segundo, cada detalle, recuerdo el lugar al milímetro, cada contracción… Todavía puedo revivir el dolor emocional y físico, tal cual lo sentí entonces. Vivir algo tan duro genera un estrés postraumático que hace que los flashbacks y la ansiedad al recordarlo voluntariamente o no, te acompañen siempre. En cambio, del nacimiento tan feliz y respetado de su hermano puedo escribirlo en apenas un par de líneas.

Si le doy vueltas, recuerdo momentos, y puedo hilvanar los hechos para darle un sentido a mis divagaciones. Tengo que hacerlo con tiempo, calma, y ayuda de Mamífero. Él estuvo presente en todo momento, y puede recordar más cosas. A veces, hablando, le pregunto como fue tal cosa, o me da detalles e información que yo no sabía. Es extraño que otro recuerde mejor tu parto que tu misma! Por eso quiero escribirlo algún día, a todo lujo de detalles, para no acabar de olvidar esas horas tan mágicas 🙂

A líneas generales puedo deciros que:

  • El olor de un recién nacido, de TU cachorro es indescriptible y embriagador.
  • Cuando nace tu hijo no te crees lo que está pasando, es como si, de golpe, cayeses del planeta parto a la Tierra.
  • Fue un parto respetadísimo, me trataron con mucho cariño y profesionalidad aún en los momentos más críticos.
  • La dilatación fue maravillosa, agradable, íntima, fácil y bastante rápida… me sentí como en casa.
  • Mi hijo es un campeón, aguantó un expulsivo de 5 horas sin ningún tipo de sufrimiento, y una salida muy dura para él.
  • El dolor no fue insoportable, en serio, no le tengáis miedo. Recuerdo mucho más doloroso el parto de Aritz, simplemente, porque estaba aterrorizada.
  • Lo peor fueron el calor y la sed, es lo que más me desconcentraba y fue muy agobiante.
  • El agotamiento se disipa en el momento en que tienes a tu bebé en el pecho, es impresionante como el subidón hormonal ayuda en la recuperación.
  • Algo que todos me preguntan: Si, repetiría un parto natural sin epidural, sin duda. En ningún momento pensé en pedirla, no sentí que no pudiese con ello.

Comparto con vosotros una foto de la dilatación, estando de unos 7 centímetros. Ese rato lo recuerdo muy bien, y con mucho cariño. Con la luz ténue, y Mamífero (que no aparece porque estaba haciendo la foto) sentado detrás de mi. Solos los dos, hablando, riendo, comiendo, bebiendo… e imaginando que en pocas horas tendíamos a Biel e brazos. Estoy sentada en la pelota, colgada del fular (que bien me fue ese combo), y comiendo anacardos entre contracciones 🙂

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Quiero también, dejar constancia en el Hospital de Olot de lo bien tratada que me sentí, y felicitarles por la gran labor que hacen para adecuarse a las necesidades de las familias en los nacimientos. Fue clave la buena actitud de la matrona, que creyó en mi cada momento, animándome, acompañando, sin intervenir, respetando mi voluntad y explicándome amorosamente cada paso a dar. Me hicieron sentir muy capaz, fuerte, y adulta. Algo que por desgracia, no pasa en todos los nacimientos, en los que se ningunea e infantiliza a la mujer, dejándola en el plano de la niña que no sabe parir.

Pedí una hoja de aclamaciones el día que me dieron el alta, pero todavía no he podido rellenarla….  Intenté recordar los nombres de las mujeres que nos acompañaron en el nacimiento de Biel para mencionarlas, pero no los he podido retener 😛

Cambiar de hospital y escoger ese fue lo mejor que pude hacer, y repetiré,  en un próximo parto. El personal tanto de paritorio, como de la planta de maternidad son excelentes, están bien actualizados en cuanto a cuidados en el nacimiento y postparto, y la lactancia. Ojalá todos los centros y personal evolucionen en esta línea, que la violencia obstétrica termine, que nadie más tenga que sufrir la mala praxis y faltas de respeto en momentos tan delicados.

Espero tener tiempo pronto para compartir con vosotros el nacimiento de Biel, que fue muy emocionante y intenso. Con mi empoderamiento, mis falquezas, y el final más feliz.

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Abrazos mamíferos❤

Pezoneras y prepararse para la lactancia

Quería añadir a la entrada de ayer unas cuantas cosas que me parece importante que queden claras. Ya que hablé de las bondades de las pezoneras, debo remarcar que no deben usarse a la ligera, tienen un sentido y no están indicadas en todos los casos. Muchas mamás salen ya del hospital con unas pezoneras puestas (e incluso las llevan ya antes del nacimiento por si acaso…), recomendadas alegremente por algún sanitari@, sin que haya verdadero motivo para ello, y es algo que puede tener consecuencias. Introducirlas o retirarlas, es un proceso que puede confundir al bebé, sobre todo en los primeros días o meses de lactancia, por eso, debe ser supervisado y aconsejado por alguien formado en lactancia. La primera impronta que recibe el bebé debe de ser el pecho de su madre, sin interferencias, ya que esto es vital para que se establezca correctamente la lactancia.

Las pezoneras son una herramienta muy útil cuando YA existe un problema que las requiera. NUNCA deben ponerse de manera preventiva (porque dicen que facilitan el agarre, porque creo que no podré dar pecho por la forma de mis pezones, para que no me duela los primeros días…), o por tener los pezones planos o invertidos (eso no impide un buen agarre), o porque te las recomiende una amiga, ni siquiera si te lo dicen en el hospital. Un profesional de la salud que no esté debidamente formado en lactancia no debe hacer recomendaciones de este tipo. Si existe un problema de grietas o agarre debe consultarse con una asesora de lactancia o alguien formado específicamente para ello.

Cualquier interferencia en la lactancia, como el uso de pezoneras, puede repercutir negativamente en el establecimiento de esta y su duración. Las pezoneras de cera de abeja son distintas a estas, y están contraindicadas al poder contener esporas que provoquen botulismo en nuestros bebés. Muchas mujeres creen, o les recomiendan, que hay que preparar el pezón o hidratarlo de más durante el embarazo, nada más lejos de la realidad. No es necesario preparar los pechos para la lactancia, ni hidratarlos, no hay nada que haya demostrado que prevenga futuros problemas, y algunos métodos pueden ser contraproducentes.

En el pezón no hay que aplicar cremas para hidratar, curar (cremas de lanolina) o prevenir grietas de ningún tipo, eso, aunque a muchas les ha funcionado y parece que alivia, puede derivar en otros problemas. Lo único que puede ponerse en caso de grietas, es aceite de oliva y dejar el pezón al aire todo lo posible. Si la herida es más profunda o sangra, consultad con un/a expert@ en lactancia o un médico para saber como curarlas, nunca apliquéis nada en el pecho sin estar seguras de que no es nocivo para el bebé, aunque sea algo natural puede estar desaconsejado.

Tampoco son necesarios los formadores de pezón, recordemos que el bebé succiona la areola, tratar de sacar el pezón no es necesario para amamantar. Tampoco es cierto que los pezones deban endurecerse, hacer callo, o doler las primeras semanas. Si hay dolor, no vayas ala farmacia a por un paliativo, consulta con un expert@ para verificar y solucionar el problema de raíz.

El resto de mamíferas no preparan sus pezones para eso y consiguen alimentar a sus cachorros con éxito. Simplemente confía, tu cuerpo funciona, puedes hacerlo 😉 

Espero que esta información y los recursos que aporto os sean de ayuda para tener una sana y feliz lactancia 🙂

Os dejo un par de fotos de una de las tomas que hicimos ayer sin pezonera!! 😀

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Abrazos mamíferos ❤

 

Una bisabuela moderna

Hace un par de semanas fuimos a visitar a la bisabuela de Biel por parte de la familia de Mamífero, es decir, la madre de su padre. Es una supermujer, a sus 95 añazos y con sus achaques, vive sola, se lo hace todo ella (incluso lava la ropa a mano!) tiene el piso inmaculado, y la cabeza mejor puesta que gente mucho más joven. Es una republicana de armas tomar, más indignada que todos los del 15M juntos. Si por ella fuese, mandaba a todos los políticos al paro, o a algún sitio peor… Una mujer con mucho carácter, y muchas vivencias a sus espaldas.

Se puso loca de contenta al conocerle, le hacía mucha ilusión conocer al más peque de la familia. Fue muy emocionante verles juntos, les separan 95 años, pero en seguida conectaron: ella le hacía carantoñas y Biel le reía las gracias. Y hablando con ella, me impactó que comparta nuestro estilo de crianza, mucho más que con personas de generaciones posteriores a la suya, o algunos jóvenes de ahora. Nuestro tipo de crianza choca con el de muchos, y a menudo nuestras generaciones anteriores  lo consideran moderneces o modas pasajeras, y fue bueno comprobar que para ella, eran cosas obvias. Y es que ella viene de una época en que las mujeres lo hacían todo tal como les dictaba el instinto y como lo veían hacer a sus comadres, no como ahora, que estamos desconectadas y aprendemos de libros o artículos.

LA TETA ES LO MEJOR

Fue lo primero que nos dijo, que ella crió a sus 4 hijos así, y que a uno de ellos con sólo leche en uno de los pechos. Explicó que le hicieron unos cortes en el pezón porqué los tenía planos (omg, qué barbaridad!!), y aún con las heridas abiertas, no dejó de amamantar. Nos contó también, que uno de sus hijos cogió el tifus, y que gracias al pecho, únicamente con sus nutrientes y defensas, salió adelante. Todo un ejemplo de como las mujeres creían en su capacidad de lactar o de la calidad de su leche, aún con dificultades, no se cuestionó ni un momento poderlo hacer.

Hoy día, desde que estás embarazada, escuchas cientos de veces: darás pecho «si puedes», «ojalá» tengas leche, «intenta» darle teta al menos los primeros días/meses, no pasa nada «si no puedes», si no tienes «suficiente» leche, si tu leche no es «buena» … es tanta la duda por desconocimiento, que siembran la desconfianza en nosotras, y partimos de la base que la lactancia es algo difícil, que no está en nuestras manos, que depende de la suerte. Y claro que existen dificultades, pero lo normal es que se pueda pese a ellas, ya que es muy mínimo el porcentaje de mujeres que de ninguna manera pueden dar el pecho. No hay casi nada que no se pueda solucionar con confianza y con una buena asesora de lactancia. Antes, al no partir de la desconfianza y no tener la facilidad de adquirir leche de fórmula, no fracasaban tantas lactancias como ahora.

Decía orgullosa que ella se sacaba la teta dónde hiciera falta, y que no entiende el pudor y el escándalo que algunos le ven a alimentar a un bebé en público con lactancia materna. Esto es algo que a muchas no nos importa, pero por desgracia existen el pudor y las miradas sucias. Los pechos se tienden a ver más como un objeto sexual que como proveedores de alimento… Se percibe normal llevar un escote sugerente pero para amamantar a tu hijo prefieren que te tapes o escondas.

CHUPETE, ¿PARA QUÉ?.. HABIENDO TETA! 

Me preguntó si le daba chupete, y al contestarle que no, que lo calmaba con el pecho, me dijo que hacía muy bien. Hablamos de como les consuela la teta, de que sirve de mucho más que de alimento, lo beneficioso que es el calorcito y la seguridad que les da el contacto con el cuerpo de mamá. Me dijo: dale toda la teta que quieras, y mímalo mucho! Que esté a gustito ahora que puede, que en la vida ya se sufre mucho.

Lo típico es es que te recomienden las bondades del chupete, ese gran invento, lo tranquilos que se quedan ellos y los padres a su vez. Pero lo mismo consigue la teta, con el beneficio añadido de vincular ese efecto de calma a su madre, en vez del auto-consuelo. A esto, muchos dirían que eso les hace dependientes, que mimar y consentir a los bebés es un error… Nada más lejos de la realidad, está demostrado que debemos atender sus necesidades emocionales ya que ellos no tienen la madurez para autogestionarlas. Mimad a vuestros hij@s, que ya tendrán años por delante de independencia y tenerse que buscar la vida. Aprovechad ahora, que luego echareis de menos que os necesiten tanto! 😉

INSTINTO, CRIANZA CON APEGO Y RESPETO A LAS NECESIDADES DEL BEBÉ

Al ver que lo llevaba en la mochila me dijo: qué a gusto van ahí dentro!! No vaticinó como hace casi todo el mundo, que me dolería la espalda, que cuando pese más ya veré, que el carrito es mucho más práctico, que si puede ser malo ir ahí tantas horas, que se malacostumbrará a los brazos… Ella vio en seguida el lado positivo, y sin haberse informado previamente de los múltiples beneficios del porteo (no me extenderé ahora pues dan para otro post), se centró en que era lo mejor para el bebé.

La bisabuela de Biel entiende perfectamente que esa necesidad de contacto tan pasional que tienen los bebés es sana, normal y necesaria. En ningún momento vio raro que colechemos, que lo portee, y que estemos disponibles para él en todo momento. Para los bebés, el cuerpo de su madre es su lugar seguro, es una cuestión de supervivencia, están programados para eso. Instintivamente saben que sin el calor, la protección y el alimento cerca, morirían. Si no se sienten seguros (aunque no lloren pueden sentir desamparo) segregan cortisol, algo que les hace vulnerables a enfermar y puede marcarles de por vida.

OPINÓLOGOS, NO GRACIAS.

Cuando estás embarazada o eres madre primeriza recibes consejos, sin pedirlos, por todas partes, y además, se pone en tela de juicio como vas a hacer ciertas cosas. Te repiten tanto las cosas (normalmente son siempre los mismos temas) que si no te informas por tu cuenta, o dejas a tu instinto tomar las riendas, puedes acabar haciendo las cosas por inercia y luego arrepentirte de no haber tomado tú las decisiones. Te dicen: si lo coges en brazos siempre te tomará el pelo, si duerme en vuestra cama no lo sacarás nunca, no pasa nada por dar chupete/biberón/papillas… Obviamente no pasa nada, pero se trata de que lo hagas tomando la decisión, no por falta de apoyo o recursos.

Los padres primerizos no necesitan tantos egos con más experiencia que tu, sino creer en ellos mismos y confiar en que hacen las cosas bien. Para eso: menos hablar y más escuchar sus puntos de vista, apoyo, y respeto a su forma de criar. Las frases tipo: todos los bebés son de tal manera, o lo mejor es tal, o lo que le pasa al bebé es que tiene sueño/hambre/dolor de barriga… son erróneas. Nadie conoce mejor a su hij@ que su madre o su padre, es algo que me dijo la bisabuela cuando Biel lloró. Muchas veces, cuando ven a un bebé llorar, no pueden evitar hacer una porra: seguro que tiene sueño, dale teta a ver, tendrá frío que lleva muy poca ropa (esto te lo dicen sin que lleguen a llorar, es la frase comodín), será que le duele la tripa…

Cuando su bisabuela lo tenia en brazos y se le puso a llorar, me lo pasó y dijo: mira a ver tu que lo conoces mejor que nadie, sin más. Es de agradecer, porque aunque una sabe que conoce a su hijo, es bastante agobiante que empiecen a hacer suposiciones sobre qué le pasa, como si tu sola no pudieses «arreglarlo». Supongo que te vas impermeabilizando a los comentarios, pero cuando estrenas maternidad, generan ansiedad e inseguridades. Además quienes dicen esas cosas, suelen ser madres experimentadísimas, por lo que te pueden hacer dudar de tu instinto cuando tienes que estar conectada a él más que nunca. Quienes hablan sin tener en cuenta lo vulnerable que estás, es porque no se acuerdan ya de como lo pasaron cuando estaban en tu situación, es triste que se olviden…

En cuanto a las otras afirmaciones, las consecuencias del tipo de crianza solamente os incumben a ti y a tu pareja. No se trata de quien está en lo correcto, sino de que cada familia haga las cosas a su manera, sin coartarles con opiniones o experiencias.  Creo que todas las madres y padres intentan hacerlo lo mejor posible. Está en su mano informarse o pedir consejo, pero si no lo piden, demos por hecho que son adultos y saben lo que hacen. Si no compartimos, respetemos igualmente, y si no entendemos, podemos preguntar, que seguro tienen motivos de peso para hacer lo que hacen. La maternidad es un continuo aprendizaje y cada familia debe encontrar su camino por si misma, las experiencias de unos no tienen porqué servirles a otros.

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Abrazos mamíferos ❤

Primer mes de lactancia III

 

Podéis leer la primera aquí y segunda parte aquí.

Seguimos yendo al centro de salud cada semana para pesarlo, le he he cogido aversión a esa balanza, la Pediasauria, la enfermera…Me preguntaban cada vez como era mi leche, si era aguada, que de qué color era… pues es normal, como la leche tiene que ser!! Como dice Laia, ¿acaso hay vacas que dan leche desnatada? ¿Porqué vamos a dudar de nuestra propia leche? Cuantos niños de lugares pobres crecen (incluso familias enteras) y se quitan el hambre gracias a que la mamá tiene leche, y nosotras aquí, poniendo en duda la calidad de nuestro mejor alimento…

Laia me pidió que le mandase un vídeo de Biel llorando para valorar el frenillo, y si, tal como sospechaban, tiene un frenillo submucoso tipo 4. Es un tipo de frenillo que no se ve a simple vista como los otros, y por eso, es difícil de diagnosticar. No es la típica piel que se ve debajo de la lengua, la lengua está simplemente más pegadita toda ella. Además, muchos pediatras no saben verlo (o no quieren para ahorrarse la intervención), pero se ve perfectamente cuando lloran por la manera como se arquea la lengua, y lo cortita que es (a Biel la lengua no le toca el paladar).

En muchos casos, según he leído, no afecta para nada o se soluciona el problema de lactancia con el propio crecimiento del bebé, y espero que eso sea lo que nos pase a nosotros. Al tener este frenillo a Biel le cuesta más trabajo succionar, además no hace el vacío correctamente (por eso los chasquidos) y se le sale de la boquita mucha leche. Por eso estaba tanto tiempo al pecho, me hacía grietas y no ganó peso esa primera semana. Al parecer con las pezoneras, además de ayudar a los pezones a curarse, Biel succiona mejor al tener más dónde agarrarse y eso hace que gane peso correctamente y esté menos ansioso.

Volvimos a pedir cita para que otro pediatra (Pediasaurio para nosotros) valorase el frenillo, y se quedó tan ancho diciendo que no tenía… Le pregunté que entonces por qué le costaba mamar, y la respuesta es para apuntarla en el libro de incoherencias más aberrantes dichas sobre la lactancia… agarraos donde podáis: Que a veces, el agujerito por donde sale la leche está medio tapado y hasta que no se destapa, pues les cuesta coger peso. La respuesta de Laia fue contundente: que este señor estudie anatomía, hay más de 10 conductos por los que sale la leche… Tendrá la carrera de medicina, pero sobre lactancia no sabe nada.

Esto es una locura, no se cuántas lactancias se habrán cargado estos pediasaurios diciendo estas barbaridades, y pautando suplementos biberón alegremente, sin aconsejar métodos alternativos para dar la leche, o recomendar suplemento de leche materna en vez de fórmula… Además, culpando siempre, a la mujer, sus tetas, su leche, y todo lo femenino, de los problemas de crecimiento de los bebés. Cualquier mujer sin recursos para encontrar apoyo, o con poca confianza en sus tetas, abandonaría, y no sería culpa suya perder la lactancia. Porque no es nada fácil dar pecho cuando surgen dificultades, duele, estás cansada, con las hormonas revueltas, y encima, minan tu confianza o no te apoyan. En vez de empoderarnos, darnos información y buscar alternativas, nos hacen sentir como unas irresponsables porque nos «encabezonamos» en dar teta aunque nuestros bebés no ganen peso… Pero los irresponsables son ellos, los profesionales sanitarios desactualizados, o desinformados en lactancia, que aún sabiendo que carecen de formación, se atreven a opinar. Ni siquiera te mandan a la matrona que sí se forma para ello, o a un grupo o asesora de lactancia, es lamentable…

También, existen matronas como la mía que aconsejan dar chupete a un recién nacido cuando todavía no está establecida la lactancia. A riesgo de confundir al bebé con el chupete y el pezón, o que baje la producción de leche (la estimulación es lo que hace regular la producción). Los bebés no usan el pecho de chupete, sino al revés, el chupete sustituye al pecho, y es muy peligroso para la lactancia materna confundir estos roles. Aunque no lo usen propiamente para alimentarse, es importante que se enganchen cuánto quieran para mantener la producción adecuada a sus necesidades. El pecho no es comida únicamente, calma su necesidad de succión, les relaja, les da calor, cobijo, seguridad, les ayuda a sobrellevar dolores y enfermedades, facilita el sueño, les transmite defensas y es una via de contacto directo con su madre. Además, si hubiésemos dado chupete a Biel que tenía problemas para succionar, podría haber agravado mucho el problema. Si a un bebé que coge poco peso le calmas la necesidad de succionar y no lo pones al pecho tanto como quiere, se calmaría, pero estaría perdiendo energía y tiempo que necesita para alimentarse.

Volviendo a nuestro caso, Laia nos consiguió un sacaleches para que empezase a suplementar con mi propia leche, algo que me dio mucha paz de espíritu por poder dejar de darle fórmula a Biel. Con esto comprobé que tengo muchísima leche y que obviamente, mis conductos lecheros (seguro que tienen un nombre más técnico…) están perfectamente destapados. Puedo sacar 100ml. de un pecho en unos minutos, y todavía queda leche para que Biel siga mamando si quiere. Seguí con el dedo-jeringa unos días, aunque no me hizo demasiada falta, porque Biel se queda saciado después de la toma del pecho directamente.

Ahora, seguimos con las posturas que le facilitan la succión, y las pezoneras que también parece que le ayudan a hacer tomas más productivas. La postura a caballito es la que mejor nos va a ambos, y además ayuda a que Biel haga el eructo fácilmente porque traga bastante aire al no hacer el vacío correctamente. La verticalidad para mamar le va muy bien para que se le asiente la toma, por lo que amamantar en el fular u otro portabebés en posición ventral, es ideal.

Las tomas de la noche las hacemos siempre estirados de lado, es como estamos más cómodos y Biel se relaja mucho así, le gusta saber que nos dormiremos juntos y que allí seguiré si necesita mamar más. Intento también hacer posturas ventrales, que eviten tener que luchar contra la gravedad y así no cansarme (os dejo este interesante artículo que me pasó una amiga por si queréis saber más). Y voy probando posturas a ver qué nos resulta mejor, o improvisando según convenga… He llegado a darle pecho sentándolo en el mármol de la cocina mientras me preparo el desayuno o en el cambiador para calmarle el berrinche post-cambio de pañal. Ahora dar teta es algo natural y agradable, también agotador cuando está muy demandante claro, pero por lo general, disfruto con mi monete mirándome a los ojos mientras come, esa cara de enamorado de su teta es impagable!

Entre las pezoneras y las posturas que le facilitan el trabajo, las tomas ya son más normales. Ahora ya no está tanto rato al pecho, y normalmente pasan 2 o 3 horas entre toma y toma ni está ansioso, pero lo necesita más tiempo o más a menudo yo le dejo hacer, está claro que ellos saben lo que necesitan mejor que nadie. Confío en el instinto de supervivencia de mi hijo: si quiere, que mame, cuantas veces haga falta y durante el rato que quiera.  Ya se detectar cuando se coge bien, y se que no se queda con hambre, que hago lo correcto (gracias a que me empoderó Laia ❤ ).

La siguiente semana que fuimos a pesarle, ya sin suplementos, Biel ganó 180 gramos, nos dieron el visto bueno, que estaba dentro de la tabla de pesos, por lo bajito, pero dentro de la normalidad. Respiré tranquila, necesitaba saber que íbamos bien. Y esta última semana ha cogido la directa aumentando 340 gramos, que subidón de peso y de ánimo!! Y lo hemos conseguido gracias a un buen asesoramiento, y a base de mucha teta. Esperamos que todo siga así de bien, incluso mejor, y que Biel pueda alimentarse bien sin ninguna intervención. Más adelante veremos como evoluciona y cuando podemos retirar las pezoneras. Tenemos pendiente ir a un grupo de apoyo a la lactancia, además de para devolver el sacaleches, para que nos vea la profesora de Laia en persona y darle las gracias por su ayuda.

Nuestras aventuras tetiles son una más de las muchas que han pasado tantas madres, algunas solas, otras con poco apoyo de su entorno, y muchas, por desgracia, acaban desistiendo… Como dice otra mamá bloguera en esta entrada, los ángeles de la guardia de la teta son de muchos tipos, y gracias a ellos, muchas seguimos en ello. Por suerte yo he tenido unos cuantos, mucho apoyo, fe en mi hijo y en mi capacidad de alimentarle.

Mi infinito agradecimiento a todos los que han creído en el teta-power y me han animado a seguir, y sobre todo a Laia por su apoyo y sabiduría, a Mamífero por estar sosteniéndonos y a mi hijo por demostrarme que estamos en lo correcto.

Espero que sigamos teteando hasta que uno de los dos se harte!!

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Abrazos mamíferos ❤

Primer mes de lactancia I

 

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Empezamos la lactancia muy bien, o eso pensaba yo, cogido a la teta en su primer minuto de vida. En esa primera toma, me salió un morado en la areola, debajo del pezón derecho. Allí mismo, la enfermera que estuvo durante el parto se dio cuenta, me lo puso bien y se cercioró de que estuviese bien cogido. Dolía, si, y bastante, pero todos me decían que era lo normal, que hasta que se acostumbra el pezón, duele. Yo sabía por lo que había leído que no es buena señal sentir dolor, significa que algo falla.

El día y la noche que pasamos en el hospital recibí mucha ayuda de las matronas y enfermeras que estaban por allí. Siempre que pasaba alguna por la habitación preguntaban como iba la lactancia y se quedaban el rato que hiciese falta para ayudarnos, pero fue muy poco tiempo el que estuvimos allí. Rectificamos posturas, puse atención al agarre, ya sabéis, intentando que Biel pusiese la boquita de pez bien abierta para coger el máximo posible de areola. Un par de días más tarde, volvimos al hospital para hacer la prueba del talón, me lo puse al pecho para que estuviese tranquilo, y la matrona aprovechó para darme algunos consejos para perfeccionar la postura.

En casa, seguí todas las pautas, pero seguía doliendo, tanto el momento del agarre como el resto de la toma, sobre todo el pezón izquierdo. Además, nos costaba mucho que Biel se cogiese bien, hacíamos muchos y dolorosos intentos antes de que pudiese empezar la toma. Aunque intentaba ofrecerle el pecho antes de que estuviese hambriento, tanto repetir el agarre le impacientaba mucho, a mi me agobiaba, y al final, cuando se cogía mamaba con mucha ansiedad.

Días después, me di cuenta que aquello que dolía tanto en mi pecho izquierdo era una grieta. Cada toma con ese pecho era una pesadilla, pero aguantaba, él necesitaba comer y no me podía arriesgar a dejar de darle ese pecho. En la visita post-parto a domicilio con mi matrona del CAP, de la que ya os he hablado, le comenté que tenía una grieta y dificultades con el agarre. Intentamos con ella delante probar la posición de rugby, no nos salió, pero ella no insistió… No me dijo nada nuevo, ni se implicó demasiado, y eso que es la profesional sanitaria que debe asesorar en estos temas…

Le dije también que veía a Biel muy ansioso, que quería pecho a todas horas (luego supe que además del problema de agarre, estábamos pasando el primer brote de crecimiento), y no se quedaba satisfecho nunca. Y me contestó, alegremente, que probase a darle un chupete a ver si se calmaba… Que a veces solamente necesitan succionar y que estaríamos mas tranquilos así. Es cierto que a veces solamente quieren pecho para calmarse, pero yo hablaba de ansiedad real, no de chupar un rato para dormir tan ricamente.

En serio, no hagáis caso de estos consejos, son muy peligrosos, y más con un recién nacido de menos de un mes. Además de ser una interferencia a la correcta succión cuando todavía se está instaurando la lactancia, puede tener más consecuencias.  Para mi no era una opción porque prefiero calmarle con el pecho y creo que es crearle un hábito para nuestra comodidad que después deberemos forzarles a dejar, y no va con mi estilo de crianza. Si queréis darle chupete a vuestro bebé para que se calme, está bien, pero no lo hagáis para tapar un problema, sobre todo, si vuestro instinto (como lo hacía el mío), os dice que algo pasa. En nuestro caso, como veréis si seguís leyendo, si hubiese calmado a mi hijo con un chupete saltándome tomas, podría haber sido muy grave…

Aguanté un par de semanas viendo las estrellas, con el pezón al aire casi todo el día para que se curase, poniéndome aceite de oliva, vigilando la postura… Por supuesto, con el apoyo e implicación de Mamífero que me ayudaba a colocarlo bien y le aguantaba las manitas para que no me arrancase mis maltrechos pezones. Por las noches a veces me saltaba alguna toma de ese pecho porque intentar que se cogiese bien nos llevaba mucho tiempo, pero abusar del otro pecho hizo que el otro pezón empezase a doler también… Llegaba a llorar de dolor, el agua caliente en la ducha me ardía, el roce con la ropa era como tener cristales clavados, y temía las tomas. Me dolía mucho físicamente, pero lo que más temía era que no lograse establecer la lactancia y acabar dejándola.

Biel podía estar una hora al pecho, vaciarlo, y seguir con el otro, para continuar pidiendo como si estuviese muerto de hambre, continuamente, todo el día y la noche. Además lloraba mucho, desde las 7 de la tarde, hasta la madrugada muchos días. Primero pensamos que eran cólicos como os conté en esta entrada , y si, tenía gases porqué al mamar tragaba demasiado aire. Cuando encontramos la manera de que expulsase los gases, caí en que era una crisis de crecimiento y por eso demandaba tanto pecho. Cuando ya casi llevábamos un par de semanas así, estaba claro que algo más pasaba, y me empecé a preocupar en serio.

Entonces recibí un mensaje de una mamá bloguera, Laia (mdemamma) asesora de lactancia y porteo, que me ofrecía su ayuda si necesitaba algo. Le estuve contando las dificultades que teníamos, cuánto le costaba cogerse, y que además, al mamar hacía chasquidos. Biel no hacía bien el vacío, por eso tragaba más aire y se le escapaba mucha cantidad de leche de la boca.

Íbamos hablando casi a diario, se preocupó mucho por nosotros y le estaremos eternamente agradecidos por ello. Me pasó muchísima información, al no poder desplazarnos nosotros, se encargó de hablar con su profesora y entre las dos, asesorarnos a distancia. Me aconsejó probar posturas nuevas, sobre todo el agarre espontáneo, a caballito y rugby, a ver si notábamos mejoras. Me costó mucho experimentar ya que rabiaba de dolor y Biel se ponía ansioso a buscar el pezón ya dolorido, dándole golpes, agarrando con las manos… Pero cuando lo conseguíamos, si que noté que se cogía mejor en esas posturas.

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A caballito

Pero seguía doliendo, y mucho. Así que un día no aguanté más y fuimos en busca de unas pezoneras. No me las puse antes porqué temía que después no supiese agarrarse al pezón, pero no podía seguir así, estaba empezando a cogerle aversión a la lactancia… Y la primera toma que hicimos con pezoneras fue… tan agradable!! Era la primera vez que daba el pecho sin sentir dolor, y eso que todavía tenía los pezones agrietados. Por fin empezaba a disfrutar con esa mirada tan tierna de mi hijo mamando… que se alargasen en tiempo que hiciese falta y cuantas veces quisiera! Eso me dio mucha esperanza para seguir con la lactancia, perfeccionar las posturas, y cuando se curasen los pezones, retirarlas.

A Biel le gustó mucho la experiencia también, no le costó nada cogerse, no tuvo que buscar como con el pezón. Y solamente emitió un quejido (uhm!) cuando vio que debía chupar un par de veces para que saliese la leche ya que estaba acostumbrado a que fuese instantánea. Además, me di cuenta de que al ser más grande que el mismo pezón, abría mejor la boca y parecía sujetarlo mejor, succionaba con más profundidad, sin apenas chasquidos y no se le escapaba de la boca.

Esa misma semana tuvimos visita con la pediatra (la llamaremos Pediasauria a partir de ahora), para hacer el control de peso. Yo iba tranquila sabiendo que, aunque teníamos dificultades, Biel mamaba a demanda, mucho, y yo tenía muchísima leche, por lo que esperaba que hubiese ganado peso correctamente. Pero no, esa semana Biel no ganó nada, 30g… Pediasauria se alarmó, nos dio órdenes de suplementar después de cada toma de pecho con biberón y volver a pesarlo al día siguiente.

Según ella, hay madres que no tienen buena leche… mamás, si oís esto huíd, no hagáis caso!! Además, como le comenté que lloraba mucho, dijo con muy poco tacto: claro, es que estaba pasando hambre… Como si le estuviese negando el alimento! Y cuando le dije que le daba pecho tantas veces como él quisiera (a demanda), y que se podía pasar una hora mamando, puso el grito en el cielo. Dijo que por eso me salían grietas (claaaro…), que máximo 20 minutos al pecho y nada de querer mamar cada hora, cargándose así el principio de lactancia a demanda. Además de la incongruencia que es negarle el pecho a un bebé que no gana suficiente peso WTF!!! Me mordí la lengua y le dije únicamente: es que yo le doy a demanda… Escucho las necesidades de mi hijo y confío en su capacidad para autorregular su alimentación.

En la siguiente entrada os seguiré contando como siguió la historia…

 

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Abrazos mamíferos ❤

 

Primera clase de maternidad: el parto

Ayer empezamos las clases de maternidad, las imparte la matrona que me ha llevado los dos embarazos (no es la del hospital en el que pariré). Por lo que ya asistimos a casi todas las clases el año pasado, y aunque sea un poco repetitivo por haberlas hecho antes, siempre va bien refrescar la memoria. Este año somos solamente dos mujeres (el descenso de la natalidad es alarmante…), el año pasado éramos cuatro, y Mamífero, claro.

En esta primera clase hablamos básicamente del parto, de como deseamos que sea, como transcurre, como controlar el dolor mediante la respiración, que expectativas tenemos y qué puede ocurrir… También nos puso unos vídeos de parto en casa, los mismos que vimos el año pasado, lo que me parece muy bien ya que es un tipo de parto que normalmente no se enseña, y pocas veces se da en un hospital.

Mi matrona parte de la base de si quieres o no epidural para enfocar el parto de una u otra manera. Y en parte es cierto, porque eso determina muchos factores, pero no es determinante, porque nunca se sabe si finalmente dará tiempo a que te la pongan, o si no la querías y al final no te sientes capaz. Lo más importante es estar preparadas para cualquier eventualidad, y abiertas a todo, como dijo ella misma, que no nos frustremos con el tipo de parto que finalmente tenemos si no se ajusta a nuestras expectativas.

También hablamos de lo que tenemos que llevar al hospital, para el bebé y la mamá, pero eso ya os lo cuento en otro post 😉

Hasta aquí todo correcto, ahora, me voy a permitir opinar y hacer un poco de crítica constructiva…

Mi matrona es bastante partidaria del parto natural, y tal como enfoca las clases, parece que en su hospital las cosas se hagan de una manera muy respetuosa. Según ella: no rompen la bolsa (a mi si me la rompieron y no hacía falta porque el niño se me salía, literalmente…), hacen piel con piel (pero apuntando que si el bebé tiene frío lo visten y ponen en cuna térmica, que es un sinsentido…), no hacen episiotomía sistemática (como debe ser, pero muchas se la llevan…), te dejan moverte mientras dilatas y que hagas lo que sea para estar cómoda (a mi ni me dejaron moverme, ni ir al baño, ni comer ni beber y me hicieron parir en litotomía aunque les pedí que me dejasen poner de cuclillas sobre la cama), como atendemos pocos partos no aceleramos el proceso (yo con un parto de menos de 15 minutos me sentí muy presionada e incluso insinuaron llevarme a quirófano para sacar la placenta)…  y una larga lista de afirmaciones en las que me tuve que morder la lengua…

A lo mejor, si me hubiese atendido ella el parto, hubiese tenido una mejor experiencia… Pero sabiendo que no solamente está ella, y que es una lotería quien te pueda tocar, es un error pintarlo tan bonito cuando hay tanto por mejorar en ese hospital… Y sobre todo, sabiendo que hay compañeros que dan un trato pésimo y que muchísimas mujeres (todas las que conozco que han parido allí lo corroboran) han tenido muy malas experiencias. La actitud de: lo hacemos todo super bien, es peligrosa.  Ni siquiera en el hospital al que fuimos ayer, en el que pueden presumir, tienen ese ego, al revés, desean mejorar.

También nos dijo que en lugares dónde hay mucha presión asistencial se debe de acelerar el parto con oxitocina porque hay mujeres esperando. Pues no, lo que se debe hacer, es exigir a dirección que se adapte el servicio a las necesidades de trabajo. La atención al nacimiento, tiene que ser igual de digna, haya muchas o pocas mujeres de parto.

Otra cosa que nos dijo es que hay mujeres que se ponen histéricas, que están enfadadas, gritan y se descontrolan… Y que a esas mujeres, a veces hay que ponerles la epidural antes de tiempo porque no aguantan, y entonces como la anestesia parará el proceso, claro, ya aceleramos el parto con oxitocina… Obviamente pasa que muchas mujeres estén fuera de si, pero me parece lo más normal del mundo. Si es tu primer parto, sobre todo, tienes sensaciones desconocidas, dolores y mucho miedo, y no todas pueden estar modo zen.

Cada una aguanta hasta dónde puede, y, por supuesto, si una mujer dilatada a 3 centímetros está rabiando, no la van a hacer esperar para ponerle la epidural a los 7, no tiene porque sufrir si no quiere. Pero no puede ser que ya se de por hecho que esa mujer no va a aguantar las horas que le quedan de dilatación, y que tendrán que acelerar el parto. Las matronas, además de asistir al parto propiamente, están para acompañar y dar alternativas, seguridad y alentar a la mujer e intentar calmarla. No solo con medicinas se calma a una mujer, y claro que hay situaciones en que ni la medicina lo consigue, pero una mujer pariendo, como todos los mamíferos, se siente vulnerable, y es comprensible que se aterrorice o se bloquee. No se la debe considerar una histérica ni infantilizar su conducta, porque es una situación que, por incómoda que sea para el profesional que la atienda, entra dentro de la normalidad.

Por último, no me gusta nada que cuando se habla del parto, el protagonista sea el dolor. Por experiencias que nos cuentan, por lo que se ve en las películas, por lo que nos imaginamos cuando visualizamos un bebé saliendo de nuestra vagina… Todas pensamos en el dolor, el sufrimiento, lo «malo» del parto… Como dijo mi comadrona, somos una sociedad que no está acostumbrada a sufrir dolor, tenemos una baja tolerancia, ya que por cualquier cosa tomamos un analgésico y nos olvidamos del dolor. Estoy de acuerdo con esa afirmación, la mayoría actúan así, pero no comparto esa actitud (yo no tomo analgésicos si no es algo extremo), ni creo que sirva para ejemplificar el dolor de un parto. Principalmente, y esto es vital entenderlo, porque el parto es un proceso fisiológico, no patológico como un dolor de muelas.

Afirmar que en el trabajo de parto se siente un dolor horrible, insoportable, lo peor, es ya, un mal comienzo. Las contracciones duelen porque tenemos el útero rígido (útero espástico como dice la gran Casilda Rodrigañez), por eso cuando este se expresa, sentimos dolor. Pero algunas mujeres han logrado parir con placer. No hay mucha diferencia entre una contracción de parto y un orgasmo, el mecanismo y las hormonas en juego son las mismas. Lo que determina que la experiencia sea más o menos agradable es la predisposición, el ambiente y como lo vivimos.

Normalmente acompañamos a las contracciones de placer, por eso no nos duelen, pero con las de parto nos tensamos. Es como si cortases un estornudo, molesta porque estás creando una resistencia a algo que pasa espontáneamente, pero estornudar no es desagradable en si mismo. La misma palabra, contracción, tiene un significado que desentona con lo que realmente es y le da una connotación negativa. Me gusta más el concepto expansión, que es lo que realmente logran, abrir el canal de parto.

Quizá todo esto os suene demasiado extremo e irreal, y os doy la razón, porque somos animales culturales, y es muy difícil que concibamos las cosas de manera distinta a como nos las han explicado toda la vida. No pretendo decir que el parto no sea un momento extremo y que no exista el dolor, sino que, cambia mucho la percepción de este según como lo enfrentemos. La sensación del dolor se ve condicionada por la mente, y aumenta con el miedo, y el sufrimiento. Por eso existen personas capaces de soportar situaciones muy extremas sin sentir dolor, mediante el control de la mente.

Cuando escucho a profesionales del parto como a mi comadrona hablar de que el dolor del parto es algo tan horrible e insoportable, siento que el enfoque está mal, que se obvia mucha información. Durante el parto se segregan analgésicos de manera endógena, el cuerpo es sabio y no nos causa un dolor que no podamos soportar. Nadie muere de dolor. Es una decisión personal y igual de digna tanto si quieres ahorrarte ese trance, como pasarlo a pelo. Pero me da pena por esas mujeres que temen al dolor, que pasan el embarazo con miedo al parto y rezando para que les de tiempo a ponerse la epidural.

Con afirmaciones así, se generan muy malas expectativas, y es normal que llegado el momento se viva el trabajo de parto con mucha tensión y sufrimiento. A veces, por tiempo, o porque no te hace efecto la analgesia, los partos acaban siendo sin epidural, y es algo para lo que todas tenemos que prepararnos. Imagino lo traumático que debe ser para una mujer que deseaba no sentir dolor, tener que enfrentarse a un parto sin anestesia y sin ninguna preparación previa.

El enfoque de matronas como la que nos atendió en el nuevo hospital es completamente distinto en ese aspecto. El dolor no era el malo de la película, es algo que de entrada, consideran que se puede sobrellevar si se dan ciertas condiciones. Escuchar a nuestro cuerpo, dejarnos ir, y estar en un ambiente seguro es lo principal para que no nos anclemos en él, para avanzar con las contracciones, y no pese a ellas. Es vital informar de que hay muchas maneras de pasar ese momento de una manera agradable, íntima y disfrutar el parto, no sufrirlo.

Motivarían mucho más a las mujeres afirmaciones como: estamos preparadas para parir, podemos soportarlo perfectamente. Que se nos empodere, y nos animen a confiar en nuestro cuerpo. Que no nos quedemos con el concepto de que nuestro cuerpo nos juega una mala pasada y nos hace sufrir sin sentido. El nacimiento es un proceso maravilloso y las contracciones son una ayuda, no el problema.

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Abrazos mamíferos ❤

Como una florecilla del campo…

¿Como han ido las celebraciones?

Yo puedo decir que las estoy superando, y sobrevivo como puedo… Esperando con anhelo que llegue el año que viene, un año que espero, compense con creces los anteriores 🙂

De momento solamente hemos celebrado navidad con la familia de Mamífero, y estuvimos muy a gusto. Comimos muy bien y mucho, gracias a mi suegra. Pasamos el día en su casa, hasta que a última hora fuimos todos a hacerle una visita a la abuela de Mamífero, una campeona, que en Enero cumplirá 95 añazos!

Recibimos algunos regalos para Biel muy chulos: dos pantalones muy a nuestro estilo, un baberito de corderitos muy gracioso, y otro con su nombre bordado. Este me emocionó bastante, ya que me hizo acordarme del que nos regaló una amiga de mi madre para Aritz. Y también una cajita, y un bote decorado por mi cuñada, precioso, con una colecta de dinerillo para los pañales de Biel 🙂

Como de costumbre, nosotros no pudimos colaborar con ningún detalle, ya que es el peor mes del año para nosotros, pues en noviembre Mamífero no trabaja apenas, y cobramos una miseria… 😦

Con mi familia estamos a la espera de ver si más adelante, para reyes o cuando podamos nos reunimos. Mamífero tiene un solo día de fiesta, y lo hacemos coincidir con los controles (mañana tengo comadrona otra vez) esa es la dulce Navidad del sector servicios…

Sigo con las emociones a flor de piel, tierna y delicada como una florecilla del campo… Es bueno cuando me da por reírme y estar alegre (la mayor parte del tiempo, por fortuna), pero también me da la llorera y la tontuna a ratos. Tanto es así que ayer lloré viendo como papá pingüino (en un documental) cuidaba a su cría y no quería separarse de ella… Podéis reíros de mi, yo lo hice.

También ando emocionada con las noticias de mis compañeras virtuales, que han pasado por pérdidas o problemas de infertilidad, y que durante este mes han ido anunciando positivos, ecografias, y nacimientos. Y contenta por las que como yo, estamos a la espera, cada vez más cerca, y con las hormonas a tope. Vosotras sabéis quien sois y lo feliz que me hacen vuestras noticias, luchadoras!! ❤

Siento a Biel enorme, le veo en mi tripa como si no hubiese barrera de piel entre nosotros, y me enamora día a día. Se dónde está su culete, su cabeza, sus pies… me quedo embobada mirándome la barriga e imaginándole… Conozco sus juegos y sus rutinas, y me río mucho con sus giros que deforman mi vientre, o con los saltitos cuando tiene hipo. Por el hipo, que tiene un par o tres de veces al día, se que tiene su cabecita abajo, y eso me tranquiliza. Está hecho un terremoto y ya se pega unos bailoteos fuertecitos, algunos causándome dolor. Aunque los dolores de espalda y el cansancio de estas últimas semanas me tengan agotada, estoy disfrutando mucho esta recta final.

Así estoy, hermanada e inmersa en la sororidad, sensiblona y tierna. Pero también voluble como un animalillo salvaje…  Protectora con mi cría, a gusto en nuestro nido, con nuestros compañeros de cueva. Tan mamífera como siempre, y más empoderada que nunca por mi instinto maternal. Ansiosa de parir, de sangre, calor y fluidos corporales… Y enamoradísima de ese hombre que nos quiere tanto, el papá de mis hijos.

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Abrazos mamíferos ❤

Queridos trolls…

Hoy voy a hablar de los trolls, esos seres que parecen entretenerse muchísimo entrando en páginas que no son de su interés, despreciando al autor o el contenido de este.

Resulta que si tienes un blog, abierto al mundo, y expones una opinión, peor aún si es controvertida, es un motivo para que te falten el respeto. Para algunos sólo hay blanco o negro, estás conmigo o contra mi. Y no señores, existen los grises. Pueden dar su punto de vista basándose en sus argumentos, no valiéndose de descalificaciones personales. De hecho, la gran mayoría que entran a comentar, lo hacen con respeto, limitándose a dar su opinión sin juzgar la de los demás.  Cada uno tiene sus opiniones, y ninguna es mejor que otra por ser distinta a la suya.

Lo peor es cuando te topas con un profesional de algo, que cree ser Dios solamente por tener un título. Ayer encontré un twit, en el que se enlazaba mi post, junto con el comentario: «los mensajes de algunos «anti algunas vacunas» pueden hacer que las embarazadas no se vacunen de la tosferina». Me pareció sobradamente paternalista considerar que un humilde post como el mío, podía ejercer sobre las mujeres tanta influencia como para cambiar su opinión. Ni lo escribí con esa intención, ni creo que una embarazada tome una decisión tan a importante a la ligera, solamente por leer mi entrada. Es algo que nosotras nos planteamos mil veces y contrastamos toda la información antes de decidir.

Si algo me cabrea en este mundo, es que se nos infantilice, y esto a las mujeres, y más, embarazadas, nos pasa demasiado: que si somos irresponsables, que no tenemos criterio porque las hormonas nos influyen, que si deben protegernos por nuestro bien, que «debemos de» acatar algo por el bien de nuestro bebé, que estamos sensibles, que no discernimos, que tu misma pero atente a las consecuencias, que si leemos demasiado, que pedimos cosas absurdas como que se respete un plan de parto, que eres primeriza y no sabes nada, que yo atiendo muchos partos/embarazos y se más que tu, que nos preocupamos demasiado…

La lista de frasecitas es interminable, y si eres mujer, y más si has pasado por un embarazo, te habrás sentido identificada. Si no fuese esta sociedad tan misógina y patriarcal, no se dirían estas cosas. Las mujeres creerían en sus capacidades, y estarían todas empoderadas. Gozaríamos de embarazos felices, partos placenteros, y crianzas felices.

Pero no, resulta que desde niñas debemos ser buenas, bonitas, obedientes y silenciosas. Y ellos deben ser fuertes, valientes, con carácter y si son ruidosos o descuidados no pasa nada, son niños. Cuando una niña tiene carácter es desobediente y mala, y si es fuerte o ruidosa es poco femenina.

Así crecemos condicionadas para que cuando caemos en manos de una ginecólog@, abramos las piernas y ni siquiera nos quejemos si nos hacen daño con el maldito espéculo. Porque debemos ser buenas, sumisas y obedientes ante una figura de autoridad. Por lo mismo, cuando nos dicen: toca vacunarse, o esto va a ser cesárea, la mayoría no se atreven ni a pedir una segunda opinión. Nos vamos maldiciendo, o llorando a casa, pero la mayoría nos arrugamos ante la autoridad. Y eso desempodera, estás regalando tu derecho a ser una humana más, con cerebro y boca, por el hecho de ser mujer.

Por eso, me molestó el comentario de ese señor, e intenté hacerle notar que no era respetuoso con las embarazadas considerar que tomamos las decisiones a la ligera, que no somos tontas e influenciables. Le aclaré con educación que cada una es responsable de tomar sus decisiones, que las embarazadas piensan, y no se guían por mis opiniones.

Me contestó que mis fuentes eran erróneas, que había sido mal informada, me pasó un link en el que informarme debidamente, a su parecer . Esa fuente no me dijo nada nuevo, básicamente lo que sabemos: debido a la mayor incidencia de la enfermedad por la poca efectividad de la vacuna, se insta a vacunar a embarazadas, poco más.

Le agradecí igualmente el gesto, pero como no cambié de opinión, el caballero empezó a descalificar. Primero a los profesionales de la salud que proporcionaban información errónea, pues se ve que él tiene la verdad única, y más tarde a mi, y a los «cuñaos» (según él los que no vacunamos somos cuñaos porque tomamos las decisiones hablando con el cuñao) que no nos vacunamos y luego él, pobre, nos tiene que atender en su consulta…

Este señor, resultó ser un profesional de la salud, como el insitió en autocalificarse, es más, es el mejor, el poseedor de la verdad. Y los demás, profesionales y pacientes, unos ignorantes. Aquí se inició una extensa y tediosa conversación de besugos, ya que ni él entendía que yo, como todos los pacientes, tengo derecho a tomar esa decisión. Y yo no aceptaba que confundiese su posición con la verdad única. Según él, si un profesional de la salud opinaba distinto a él, era porque estaba equivocado, no veía más allá. Como tampoco parecía entender que por mucha carrera que tuviese, es un derecho del paciente tomar una u otra decisión, pedir una segunda opinión o las que hagan falta.

Parece que en este país, tal como le dije, la titulitis aguda hace mella. Uno no puede despreciar a sus pacientes por tener una carrera, eso es pedantería ilustrada. Por no hablar del fraglante despotismo que demuestra creerse una autoridad con derecho a juzgar incluso a sus colegas de profesión por tener un punto de vista distinto. El tipo me pareció pedante y dogmático, alguien que mira por encima del hombro, condescendiente.

Acabó diciéndome que «luego no llevase a mis hijos a su consulta», la única y mejor del mundo se ve…  Como si por prescindir de una vacuna perdiese el derecho a acudir a la medicina de por vida. Y acabó lamentándose de tener que estar obligado a atender a cuñaos, que se ve enferman por su ignorancia.  Muy profesional, ético, y humano, es el médico que todos deseamos. Que nos trate cual rebaño, ignorante y al que hay que encarrilar.

Me cansan los egos subidos, los «yo se más que tu», que se meten en tu vida sin pedirles opinión e intentan salvarte de tu ignorancia. Simplemente, sean felices, sigan sus dogmas, y yo seguiré los míos.

Aparece también en mi blog, desde hace tiempo. un señor que se empeña en comentar mis dos post que hablan de vacunas, únicamente esos (si, es así de obsesivo, solo entra en mi blog para ver si hablo de eso). El buen hombre, tiene una guerra abierta contra los antivacunas, que según él son hippies, neorrurales, gente con huerto, y tampoco le  gustan los «médicos mayores retirados con boina». Es así, los odia, y sus comentarios se basan en culparles de las muertes de bebés y de todas las enfermedades vacunables que existen.

Cansada de que entrase a mi blog para descalificar, le dije que estaba perdiendo su tiempo. Que si tanto le gustaba el tema, abriese su propio blog y escribiese sobre ello, y que a mi no me encontraría allí perdiendo el tiempo comentando posts simplemente porque no me gustan. Esa es otra cosa que me inquieta, ¿que vida tiene alguien que se dedica a leer cosas que no le gustan, escribir extensísimos comentarios, y seguir entrando al blog para contestar, y ver que haces? Es triste que alguien dedique sus energías a buscar una discusión. Que solo aporte lo peor de si mismo, porque seguramente debe de tener algo positivo, como todos.

Viendo que yo ya no entraba en su juego, me dijo que no volvería a verle, y en un último alarde de pedantería me dijo que él me había intentado avisar. Usted perdone, soy una desagradecida, y una irresponsable por no querer sus sabios consejos. Que ojalá no se muera mi hijo como murió el niño de Olot, a causa de mi irresponsabilidad. Una mujer, siempre tiene disponible un caballero que la venga a rescatar de su ignorancia. Viva el paternalismo, esto si tuviese pene no me pasaría.

En serio señores, ¿es necesario descalificar? ¿No saben tener una conversación entre iguales, tienen que ser portadores de la verdad? Yo nunca he dicho en ningún post o comentario que mi opinión sea superior, ni que lo que hacen los demás es una irresponsabilidad, me centro en argumentar, sin avasallar. Porque, si yo no me quiero vacunar tengo que escuchar que soy una irresponsable, una ignorante, que pongo en peligro a mis hijos y a la sociedad entera… ¿Acaso yo les he dicho a los que si vacunan que están cometiendo una temeridad?

La verdad es que me lo he tomado con buen humor, y a cada comentario Mamífero y yo nos hemos reído muchísimo. Realmente, los pocos trolls que me aparecen no son nadie comparado con todos los que me leéis y dejáis comentrios amables, respetuosos, llenos de cariño y positivismo… Sin vosotros, no se si me motivaría seguir escribiendo en el blog, escribiría en mi libreta como he hecho siempre.

Pero es triste que cuando se tocan temas sensibles, siempre aparezcan los ataques. Una debe de poder hablar y opinar de cualquier cosa, y quiero que mi blog tenga una temática variada, poder escribir sobre lo que me apetece. Y lo que opino no es siempre políticamente correcto, o a veces no está dentro de lo establecido, pero tengo derecho a expresarme, y a quien no le guste, que no lea, ni moleste.

Como he dicho, me preocupa lo mínimo, me da risa y pena ver la controversia y el odio que se genera de algo tan normal como manifestar una opinión. Por eso, no me quita el sueño, ni me voy a autocensurar por ellos. Es simplemente una reflexión, que me parece lo más lógica: ¿si no falto el respeto, porqué me lo faltan a mi?

Si os habéis quedado con el gusanillo de leer sus trolleadas, buscadme en twitter, soy @punkifera (no se muy bien como enlazar conversaciones soy una patata en twitter) y encontraréis al «profesional» que retwiteó mi post. También podéis ver los comentarios que me dejó mi amigo el «salvavidas» en estos post:

https://serpadressite.wordpress.com/2015/12/03/vacunacion-de-la-tosferina-en-embrazadas/

https://serpadressite.wordpress.com/2015/11/01/la-duda-vacunal-como-eje-del-mal/

 

A todos ellos, desde el cariño, les dedico la foto.

No soy de faltar el respeto, pero ya que ellos lo han hecho…  😉

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Si te ha gustado lo que has leído, no dudes en compartir, comentar, darle a me gusta y seguir mi blog! Gracias por leerme 🙂

Abrazos mamíferos ❤