18 semanas: visita de los 4 meses

En este post me voy a centrar en la visita con pediatra y enfermera de los 4 meses, que ya da bastante de si…

Biel sigue creciendo muchísimo, los pediasaurios alucinan con el desarrollo que lleva. El mes pasado batió un récord con 4’5 centímetros, la enfermera no daba crédito al verlo anotado (hay varias, y la vez pasada nos atendió la otra), y estaba segura de que había un error al medirle… Pues no, le midió, incrédula, y comprobó que no solamente era verdad, sino que este mes, también ha crecido casi 3 centímetros 😀

De peso, estamos ya casi rozando los 6 quilos, y de perímetro craneal, ha aumentado 2 centímetros más también. Estas son sus marcas:

Peso: 5,970 quilos

Talla: 62,3 centímetros

Perímetro craneal: 42 centímetros

La misma mujer que me sentenció (tal como os contaba en esta entrada) el primer mes que mi leche no era buena, puesto que Biel no cogía peso suficiente, me dice ahora que crece tanto porque mi leche es muy buena… Claaaro, todo el mundo sabe que a las vacas también las ordeñan por calidades (ironía modo on): unas son desnatadas, otras enteras, otras semi… y las de marca barata, que tienen menos nutrientes no?

Me quedé con ganas de soltarle: Si, es que antes la tenía fatal, pero me he tomado un batido de esos de la farmacia con multivitaminas y ahora hago leche calidad premium -.-

Esta mujer se cubre de gloria cada vez que abre la boca en sus visitas… tengo más mitos sobre la lactancia que contaros salidos de boca de esta «profesional» sanitaria que consejos de salud válidos. Es lamentable… sigo contándoos sus joyitas…

Como si fuese por elección suya (de hecho lo es, porque las autoridades sanitarias no lo aconsejan), dijo que el mes que viene empezaríamos con la fruta. Pues no señora, mi hijo comerá cuando esté preparado para ello, no cuando usted lo mande. Su estómago todavía estará inmaduro y no es aconsejable introducir sólidos hasta los 6 meses de edad, y siempre y cuando se siente solo, lleve cosas a su boca y muestre interés por los alimentos. Mientras que estos requisitos no se cumplan, mi hijo tomará lactancia materna exclusiva que es lo óptimo y lo que más le alimentará. Que prisas con empezar a comer, si tienen toda la vida para ello y la lactancia le cubre todas sus necesidades alimenticias!!

Otra aberración que me soltó: dale agua ahora que hace calor, que se puede deshidratar. Yo, aguantándome la mandíbula para no parecer maleducada, asentí… aunque seguro que una ceja se me levantó. Ver, oír y callar. Porque con semejante desactualización que me lleva, cualquiera le cuenta (por enésima vez, porque cada visita se lo digo) que hacemos lactancia materna EXCLUSIVA y A DEMANDA. No se qué parte no entiende… Que si hubiese hecho caso a sus indicaciones de lactancia que son: si, a demanda, pero cada 3 horas, que no esté más de 20 minutos por toma (o diez por pecho), y por la noche tiene que alargarlas…

Claro, con semejantes directrices militares si que podría pasar sed mi hijo… Pero es que yo soy una insumisa y no hago caso, mandan mi hijo y mi instinto. De esta manera, él tiene sus necesidades cubiertas, porque tonto no es: si tiene hambre quiere teta, y si tiene sed, también. Así que, toma más a menudo, y no le hace falta agua, que no alimenta y es un engorro. Cuando tiene sed en vez de hambre, él me pide cambiar de pecho (no me lo dice, pero a buena entendedora… solamente hay que observar, ofrecer, y todo cuadra), tomando así, la parte más aguada de cada uno. Fin del problema. Y hasta el mes que viene que me volverá con la cantinela de la fruta, cereales… Cuando le cuente que pasamos de papillas y haremos BLW le va a dar un siroco…

El pediatra lo alzó aire para ver sus reflejos y flipaba de ver como aguantaba bien tieso y miraba a un lado y al otro. Le decía a la enfermera: mira este niño, como aguanta la cabeza y la gira!! Como si fuese algo realmente poco común. El control de la cabeza lo tiene prácticamente desde que nació, siempre la ha aguantado muy tiesa y mira de aquí para allá, y ahora que ya se mantiene boca abajo jugando, puede estar más de media hora sosteniéndola sin descansar. Algunos bebés ya nacen con esa fuerza y interés por verlo todo, pero creo que portearle a menudo desde el primer momento ha ayudado mucho a su musculatura, además de hacerle partícipe de nuestras tareas y que se interese por ver el mundo que le rodea.

En la consulta, fueron muy insistentes con el temita de la vitamina D, que no digo que no sea «importante»… pero, que nos lo digan unas 10 veces cada visita… sin exagerar eh: ya la toma? se la toma bien? te quedan gotas? no os olvidéis! cada día!! es muy importante! peligro de raquitismooooo…

Es todo tan aterrador como las noticias de A3. Todo esto, mientras te hacen una revisión en la que ni te preguntan: como va de desarrollo motriz, si ríe, si responde a las voces… ni siquiera le miraron la boca o las orejitas como han hecho anteriores veces. Pero eso si, hay que tomar vitaminas, que la farmacéutica me lo recomienda (y agradece) y yo soy más comercial que médico…

Que soy consciente de su importancia, pero también de la exageración y el negocio que eso conlleva. Y por eso, tengo mis razones para dárselas y otras muchas para no hacerlo. Como en todo, hay un término medio, un sentido lógico… Esta es mi opinión, como en todo lo que cuento en mi blog, doy mis puntos de vista sin desmerecer las de los demás ni intentar sentar cátedra. Matizo esto por si luego me acribillan por aconsejar a lo loco… cada uno es responsable de tomar sus decisiones informadas.

Estas vitaminas se dan porque X estudio concluyó que la mayoría de la población tiene déficit de vitamina D. Las mamás suelen tenerla baja, y por ende, sus bebés que están creciendo y toman lactancia materna (la leche maternizada ya incluye todas las vitaminas posibles añadidas) podrían no recibir suficiente cantidad. Eso no significa que tu bebé o tu la necesitéis, ya que el déficit de vitamina D tiene mucha relación con el estilo de vida y la alimentación que lleves, es una mera estadística que no computa para todos igual, pero la media dice que carecemos de suficiente vitamina D.

Esto se debe, generalmente (patologías a parte), a la poca exposición a los rayos del sol (triste en un país como el nuestro), ya que trabajamos normalmente en sitios cerrados, a la vida sedentaria y al uso de protectores solares cuando nos exponemos a él. Realmente, con salir a tomar el aire (ni siquiera hace falta que te plantes cual lagarto bajo el sol), incluso en la sombra, y una actividad física moderada (un paseíto a buen ritmo), es suficiente.

Algunos pediatras son más flexibles que otros con esto de la vitamina D, y parecen no ponerse de acuerdo en el tiempo que deben tomarla y lo indispensable de esta. A nosotros, distintos pediatras nos han dicho que durante un año, que solamente 6 meses, que es imprescindible cada día, o que sin obsesionarse, y que durante el verano ni nos preocupemos de darle, menos aún salimos a la calle.

Detrás de la evidencia científica, y la necesidad real de tomar la vitamina, hay también negocio. Como siempre, las farmacéuticas, se frotan las manos cuando pueden indicar algo a todo un sector de la población, más aún, si es algo aparentemente inocuo como una vitamina. Pero nada es inocuo, no nos engañemos, un exceso de vitamina, cualquiera, es tan malo como el déficit de ésta. Han habido casos de bebés con cierre prematuro de fontanelas por hipervitaminosis, y otras patologías iatrogénicas.

No se pueden tomar a la ligera ni siquiera las vitaminas, y considero, que teniendo un estilo de vida y alimentación saludables, no las necesitamos. Si a mi hijo no le han encontrado un déficit, las fontanelas van cerrándole a un ritmo normal y crece, considero que no son necesarias. Durante los 2 primeros meses se la daba, no demasiado regularmente, pero como era invierno, y después de no haber salido demasiado el verano pasado por el embarazo, consideré que quizá si tuviese cierta carencia. Pero me fui dando cuenta de que cuando las tomaba, además de regurgitarlas a menudo, Biel se encontraba peor, con molestias digestivas. Durante estos últimos meses no se las he dado, y Biel no se ha encontrado mal, además de haber crecido muchísimo sin tomarla… Así que me declaro insumisa en esto también :p

Otra cosa en la que insisten es que cuidado con el sol, que no le de en la cabeza, que es muy peligroso porque tiene la fontanela abierta, que ahora con la calor se rifan las insolaciones… Que jamás salga con la cabeza descubierta (cuando era invierno lo mismo pero por el frío)… Vale gracias, no es que sea una madre hiperprotectora, pero tampoco una descuidada, tengo sentido común y esas cosas las tengo en cuenta, aunque si exagerar… Los bebés son frágiles, pero son seres humanos. Así que si yo tengo frío o calor, es probable que mi bebé también, y no se me ocurrirá ponerle a tomar el sol, menos aún sin gorro.

Y algo que me dicen en cada consulta, todas, sin exagerar, es: le pones crema (hidratante)? no? Pónle crema!!! Le digo: En todo caso si lo necesita un poco de aceite, pero normalmente no porque tiene la piel perfecta. Pues no, erre que erre: tienes que ponerle crema. Con la del culito igual… que pesadez extrema oye… que ganas de echar potingues gratuitamente!!

Además, me pilló el primer mes de Biel (yo de ánimos bajos con los problemas de lactancia) con la ingle un pelín rojita (de haberle dado con una toallita un poco más fuerte de lo debido) y me echo la santa bronca de que por eso lloraba, que eso les duele muchísimo… Luego vimos que lloraba de hambre, pero de primeras me cargó la culpa. Después de ese incidente, me reiteraba que si le ponía X crema (por la marca, las otras marcas u opciones para ella no existen) y cuando le decía que no, me repetía que le tenía que poner. Y ya lo hizo extensivo a todo el cuerpo: hay que hidratarlos bien!!

Yo pacientemente le contesto caaada vez que no usamos cremas, que tiene una piel estupenda, y que en caso de rojez de culo o lo que sea (no ha necesitado en el cuerpo nunca, pero bueno…), un poco de aceite de oliva o almendras, y punto. Y me pregunto quien es ella para entrar a juzgar qué cosmética usamos…Yo no uso cremas, nos lavamos con jabón natural que no desequilibra la flora de la piel, y la tenemos estupenda sin necesidad de nada… para que?

No le han salido granitos, ni siquiera con el calor (y eso que suda muchísimo), el culete lo tiene bien excepto momentos puntuales (que lo solucionamos con una gota de aceite de oliva), no tiene descamaciones, ni irritación por roce… Qué intervencionismo tan innecesario!! La piel, si la dejas respirar (cosa que las cremas y jabones comerciales impiden) no necesita cuidados especiales… Pero esa mujer me lo dice como si tuviese a mi hijo descuidado por no darle cremita todo los días -.-

Como vacunas no ponemos, ahí se acaba nuestra visita… no sin antes invitarme a firmar un papel conforme no las autorizo. Algo que firmé por no buscar problemas (ya somos bastante rarunos a sus ojos), pero no lo debería haber hecho, puesto que no estoy obligada ni a vacunar, ni a firmar. Ese papel, me dijo, si luego decidimos vacunar se rompe y no ha pasado nada… así que poca validez tiene. Simplemente un mecanismo más de control y coacción más sobre las familias que nos salimos del redil.

Llamadme antisistema si queréis, lo soy. Me siento vigilada, y no me gusta. Esto de ir al pediatra a hacer el paripé, que nos den pautas obsoletas y que encima me miren torcido, no me parece necesario. Es una revisión del niño sano, ya de por si, innecesaria, pero voy como acto festivo, de celebración, más que nada para que me pesen y midan al cachorro porque me hace ilusión saberlo… Pero a veces me dan ganas de hacerlo por mi cuenta y olvidarme del sistema sanitario hasta que lo necesitemos. Mejor tomármelo con humor, en parte seguimos yendo por las risas que nos echamos Mamífero y yo al salir de la consulta. Si no puedes con el enemigo, ríete de él xD

Lo importante es que nuestro hijo está creciendo y sanísimo, con la lactancia materna exclusiva que luchamos y ahora disfrutamos, y no gracias a l@s sanitari@s desactualizad@s.

Después de la consulta, nos fuimos a dar un paseíto para reponer vitamina D 😉

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Abrazos mamíferos ❤

 

 

Por una conciliación real ya!!

Hace un par de semanas, Biel cumplió 16 semanas. Ha crecido mucho desde que nació, pero todavía es tan pequeño… Desde entonces, no dejo de pensar en todas las mamás que terminan su permiso de maternidad en este punto, algunas, incluso antes por ser autónomas o por necesidad de sus empleadores… Que injusticia, que desamparo, que dolor en el alma… Y no solamente por ellas, que también, sino por los bebés, tan frágiles y dependientes todavía. Hace unos meses, escribí un post que viene muy al tema (aquí lo tenéis), y ahora, que tenemos a Biel con nosotros, y me tocaría reincorporarme al trabajo, duele e indigna más que nunca…

Nuestros bebés, todavía lactantes en exclusiva, se ven alejados de los pechos de sus madres, que no solamente les brindan alimento, sino también consuelo, seguridad, bienestar, cariño, calma, hogar… Los que toman leche de fórmula necesitan igualmente ese contacto, esa atención y dedicación exclusiva, algo que, de ninguna manera, pueden obtener en una guardería. Por muy bien cuidados que estén, por muy respetuos@ y amoros@ que sea el/la cuidador/a, hay cosas insustituibles… Con un/a cuidador/a en exclusiva, quizá se consiga algo más de calidez, pero, que pena que ese cariño lo tengan que recibir de otr@… Para un/a bebé, la persona con quien pasa más horas al día es un referente, ellos necesitan alguien que les aporte seguridad, y es ilógico que esa figura no sean su madre o padre.

Cada vez, mi hijo se da más cuenta de quienes somos todos: su padre, sus abuelas, yo… y los desconocidos, son eso, personas ajenas a su día a día. Ahora que está aprendiendo todo esto, creando vínculos, conociéndonos… que locura desaparecer de su vida! Quiero estar presente, ser su figura de referencia, que integre que puede contar conmigo. Después de gestarlo durante más de 9 meses, como es posible que antes de cumplir el cuarto mes, esta sociedad enferma, nos empuje a dejarlos en manos de otros?… Aunque sean los abuelos, tu hermana, tu tía, tu mejor amiga… quien debe estar ahí son sus padres. Nos necesitan, no podemos separarnos tan pronto.

Todas las cosas que Biel está aprendiendo, de un día para otro, me las perdería… que tristeza. No solamente para mi, sino para él. Veo en su cara la ilusión cuando hace algo nuevo, le sonrío, le aplaudo, y lo celebramos juntos! No puede ser que esos logros ocurran cada día a tant@s bebés, y pasen desapercibidos… Quizá un/a cuidador/a lo vea, y lo valore, pero lo óptimo es que ese bebé reciba la inmensa alegría con que lo vivirían sus padres. Claro que tarde o temprano el padre y la madre verán a su hijo darse la vuelta, reptar, balbucear las primeras palabras, intentar andar… pero esas primeras veces, cuando ves la emoción, la intensidad y el empeño, seguidos de la satisfacción de tu hijo por haber logrado algo hasta entonces irrealizable… esos momentos son impagables, y no vuelven.

España es de los países que menos tiempo concede de baja por maternidad y paternidad, algo que se toma a la ligera porque «todos los bebés van a la guardería», «no pasa nada y así socializan», «hay que ganarse la vida»… y un largo etcétera que no son más que tiritas para heridas demasiado profundas. No vale seguir lo que nos dicta el Estado, nuestro instinto nos dice que no está bien, ninguna  madre o padre vuelve al trabajo después de la baja con alegría. No es lo correcto, lo esperable, lo que la naturaleza dicta… y eso tiene unas consecuencias, algo que no se está teniendo en cuenta, pero esa desvinculación tan temprana no puede traer nada bueno.

Me diréis que tenéis hij@s sanísimos emocionalmente,  con apego seguro hacia vosotr@s… No me refiero a eso, cada familia sabe como compensar esas horas separados de sus cachorros. Lo que digo es que no es lo óptimo, que no deberíamos vernos obligad@s a elegir, que los bebés deberían tener el derecho inamovible de estar con sus progenitores hasta que sean suficientemente maduros. Su derecho debería estar por encima de todo, nos necesitan a su lado en las primeras etapas. El Estado debería velar porque eso ocurra, que los padres sean quienes cuidan de sus hijos.

En edades tan tempranas, el tiempo si se mide en cantidad, calidad también, pero estar todo el día separados, fuera de su hogar, no es positivo. Ellos se nutren de explorar su espacio, de vivir un día a día aprendiendo las cosas sencillas que pueden compartir, lo cotidiano, sin prisas, sin horarios ni obstáculos. También necesitan conocer, escuchar y seguir sus propios ritmos de sueño, comida, juego, descanso, interacción… No deberían ser encorsetados y ceñidos a las necesidades laborales o las posibilidades de quien/es les cuidan. Están conociendo el mundo y a si mism@s, como vamos a encerrarles en el infierno de la vida adulta?… cumplir horarios, seguir normas estúpidas, ignorar sus necesidades, ser un@ más del rebaño, portarse «bien», comer cuando toca y lo que toque, socializar porque deben, aprender, dejar el pañal o el chupete cuando lo digan las normas del centro, ser uno más y conformarse, compartir juguetes cuando están en una etapa ególatra (positiva y muy necesaria), despojarles de la seguridad y la calma del hogar, fundirse en la rutina y sumar horas, semanas y años creciendo, quemando la infancia, como si eso no fuese algo increíble y emocionante que no se repetirá jamás en su vida…

Sin ánimo de ofender a quienes no tienen alternativa, no os sintáis mal, pero admitamos que es un error separarnos de nuestras crías tan prematuramente. La infancia de tu hij@ es una, para ti madre o padre, pero sobre todo para ellos, y merecen vivirla con sus padres cerca.

Doy gracias por tener un padre que va a trabajar cada día para darnos sustento económico… Un padre que se va al trabajo cada día con nostalgia, echándonos de menos, y esperando mis mensajes, fotos, vídeos o audios con las novedades del día. Cada cosa que Biel consigue, siento pena porque su padre se lo ha perdido, e intento hacérselo saber al momento, que sea partícipe de alguna manera de lo que vive su hijo. Y es que deberíamos estar juntos, es injusto que lo tenga que vivir en diferido… Al menos, se va de casa sabiendo que Biel está en buenas manos, que no está aparcado mientras trabajamos fuera de casa ambos. Tenemos un humilde sueldo, pero preferimos apretarnos el cinturón a que nuestro hijo crezca lejos de su hogar.

Ya que viene al tema, quiero comentaros que desde Barcelona, se ha iniciado un movimiento para la conciliación real: Madres sí. Pero guerreras también. A raíz de un comentario de una mamá en un grupo de crianza, en el que expresaba su dolor e indignación por tener que volver tan pronto al trabajo, se inició esta movida. Se lo están currando mucho, hay un manifiesto, un blog, una página y un grupo en facebook… Y se hizo una concentración el pasado 12 de Junio, logrando llamar la atención de la alcaldesa, quien se comprometió a poner de su parte. Si os apetece saber de que va, poner vuestro granito de arena, aunque sea simplemente dándole visibilidad, compartiendo los eventos, artículos, participando en las votaciones del grupo… Pasad por la página, uníos al grupo, y luchemos por los derechos de ellos, nuestros bebés. Porque les están pisoteando sus derechos más básicos de cuidado y alimentación privándoles de nosotr@s. Fuerza guerreras!!

Este es su-nuestro manifiesto:

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Os dejo links:

El grupo en facebook de Madres, si. Pero guerreras también:

https://www.facebook.com/groups/601956269967708/?fref=ts

Y su página en facebook:

https://www.facebook.com/madressiguerrerastambien/?fref=nf

El blog:

https://madressiguerrerastambien.wordpress.com/

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Abrazos mamíferos ❤

 

 

Feliz día madres invisibles

Casi no me da tiempo a publicar este post, que por otra parte no tenía planeado pero ha brotado de mi, porque estaba ejerciendo de madre. Agradecida estoy de poder estrenarme con el título de madre en prácticas y practicante, después de años de sentirme madre sin hij@s, por tanto sin derechos ni títulos o celebraciones. Por eso, lo dedico a felicitar el día a todas aquellas personas que forman familias fuera de lo normativo (porque he visto seres más maternales con sus animales que algunos padres con sus hij@s), a las que cuidan de los suyos y también de si mism@s (que no son madres abnegadas sino dignas y respetuosas con sigo mism@s), y  a todos los que ponen su esencia maternal en todo aquello que hacen.

Maternal a secas, sin feminidad ni género, ni adjetivaciones tipo madre-coraje. Porque ser madre no significa todo el adorno que envuelve al pastel, ni ser una figura-tipo del belén social: madre, trabajadora, femenina, independiente, emprendedora, atractiva… Ser madre es un concepto más allá y se manifiesta en tantas formas como casos concretos existen. Es un título que no debería limitarse a roles de género o a libros de familia.

Ya no me gustan los días tipificados para celebrar por la vinculación consumista en masa de dedicar un día X a una figura X para comprar/celebrar X. Además en el día de la madre, no se puede negar la influencia patriarcal, además de la restricción de que las madres deben ser mujeres y además, con hij@s. Por no hablar de su celebración dominical, el día de la semana de las madres por antonomasia…

Muchos pensaréis: Mamífera, mira que eres puntillosa, si celebrar mola, si es para darles importancia a las madres. Pues no, lo siento, pero no comulgo, soy así de punki y le veo el lado oscuro al sistema sea por dónde sea.

Como ejemplo práctico de como se denigra a la figura de la madre, podéis ver como son las campañas de venta de muchas marcas:

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Todo muy tipificado, y en muchos casos, con un concepto muy rancio de lo que es una «buena madre», de las de toda la vida vamos. No me extenderé en esto porque se han escrito ya, numerosos posts y libros acerca del rol de  madre.

Normalmente se felicita en este día a las mamás estándar, aquellas que, con hijos de la edad que sea, hay vivido lo que es cuidar de ellos. Las madres de hecho y derecho, las que han ejercido o no, las que han concebido o adoptado… Todas ellas son reconocidas sobradamente, pero, yo desde aquí, quiero felicitarles el día a todas, sin excepción. Por eso quiero remarcar que considero que son madres todas las mujeres que:

  • Esperan la llegada de sus hijos activa o pasivamente, ya sea en actos o en deseos. Tanto las que están en su búsqueda, o ya en embarazo, como las que permanecen con ese deseo pausado por las razones que sea.
  • Las que han perdido a alguno de sus hij@s durante el embarazo, parto o después de este.
  • Por las circunstancias que sea, no han podido ser madres de ninguna de las maneras, pero lo han deseado.
  • Quienes han volcado ese instinto maternal en otras causas, ya sea cuidar de sus animales o seres queridos, o ayudar a quien lo necesite.
  • Las personas que bien están fuera de la heteronormalidad o/y  del cisgénero, habiendo formado una familia en la forma que sea y sintiéndose indentificad@ con el concepto de madre.
  • Quienes sea que hayan ejercido o sentido el rol de madre, más allá de su género o el vínculo familiar.

La maternidad se vive de muchas maneras, en diversos planos, y formas infintas. Espero no haber obviado ninguna de sus múltiples caras, y si lo he hecho, tendré a bien rectificar e incluir a aquell@s madres que se sientan invisibilizadas.

¡Feliz día madres invisibles!!!

 

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Abrazos mamíferos ❤

Porteo con fular elástico

Tengo de momento muy poquita experiencia porteando, pero de momento, ha sido muy positiva. El concepto llevar al monete (así es como le llamamos con amor papá y mamá mamíferos) pegadito a nuestro cuerpo, relajado y tener las manos libres nos encanta. Como os dije, tenemos un fular elástico, que es muy cómodo, suave y amoroso. Me gusta mucho y no me arrepiento de la elección, sin embargo, hemos encontrado algunas lagunas en este sistema de porteo y algunas dificultades que esperamos mejorar.  Así que voy a contaros lo que nosotros le vemos de positivo y lo que no nos gusta tanto del fular elástico. Son puntos que a nosotros en concreto nos convencen o no, pero cada familia y cada bebé tienen unas necesidades distintas por lo que esto es muy subjetivo.

THUMBS UP!!

  •  Nudos: permite una gran variedad de nudos que se adapten a las necesidades del porteador o del bebé, por eso los fulares son los portabebés más versátiles.
  • El fular, tanto elástico como semielástico o tejido, es el sistema de porteo que mejor se ajusta al tamaño del bebé. Ofrece un ajuste perfecto a su cuerpo, por lo que es completamente respetuoso con la postura fisiológica de ranita y la curvatura correcta de la espalda que necesita un recién nacido.
  • El algodón elástico es muy suave y cómodo tanto para el bebé como para el porteador al no tener costuras ni nada rígido que se clave.
  • Se puede dar el pecho perfectamente, yo lo he hecho de momento en la posición de ranita (preanudado en cruz) y en la de cuna con el mismo nudo. Dar el pecho sin manos, de pie y poder hacer cosas mientras tanto es una gozada.
  • Va muy calentito al estar en contacto con el porteador y envuelto en varias capas de tela.
  • El vaivén y el suave rebote que da la tela elástica al estar en movimiento le relaja muchísimo, debe recordarle a cuando estaba en mi barriga. Si se pone nervios@, basta con andar un poco, balancearnos, o si estamos sentad@s mover un poco los ombros y en seguida se relajará.
  • Es fácil que se duerma en segundos y aguante ahí una buena y larga siesta. Cuando coge el sueño ahí dentro, es difícil que se despierte y coja un berrinche si no tiene una razón de peso.
  • Es muy cómodo para llevarlo en casa y hacer cosas mientras tanto.
  • Para pasear fuera de casa es también muy práctico, e incluso para comer con él colgado en un restaurante.
  • Si la postura del porteador y la del bebé son óptimas (hay que conseguir que la tensión sea la adecuada), la espalda no sufre, el peso va bien repartido y puedes estar horas con él sin molestias.

 

THUMBS DOWN…

  • Nudos: hay que aprender, y practicar mucho. De momento solamente dominamos el preanudado, y a veces no conseguimos la tensión adecuada para que no quede ni demasiado bajo ni apretujado… Es cuestión de rodaje, así que este punto espero poder anularlo en breve 😉
  • Si tienes que ponerte o quitarte el fular lo arrastrarás por el suelo, eso no mola.
  • Ponerse el fular requiere de ambas manos y destreza, todo esto con un bebé en brazos que todavía no sostiene la cabeza… Por todo esto, no me parece un sistema de porteo adecuado para ir con prisas y colgar/descolgar al bebé yendo sola, al menos de momento que no tengo práctica y que Biel no se sostiene solo. Por esto mismo, no me atrevo todavía con nudos sin preanudar, mucho menos aún estando fuera de casa sin ver los tutoriales.
  • Temperatura: el fular da calor, tanto al bebé como al/la que portea. Eso es un punto a favor cuando hace frío, claro, pero en verano lo imagino un poco agobiante, al menos con este elástico (algunos tejidos son de telas más fresquitas) y con el preanudado (otros nudos son más fresquitos). Ahora todavía hace fresco y he pasado calor casi cada vez que he porteado. Estando en casa es fácil, vamos con poquita ropa, o directamente piel con piel (perfecto para dar el pecho) y es comodísimo. Para ir a pasear y estar al aire libre también es perfecto yendo con las capas de ropa adecuadas. Pero fuera de casa, el dilema es que si te abrigas demasiado (lo mismo pasa con el bebé), cuando entres en un sitio con calefacción (aquí la diferencia de temperatura es considerable) tendrás calor, y tendrás que bajar al bebé, quitarte el fular, ropa sobrante, volver a anudar el fular y subir al bebé, y cuando salgas, repetir la acción a la inversa, además, dependes de que alguien te sostenga al bebé mientras tanto… Este punto no tendría importancia estando en otro clima o estaciones menos extremas, o simplemente con ropa de porteo (abrigos, cobertores…). Yo de momento no tengo, pero me estoy planteando que será necesario de cara al invierno que viene tener al menos un abrigo, e incluso currarme un polar para entretiempo como ha hecho Hobbita (os lo muestra en esta entrada).
  • Poco práctico también para hacer varios recados en coche, ya que se pierde mucho tiempo entre meter y sacar al bebé de la sillita y del fular. Prefiero portear ratos largos sobre todo para no molestar al bebé.
  • Meter ahí dentro al bebé cuando está modo cabreo-on es sumamente complicado y estresante, sobre todo para él. Si está dormidito o relajado, sin problemas, pero si te lo metes cuando ya no sabes que hacerle porqué está tontorrón, el cabreo que coge se multiplica al sentir que le limitas los movimientos, además de darle un sofocón con el calor de tu cuerpo y el berrinche. Si metes al bebé nervioso es difícil (al menos para mi de momento) saber si le estás colocando la pelvis bien, si las piernas están alineadas y a la altura adecuada… ya que está tenso y moviéndose constantemente. Si intentas ponerle las capas que le sujetan la cabecita, le harás incrementar el cabreo, luchará por liberarse de la tela echando la cabeza atrás, y tendrás que estar muy atent@ mientras acabas de colocarlo para que no se desnuque… además de que no ladeará la cabeza como tiene que llevarla hasta que se relaje, así que tendrás que sujetar su cabecita hasta que entre en modo zen. Biel, se pone rojo como una bombilla y lucha contra todo, hasta que no botas durante unos eternos minutos, entonces si, se calma.

Parece que sean muchos inconvenientes, pero creo que son solventables, y en general, la experiencia es muy positiva. Pesan mucho más los puntos a favor, y creo que es un sistema de porteo muy adecuado para recién nacidos (hasta los 8kg como recomiendan, ya que entonces rebotan demasiado por el peso). En las situaciones en las que portear con fular elástico es cómodo y para ratos largos, es realmente un gran sistema, no lo cambiaría. Eso si, complementaria con una mochila, que creo sería más práctica para otras situaciones.

¿Cual es vuestra experiencia porteando?

¿Alguna idea para solventar nuestros inconvenientes?

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Abrazos mamíferos ❤

Nuestros hijos no nos pertenecen

A escasas dos semanas de cumplir las 37, momento en el que Biel será, oficialmente, un bebé a término, me siento como en un sueño. Incapaz de creerme que esto es real, que quizá nos sonría la vida y nos conceda el deseo que tanto hemos perseguido estos últimos años…
Imagino el momento de su nacimiento, la emoción, la oxitocina a raudales invadiéndome, el calor y la humedad de su delicado cuerpo sobre el mío… Su primer llanto, su olor, sus ojos clavados en los míos, su boca buscando alimento, sus manitas agarrándome un dedo… La mirada de Mamífero a su cachorro, que ternura… cuanto amor sentiré al verle acunar a nuestro bebé. La primera noche juntos, los tres, ya inseparables, amándonos como nunca. Convertirnos en familia a los ojos de los demás, porque Aritz ya nos hizo serlo. Llegar a casa, esta vez con un bebé en brazos al que presentar a nuestros gatos. Hacernos a la idea de que ese ser será para siempre nuestra prioridad y que nuestra vida va a orbitar alrededor de la suya.

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Cuando pienso en esta aventura que está por empezar, sé que el tiempo correrá muy rápido, y deseo disfrutar cada momento. Quiero pasar etapas con él y con Mamífero de la mano, no anclarnos en que siempre será nuestro bebé, nuestro niño. Saborear cada momento sabiendo que no volverá, pero que siempre vendrán cosas nuevas, emocionantes que vivir. Podemos aportarle mucho como padres, pero, seguro que no es comparable a lo que él como hijo nos enseñará.
Seremos por unos años su referente, su mundo, su modelo a seguir y su guía. Responsables de atender a todas sus demandas y cuidados, dejaremos a un lado muchas cosas para centrarnos en esa vida que hemos creado. Darlo todo por él, y recibir la mejor de las recompensas: acompañar su vida.

Ver como poco a poco va aprendiendo y necesitando menos, ganando independencia y seguridad. Aprender a estar en la sombra, pendientes de su reclamo si nos necesita, sin intervenciones innecesarias que entorpezcan o desvirtúen sus propios logros. Sufrir con él y reír con él. Verle alejarse, equivocarse, llorar, caer, y confiar en su capacidad para gestionar sus errores y aprender de ellos. Darle la consideración y la autonomía que requiera, de niño a adolescente, y luego a adulto. Respetar sus decisiones y tener siempre presente que lo que a él le haga feliz, será nuestra felicidad. Le dimos la vida, suya es.
Espero dar lo mejor de mi en todas las etapas, y saber estar a la altura de las circunstancias. Y no culparme si me superan o verter esa impotencia en él. Lo que más deseo es que sea una persona feliz, sana emocionalmente y saludable en lo físico. Para eso, me esforzaré en no ahogarle, no exigir y no condicionar su vida. Respetar su autonomía, su libertad, y apoyar incondicionalmente sus decisiones aunque no comparta su opinión. Animarle a desarrollar sus capacidades, a creer en si mismo, a seguir sus instintos y luchar por sus deseos. Estar presente siempre que me necesite, y no esperar nada a cambio. Ser conscientes de que es el ser al que más amaremos su padre y yo, pero que no nos pertenece. Saber que él a su vez, deberá volcar ese amor en otra persona cuando le llegue el momento de enamorarse, o de invertir su energía en cualquier proyecto de vida y recomenzar este mismo ciclo.
Que viaje tan intenso este de ser padres, que duro y que bonito a la vez dar tanto amor, regalarlo a una personita para que haga con él lo que desee. Estoy deseando vivirlo con sus luces y sus sombras, de principio a final.

Os dejo con una gran frase de Khalil Gibran:

«Tus hijos no son tus hijos. Son los hijos e hijas de la vida deseosa en sí misma».

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Abrazos mamíferos ❤

 

 

Primera clase de maternidad: el parto

Ayer empezamos las clases de maternidad, las imparte la matrona que me ha llevado los dos embarazos (no es la del hospital en el que pariré). Por lo que ya asistimos a casi todas las clases el año pasado, y aunque sea un poco repetitivo por haberlas hecho antes, siempre va bien refrescar la memoria. Este año somos solamente dos mujeres (el descenso de la natalidad es alarmante…), el año pasado éramos cuatro, y Mamífero, claro.

En esta primera clase hablamos básicamente del parto, de como deseamos que sea, como transcurre, como controlar el dolor mediante la respiración, que expectativas tenemos y qué puede ocurrir… También nos puso unos vídeos de parto en casa, los mismos que vimos el año pasado, lo que me parece muy bien ya que es un tipo de parto que normalmente no se enseña, y pocas veces se da en un hospital.

Mi matrona parte de la base de si quieres o no epidural para enfocar el parto de una u otra manera. Y en parte es cierto, porque eso determina muchos factores, pero no es determinante, porque nunca se sabe si finalmente dará tiempo a que te la pongan, o si no la querías y al final no te sientes capaz. Lo más importante es estar preparadas para cualquier eventualidad, y abiertas a todo, como dijo ella misma, que no nos frustremos con el tipo de parto que finalmente tenemos si no se ajusta a nuestras expectativas.

También hablamos de lo que tenemos que llevar al hospital, para el bebé y la mamá, pero eso ya os lo cuento en otro post 😉

Hasta aquí todo correcto, ahora, me voy a permitir opinar y hacer un poco de crítica constructiva…

Mi matrona es bastante partidaria del parto natural, y tal como enfoca las clases, parece que en su hospital las cosas se hagan de una manera muy respetuosa. Según ella: no rompen la bolsa (a mi si me la rompieron y no hacía falta porque el niño se me salía, literalmente…), hacen piel con piel (pero apuntando que si el bebé tiene frío lo visten y ponen en cuna térmica, que es un sinsentido…), no hacen episiotomía sistemática (como debe ser, pero muchas se la llevan…), te dejan moverte mientras dilatas y que hagas lo que sea para estar cómoda (a mi ni me dejaron moverme, ni ir al baño, ni comer ni beber y me hicieron parir en litotomía aunque les pedí que me dejasen poner de cuclillas sobre la cama), como atendemos pocos partos no aceleramos el proceso (yo con un parto de menos de 15 minutos me sentí muy presionada e incluso insinuaron llevarme a quirófano para sacar la placenta)…  y una larga lista de afirmaciones en las que me tuve que morder la lengua…

A lo mejor, si me hubiese atendido ella el parto, hubiese tenido una mejor experiencia… Pero sabiendo que no solamente está ella, y que es una lotería quien te pueda tocar, es un error pintarlo tan bonito cuando hay tanto por mejorar en ese hospital… Y sobre todo, sabiendo que hay compañeros que dan un trato pésimo y que muchísimas mujeres (todas las que conozco que han parido allí lo corroboran) han tenido muy malas experiencias. La actitud de: lo hacemos todo super bien, es peligrosa.  Ni siquiera en el hospital al que fuimos ayer, en el que pueden presumir, tienen ese ego, al revés, desean mejorar.

También nos dijo que en lugares dónde hay mucha presión asistencial se debe de acelerar el parto con oxitocina porque hay mujeres esperando. Pues no, lo que se debe hacer, es exigir a dirección que se adapte el servicio a las necesidades de trabajo. La atención al nacimiento, tiene que ser igual de digna, haya muchas o pocas mujeres de parto.

Otra cosa que nos dijo es que hay mujeres que se ponen histéricas, que están enfadadas, gritan y se descontrolan… Y que a esas mujeres, a veces hay que ponerles la epidural antes de tiempo porque no aguantan, y entonces como la anestesia parará el proceso, claro, ya aceleramos el parto con oxitocina… Obviamente pasa que muchas mujeres estén fuera de si, pero me parece lo más normal del mundo. Si es tu primer parto, sobre todo, tienes sensaciones desconocidas, dolores y mucho miedo, y no todas pueden estar modo zen.

Cada una aguanta hasta dónde puede, y, por supuesto, si una mujer dilatada a 3 centímetros está rabiando, no la van a hacer esperar para ponerle la epidural a los 7, no tiene porque sufrir si no quiere. Pero no puede ser que ya se de por hecho que esa mujer no va a aguantar las horas que le quedan de dilatación, y que tendrán que acelerar el parto. Las matronas, además de asistir al parto propiamente, están para acompañar y dar alternativas, seguridad y alentar a la mujer e intentar calmarla. No solo con medicinas se calma a una mujer, y claro que hay situaciones en que ni la medicina lo consigue, pero una mujer pariendo, como todos los mamíferos, se siente vulnerable, y es comprensible que se aterrorice o se bloquee. No se la debe considerar una histérica ni infantilizar su conducta, porque es una situación que, por incómoda que sea para el profesional que la atienda, entra dentro de la normalidad.

Por último, no me gusta nada que cuando se habla del parto, el protagonista sea el dolor. Por experiencias que nos cuentan, por lo que se ve en las películas, por lo que nos imaginamos cuando visualizamos un bebé saliendo de nuestra vagina… Todas pensamos en el dolor, el sufrimiento, lo «malo» del parto… Como dijo mi comadrona, somos una sociedad que no está acostumbrada a sufrir dolor, tenemos una baja tolerancia, ya que por cualquier cosa tomamos un analgésico y nos olvidamos del dolor. Estoy de acuerdo con esa afirmación, la mayoría actúan así, pero no comparto esa actitud (yo no tomo analgésicos si no es algo extremo), ni creo que sirva para ejemplificar el dolor de un parto. Principalmente, y esto es vital entenderlo, porque el parto es un proceso fisiológico, no patológico como un dolor de muelas.

Afirmar que en el trabajo de parto se siente un dolor horrible, insoportable, lo peor, es ya, un mal comienzo. Las contracciones duelen porque tenemos el útero rígido (útero espástico como dice la gran Casilda Rodrigañez), por eso cuando este se expresa, sentimos dolor. Pero algunas mujeres han logrado parir con placer. No hay mucha diferencia entre una contracción de parto y un orgasmo, el mecanismo y las hormonas en juego son las mismas. Lo que determina que la experiencia sea más o menos agradable es la predisposición, el ambiente y como lo vivimos.

Normalmente acompañamos a las contracciones de placer, por eso no nos duelen, pero con las de parto nos tensamos. Es como si cortases un estornudo, molesta porque estás creando una resistencia a algo que pasa espontáneamente, pero estornudar no es desagradable en si mismo. La misma palabra, contracción, tiene un significado que desentona con lo que realmente es y le da una connotación negativa. Me gusta más el concepto expansión, que es lo que realmente logran, abrir el canal de parto.

Quizá todo esto os suene demasiado extremo e irreal, y os doy la razón, porque somos animales culturales, y es muy difícil que concibamos las cosas de manera distinta a como nos las han explicado toda la vida. No pretendo decir que el parto no sea un momento extremo y que no exista el dolor, sino que, cambia mucho la percepción de este según como lo enfrentemos. La sensación del dolor se ve condicionada por la mente, y aumenta con el miedo, y el sufrimiento. Por eso existen personas capaces de soportar situaciones muy extremas sin sentir dolor, mediante el control de la mente.

Cuando escucho a profesionales del parto como a mi comadrona hablar de que el dolor del parto es algo tan horrible e insoportable, siento que el enfoque está mal, que se obvia mucha información. Durante el parto se segregan analgésicos de manera endógena, el cuerpo es sabio y no nos causa un dolor que no podamos soportar. Nadie muere de dolor. Es una decisión personal y igual de digna tanto si quieres ahorrarte ese trance, como pasarlo a pelo. Pero me da pena por esas mujeres que temen al dolor, que pasan el embarazo con miedo al parto y rezando para que les de tiempo a ponerse la epidural.

Con afirmaciones así, se generan muy malas expectativas, y es normal que llegado el momento se viva el trabajo de parto con mucha tensión y sufrimiento. A veces, por tiempo, o porque no te hace efecto la analgesia, los partos acaban siendo sin epidural, y es algo para lo que todas tenemos que prepararnos. Imagino lo traumático que debe ser para una mujer que deseaba no sentir dolor, tener que enfrentarse a un parto sin anestesia y sin ninguna preparación previa.

El enfoque de matronas como la que nos atendió en el nuevo hospital es completamente distinto en ese aspecto. El dolor no era el malo de la película, es algo que de entrada, consideran que se puede sobrellevar si se dan ciertas condiciones. Escuchar a nuestro cuerpo, dejarnos ir, y estar en un ambiente seguro es lo principal para que no nos anclemos en él, para avanzar con las contracciones, y no pese a ellas. Es vital informar de que hay muchas maneras de pasar ese momento de una manera agradable, íntima y disfrutar el parto, no sufrirlo.

Motivarían mucho más a las mujeres afirmaciones como: estamos preparadas para parir, podemos soportarlo perfectamente. Que se nos empodere, y nos animen a confiar en nuestro cuerpo. Que no nos quedemos con el concepto de que nuestro cuerpo nos juega una mala pasada y nos hace sufrir sin sentido. El nacimiento es un proceso maravilloso y las contracciones son una ayuda, no el problema.

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Abrazos mamíferos ❤

Mi visión de la crianza

Hoy quiero hablar de crianza, para eso, me baso a nivel teórico en nuestras necesidades biológicas como especie, en los procesos madurativos, pero sobre todo, en mi instinto. Esa vocecilla que desde antes si quiera de plantearnos ser padres, me decía que cuando llegase el momento, cuidaría a mis crías en base a ciertos principios. Y que a partir de esa intuición, he ido encontrando evidencias, respuestas, y métodos que se ajustaban a mi manera de sentir. He ido hilando poco a poco, informándome, y sin duda, todo me lleva al mismo lugar: apego, respeto, atención a la demanda… 

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Mujer Sioux porteando a su bebé

Somos una especie altricial, esto significa que nuestras crías nacen vulnerables, inmaduras, sin aquellas características que en la edad adulta nos permiten sobrevivir por cuenta propia. Esto nos condiciona desde la bipedestación, ya que a raíz de ese cambio, la gestación humana se acortó debido al estrechamiento pélvico. Para que el cráneo del bebé pueda atravesar el canal del parto, nacemos prematuros, dando como resultado, una cría totalmente dependiente.

Esto se traduce en que los humanos necesitamos durante muchos años el cuidado, la vigilancia, el contacto y la protección de nuestros cuidadores. No es por capricho que los bebés lloren para comunicar sus necesidades, que nos necesiten cerca, y que durante años, busquen nuestra cercanía para sentirse seguros. Esta necesidad no sólo asegura la supervivencia básica, sino que es clave para el desarrollo en todos los aspectos.

 

Por el contrario, las especies precociales son aquellas que nacen pudiendo desplazarse, ver, oír y demás funciones básicas prácticamente desde el nacimiento. Por lo que su crianza es muy distinta, ya que son más autónomos y requieren de menos cuidados. Un ejemplo de especies precociales son los caballos que se ponen en pie rápidamente, aunque siguen cerca de su madre un tiempo, u otras todavía más precoces como algunos peces, que no necesitan ningún tipo de cuidado para su supervivencia y desarrollo.

Este hecho se debe al grado de maduración del cerebro en el momento de nacer, lo que condiciona el grado de dependencia de las crías. Precisamente, nuestra especie, entre todos los primates, es la que nace con el encéfalo menos desarrollado. Para que os hagáis a una idea, para que un bebé humano naciese con el grado de desarrollo equivalente al de un chimpancé recién nacido, deberíamos tener gestaciones de entre 18 y 21 meses.

Por eso, el período desde el nacimiento hasta que el bebé adquiere la capacidad de desplazarse autónomamente, se llama exerogestación o gestación extrauterina. Es un intervalo de tiempo en el que cubrir las necesidades del  bebé es primordial para su desarrollo físico, neurológico, afectivo, digestivo, sensorial… Esta etapa madurativa es tan importante como la gestación intrauterina, es de hecho, la continuación de esta en el exterior.

Durante este tiempo, el bebé necesita un acompañamiento y presencia constante, alimentación a demanda, calor corporal, contacto físico y afectivo, sentir el latido del corazón o la respiración de su cuidador/a, movimiento de balanceo para su calma y consuelo (similar al que se da intrauterina), que se respeten sus patrones de sueño y actividad, etc.

Gorila con su bebé (encontraréis otras tiernas imágenes aquí )article-2534679-1A725E8600000578-741_634x466

 

Aunque nacen más maduras, las crías de chimpancé (el animal más estrechamente emparentado con el humano), permanecen al lado de su madre durante años, con un vínculo afectivo estrecho. Crecen con una supervisión y aprendizaje garantizados por ella principalmente, y con el apoyo del resto de hembras del grupo. Acunan a sus bebés cuando duermen como hacemos los humanos, y se arman de paciencia, ya que en ningún momento se separan de sus crías.

Las mamás chimpancé ofrecen lactancia a demanda hasta los 5 o 6 años de edad a sus crías, mientras que inician a sus retoños en el aprendizaje de la alimentación complementaria. También los cargan encima hasta el destete definitivo, que puede continuar algo más allá de los 6 años. Desde ese momento y hasta los 13 años, edad en que se consideran maduros físicamente, sus madres siguen educándoles en la supervivencia, roles sociales, uso de herramientas, comportamiento en comunidad, cultura… Todo un ejemplo de crianza e implicación para que sus crías lleguen a ser adult@s con plenas capacidades.

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Chimpancés abrazándose

La vulnerabilidad de nuestras crías ha determinado el desarrollo biológico de nuestra especie en aspectos muy determinantes. Eso afianzó nuestro carácter gregario, y nos condujo al emparejamiento estable. Las necesidades de los bebés, fueron un factor de cohesión social que llevó a el cuidado aloparental (a cargo de otros miembros del grupo). La implicación de todos sus miembros por el cuidado y protección no sólo de las crías, sino también de los miembros «no productivos», es decir las gestantes y las cuidadoras.

Esta nueva manera de organizarnos, se debe al desarrollo de la empatia, algo indispensable para nuestra supervivencia como seres altriciales, que determina que seamos capaces de reaccionar ante el sufrimiento y las necesidades ajenas. Todos estos cambios incidieron directamente en la longevidad de las abuelas, ya que ejerciendo el comadreo, eran figuras importantísimas en nuestra estructura social a las que se les brindaba protección.

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Monas de las nieves acicalando a una cría

Eso me hace reflexionar, hasta qué punto las crías de nuestra especie, las más inmaduras y vulnerables, deben «madurar» (o más bien, separarse de sus criadores) excesivamente pronto… La mayoría de padres se ven forzados a dejar a cargo de otros cuidadores a sus bebés de pocos meses, cuando todavía, su cerebro no está preparado para esa separación. Por no hablar del destete temprano en nuestra especie, del deseo o necesidad de los progenitores de que duerman solos y sean autónomos cuanto antes, del desapego físico que impone nuestra sociedad, o de que delegamos muchísimos años de crianza a las guarderías y escuelas.

Muchos pensaréis que para eso somos una especie avanzada, civilizada, y preparada para confiar esos cuidados a organismos institucionalizados, y que eso no tiene ninguna importancia a nivel del desarrollo. Pero a mi manera de ver, es un error gravísimo pensar que se puede sustituir el calor de un cuerpo, o que la figura y presencia constante de un cuidador con un vínculo emocional, no es un factor imprescindible.

Obviamente los bebés siguen creciendo, desarrollándose y aprendiendo, en cuestiones básicas de supervivencia y a nivel cognitivo. Pero creo que si la naturaleza nos ha dotado de medios para criar de determinada manera, y ha hecho que nos adaptemos a nivel biológico para que nuestra implicación emocional nos lleve a protegerlos durante años, es que debe ser el método más adecuado. Es un modelo de crianza ajeno a las modas, común a muchas especies similares a la nuestra, y que da buenos resultados, sin embargo, nosotros nos empeñamos en ir en direcciones opuestas.

Desde pequeña me han gustado los documentales de animales, con ellos, he aprendido y reflexionado mucho acerca de nuestro comportamiento como mamíferos. Desde que se me encendió el reloj biológico, me fijo todavía más en aspectos como la reproducción, la maternidad, la crianza, y las bases biológicas que hacen de la nuestra, como a otras especies altriciales y a su vez sociales, una sociedad estructurada en base a fuertes lazos de cooperación.

Hoy, viendo un documental sobre los monos de las nieves, no dejaba de ver señales, esas cosas de las que te das cuenta cuando te planteas el tipo de crianza que quieres dar a tu bebé, y que te hacen enfocarte en detalles sumamente claves. Por todas partes veía apego seguro, sororidad entre las hembras, instinto maternal, vínculos afectivos, protección,  aprendizaje libre y mediante el juego, calidez, porteo, lactancia a demanda, colecho… Y mucha dedicación y cariño hacia las crías… Las mamás, tías, hermanas, abuelas y comadres en general, dedican su vida a ello, una gran labor. La crianza a tiempo completo es algo que está subestimado en nuestra sociedad, sin ánimo de ofender a quienes no la pueden practicar, claro.

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Hermana mayor porteando a su hermanito

Nosotros hemos decidido traer a un ser a este mundo, y deseamos que su maduración, aprendizaje y sus necesidades a todos niveles sean cubiertos por sus padres. Sin que se vea sometido a cumplir expectativas madurativas si no está preparado, o que no respeten su condición de bebé-niño en proceso de crecimiento. La crianza con apego, el respeto a sus ritmos, atender a sus demandas, la dedicación y el tiempo que merece cuidar de un hij@ en todos los aspectos… Son principios básicos que tanto para mi como para Mamífero son básicos e indiscutibles en la crianza.

 

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Anorexia

El tema de hoy es algo muy personal para mi, ya que lo he vivido en mis carnes, y he sufrido mucho por tener unas características físicas fuera de lo común. Quizá much@s no me entenderéis o pensareis que exagero, pero escribo por placer y necesidad, no por complacer.

Se usa el término «anoréxic@» de manera errónea, adjetivando, y con connotaciones peyorativas. A menudo, escucho asociaciones como: modelo anoréxica, barbies anoréxicas, ropa para anoréxicas… Y me parece una grave falta de respeto, sobre todo, a las personas que sufren esta sintomatología o enfermedad, ya que es algo serio.

La anorexia como síntoma es la incapacidad para ingerir alimentos, incluso bebidas, de manera normal. Esto puede suceder por alguna razón médica, ya sea física o mental. La anorexia como trastorno alimenticio, es una enfermedad en sí misma, que puede ser causada por multitud de factores. Fundamentalmente, se da la restricción de la ingesta de todo tipo de calorías motivada por la voluntad de perder peso. Además de esto, hay factores asociados que hacen de esta, una enfermedad potencialmente peligrosa.

Se suele juzgar a los enfermos de anorexia como si fuese una enfermedad electiva y banal, por el capricho de estar delgados. Pero en realidad es un trastorno difícil de manejar para los enfermos, no es fácil vivir así, ni salir de ese círculo vicioso. Muchas veces, son personas con mucho potencial, increíblemente sensibles, muy inteligentes, con un alto grado de autoexigencia y perfeccionismo. No es una enfermedad exclusiva de modelos, gente vacía, o sin problemas reales, como muchos piensan. Ni tampoco la sufren solamente personas que lucen una delgadez extrema.

A nadie se le ocurriría describir a cualquier otro enfermo por su enfermedad, o a un discapacitado por su discapacidad, y mucho menos, usar esos términos como adjetivo peyorativo. Por eso, me enerva cuando oigo hablar tan a la ligera, usando el término anoréxic@ despectivamente. Se usa a menudo como insulto, como descripción de un cuerpo que por estar por debajo del peso normativo, y se considera enfermo. Existen cuerpos de todo tipo, por encima y por debajo de los estándares de belleza o de salud, que son saludables.

Estoy de acuerdo en que la presión social por tener un cuerpo estándar,  asociado con la delgadez, es una lacra. Que los modelos de belleza sean tan restringidos y disten tanto de parecer un cuerpo real, es algo que debemos denunciar. Es un tema muy serio, las muñecas son desproporcionadas, e incluso los dibujos animados muestran figuras escuálidas (sobre todo las femeninas) y en exceso sexuadas. Se transmiten desde la tierna infancia, unos cánones estéticos que difícilmente se dan en la vida real, derivando cada vez antes en niñ@s con trastornos alimenticios. Ahora bien, una cosa es luchar contra ese yugo estético, y otra, es arremeter contra la delgadez, y peor aún, usar el término anoréxico para definirla.

Una barbie no puede ser anoréxica, es una muñeca. A quien debemos criticar es la mente trastornada que diseñó una muñeca que de tener vida, no le aguantarían los tobillos para mantenerse en pie. Una persona extremadamente delgada, sea modelo o no, no tiene tampoco porque ser anoréxica. Es cierto que, por desgracia, muchas personas sufren este trastorno, pero existen también personas que son así por naturaleza. Es, de nuevo, un error, juzgar a esa persona. Si esta sale en un anuncio, deberíamos criticar a la agencia publicitaria por exponer únicamente personas de un determinado tallaje. Y las personas que verdaderamente sufren anorexia son víctimas del mismo sistema, no nos confundamos, y las despreciemos a ellas.

Siempre he estado por debajo de los percentiles, tanto de peso como de altura. Sin embargo crecía y me desarrollaba, aunque a mi ritmo, y tenía una salud dentro de lo normal. Comía por debajo de lo esperable, por lo que me pasé la infancia tomando suplementos vitamínicos de todo tipo, calcio, hierro… Aún así, nunca llegaba a los estándares para preocupación de mis padres, llegando incluso a pensar que sufría enanismo. No era enana,  pero si de talla pequeña y delgada, y así me he quedado. Tengo buena salud, y aunque me cueste llegar a sitios altos, no tengo ningún problema asociado a mi condición física.

Como persona que ha estado siempre por debajo del peso «ideal», me he sentido muchas, demasiadas veces, juzgada por mi aspecto. Acomplejada porque se marcasen mis huesos, porque la ropa de mujer me quedaba grande… De igual manera que existen personas a las que les cuesta perder peso, existimos también los que queremos ganarlo y no podemos. Y es igualmente doloroso que te traten como a una enferma, que den por supuesto que sufres anorexia, que no estás sana, que estás así por capricho. Como es doloroso para alguien que lucha por perder peso que consideren que está así porque quiere, o porque no se cuida. La diferencia es que a una persona con obesidad no la llamarán gorda, intentarán no ofenderla, pero a mi me han llamado flaca toda la vida.

Lo peor es no poder quejarse, que no te comprendan, te miren por encima del hombro e incluso se rían de tu preocupación por estar demasiado delgada. He encontrado multitud de profesionales sanitarios que no han tomado en serio mis problemas de salud simplemente por estar delgada. Si me dolía la espalda, es normal estás muy delgada, si tenía desajustes en la regla, es normal estás muy delgada, si tenía falta de hierro, es normal estás muy delgada. Y así un largo etcétera, llegando incluso a poner la guinda diciéndome: ¿ya comes? Ah, no, se me había olvidado, intentaré comer…

Envidias, bromas, comentarios hirientes, juicios de valor sobre mi persona, miradas de reprobación, comentarios jocosos o despectivos sobre mi cuerpo… Por parte de conocidos, desconocidos, familiares, amigos, e incluso el camarero de un restaurante, tanto de niña como de adulta, se ha atrevido a «regañarme» por no acabarme el plato. Me he encontrado de todo, y me ha dolido mucho, sufrí mucho en mi infancia y adolescencia por ello, y llegué a odiar mi cuerpo durante años. Tuve anorexia desde que tengo uso de razón, pero no el trastorno alimenticio de querer adelgazar, sino la incapacidad de comer con normalidad, por la presión a la que me veía sometida.

Se me cerró el estómago, y cuanto más me esforzaba menos podía comer, incluso vomitaba si me forzaba. Las comidas familiares, para mi, eran una tortura: ¿tienes hambre? a ver si comes algo, no has comido nada, come aunque sea esto, ¿y de postre?… Todos decían que era muy buena niña, pero muy mala comedora, y me lo creí. En la guardería no me querían a la hora de comer, y en el colegio, siempre estaba en el comedor castigada hasta que terminase mientras mis amigos iban a jugar. Y en casa, era un sufrimiento para mis padres verme delante del plato durante horas, haciendo bola hasta con las sopas.

Por más que quería, no podía, porque debía comer por obligación, por complacer a los demás. Aunque llegase a la comida con hambre, me bloqueaba. Esa incapacidad me acompañó hasta que me emancipé con 17 años. Ayudó el hecho de comer sola, hacer la compra y cocinar para mi misma, autogestionarme, y no presionarme. Aprendí a comer y disfrutar de la comida, poco a poco. Aunque, todavía hoy, aunque son menos, sufro bloqueos. Cuando vivo una situación estresante, o tengo que comer en poco tiempo, me cuesta. Y si empiezan a cuestionar lo que como, hacer observaciones o atosigarme en que coma más, me agobio mucho.

Aunque mi caso sea distinto, puedo imaginar lo que sufren otras personas con trastornos alimenticios de cualquier tipo. La relación que se establece con la comida, sobre todo si es desde la infancia, es algo muy difícil de moldear. Es algo muy básico que hacemos varias veces al día, y si tenemos una relación insana con la alimentación, puede ser muy peligroso. Si además, eso se une a una enfermedad mental, y al hecho de no aceptar tu cuerpo, es algo muy complejo que no se soluciona simplemente esforzándose.

Tampoco se solucionará el obsesivo culto al cuerpo despreciando cuerpos fuera de la norma, aunque estos sean los que se «venden». Ni suprimiendo las tallas 32, 34 y 36 se evitarán los complejos (a mi me hubiese agravado el mío, ya que no encontrar ropa de mi talla era una tortura…). Se debe reforzar la autoestima con la educación, el respeto al cuerpo, fomentando otros valores, enfocando la vida desde una perspectiva mas espiritual, o simplemente, no mencionando el aspecto físico.

Sería ideal ver en los escaparates, pasarelas, o anuncios a personas diversas, como la vida misma. O mejor aún, sería que se dejase de usar el cuerpo humano como producto más, que luce, y vende únicamente por su atractivo visual. No nos quedemos criticando un estereotipo de delgadez, mientras que quienes lo promueven quedan impunes. Y usemos los términos con respeto, por favor, «anoréxic@» no es un adjetivo.

L0066994 Woman suffering from anorexia nervosa

L0066994 Woman suffering from anorexia nervosa Credit: St Bartholomew’s Hospital Archives & Museum, Wellcome Images. Wellcome Images images@wellcome.ac.uk http://wellcomeimages.org Black and white photograph of an emaciated woman, aged 17 years, suffering from ‘hysteria’, who refused food on account of anorexia (anorexia nervosa). Front view. [1896] By: St Bartholomew’s Hospital Photographic SocietySt Bartholomew’s Hospital Archives & Museum Published: – Copyrighted work available under Creative Commons Attribution only licence CC BY 4.0 http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/

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Queridos trolls…

Hoy voy a hablar de los trolls, esos seres que parecen entretenerse muchísimo entrando en páginas que no son de su interés, despreciando al autor o el contenido de este.

Resulta que si tienes un blog, abierto al mundo, y expones una opinión, peor aún si es controvertida, es un motivo para que te falten el respeto. Para algunos sólo hay blanco o negro, estás conmigo o contra mi. Y no señores, existen los grises. Pueden dar su punto de vista basándose en sus argumentos, no valiéndose de descalificaciones personales. De hecho, la gran mayoría que entran a comentar, lo hacen con respeto, limitándose a dar su opinión sin juzgar la de los demás.  Cada uno tiene sus opiniones, y ninguna es mejor que otra por ser distinta a la suya.

Lo peor es cuando te topas con un profesional de algo, que cree ser Dios solamente por tener un título. Ayer encontré un twit, en el que se enlazaba mi post, junto con el comentario: «los mensajes de algunos «anti algunas vacunas» pueden hacer que las embarazadas no se vacunen de la tosferina». Me pareció sobradamente paternalista considerar que un humilde post como el mío, podía ejercer sobre las mujeres tanta influencia como para cambiar su opinión. Ni lo escribí con esa intención, ni creo que una embarazada tome una decisión tan a importante a la ligera, solamente por leer mi entrada. Es algo que nosotras nos planteamos mil veces y contrastamos toda la información antes de decidir.

Si algo me cabrea en este mundo, es que se nos infantilice, y esto a las mujeres, y más, embarazadas, nos pasa demasiado: que si somos irresponsables, que no tenemos criterio porque las hormonas nos influyen, que si deben protegernos por nuestro bien, que «debemos de» acatar algo por el bien de nuestro bebé, que estamos sensibles, que no discernimos, que tu misma pero atente a las consecuencias, que si leemos demasiado, que pedimos cosas absurdas como que se respete un plan de parto, que eres primeriza y no sabes nada, que yo atiendo muchos partos/embarazos y se más que tu, que nos preocupamos demasiado…

La lista de frasecitas es interminable, y si eres mujer, y más si has pasado por un embarazo, te habrás sentido identificada. Si no fuese esta sociedad tan misógina y patriarcal, no se dirían estas cosas. Las mujeres creerían en sus capacidades, y estarían todas empoderadas. Gozaríamos de embarazos felices, partos placenteros, y crianzas felices.

Pero no, resulta que desde niñas debemos ser buenas, bonitas, obedientes y silenciosas. Y ellos deben ser fuertes, valientes, con carácter y si son ruidosos o descuidados no pasa nada, son niños. Cuando una niña tiene carácter es desobediente y mala, y si es fuerte o ruidosa es poco femenina.

Así crecemos condicionadas para que cuando caemos en manos de una ginecólog@, abramos las piernas y ni siquiera nos quejemos si nos hacen daño con el maldito espéculo. Porque debemos ser buenas, sumisas y obedientes ante una figura de autoridad. Por lo mismo, cuando nos dicen: toca vacunarse, o esto va a ser cesárea, la mayoría no se atreven ni a pedir una segunda opinión. Nos vamos maldiciendo, o llorando a casa, pero la mayoría nos arrugamos ante la autoridad. Y eso desempodera, estás regalando tu derecho a ser una humana más, con cerebro y boca, por el hecho de ser mujer.

Por eso, me molestó el comentario de ese señor, e intenté hacerle notar que no era respetuoso con las embarazadas considerar que tomamos las decisiones a la ligera, que no somos tontas e influenciables. Le aclaré con educación que cada una es responsable de tomar sus decisiones, que las embarazadas piensan, y no se guían por mis opiniones.

Me contestó que mis fuentes eran erróneas, que había sido mal informada, me pasó un link en el que informarme debidamente, a su parecer . Esa fuente no me dijo nada nuevo, básicamente lo que sabemos: debido a la mayor incidencia de la enfermedad por la poca efectividad de la vacuna, se insta a vacunar a embarazadas, poco más.

Le agradecí igualmente el gesto, pero como no cambié de opinión, el caballero empezó a descalificar. Primero a los profesionales de la salud que proporcionaban información errónea, pues se ve que él tiene la verdad única, y más tarde a mi, y a los «cuñaos» (según él los que no vacunamos somos cuñaos porque tomamos las decisiones hablando con el cuñao) que no nos vacunamos y luego él, pobre, nos tiene que atender en su consulta…

Este señor, resultó ser un profesional de la salud, como el insitió en autocalificarse, es más, es el mejor, el poseedor de la verdad. Y los demás, profesionales y pacientes, unos ignorantes. Aquí se inició una extensa y tediosa conversación de besugos, ya que ni él entendía que yo, como todos los pacientes, tengo derecho a tomar esa decisión. Y yo no aceptaba que confundiese su posición con la verdad única. Según él, si un profesional de la salud opinaba distinto a él, era porque estaba equivocado, no veía más allá. Como tampoco parecía entender que por mucha carrera que tuviese, es un derecho del paciente tomar una u otra decisión, pedir una segunda opinión o las que hagan falta.

Parece que en este país, tal como le dije, la titulitis aguda hace mella. Uno no puede despreciar a sus pacientes por tener una carrera, eso es pedantería ilustrada. Por no hablar del fraglante despotismo que demuestra creerse una autoridad con derecho a juzgar incluso a sus colegas de profesión por tener un punto de vista distinto. El tipo me pareció pedante y dogmático, alguien que mira por encima del hombro, condescendiente.

Acabó diciéndome que «luego no llevase a mis hijos a su consulta», la única y mejor del mundo se ve…  Como si por prescindir de una vacuna perdiese el derecho a acudir a la medicina de por vida. Y acabó lamentándose de tener que estar obligado a atender a cuñaos, que se ve enferman por su ignorancia.  Muy profesional, ético, y humano, es el médico que todos deseamos. Que nos trate cual rebaño, ignorante y al que hay que encarrilar.

Me cansan los egos subidos, los «yo se más que tu», que se meten en tu vida sin pedirles opinión e intentan salvarte de tu ignorancia. Simplemente, sean felices, sigan sus dogmas, y yo seguiré los míos.

Aparece también en mi blog, desde hace tiempo. un señor que se empeña en comentar mis dos post que hablan de vacunas, únicamente esos (si, es así de obsesivo, solo entra en mi blog para ver si hablo de eso). El buen hombre, tiene una guerra abierta contra los antivacunas, que según él son hippies, neorrurales, gente con huerto, y tampoco le  gustan los «médicos mayores retirados con boina». Es así, los odia, y sus comentarios se basan en culparles de las muertes de bebés y de todas las enfermedades vacunables que existen.

Cansada de que entrase a mi blog para descalificar, le dije que estaba perdiendo su tiempo. Que si tanto le gustaba el tema, abriese su propio blog y escribiese sobre ello, y que a mi no me encontraría allí perdiendo el tiempo comentando posts simplemente porque no me gustan. Esa es otra cosa que me inquieta, ¿que vida tiene alguien que se dedica a leer cosas que no le gustan, escribir extensísimos comentarios, y seguir entrando al blog para contestar, y ver que haces? Es triste que alguien dedique sus energías a buscar una discusión. Que solo aporte lo peor de si mismo, porque seguramente debe de tener algo positivo, como todos.

Viendo que yo ya no entraba en su juego, me dijo que no volvería a verle, y en un último alarde de pedantería me dijo que él me había intentado avisar. Usted perdone, soy una desagradecida, y una irresponsable por no querer sus sabios consejos. Que ojalá no se muera mi hijo como murió el niño de Olot, a causa de mi irresponsabilidad. Una mujer, siempre tiene disponible un caballero que la venga a rescatar de su ignorancia. Viva el paternalismo, esto si tuviese pene no me pasaría.

En serio señores, ¿es necesario descalificar? ¿No saben tener una conversación entre iguales, tienen que ser portadores de la verdad? Yo nunca he dicho en ningún post o comentario que mi opinión sea superior, ni que lo que hacen los demás es una irresponsabilidad, me centro en argumentar, sin avasallar. Porque, si yo no me quiero vacunar tengo que escuchar que soy una irresponsable, una ignorante, que pongo en peligro a mis hijos y a la sociedad entera… ¿Acaso yo les he dicho a los que si vacunan que están cometiendo una temeridad?

La verdad es que me lo he tomado con buen humor, y a cada comentario Mamífero y yo nos hemos reído muchísimo. Realmente, los pocos trolls que me aparecen no son nadie comparado con todos los que me leéis y dejáis comentrios amables, respetuosos, llenos de cariño y positivismo… Sin vosotros, no se si me motivaría seguir escribiendo en el blog, escribiría en mi libreta como he hecho siempre.

Pero es triste que cuando se tocan temas sensibles, siempre aparezcan los ataques. Una debe de poder hablar y opinar de cualquier cosa, y quiero que mi blog tenga una temática variada, poder escribir sobre lo que me apetece. Y lo que opino no es siempre políticamente correcto, o a veces no está dentro de lo establecido, pero tengo derecho a expresarme, y a quien no le guste, que no lea, ni moleste.

Como he dicho, me preocupa lo mínimo, me da risa y pena ver la controversia y el odio que se genera de algo tan normal como manifestar una opinión. Por eso, no me quita el sueño, ni me voy a autocensurar por ellos. Es simplemente una reflexión, que me parece lo más lógica: ¿si no falto el respeto, porqué me lo faltan a mi?

Si os habéis quedado con el gusanillo de leer sus trolleadas, buscadme en twitter, soy @punkifera (no se muy bien como enlazar conversaciones soy una patata en twitter) y encontraréis al «profesional» que retwiteó mi post. También podéis ver los comentarios que me dejó mi amigo el «salvavidas» en estos post:

https://serpadressite.wordpress.com/2015/12/03/vacunacion-de-la-tosferina-en-embrazadas/

https://serpadressite.wordpress.com/2015/11/01/la-duda-vacunal-como-eje-del-mal/

 

A todos ellos, desde el cariño, les dedico la foto.

No soy de faltar el respeto, pero ya que ellos lo han hecho…  😉

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Si te ha gustado lo que has leído, no dudes en compartir, comentar, darle a me gusta y seguir mi blog! Gracias por leerme 🙂

Abrazos mamíferos ❤

Vacunación de la tosferina en embarazadas

Se está llevando a cabo un plan de vacunación de la tosferina a embarazadas en Cataluña, dado el aumento de casos en los últimos años en esta comunidad. La razón de este incremento es la ineficacia de la vacuna existente, lo que obliga a revacunar numerosas veces, medida que (tal como demuestran los estudios que aporto) no es correcta, ya que no se evita la enfermedad,  sino que se generan nuevas cepas más virulentas.

Como ya os dije en un post anterior , he decidido no vacunarme de la tosferina durante el embarazo, pese a la presión social, sanitaria, y mediática (sobre esto hablé en esta entrada). Ante la desinformación que reina sobre el tema, el alarmismo y el dogma de imposición vacunal, he ahondado en el tema para encontrar información seria en la que basarme, y la comparto en este post para quien quiera consultarla.

Si queréis verter una opinión personal al respecto, sois libres de hacerlo siempre y cuando sea sin descalificar ni atacar mi posicionamiento. Yo respeto todas las opiniones, y pido lo mismo para mi. Si pretendéis desacreditar algo, tened en cuenta que los informes los han hecho profesionales mediante estudios. Leedlos antes, y consultad todas las fuentes en las que se basan, después, criticad con fundamento, y os animo a hacerlo aportando datos para tener un debate enriquecedor.

Espero que os sea de ayuda para tomar una decisión informada al respecto, sea cual sea. Y si queréis aportar algún estudio o dato contrastado más, no dudéis en comentar y lo valoraré 😉

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SOBRE LA VACUNA DE LA TOSFERINA

Os comparto varios informes publicados en la web de Equipo CESCA. Es una asociación científica sin ánimo de lucro cuyos miembros ( podéis consultar aquí ) pertenecen al mismo a título personal y sin más compromiso que su interés personal en participar.

En los siguientes enlaces, el médico general retirado, Juan Gérvas, expone los defectos de la vacuna de la tosferina, y el porqué del rebrote de la enfermedad. La ineficacia de la vacuna ha llevado a una estrategia de revacunación sin sentido que se ha extendido a las embarazadas, en lugar de mejorar las vacunas para la tosferina.

En este último concluye diciendo:

«los brotes de tosferina con sus casos de enfermedad y muerte son consecuencia de la irracionalidad de los aprendices de brujo de los “provacunas” al servicio de los intereses industriales y en contra de la mejor salud de individuos y poblaciones.» 

 

Miguel Jara, escritor, y periodista de investigación independiente, especializado en salud y ecología; también hizo mención a esos mismos argumentos en:

La «epidemia» de tos ferina es un problema provocado por la ineficacia de su vacuna

 

En un informe publicado por la Biblioteca Cochrane, (colección de bases de datos sobre ensayos clínicos controlados en medicina y otra áreas de la salud que se actualizan cada tres meses) en el que fueron incluidos 43 estudios, se concluye que:

«No se ha encontrado ningún estudio que evalúe directamente el efecto sobre la morbilidad y/o mortalidad de los niños por medio de la vacunación durante el embarazo, la estrategia de nido o la vacunación del personal sanitario. Tan sólo se ha encontrado un estudio que analiza la efectividad de la vacunación post-parto de la madre, sin obtener resultados significativos»

«No se dispone de conocimiento científico válido sobre la efectividad aislada o comparada de las diferentes estrategias de vacunación sobre medidas de resultado finales clínicamente relevantes para los niños (morbi-mortalidad). A pesar de que la Tdpa es una vacuna que no ha provocado problemas de seguridad relevantes, tampoco se dispone de información comparativa y válida procedente de estudios de calidad. Las evaluaciones económicas disponibles, basadas en modelización ante la ausencia de información procedente de ensayos clínicos, si bien sugieren el coste-efectividad de alguna de las estrategias vacunales, son heterogéneas, muestran inconsistencias, y, además, sus resultados no son directamente trasladables al contexto español. Las recomendaciones favorables a estas prácticas de inmunización realizadas por los Centers for Disease Control and Prevention (EEUU) se basan en evidencias indirectas sobre medidas de resultado intermedias de efectividad y, en el caso de la seguridad de la vacunación prenatal, en estudios de baja calidad metodológica.«

Podéis leerlo aquí:

EFECTIVIDAD Y COSTE-EFECTIVIDAD DE DIFERENTES ESTRATEGIAS DE INMUNIZACIÓN FRENTE A LA TOS FERINA PARA REDUCIR EL RIESGO DE MORBI-MORTALIDAD INFANTIL.

 

En un informe de la Liga para la libertad de vacunación, además de los datos ya mencionados, aportan datos sobre la epidemiologia de la enfermedad y su mortalidad, demostrando su descenso natural, sin relación con la vacunación. Además se detallan los ingredientes de la vacuna y sus efectos adversos. Es el siguiente:

INFORME VACUNA TOSFERINA COMBINADA Y EMBARAZO

 

En este interesante vídeo-conferencia tratan el tema de la vacunación en embarazadas, la incidencia de la enfermedad, y los riesgos asociados a la vacunación. También aportan información sobre el sarampión, la polio, la triple vírica, etc… Resaltan como se silencian los efectos adversos de ciertas vacunas, para que no se dañe la buena imagen de las vacunas.

En el vídeo aparecen el doctor Xavier Uriarte, licenciado en medicina, médico naturista, y presidente de la la Liga para la libertad de vacunación; y la doctora-pediatra Lua Catalá (aquí su blogque hacen una gran labor divulgativa. Desde aquí mi agradecimiento a ellos, por dar la cara en un tema tan controvertido, y recabar tal cantidad de información sin tener conflicto de intereses, más allá del de hacerlo llegar a la población.

 

CONCLUSIONES

De entre los datos que he podido contrastar, he sacado estas conclusiones (muchas son citas textuales de los ya mencionados estudios) que me han ayudado a tomar la decisión de no vacunarme durante el embarazo, son las siguientes:

  • La principal medida a tomar sería una mejora de la eficacia de las vacunas existentes para la tosferina.
  • La vacunación ha demostrado ser ineficaz, y ha forzado mutaciones en la bacteria que la hacen más resistentes a la vacuna.
  • Han aparecido nuevas cepas en Australia, Canadá, Francia, España, Estados Unidos, Finlandia, Suecia y otros muchos países. Estas mutaciones de la bacteria, parecen tener ventajas evolutivas que facilitan la infección a la población ya vacunada.
  • La prevalencia de la vacuna es de solamente entre 4 y 12 años. A los cinco años de la última dosis, solamente protege a un 42%, por lo que se produce el contagio aún estando bien vacunados, y revacunados.
  • La vacuna de tosferina no tiene versión monocomponente, por lo que se administra junto a tétanos y difteria, ya que por si sola no es suficientemente eficaz. Así que se revacunan también éstas, siendo innecesarias y con los riesgos que esto conlleva.
  • La vacuna «acelular»  que es la que se administra, no proporciona inmunidad de grupo, y favorece que el sector vacunado transmita una bacteria más agresiva y con mayor riesgo de contagio.
  • La vacuna «entera»  aunque es más efectiva, tiene más efectos adversos, por lo que ha dejado de administrarse en países desarrollados.
  • Es posible contraer, enfermar y contagiar la tosferina incluso estando vacunados.
  • La estrategia «nido» de revacunación a personas en el entorno del recién nacido, ha demostrado ser ineficaz e incluso perjudicial. No disminuyen las muertes en bebés y se han asociado ingresos más graves en recién nacidos.
  • Los estudios que evalúan los riesgos de vacunación a embarazadas, se han hecho posteriormente a la implantación de la estrategia de vacunación. Vacunar a un sector tan vulnerable sin estudios previos es una insensatez.
  • Todavía se desconoce la eficacia de la vacunación en embarazadas para prevenir la muerte por tosferina en menores de dos meses. Los primeros estudios, demuestran una efectividad del 91%, pero no son ensayos clínicos.
  • Los brotes de tosferina en países desarrollados no tienen que ver con los mal llamados «antivacunas».
  • Los brotes de tosferina están siendo muy frecuentes en poblaciones bien vacunadas y en países desarrollados, como en Canadá, España, Estados Unidos, Francia y Reino Unido.
  • Se oprime a la mujer y se la usa como vientre, por el «bien de su hijo», en vez de solucionar el problema de raíz.
  • La incidencia de mortalidad de la tosferina, descendió en el siglo pasado por si sola.
  • El aumento de contagios se ha dado durante estos últimos años al margen de la buena cobertura vacunal.
  • Se ha comprobado que los datos sobre muertes por tosferina en Catalunya, principal motivación para la campaña de vacunación, eran falsos (desde finales de los 80, en Catalunya no hay fallecidos por esta enfermedad).
  • El sistema inmunológico de un recién nacido es demasiado inmaduro para exponerlo a la vacunación, por lo que no tiene sentido exponerlo a la vacunación en la etapa intrauterina. Esto puede conllevar riesgos como bajo peso, sufrimiento fetal, retraso del crecimiento, encefalopatias, diabetes neonatal, y muerte intrauterina.
  • Los coadyuvantes que contienen las vacunas como el mercurio, aluminio, antibioticos, formaldehído… son substancias tóxicas, por lo que, para un feto, son potencialmente peligrosas.
  • Los efectos adversos asociados a la vacuna de la tosferina son principalmente: cianosis, somnolencia, anorexia, llanto prolongado, transtornos del sueño, encefalopatias, convulsiones, epilepsia, espasmos, autismo, y muerte súbita del lactante (razón por la que en Japón se dejó de administrar a los recién nacidos).
  • La estrategia de vacunación en Catalunya, es un mero trámite para acabar implementando la medida en todo el Estado.

 

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Abrazos mamíferos ❤