Hace un par de semanas fuimos a visitar a la bisabuela de Biel por parte de la familia de Mamífero, es decir, la madre de su padre. Es una supermujer, a sus 95 añazos y con sus achaques, vive sola, se lo hace todo ella (incluso lava la ropa a mano!) tiene el piso inmaculado, y la cabeza mejor puesta que gente mucho más joven. Es una republicana de armas tomar, más indignada que todos los del 15M juntos. Si por ella fuese, mandaba a todos los políticos al paro, o a algún sitio peor… Una mujer con mucho carácter, y muchas vivencias a sus espaldas.
Se puso loca de contenta al conocerle, le hacía mucha ilusión conocer al más peque de la familia. Fue muy emocionante verles juntos, les separan 95 años, pero en seguida conectaron: ella le hacía carantoñas y Biel le reía las gracias. Y hablando con ella, me impactó que comparta nuestro estilo de crianza, mucho más que con personas de generaciones posteriores a la suya, o algunos jóvenes de ahora. Nuestro tipo de crianza choca con el de muchos, y a menudo nuestras generaciones anteriores lo consideran moderneces o modas pasajeras, y fue bueno comprobar que para ella, eran cosas obvias. Y es que ella viene de una época en que las mujeres lo hacían todo tal como les dictaba el instinto y como lo veían hacer a sus comadres, no como ahora, que estamos desconectadas y aprendemos de libros o artículos.
LA TETA ES LO MEJOR
Fue lo primero que nos dijo, que ella crió a sus 4 hijos así, y que a uno de ellos con sólo leche en uno de los pechos. Explicó que le hicieron unos cortes en el pezón porqué los tenía planos (omg, qué barbaridad!!), y aún con las heridas abiertas, no dejó de amamantar. Nos contó también, que uno de sus hijos cogió el tifus, y que gracias al pecho, únicamente con sus nutrientes y defensas, salió adelante. Todo un ejemplo de como las mujeres creían en su capacidad de lactar o de la calidad de su leche, aún con dificultades, no se cuestionó ni un momento poderlo hacer.
Hoy día, desde que estás embarazada, escuchas cientos de veces: darás pecho «si puedes», «ojalá» tengas leche, «intenta» darle teta al menos los primeros días/meses, no pasa nada «si no puedes», si no tienes «suficiente» leche, si tu leche no es «buena» … es tanta la duda por desconocimiento, que siembran la desconfianza en nosotras, y partimos de la base que la lactancia es algo difícil, que no está en nuestras manos, que depende de la suerte. Y claro que existen dificultades, pero lo normal es que se pueda pese a ellas, ya que es muy mínimo el porcentaje de mujeres que de ninguna manera pueden dar el pecho. No hay casi nada que no se pueda solucionar con confianza y con una buena asesora de lactancia. Antes, al no partir de la desconfianza y no tener la facilidad de adquirir leche de fórmula, no fracasaban tantas lactancias como ahora.
Decía orgullosa que ella se sacaba la teta dónde hiciera falta, y que no entiende el pudor y el escándalo que algunos le ven a alimentar a un bebé en público con lactancia materna. Esto es algo que a muchas no nos importa, pero por desgracia existen el pudor y las miradas sucias. Los pechos se tienden a ver más como un objeto sexual que como proveedores de alimento… Se percibe normal llevar un escote sugerente pero para amamantar a tu hijo prefieren que te tapes o escondas.
CHUPETE, ¿PARA QUÉ?.. HABIENDO TETA!
Me preguntó si le daba chupete, y al contestarle que no, que lo calmaba con el pecho, me dijo que hacía muy bien. Hablamos de como les consuela la teta, de que sirve de mucho más que de alimento, lo beneficioso que es el calorcito y la seguridad que les da el contacto con el cuerpo de mamá. Me dijo: dale toda la teta que quieras, y mímalo mucho! Que esté a gustito ahora que puede, que en la vida ya se sufre mucho.
Lo típico es es que te recomienden las bondades del chupete, ese gran invento, lo tranquilos que se quedan ellos y los padres a su vez. Pero lo mismo consigue la teta, con el beneficio añadido de vincular ese efecto de calma a su madre, en vez del auto-consuelo. A esto, muchos dirían que eso les hace dependientes, que mimar y consentir a los bebés es un error… Nada más lejos de la realidad, está demostrado que debemos atender sus necesidades emocionales ya que ellos no tienen la madurez para autogestionarlas. Mimad a vuestros hij@s, que ya tendrán años por delante de independencia y tenerse que buscar la vida. Aprovechad ahora, que luego echareis de menos que os necesiten tanto! 😉
INSTINTO, CRIANZA CON APEGO Y RESPETO A LAS NECESIDADES DEL BEBÉ
Al ver que lo llevaba en la mochila me dijo: qué a gusto van ahí dentro!! No vaticinó como hace casi todo el mundo, que me dolería la espalda, que cuando pese más ya veré, que el carrito es mucho más práctico, que si puede ser malo ir ahí tantas horas, que se malacostumbrará a los brazos… Ella vio en seguida el lado positivo, y sin haberse informado previamente de los múltiples beneficios del porteo (no me extenderé ahora pues dan para otro post), se centró en que era lo mejor para el bebé.
La bisabuela de Biel entiende perfectamente que esa necesidad de contacto tan pasional que tienen los bebés es sana, normal y necesaria. En ningún momento vio raro que colechemos, que lo portee, y que estemos disponibles para él en todo momento. Para los bebés, el cuerpo de su madre es su lugar seguro, es una cuestión de supervivencia, están programados para eso. Instintivamente saben que sin el calor, la protección y el alimento cerca, morirían. Si no se sienten seguros (aunque no lloren pueden sentir desamparo) segregan cortisol, algo que les hace vulnerables a enfermar y puede marcarles de por vida.
OPINÓLOGOS, NO GRACIAS.
Cuando estás embarazada o eres madre primeriza recibes consejos, sin pedirlos, por todas partes, y además, se pone en tela de juicio como vas a hacer ciertas cosas. Te repiten tanto las cosas (normalmente son siempre los mismos temas) que si no te informas por tu cuenta, o dejas a tu instinto tomar las riendas, puedes acabar haciendo las cosas por inercia y luego arrepentirte de no haber tomado tú las decisiones. Te dicen: si lo coges en brazos siempre te tomará el pelo, si duerme en vuestra cama no lo sacarás nunca, no pasa nada por dar chupete/biberón/papillas… Obviamente no pasa nada, pero se trata de que lo hagas tomando la decisión, no por falta de apoyo o recursos.
Los padres primerizos no necesitan tantos egos con más experiencia que tu, sino creer en ellos mismos y confiar en que hacen las cosas bien. Para eso: menos hablar y más escuchar sus puntos de vista, apoyo, y respeto a su forma de criar. Las frases tipo: todos los bebés son de tal manera, o lo mejor es tal, o lo que le pasa al bebé es que tiene sueño/hambre/dolor de barriga… son erróneas. Nadie conoce mejor a su hij@ que su madre o su padre, es algo que me dijo la bisabuela cuando Biel lloró. Muchas veces, cuando ven a un bebé llorar, no pueden evitar hacer una porra: seguro que tiene sueño, dale teta a ver, tendrá frío que lleva muy poca ropa (esto te lo dicen sin que lleguen a llorar, es la frase comodín), será que le duele la tripa…
Cuando su bisabuela lo tenia en brazos y se le puso a llorar, me lo pasó y dijo: mira a ver tu que lo conoces mejor que nadie, sin más. Es de agradecer, porque aunque una sabe que conoce a su hijo, es bastante agobiante que empiecen a hacer suposiciones sobre qué le pasa, como si tu sola no pudieses «arreglarlo». Supongo que te vas impermeabilizando a los comentarios, pero cuando estrenas maternidad, generan ansiedad e inseguridades. Además quienes dicen esas cosas, suelen ser madres experimentadísimas, por lo que te pueden hacer dudar de tu instinto cuando tienes que estar conectada a él más que nunca. Quienes hablan sin tener en cuenta lo vulnerable que estás, es porque no se acuerdan ya de como lo pasaron cuando estaban en tu situación, es triste que se olviden…
En cuanto a las otras afirmaciones, las consecuencias del tipo de crianza solamente os incumben a ti y a tu pareja. No se trata de quien está en lo correcto, sino de que cada familia haga las cosas a su manera, sin coartarles con opiniones o experiencias. Creo que todas las madres y padres intentan hacerlo lo mejor posible. Está en su mano informarse o pedir consejo, pero si no lo piden, demos por hecho que son adultos y saben lo que hacen. Si no compartimos, respetemos igualmente, y si no entendemos, podemos preguntar, que seguro tienen motivos de peso para hacer lo que hacen. La maternidad es un continuo aprendizaje y cada familia debe encontrar su camino por si misma, las experiencias de unos no tienen porqué servirles a otros.
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Abrazos mamíferos ❤