Reformas y dudas: cambiador y bañera

Como os dije semanas atrás en esta entrada, hice unas reformas moviendo muebles aquí y allá de la casa, en parte, motivados por la necesidad de montar un nuevo sistema para el cambiador y la bañera. He ido atrasando esta entrada porque no daba con la solución perfecta, y todavía estamos en ello…

Ya con dos meses y medio se le quedó pequeño el cambiador,  y eso que mi hijo es pequeñito! Me sorprende que dure tan poquito. ¿Siempre son tan pequeños?

No pretendía tener un cambiador para siempre, pero veo bastante absurdo tener uno para un par de meses nada más (suerte que no gastamos dinero en él). Todavía cabía con dos meses, pero apenas le quedaban un par de dedos para tocar de largo, y como ya estaba muy movido empezó a ser peligroso. Al patalear, subir los brazos, agarrarse, meter los pies entre las barras, hacer el gusano… era un peligro que se diese un golpe o le quedase atascado un pie.

Teníamos un cambiador-bañera, que consta de unas patas plegables en tijera, con una base sobre la que se pone la bañera. La estructura tiene unos bordes metálicos, y él se agarraba de ellos, con lo que, fácilmente, podía asomarse haciendo fuerza con esos brazotes que tiene, y caer en un momento. También, al empujar con los pies, se gira y los mete en los bordes. Un día, se puso un poco transversal, empujó con los pies, y se quedó encajado con su cabecita en las barras, menudo susto… 😦

La bañera tiene una parte para ponerle mientras es muy pequeño en la que queda encajado, y en el lado opuesto otra para cuando crezca. De largo, no hay problema, pero de ancho ya le empieza a quedar justo siendo delgadito. Esta bañera-cambiador nos la dieron de segunda mano, y nos fue muy bien, sobre todo porque en el cambiador se entretenía mucho, y lo podíamos dejar mientras nos arreglábamos por la mañana o íbamos a hacer pipí (estaba en el baño) y tenerlo vigilado. Algo que ya no podremos hacer… Y tener una bañera alta es muy cómodo para no tener bañarle agachados.

Pero también tiene inconvenientes, el principal es el material de la base (bordes metálicos peligrosos), que ocupa mucho espacio, y que es imposible usar la bañera y luego el cambiador estado sol@. La bañera es enorme y llena pesa lo suyo, por lo que es imposible cogerla con una sola mano. Así que, cuando sacas al bebé del agua, no puedes dejarlo en el cambiador para vestirle si alguien no te saca la bañera. Así que, cuando estoy sola, o lo lavo en el lavamanos (que se le queda pequeño también) o nos duchamos o bañamos juntos directamente.

Hasta ahora, pañales, duchas y cambios de ropa los hemos hecho en el baño que al ser pequeño se calienta en un momento. Así que como os contaba al principio, tuve una idea para poder seguir haciéndolo en el baño, pero sin usar ese cambiador.

Teníamos una mesa que Mamífero tenía en su estudio, pero que no le estaba dando más uso que para acumular trastos porque no se ponía a hacer música. Es una mesa de Ikea que me compré para mi pisito de soltera hace muchísimo, y nos ha ido acompañando en distintas casas siendo de mucha utilidad. Tiene como característica que se pliega en dos alas, desplegada es una mesa enorme, y cerrada, ocupa un un palmo de ancho, además, lleva tres cajones a cada lado muy apañados. Así que, desmontamos el no-estudio, y llevamos la mesa al baño, dejándola cerrada, y cuando baño a Biel, abro una de las alas. En ese trozo de mesa hay suficiente espacio para poner la dinobañera/bañerasauria gigante, y otro para vestir y desvestir a Biel.

Eso si, continuaban habiendo problemas, porque quedaba el espacio muy reducido para pasar, y la dinobañera es bastante armatoste… Hay que ponerle mucha agua para llenar un palmo, y pesa bastante, con lo que, maniobrar en el baño con todo ese despliegue de mesa y un bebote juguetón encima es un panorama… Además, Biel ya empezaba a chapotear, y al estar insertado en ese trozo de plástico para retenerle, tenía poca movilidad, se daba golpes, y no es muy divertido.

Así que, aprovechando que teníamos un regalo que podíamos descambiar (regalad siempre con el tíquet regalo, nunca sabes si acertarás con el regalo, así que mejor que se pueda cambiar!), fuimos a la city a buscar una bañerita para Biel. Pensé que una hinchable sería una buena opción, por ser blandita, pesar menos, ocupar mucho menos espacio que la dinobañera y tener la doble utilidad de poder llevarla al río (o playa) y llenarle unos palmos de agua a Biel para que se caliente al sol 🙂

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Esta bañera es más ligera, ocupa menos espacio, y al ser blandita, Biel puede dar todas las patadas que quiera sin peligro. Nos va genial, aunque no es demasiado grande (estirado ya toca con los pies), supongo que cuando se mantenga sentado la podrá seguir usando. El único inconveniente es que resbala un poco si lo pones sentado, y estirado, pues no puedes llenarla más de dos deditos, y al girar la cabeza tragaría agua. La posición ideal, ahora que es pequeñito, sería estirado pero con algo de inclinación, pero esta no lleva ningún adaptador como otras, y no tenemos hamaquita de baño. Se me ocurrió entonces, hacer un apaño casero con una bolsa de agua caliente (de esas para cuando te duelen los riñones). Es de una goma que no se desliza sobre la bañera, del mismo ancho que esta, y sirve perfectamente como cojín para mantenerle la cabeza algo elevada sin peligro de que se mueva y trague agua.

Igualmente, seguíamos teniendo poco espacio en el baño para pasar con la mesa abierta, por lo que no era demasiado cómodo en realidad… Así que el invento de la mesa he dejado de usarlo y me he pasado, directamente a poner la bañera en el suelo del baño (dentro de la misma bañera no me parece cómodo) o en el plato de ducha del otro aseo. Así puedo llenarla con el teléfono de la ducha, sin tener que moverla llena y dejarme la espalda (además de arriesgarme a que se rompa, caiga agua…). Yo me siento en una mini sillita que tenemos que es comodísima para hacer cosas a ras de suelo (la hemos usado hasta ahora para la chimenea), y para vestirle, una vez seco, lo hago en la cama.

No se hasta cuando lo haremos así, supongo que esto será una evolución contínua hasta que le dejemos en la bañera grande directamente…

¿vosotr@s como os lo montáis para bañar y cambiar a los bebés?

¿Qué tipo de bañera o cambiador creéis que es más práctico?

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Abrazos mamíferos ❤

 

 

Creciendo… semanas de la 8 a la 11 (primera parte)

Por fin:¡habemus vacaciones pediasaurias!

Después del agobio inicial por el escaso engorde como os conté (cual animalillo de granja…) de Biel, no tenemos que volver al centro de salud hasta que cumpla los tres meses 😀

Que tranquilidad verle crecer en paz, sin cumplir expectativas! Cierto es que no teníamos ninguna obligación de ir cada semana a pesarle, pero la primera semana sembró la inseguridad en mi, y me daba miedo que no cogiese bien el peso…

A estas alturas tengo bastante claro que si mi hijo no se alimenta adecuadamente o enferma, lo veremos en seguida, mejor aún que un médico… Ya que cuando dije la primera semana que Biel lloraba mucho, lo achacaron a los cólicos (diagnostico comodín…), y se preocuparon más de que le diésemos algo para eso, que ver si, efectivamente, tenía un problema de succión.

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Hasta ahora todo eran dudas e inseguridad, pero este segundo mes se podría llamar: te conozco como si te hubiese parido. Ah, espera, es que si que te he parido! Claro que todavía dudo de muchas cosas, pero siento que llevo mucho más por la mano esto de cuidar un bebé. Se interpretar lo que le pasa con verle la expresión, nos conocemos mucho más y puedo hasta adivinar lo que necesita antes de que lo manifieste. Pasamos todo el día juntos, y eso hace que estemos muy conectados, para lo bueno y para lo malo. Cuando me agoto o me saturo, se le pega el malestar, y es necesario que nos despeguemos un rato para cargar las pilas, y si no es posible, toca cambiar el chip y tomármelo con calma para no contagiarle.

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Biel crece por momentos, es increíble como en un par de semanas se ha espabilado, y como han cambiado tantas cosas. Algo que he notado mucho, como os he ido comentando en mis entradas sobre pezoneras, es que mama mucho mejor y muchas tomas (de día casi todas) sin pezoneras! Hace tomas muy efectivas, tiene más práctica, más boca, mejor succión, y eso traduce en tomas más cortas. Mientras que antes eran interminables, ahora en 15, incluso 10 minutos ya ha acabado. A veces se está más rato por disfrute, para dormirse a gustito, pero no por hambre.

Últimamente, el patrón de sueño de Biel ha cambiado un poquito, no demasiado, pero se nota una ligera evolución. Desde la última toma de la madrugada ( que suele ser alrededor de las 3 ) hasta la siguiente, de vez en cuando alarga un poquitito más, llegando hasta 4 gloriosas un par de días (aunque la media siguen siendo 2 horas y media, máximo 3). Ese sueñecito largo es de agradecer después de dos meses durmiendo a intervalos de dos horas, incluso menos. Eso si, después de eso, las tomas vuelven a ser cada dos horas más o menos.

Por las noches tenemos un dilema con los pañales de madrugada y de primera hora de la mañana. Tiene hambre, mama, pero cuando lo hace, le entran ganas de hacer caca y no está cómodo. Pero parece que si no sigue mamando, no la hace nunca, o va a plazos… así que hace la toma parándose, con quejas, revolviéndose…Hasta que al final, acaba haciéndola, y se queda tan a gusto que se duerme. Entonces, toca cambiarle, pero cuando lo hago, lo despierto y se enfada, lógico. Y toca volver a ponérmelo al pecho para dormirle, pero eso, a veces hace que le vuelvan a a entrar ganas de hacer caquita… Así nos podemos pasar horas liados entre las 2 y las 4 de la madrugada y de 7 a 10 de la mañana normalmente, con el bucle: teta-pañal-teta-dormir-pañal-teta….

Llega un punto en que normal, se empacha, y no quiere teta, no puede dormir, y no sabemos lo que necesita. Cuando me pasa eso tengo dos opciones, la primera es intentar que se duerma en brazos, meciéndolo, poniéndole encima mío mientras me meneo estirada en la cama, caricias, hablarle suave, muchos mimos, tranquilidad… y esperar que se duerma para poder dormir yo otro ratito. Si el rollo zen no funciona, toca desperezarse, me lo cuelgo en la mochila y a hacer cosas y andar por casa hasta que se duerme. Esta opción es la más efectiva, no suele tardar más de 5 o 1o minutos en caer, pero claro, yo no descanso más.

Ya por la mañana se despierta muy seguido, incluso cada hora desde las 7-8, por incomodidad, ya que suele tener ganas de hacer caca. Va mamando, tirándose pedetes y echando sueñecitos cortos hasta que no quiere dormir más. Acostumbra a despertarse hacia las 10, haciéndome monerías, riendo y hablándome para que no me vuelva a dormir mientras mama. Entonces, pasamos una horita de risas en la cama, mirando cosas y haciendo ruiditos. Para mi, que siempre me ha costado mucho levantarme de buen humor, es un placer hacerlo así, el mejor momento del día! Aunque hayamos pasado mala noche y me falten muchas horas de sueño, me despierto contentísima a su lado.

Está creciendo un montón, sobre todo de largo, y con los pies tan grandes que tiene, los pantaloncitos y pijamas con pie se le quedan pequeños semana a semana. Ya he empezado a apartar las cosas más pequeñitas y quiero clasificar las prendas que más nos gustan y nos quedaremos para el próximo bebé, lo demás irá para las amigas que lo necesiten. Da mucha pena empezar a jubilar ropa, que poco dura… y eso que a Biel cuando nació todo le iba grande, así que la ha amortizado bastante. Algunas cosas apenas las ha llevado un par de veces, menos mal que no compramos nada de ropa nueva… Con dos meses ya le estamos poniendo ropita de 3 meses, y eso que es un bebé pequeño. Me pregunto que hubiésemos hecho con tanta ropa tallas 0 a la 3 si hubiese salido grandote. Por suerte, ropa no nos falta, tenemos de todo y de más, hasta que cumpla el primer año de vida 🙂

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También se le ha quedado pequeño el cambiador (ya os contaré en otra entrada como lo hemos solucionado) y la parte pequeñita de la bañera ya le queda bien justita. Estoy deseando que se siente para poderlo poner en la grande, y que empiece a jugar un poquito con el agua, que de momento no le hace demasiado caso.

Ha empezado a intentar moverse estando boca abajo (aguantándose con los brazos e impulsándose con los pies) y a rodar. Antes se daba la vuelta, pasaba de boca arriba a boca abajo con gran esfuerzo (por la noche me lo encuentro boca abajo un montón de veces), pero ahora se gira con mucha agilidad, tanta, que hemos puesto los colchones en el suelo para evitar que se caiga. En otra entrada ya contaré más detalles de como hemos reestructurado la habitación para hacer colecho modo japo 😉

En estas últimas semanas ha estado avanzando muchísimo física y verbalmente.Coge cosas con las manos, toca, chupa… está muy gracioso!  Me agarra el brazo con las dos manos para chuparme la mano, y cuando le acerco la cara o cualquier cosa abre la boca y saca la lengua porque quiere probar para saber que es. Está babeando un montón, si lo tienes en brazos, seguramente acabarás con una roncha de babas en el brazo o la espalda.

Durante estas semanas, le han crecido bastante los pelillos de las cejas, en las fotos no se percibe, pero ya empieza a ensombrecer el vello. Las pestañas las tiene mucho más largas, apunta maneras a que las tendrá como yo 🙂 Lo que no le crece demasiado es el pelo de la cabeza, solamente tiene muy larguito el pelo del medio de la cabeza. Eso hace que le quede una cresta muy graciosa nada más secándole el pelo hacia atrás con la toalla, queda más guapetón mi pequeño mohicano!! Me acuerdo que durante el parto, cuando coroné, me decían las matronas: uy, que pelo más largo, tiene mucho pelo!! Y me lo tocaba y si, tenía un buen mechón, pero cuando nació vimos que solamente por arriba, por los lados lo tiene muy cortito.

Aquí lo tenéis chupándose los puñotes después del baño con su crestita ❤

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Pasa mucho tiempo moviendo los brazos, mirando la sombra que hace (como en la foto de arriba), intentando tocar o coger cosas… Y se fija mucho en las cosas que están lejos, pero como no las puede tocar se acaba frustrando mucho. Le encanta esta tela que tenemos en el sofá con florecitas dibujadas, y con otras similares de dibujitos también, las intenta coger y se pasa un buen rato entretenido en ello. Mirad que carita de concentración…

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También le gusta tocar estos elefantes (regalo de L. ❤ ), que tienen una campanita que suena cuando se mueven. Desde que llegó a casa los mira encandilado por los colores que tienen, y ahora que puede coordinarse y darles con la manita, los disfruta más 🙂

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Os seguiré contando en otra entrada, que cuando me pongo a pensar todo lo que va pasando, me colapso de tantas cosas que querría escribir y no me da la vida… Mi hijo tiene el radar de «madre tecleando» encendido y va a sonar la alarma…hasta la próxima! 😉

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Abrazos mamíferos ❤