14 semanas: necesito vacaciones!!

La semana pasada fue más complicada durante el día, y más llevaderas las tardes-noches. El boom del parque-gimnasio de muñecos colgantes ha pasado, y ahora no quiere estar más de 5 o 10 minutos otra vez. Quiere dormirse en brazos y teta en boca como siempre, y que no le suelte o cambie de postura. Eso, o porteo mientras pongo orden en casa.

Innové en el gimnasio de muñecos porque se frustraba mucho al no poder coger y llevarse a la boca los muñecos. Siguiendo los consejos de Bollitoalhorno, le puse a los muñecos unas gomas gorditas para que pueda estirar de ellos. Además, los pongo de manera que los pueda descolgar fácilmente, e intento ir cambiándolos para que no se aburra de ver siempre lo mismo. Pues el invento funciona, los descuelga, y tira de la goma, disfruta con el cambio. Eso si, el muñeco lo tira y se queda pillado con las gomas, que al ser la novedad, le llaman más la atención. Así que con lo que más se entretiene es con las gomas y anillas del parque, agarrádolas y tirando de ellas hasta que le llegan a la boca (un día de estos se carga el parque con la fuerza que tiene…).

Biel sigue con sus descubrimientos, los pies siguen siendo su nueva distracción, los coge y tira de ellos, y no parará hasta que logre llevárselos a la boca. Aguanta muchísimo rato boca abajo con la cabeza y cuello bien derechos, mirando de un lado a otro.  Estando boca abajo, para darse la vuelta se impulsa con los brazos y se tira como las ballenas cuando juegan a saltar (es muuuy bruto). Y ya empieza a levantar solo la cabeza estando estirado, cuando le cojo las manitas, intentando levantarse. Veo que quiere moverse ya, se enfada mucho al ver que no puede y lo intenta con todas sus fuerzas, es muy cabezón y tiene mucha prisa por crecer!!

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Está aprendiendo a gritar muy fuerte, y el otro día se escuchó con eco en un baño público al que fuimos, y se lo pasó teta. Cuando hace sus giros croquetiles, sobre todo cuando pasa de boca arriba a boca abajo (que es lo que más le cuesta), se hincha de orgullo y pega un grito-suspiro de alegría rollo gañán. Seguimos con las risotadas, añadiendo chillidos agudísimos cuando algo le hace mucha gracia, o me ve de lejos y se ríe para que le diga cosas y morimos de amor ❤

Le veo taaan grande!! Parece mentira como crece… Sobre todo, cuando le veo en brazos de otra persona, me doy cuenta de que ya no es esa miniatura que era hace un par de meses.

La novedad, esta semana, es que hemos cambiado de bañera, y tengo un post pendiente para contaros por qué. Hicimos una excursión a la ciudad esta semana para cambiar un regalo (un conjunto de ropa muy bonito, pero es que tenemos tanta hasta el año…) por la bañera, y varias cosas más que nos hacían falta. Y escogimos una hinchable, porque Biel es una fiera y en el agua una pescadilla saltarina, y se daba unos golpes que temía por él… En esta bañera ya no tiene esos topes para estar retenido, y se lo pasa tan bien chapoteando!!

Hoy nos hemos despertado literalmente, rebozados en caquita radioactiva hasta el cogote… Normalmente se despierta él primero y va hablando solo, se entretiene croqueteando… Y yo voy aprovechando para dormir un par de minutos con el ojo medio abierto controlando que hace. Cuando ya se aburre me grita o empieza a hacer: GGGGG… Y al ver que me despierto me dedica la sonrisa más bonita del universo, esa que te da fuerzas para lo que haga falta. En este punto, normalmente lo encuentro a un metro de mi, y en cualquier postura menos en la que le dejé. Esta mañana, estaba con la cabeza donde debían estar sus pies, había ido girando hasta ponerse del revés. Y cuando me he dado cuenta, he visto que en una manga tenía una mancha mostaza… Uuuy, que ha pasado? Suele pasar que cuando hace caca por la mañana, como está tumbado boca arriba con las piernas en el aire, se le escapa algo por el escote de la espalda del pañal… Pero hoy ha sido un drama… al ir girando sobre si mismo, ha ido dejando un rastro, y ha terminado con la cabeza en el epicentro del tsunami de caca!! Así que nos hemos ido de cabeza a la bañera xD

Como os conté en el de la semana pasada, estoy respetando su necesidad de expresar la frustración a lo largo del día, y nos funciona!! Cuando le da por llorar y he comprobado previamente que tiene todas las necesidades cubiertas, le dejo. Acompañándole con mucha ternura, empatizando con su estado de ánimo, acariciándole, diciendo que le comprendo, y dejándole sentir. No le distraigo con juguetes, ni moviéndole de aquí para allá, o haciéndole carantoñas ni tonterías. Necesita llorar, no dejar esa emoción aparcada hasta que la vuelva a encontrar.

Esto se ha traducido en que no ha vuelto a tener berrinches nocturnos porque si, si llora es por: hambre, sueño, incomodidad, aburrimiento… y cuando se soluciona, se acabó el drama. Hemos pasado de que llorase media hora seguida cada noche y se durmiese a las 3 de la madrugada, a llantos sostenidos durante 5 o 10 minutos durante el día. Y normalmente, se duerme antes de que cenemos (oh!milagro…) en brazos de su padre o a la teta, y podemos cenar sin serenata de fondo 🙂

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En este sentido, estamos genial, pero yo estoy flaqueando… Por las noches sigue pidiendo teta cada hora y media o dos horas. Son solamente un par de chupaditas para volver a quedarse dormido, y yo se las doy con mucho gusto, porque es lo que necesita y le entiendo. Pero entre eso, y que es un nervio, duermo tan poquito… Se mueve muchísimo, igualito que su padre, cada 5 minutos se sacude, cambia de postura, me da un manotazo… y como estoy entre medio de los dos, pillo por ambos lados xD

Cuando está despierto, prefiere estar conmigo hablando y riéndose que descubriendo mundo o tocando cosas como os conté que hacía la semana anterior. Así que, con mucho gusto, le hago compañía y pallasadas. Es genial, disfruto y me río mucho, pero es agotador!! Esta semana he estado muy, muy cansada. No se si es que volver a estar menstruando me resta energías, o si es que el cansancio acumulado hace mella. Es pesado tener que estar 24 horas de buen humor, atenta, y sin bajar la guardia. Y es que no se puede estar mal o desganada ni un ratito porque sino él nota mi humor y se contagia. Pero bueno, como los bebotes están diseñados para hacernos sonreír, no me cuesta, aunque si que es agotador al final del día.

Le he llegado a decir a Mamífero que me gustaría cambiar los roles e irme yo a trabajar algún día, dormir del tirón aunque sea una noche, tener un principio y un fin de la jornada, un rato para comer, estar sola… Realmente, no, no quiero eso. Me iría bien el descanso, si, pero no es lo que quiero, que mi hijo me tenga presente todo el día es lo que deseo darle. Así que llego a desesperar por no tener ese respiro, pero poder disfrutar de mi hijo, no lo cambio por nada!! Aunque a veces se me agríe el carácter y me duela todo, normalmente, cuando me doy una buena ducha y le dejo un rato con su padre, se me cargan las baterías y hasta le echo de menos!

Eso si, doy gracias por la salud que tengo y lo bien que está respondiendo mi cuerpo desde el minuto uno después del parto. Desde que parí no he vuelto a tener esos dolores horribles de lumbares, ni me ha vuelto la ciática que me ha amargado media vida. Parece que mi cuerpo se ha reiniciado. Claro, se nota el peso del peque todo el día encima (que además soy muy burra y me pongo a limpiar y mover muebles con el mono colgando), pero esos dolores terribles que he tenido toda la vida, han desaparecido. Otra prueba que me da la vida de que la salud y las emociones están intrínsecamente conectadas 🙂

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Abrazos mamíferos ❤

Creciendo… semanas de la 8 a la 11 (segunda parte)

 

Como os contaba en mi anterior post, Biel está más activo, se mueve con mucha fuerza, sobre todo por la mañana, que se levanta con una energía… Normalmente me despierta con un manotazo en la cara o una patada en la vejiga >:0

Tiene ratos en que se agita mucho, baila pogo y flamenco (zapatea con las piernas bien estiradas y mueve los brazos con mucho arte) y hace el gusanito cuando le levanto el culo en el cambio de pañal (subiendo el culete y arqueando el cuerpo), se sacude como una lubina recién pescada, hace el bicho-palo tieso como una mojama, el puente, y hasta se da la vuelta como un bistec!

Cuando encuentra un tope con los pies, empuja como su madre cuando le parió, con todo el cuerpo y el alma. Cambiarle de ropa o pañal haciendo todo esto ya es otro nivel (no me quiero imaginar como será cuando lo haga a voluntad…), y sostenerlo en brazos mientras se retuerce y tira hacia atrás da miedito y dolor…

Da patadas y manotazos a diestro y siniestro, incluso, se da si mismo en la cara o en la barriga con cara de locatis…Y con las manazas y piezotes que tiene, no son golpecitos, son ostiacas! Después de un rato de gym, cuando ya pensabas que lo había dado todo, empieza a acelerarse más y más… eso significa que está agotado y no puede parar, por inercia, seguiría hasta entrar en llanto horribilis… Antes que esto suceda, es mejor cambiarle el rollo e intentar que coja el sueño.

Le gusta mucho que lo levantemos en el aire y lo movamos arriba, abajo, hacia los lados… Cuánto más alto, rápido y brusco, más se ríe. Le gustan las emociones fuertes,  ya estoy visualizando que hará todo tipo de locuras… Y creo que le encantrarán las atracciones, que a mi no me gustan nada, así que me lo veo con su padre montándose en todos los cacharritos mientras yo aguanto las chaquetas. Mamífero dice que mientras estén en el parque de atracciones yo escribiré posts xD

Se entretiene mucho rascando, tocando, escarbando entre las telas y arañando todo lo que pilla. Hace un movimiento repetitivo como de arañar, luego cierra la mano como si cogiese algo, y se lleva el puño a la boca. Lo hace sobre todo cuando está mamando, supongo que es para estimular, pero también se lo hace a su padre. Parece que le relaja hacerlo, se queda como hipnotizado repitiendo esa secuencia, con la mirada perdida. Lo único malo es que tengo los pechos como la cara de Freddy Krueger…

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Los intentos de hablar son lo más divertido, vocaliza muy bien, intenta imitar lo que decimos nosotros, incluso uniendo un par de sílabas. Lo que más dice es «NGUÉ!», seguido de EH, UH, AH, OH, AAAI, GGGG, GU… y gritos varios, incluso canta sílabas largas en algún momento. También le habla a las cosas mientras las toca, las mira y les va canturreando con una voz muy dulce. Con su padre, que es más callado, toma la iniciativa cuando quiere hablar, y le llama la atención diciéndole EH! mientras levanta la cabeza y las cejas en plan: oye tu, no me vas a decir nada o que?

Tenemos unas conversaciones muy divertidas y trascendentales, hasta cuando está al pecho se distrae hablándome e intenta hacer las dos cosas a la vez. Está tan atento a todo que a veces no se puede relajar, no se centra en mamar, se va girando contínuamente a mirar si está su padre, la pantalla del ordenador, si hay ruidos, o simplemente, busca cosas que hacer. Parece que el mundo es más interesante que la teta ahora mismo, algo que hasta ahora lo evadía, y esto me huele a principio de la crisis de los tres meses…

Está tan pendiente de todo que a veces se satura y le cuesta dormirse. Si escucha algún ruido lo busca, y está muy pendiente si ve ir o venir a su padre o a mi… También, al ser más consciente de lo que le rodea, se asusta mucho más. Si te acercas de golpe o apareces de imprevisto en su plano de visión, se lleva unos disgustos pobrete… Un día estaba cambiándole el pañal en el sofá y pasó Maru por arriba y se asustó muchísimo, no se sentía nada seguro sabiendo que podían pasar esas cosas sobre su cabeza. Otro día, estábamos teniendo una conversación, y le hice un gruñidito para que se riese… pero le hice llorar 😦

Algo que hace muy bien es levantar las cejas, desde que nació, cualidad que ha heredado de su padre. Pero ahora lo hace a voluntad, él y Mamífero hacen duelos de cejas y es desternillante. Así son sus momentazos:

Él va intentando comunicarse e interactúar de muchas maneras, hasta con el llanto. Llora con pena y haciendo AI, AI o otras sílabas si tiene sueño, o diciendo HUM, HUM si tiene hambre, o NGUÉ, que es la palabra-comodín que más usa para explicar las cosas. Si está aburrido y quiere atención, llora mientras murmura entre lamentos y pucheritos. Cuando llora yo le voy hablando para tranquilizarle, le digo que le entiendo, etc.. y él me contesta. Va chapurreando sílabas largas mientras llora con  cara de pena y a trozos (como bua, ah. ah. aaaah…). Parece un llanto forzado, como si me explicase lo que le pasa, da entre penita y risa. Como está tan pendiente de todo, si lo que le pasa no es muy grave, le puedo distraer fácilmente con un ruido, cambiándole de plano, hablándole en plan divertido… Eso si, como tenga dolor de barriga, lo que suelta son gritos agudos y rítmicos, el típico llanto desquiciante.

Cuando ve o escucha algo que llama su atención, o simplemente le hablas o haces sonidos, abre los ojos como platos con cara de loquer, y yo me desorino de la risa! Le atraen mucho las pantallas, algo que no me gusta demasiado… Se atrapa mirando la tele, ordenador, móvil… y si se lo apartas o lo giras, se vuelve a buscarlo. Y cuando le apago la tele para que no la mire, le dice EH!, que es su manera habitual de llamar la atención xD

A quienes no hace demasiado caso es a los gatos, parece que no los acaba de ver, o no los encuentra atractivos todavía… y ellos van bastante a su rollo también. Lo huelen de vez e cuando y se mantienen a una distancia prudencial, sobre todo Flip (podéis conocerle aquí), y si se mueve o llora se asustan. Joy no le tiene miedo ya que es la única que ha convivido con un bebé anteriormente (os hablé de ella aquí) y es más maternal con él. Cuando Biel tenía un par de semanas siguió a Maru (si queréis saber más sobre ella) con la mirada porque le pasó por encima de su cabeza, pero de ahí no pasa. Aunque supongo que con unas semanas más le llamarán más la atención.

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Teteando con Maru y Flip

Como está tan entretenido, y tan pendiente de todo el mundo a su alrededor, ya se queda más ratitos a su rollo mirando cosas. Puede estar (si está a gusto, bien comido etc..) hasta 10 minutos estirado viendo cositas sin reclamarme. Cada semana que pasa, aguanta un par de minutos más, en los que puedo aprovechar para hacer alguna cosilla rápida como poner una lavadora o prepararme un café. Igualmente, necesita escucharme, así que le voy hablando, y él me contesta, si no voy respondiendo grita cada vez más, hasta que llora. Cuando me tiene a la vista (no más de un par de metros), alarga un poco más estos ratos, aunque procuro ir cambiándole la perspectiva y acercarme a menudo a decirle algo para que no se llegue a aburrir.

Las risitas son lo que más salen de él, es risueño y muy agradecido, todo le parece divertidísimo, y se nos cae la baba con sus risotadas. Tan alegre es, que a veces no sabe si reír o llorar, y decide hacerlo todo a la vez. Incluso cuando regurgita lo hace riéndose. Hace un par de semanas, cuando nos poníamos delante del espejo, me miraba (a la madre repetida del espejo), me sonreía, y se giraba a mirarme y sonreírme a mi. Y la semana pasada, empezó a fijarse también en el bebé reflejado, primero intrigado, y después, empezó a sonreírle también, y al ver que éste se devolvía, se han hecho buenos amigos 😀

Hasta aquí lo bueno, ahora os cuento el «lado oscuro», que no es tan tétrico como su nombre indica, pero no todo son risas y jolgorio con un bebé.

Yo estoy bastante bien, mucho  mejor que semanas atrás. Voy cansada, pero aguanto bien, a todo se hace el cuerpo. Lo que peor llevo y eso si que me desgasta es el hambre, más que el sueño. Si, paso hambre, porque cuando quiero comer él quiere también, o quiere brazos, o toca cambio de pañal, o berrinche, o estamos la mar de a gusto hablando y haciendo monerías… Y voy retrasando mi hora de comer. Dar el pecho consume mucho, y el cuerpo me pide calorías, a saco. Intento dejarme algo hecho ya el día anterior, o comida que no requiera mucha preparación, pero con un bebé es difícil organizarse cuando él marca el ritmo. Estoy pensando seriamente en ahorrar para comprar un congelador (el que tenemos es miniatura) y empezar a cocinar en cantidades industriales para tener siempre comida para calentar y listo.

Aprovecho sus ratos de sueño para hacer cosas en casa mientras le llevo en la mochila, pero cuando tengo la comida lista, parece que tiene un detector de comida preparada, y se despierta al momento. La mayoría de días acabo comiendo a la hora de merendar o se me junta con la cena y me da igual, porque si a la hora toca cenar, me la zampo tan a gusto para recuperar fuerzas. Como a trompicones con una mano mientras le doy teta, casi siempre mal y frío. Además le gusta dormir en movimiento, así que muchas veces acabo comiendo de pie mientras lo meneo, algo que no es muy cómodo, pero cuando no hay más remedio, toca hacerlo así.

Lo más duro que he pasado de momento, fue un constipado que cogí hace un par de semanas. Fueron apenas un par de días de moquetes, dolor de cabeza y unas décimas de fiebre, nada grave. Pero en esos dos días dormí apenas dos horas a ratitos espaciados, porque parece que Biel me notaba en baja forma y estaba más intranquilo de lo normal. Le costaba mucho dormirse, y claro, al estar estornudando y sonándome le despertaba cada dos por tres. Lloraba a grito pelado, enfadado por tanta interrupción y parecía que la cabeza me iba a estallar…Y cuando se dormía, yo no podía conciliar el sueño del dolor de cabeza, la moquera y cansancio acumulado que llevaba encima.

A parte de eso, lo demás es fantástico, duro, si, pero a mi me va la caña. Y con muuucha paciencia y buen humor intento no atrancarme en los baches.

Me encanta ser madre en prácticas, disfruto mucho con mi cachorrillo, nos reímos partimos el ojal con sus monerías y estamos tan a gusto los tres… No concibo la vida sin este monete enganchado a mi todo el día, aunque eso implique no tener tiempo ni de ir al baño 🙂

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Cuánto le hemos esperado, que afortunados somos de tenerle con nosotros!!

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Abrazos mamíferos ❤

Embarazo: ¡37 semanas!!

Exactamente estoy hoy de 37+3!! 🙂

Muy ilusionada, gordita, y expectante, pues en cualquier momento Biel puede decidir nacer porque ya es un bebé a término. No me acabo de creer que en cuestión de días lo tendremos aquí, llevamos tantos años esperando y soñando este momento que no me parece real…

Lo siento enorme, sus movimientos y golpes son muy fuertes, y aunque dicen que a estas alturas debería moverse menos, yo lo veo tan animado como siempre. Pero ya me va bien, me tranquiliza que sea así, aunque tenga las costillas echas polvo, prefiero que esté activo. Hace un par de días que siento pinchazos un poco más fuertes de lo normal en el pubis, y he empezado a tener dolorcillos como de regla (aunque mucho más flojos que los que suelo tener), sobre todo cuando estoy un rato de pie, o incluso sentada, pero se me pasan si me estiro. Girarme en la cama es bastante incómodo, así como levantarme, sentarme, y sobre todo agacharme, cuando lo hago parece que se me vaya a partir en dos el hueso púbico.

Ya he llegado a los 61,100 kg, y un contorno de barriga de 101 centímetros, creo que he llegado a mi tope. Tengo las articulaciones muy aflojadas, durante el todo el embarazo lo están, pero ahora lo noto mucho más. A veces parece que se me salga la pierna de sitio y me da un dolor agudo en el culo-espalda-pierna que no me permite estar en ninguna posición de reposo. Entonces, tengo que levantarme y «reiniciarme», ando un poco (los primeros pasos son dolorosos), basculo la pelvis sacando el culo, me muevo, y entonces vuelve a su lugar y se pasa bastante el dolor.

Siento a Biel muy encajadito, bien abajo, y mi cuerpo se va preparando… Es emocionante, cada día pienso que ojalá sea hoy el día. Aunque se que esto puede alargarse un mes más, pero tal como me siento, a punto de reventar, no me veo un mes más embarazada… pero será lo que tenga que ser.

Los días se hacen largos, me canso, me caigo de sueño, y cada vez se me agotan las pilas antes. No consigo llegar a dormir las 8 horas casi nunca, y me despierto todas las noches a cada hora, o dos como mucho, para ir al baño, cambiar de posición, o porque si, luego me cuesta retomar el sueño, y muchas veces ni lo consigo. Así que durante el día voy medio zombie, con dolor de cabeza, y me tengo que estirar en el sofá a menudo para reponerme.

Parece que los ardores y la acidez me dan tregua, no han desaparecido, pero estoy mucho mejor ahora que semanas atrás. Y las náuseas han vuelto, vienen con el cansancio, o cuando tengo mucho hambre, sobre todo a primera hora del día y por la noche. El otro día llegué incluso a vomitar un poco de la cena por lo cansada que estaba. A parte del agotamiento y lo torpe que me siento, no me puedo quejar de este final de embarazo porque está todo dentro de la normalidad.

El otro día, haciendo la compra en el supermercado, me paró un señor para preguntarme. Se ve que tenía cara de moribunda porque me dijo que me veía cansada y muy avanzada. Me preguntó lo típico, que si era niño o niña, y que que para cuando se le esperaba. Le dije que ya podía nacer cuando quisiera, y que era niño, y me contestó señalando a una niña que debía ser su nieta: muy bien, así ella será una asaltacunas! Vale… ¿me quedo con su teléfono para concertarles una cita? Es surrealista lo que se llega a oír de boca de un extraño xD Pero bueno, el hombre fue muy amable y me deseó un buen parto.

Mamífero me está mimando mucho, es todo un padrazo, nos cuida tantísimo!! En sus días de fiesta es el motor de la casa, animales y nuestro. Además de acompañarme a médicos y hacer la compra, lo deja todo hecho a fondo para que entre semana yo haga mantenimiento, y lo del día a día. Eso me tranquiliza pues en cualquier momento puedo ponerme de parto y prefiero tenerlo todo en orden. Por las mañanas, cuando está en casa, aprovechamos para contemplar los bailoteos de Biel, y saborear estos últimos días solos, e imaginar como será nuestra nueva vida dentro de unos días.

Maru en nuestro momento mañanero, le encanta ponerse encima de Biel ❤

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Esta semana vimos al anestesista para tener preparado y firmado el consentimiento por si finalmente necesito la epidural. Y la semana que viene empezamos con los monitores, ¡que ganas!! Tenemos casi todo listo por si decide nacer, aunque sigue quedándonos el coche por limpiar, la sillita por instalar, y no hemos podido imprimir el plan de parto todavía… Nos faltan horas y energía los días de fiesta de Mamífero, pero lo conseguiremos!!

Un par de fotos saliendo del hospital 🙂

 

Hemos tenido también la última clase de educación maternal, ¡hemos conseguido hacerlas todas!! Hablamos de los cuidados del bebé, las curas del ombligo, y las cosas necesarias a tener. Poca cosa la verdad, por eso ni me extiendo en contaros. Ya me despedí de mi matrona, quedando en que la avisaría cuando nazca Biel para que me hiciese la visita a domicilio y hacer el seguimiento post-parto con ella. Hay un grupo de mamás para después del embarazo, pero es mas un evento social que para solventar dudas. Yo no soy muy de ir a socializar porque si, así que no creo que vaya a pasar el rato, si tengo cualquier duda iré a la consulta con la matrona.

Cambiando de tema, nos han salido humedades en la habitación de matrimonio y en otra, y no me hace ninguna gracia tenerlas cohabitando con un bebé. También hubo filtraciones de nuestra ducha a la casa del vecino de abajo, por lo que ayer vino un señor a arreglarlo, y aproveché para apretar a la propietaria con lo de las humedades. Ya se lo había dicho hacía días pero no parecía muy por la labor de arreglarlas, se ve que mantener el piso en condiciones (gastar dinero), no le apetecía. Para arreglar el problemilla del vecino antes de que fuese algo grave/caro, se ha movido rápido, pero que su piso se llene de moho le parece algo sin importancia… Le dije que así no lo podía dejar, que con un bebé en casa no era plan de tener la pared verde. Le ha costado entenderlo, para ella son algo normal y no lo ve como un problema para la salud… se ve que es saludable respirar moho.

En estos últimos 2 años y pico hemos cambiado de casa 4 veces, y en todas había humedades (otros problemas a parte). El moho nos persigue, y lo odiamos. De la última casa que nos encantaba, nos fuimos por la cantidad de humedad que había, era exagerada. Me pilló embarazada de Aritz, un verano de lluvia diaria e intensa, poco sol y fresquito montañero (era una masia en alta montaña), terrible… Tuvimos que pasarnos a dormir-vivir al comedor-cocina (en un incómodo sofá cama, muerte para una embarazada) porque en la habitación era insufrible. Llegaba a vomitar del olor a humedad que había en el ambiente, y no era exageración, había mucho. Se nos llegaron a pudrir zapatos, ropa, objetos de todo tipo, muebles, comida… todo se ponía verde. Aguantamos 6 meses allí, hasta que nos mudamos a el piso en el que estamos, en el que no hemos tenido problema alguno hasta ahora. Cambiar de casa 3 veces en poco más de un año ( esta última embarazada y con amenaza de parto prematuro ) es un horror, y lo que hemos llegado a pasar da para unos cuantos posts…

Volviendo al tema: al final cedió, dice que rascarán y pintarán la pared a poder ser, antes de que nazca Biel, o sea, pronto. También me ha soltado que no me preocupe si nace antes, que podemos dormir sin problema con la habitación recién pintada, que ahora las pinturas «no huelen». A lo que contesté que, huelan más o menos, son tóxicas y no es lo más adecuado respirarlo, cuanto menos, un recién nacido… Es muy buena mujer esta señora, pero tiene unas cosas «old school» que me dejan el culo torcido.

Por otro lado, le han dado una buenísima noticia  a Mamífero, le han subido la categoría, ¡por fin!! Después de pasados 5 años en la empresa haciendo de todo y más, con la categoría de ayudante de camarero, ahora, por fin, es camarero!! Eso se traduce en una subidita de sueldo, no para echar cohetes, pero buena y necesaria es, y ya era hora de que su nómina fuese acorde con el trabajo que desempeña.

Así que ha sido una semana positiva, todo se va poniendo en su lugar 🙂

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Abrazos mamíferos ❤

 

 

 

Más síntomas de embarazo

Después de publicar la entrada de ayer, me di cuenta de que me dejé varias cosas por contar. No son de gran importancia, pero son síntomas y sensaciones que quiero tener recopilados en el blog, para cuando quiera revivir el embarazo, y así de paso, me contáis si os pasan o han pasado también.

Algo que me agobia bastante es la falta de aire, que hace meses que me pasa, pero cada vez es más y más angustiosa. Empezó siendo un ahogo cuando subía escaleras, o hacía algún esfuercillo, lo normal en un embarazo. Y ahora es mucho más fuerte, y me pasa haciendo cosas mínimas, como estar demasiado rato de pie. Sobre todo ahora que Biel pesa sus dos quilos y pico, y se mueve más cuando estoy de pie, siento como se me cansa la barriga con sus zarandeos y me cuesta respirar.

Me pasa también cuando entro en sitios que tienen calefacción, ya de por si la tolero poco, me entra mucho agobio del contraste de temperaturas, y ahora además, me pongo colorada y siento que me falta oxígeno. También si estoy mucho rato sentada, con la presión en las costillas siento que no lleno los pulmones del todo. Como mejor estoy es estirada de lado con las piernas semiflexionadas y un cojín entre ellas, pero también se me resienten las lumbares y el culo por el peso extra. Cualquier postura mantenida demasiado tiempo me acaba dando algún dolorcillo, así que tengo que estar cambiando a cada rato.

Por suerte ni los dolores de espalda ni la ciática me están dando mucha guerra, lo normal siendo el final del embarazo, estirando bien, vigilando la postura y los movimientos, lo llevo bastante bien. Imaginaba que lo pasaría peor con eso ya que siempre he tenido muchos problemas.

No está siendo un invierno especialmente frío, por lo que no me abrigo demasiado y evito los golpes de calor. También siento que por las noches tengo calores, duermo sin ropa apenas, braguitas y camiseta de tirantes, y cuando me despierto para ir al baño en medio de la noche, siento la piel ardiendo, sobre todo la barriga, no llego a sudar, pero desprendo muchísimo calor corporal. Sé que es normal estar alta de temperatura durante todo el embarazo, pero últimamente lo noto más que en meses anteriores.

Otra cosa que me pasa, de esto hace mucho, es que cuando bebo agua, o tomo algo fresquito Biel pega botes. Es debido a que como le queda el estómago encima, debe de sentir el frescor, y se queja pegándole golpecitos al vecino de arriba. Es algo normal que les pasa a casi todas, pero me hace gracia. Especialmente desde que se que está en cefálica, y que justo debajo de mis costillas está su culete, por lo que me lo imagino notando el frescor en las posaderas, y revolviéndose indignado.

Hace un par de semanas, calculo que desde que se giró y encajó la cabeza, me apetece mucho sentarme modo indio. Con las piernas cruzadas y bien abiertas, algo que siempre he hecho, pero que ahora me lo pide el cuerpo, como si necesitase darle más espacio. Creo que hace un efecto similar al de la pelota de pilates, que hace que se encaje bien abajo.

En estas últimas semanas también, he escuchado los movimientos de Biel. Es decir, cuando se mueve bruscamente, me suena la tripa, como un ruido hueco de vísceras (una especie de clic), no se como describirlo…

Han vuelto las náuseas, no son tan fuertes como en el primer trimestre por suerte, ni de lejos. Pero si que por las mañanas con el estómago vacío me dan asquitos, y algún día me han entrado ganas de vomitar, aunque no lo he hecho. Sobre todo cuando como de prisa, Biel se mueve mucho, o tengo muchísimo hambre. También ha regresado el olfato perruno, se ha vuelto a agudizar como en el primer trimestre, por suerte, no vomito con los malos olores ni me mareo tanto con los perfumes como las primeras semanas.

No he tenido ni una contracción, ni una!! Ni dolorosas, ni de Braxton Hicks, ni un amago de dolorcillo por el estilo, ni la barriga dura, ni me duele la barriga cuando me canso o Biel se mueve bruscamente… Nada de nada. Dicen que muchas ni las notamos aunque las tengamos, vete a saber. Yo espero seguir así al menos hasta que cumpla las 37 semanas. Se que son normales, que preparan el útero, pero yo soy feliz sin sentirlas. Ya tuve muchas en el embarazo de Aritz, y nunca fueron de las indoloras, pasé directamente a contracciones de parto dolorosas desde la semana 17. Así que no se ni como son las que no duelen. En este embarazo creo que me libraré de ellas hasta el parto o poco antes.

Y bueno, los topicazos del embarazo que están desde primer momento y seguirán son:

  • Muero por un bocata de jamón, es lo primero que quiero cuando haya parido. Cuando paso en el supermercado por la sección de ibéricos, o por alguna tienda de embutidos de por aquí, babeo, literalmente… El cuerpo me lo pide, es superior a mi.
  • Me río mucho, risa tontorrona y fácil que es difícil de parar cuando me da. Es de lo mejor que tiene el embarazo, me pego unas risas con Mamífero, e incluso sola!! que ni estando contentilla, es muy divertido.
  • Me desconcentro mucho, no puedo acabar los libros que tengo a medias… Así que me he pasado a buscar cosillas por internet, leer blogs y cositas amenas porque me pierdo en seguida, tengo la cabeza demasiado a tope. Por lo mismo, estoy despistada, olvidadiza, y torpe también, además de tener el equilibrio anulado del todo.
  • No me crece el bello, y si lo hace, lo hace muy lentamente y en menor cantidad. En el embarazo de Aritz también me pasó, y seguí así unos meses postparto también. Había leído que a muchas mujeres les crece todavía más, pues a mi, al contrario, lo que es de agradecer. En las piernas me crece solamente en algunas zonas, y en las axilas, pues no lo se, porque desde que me depilé hace… ¿3 meses? (algo que he hago de uvas a peras porque no me obsesiona ser una barbie lampiña), no veo pelos. Tampoco me ha salido línea alba, ni creo que lo haga a estas alturas.
  • Como el estómago ha ido desplazándose e instalándose donde buenamente podía, me cuesta identificar el hambre, y es muy raro escuchar que suena en sitios distintos. De las 20 a las 30 semanas más o menos, lo sentía un poco más arriba de los riñones hacía detrás, y lo confundía a veces con dolor de espalda. Ahora está muy arriba, y es difícil a veces diferenciar si tengo mucho hambre o estoy llenísima.
  • Gases, a tope, aumentando el efecto invernadero como las vacas, metano puro. Con las digestiones tan lentas y el poco espacio físico para contenerlos, salen por arriba y abajo sin parar. Y es que, si no salen duele, y no entra nada más, eso seguro, hay que hacer espacio.
  • Estoy amorosa, ñoña, sensible, oxitocínica perdida. Es mirar a Mamífero y me derrito. Le miro y pienso: pero que guapo se está últimamente mi mozo! Y si, está guapo, pero guapo como siempre, pero yo lo veo más. Y ya cuando tiene gestos amorosos, de cuidarme o de padrazo, eso ya es el colmo de la ternura… Como están las hormonas de alborotadas…
  • Me agobio y me preocupo extremamente por tonterías, y me dan taquicardias pensando lo peor. Por ejemplo, si no encuentro a uno de los gatos (cosa que pasa a menudo porque ellos son así, se esconden y no salen por más que les llames), me vuelvo loca dando vueltas por la casa, me da la paranoia de que se han escapado, se han tirado por el balcón, o cualquier desgracia… Y eso que he tenido gatos toda la vida y se que no debo preocuparme por esas cosas, que siempre aparecen en cualquier rincón…
  • Sueño cosas raras, intensas, muchas son pesadillas, y a menudo también sueño que como, mucho en grandes cantidades cosas que me gustan mucho. Sobre todo dulces, y eso que no soy golosa, pero si que últimamente me apetecen guarrerías dulzonas. Yo querría tener sueños bonitos, plácidos, con mi bebé, pero mi cabeza va por libre… He soñado con abortos y momentos angustiantes en el hospital del horror, citas en el dentista terroríficas, abandonos, Mamífero teniendo un lío con otra chica, broncas familiares… Y el otro día soñé con mi parto, pero este no era desagradable, era bonito.

 

Seguro que se me ocurren más cosas… ya haré más posts si hace falta XD

Contadme vuestras cosillas rarunas de embarazada, o las de vuestra pareja, seguro que os pasan un montón de cosas curiosas que antes no, ¿verdad?

Si te ha gustado lo que has leído, no dudes en compartir, comentar, darle a me gusta y seguir mi blog! Gracias por leerme 🙂

Abrazos mamíferos ❤

 

 

 

Padres primerizos vs. padres experimentados

Un estudio, en mi opinión sensacionalista y mal planteado, publicado el pasado agosto en el diario Demography, concluye que convertirte en madre o padre, te hace infeliz, estadísticamente hablando, claro… Uno de los indicadores es que, después de el/la primer/a hij@, las personas que querían tener más de un hij@, cambian de opinión y se plantan en el primer@. Me parecen datos preocupantes, pero no por la incidencia negativa de los hij@s en la vida de sus padres, no creo que el problema sea ese. Más bien, diría que se trata más de una frustración general, del ritmo de vida, o de como afrontemos la ma/paternidad.

Una quiere ser positiva, pero luego, estando felizmente embarazada, te empiezan a llover mensajes alarmantes…

Cuando vas a tener un hij@, recibes un montón de consejos y comentarios, la mayoría sin que los pidas, y muchos no son muy alentadores. Parece que, cuando esperas un bebé, los padres experimentados, sienten la necesidad de alertarte, por si te lo quieres pensar mejor… Y los padres novatos, recibimos amenazas, del tipo:

Ya verás como te cambia la vida, aprovecha ahora, que luego…

¡No vas a tener tiempo para nada!  

Es agotador cuidar de un bebé… y cuando crecen ¡es peor!

Se te acabará la buena vida, y con tu pareja no va a volver a ser igual… 

No sabes lo caro que es criar a un/a hij@…

Vas a perder tu privacidad/ independencia/ cuerpo/ tiempo libre/ vida social/ juventud/ belleza/ salud/ libertad etc…

Parece que te quieran asustar, incluso convencerte de que te has equivocado para que no corras su misma suerte. Más que aconsejar, parece que te adviertan: no sabes dónde te metes ¡ilusa! Y no digo que no sea verdad, seguro que nos cambia la vida, es inevitable. Pero creo que el tinte negativo, e incluso amenazador, sobra. Pensar en que va a ser horrible, agotador y todos los inconvenientes que puede haber, no es la mejor manera de afrontar la ma/paternidad.

La mayoría suelen hablar pensando en su propia experiencia, y dicen lo que ellos sienten, sin ponerse en el lugar de los futuros padres. No se plantean qué necesitan escuchar o no. Ser padres primerizos ya es suficientemente estresante, no hace falta que nos lo pinten tan mal. Cada uno vive las cosas como las vive, y lo que para unos es terrible, para mi puede no serlo, y viceversa. Depende de muchas variables, pero sobre todo, influirá la manera como enfoquemos las cosas.

Nosotros, que hemos perdido a un hijo, y que nos ha costado tanto conseguir y mantener los embarazos, creo que lo vemos de una manera muy distinta. Estudios como el que os he comentado, y comentarios sobre «lo duro que es ser padre/madre», creo que son una falta de respeto hacia las parejas con problemas de fertilidad, que hemos sufrido por no poder tener hijos durante años o los hemos perdido. Eso si que es duro, te cambia la vida, agota, y desestabiliza la pareja.

Creo que cuando nos embarcamos en esto de traer hij@s al mundo, siendo responsables y conscientes de buscarlos, lo hacemos con madurez y realismo. Ya sabemos que no es fácil, que puede ser muy duro, pero si lo hacemos es porque lo asumimos como contrapunto. Así que, no es necesario que vayan avisando, ni dramatizando tanto. Yo ya me he imaginado cansada, sin tiempo libre, durmiendo poco y menos, e incluso superada por situaciones que ni llego a saber. Pero acepto ese reto, entiendo que es parte de la maternidad encontrarse con momentos desagradables, imprevistos, agobios… Y he decidido que me compensa tener un hijo por encima de esos factores.

Tampoco preferiría que alguien cuidase de mis hij@s (si me lo pudiese permitir) para descansar, quiero vivirlo, creo que es parte del rol de madre/padre. Al menos, a mi modo de enfocar la maternidad, es algo que, por duro que sea, creo que nos vincula a nuestros hijos. Si lo vivimos en paz, aceptando lo bueno y lo malo, puede ser una experiencia muy enriquecedora dar tanto por ellos. Me llena superar situaciones en las que pueda dar lo mejor de mi, que requieran esfuerzo, dedicación. Si es gratificante subir una montaña, ¿como debe ser criar a un hij@?

Sabemos que es un gran sacrificio, que tendremos que prescindir de muchas cosas, cambiar rutinas, hábitos, y dedicar nuestro tiempo por completo a nuestro hijo. Somos conscientes que tener un hijo es una gran responsabilidad, y que sufriremos por su bienestar durante toda la vida. Tener hijos es irreversible, nunca dejaremos de ser sus padres. Es una gran obligación, pero la escogemos a voluntad, y con gusto deberemos llevarla.

viñeta de

viñeta de Papá 2.0

Tener a un pequeño ser tan dependiente y demandante puede ser agotador, física y emocionalmente. Puede agobiar sentir que tienes una vida distinta, que estás atad@, que dejas de ser tu mism@ para ser padre o madre casi en exclusiva (al menos durante los primeros años de su vida). Pero, aunque entiendo que pueda ser agotador e incluso desquiciante en ciertos momentos, para mi, es algo que no me hecha para atrás. Tengo ganas de pasar de ser pareja a familia, de ser mujer y madre, todo a la vez. Será que estoy muy maternal, pero es lo que me apetece hacer desde hace años.

Creo que los padres que lamentan haber perdido su anterior vida, o lo dicen porque están en un mal momento, o bien, no tomaron la decisión de ser padres con la suficiente consciencia. Es una pena que una familia sea infeliz, y que sus hijos sean criados por padres dolidos, simplemente por no plantearse con madurez qué implica ser padres.

A algunos les preocupa no poder tener vida íntima, o que esta cambie, y pase a un segundo plano. Esto puede hacer mella en la relación de pareja, y es algo que no sabremos como lo afrontaremos hasta que pasemos por ello. El cansancio y la dedicación que requiere un bebé, obviamente, cambia el orden de prioridades de la pareja. Por eso tenemos que tener en cuenta que es una etapa, es temporal, y aceptar, no podemos pretender que todo siga igual. Simplemente tendremos adaptarnos a la nueva situación, y sobre todo, no culpabilizar a tu pareja porque las cosas han cambiado.

Ambos deciden ser padres, así que, si hay algún punto que desequilibre la relación, se debe equilibrar también en equipo, no como enemigos. Es importante mantener la comunicación, compartir como nos sentimos, hablar de cuáles son las cosas que nos molestan sin recriminar nada, y buscar soluciones entre los dos.

Mamífero y yo, tenemos claro que nuestra vida cambiará, y es lo que queremos, por eso hemos querido tener hijos. Sabemos que pasarán a ser prioridades, estarán por encima de nuestras necesidades y serán el centro de nuestra vida. Por tanto, siendo responsables del camino que tomamos, no podremos pretender volver a nuestra antigua vida, tenemos que tenerlo claro. Por duro que sea, seguro que tiene muchas más cosas que lo compensarán de lleno, y queremos vivirlo. Además, tenemos muy claro que ya tendremos tiempo de volver a ser pareja, de volver a estar solos cuando nuestros hijos crezcan. Esos años pasarán rápido, y son pocos comparados con la vida entera.

Quizá, el hecho de tener tantos impedimentos para tener un hijo nos ha hecho idealizarlo, o a lo mejor, es que por eso, sabemos valorarlo más. En cualquier caso, yo siempre había imaginado dedicarme a mis hijos y sumergirme en ello. Nunca he temido perder mi independencia. He ido «a mi rollo» muchos años, y he sido muy feliz sin responsabilidades (al menos no tan grandes como un hijo) y creo que ya disfruté la libertad. No me preocupa nada tener prescindir de mis lecturas, aficiones y tiempo de relax. Y si tengo que pasar unos años dedicando mi poco tiempo libre a obligaciones, y dejar de jugar a juegos de mesa para jugar a juegos de niños, pues lo haré encantada, y disfrutaré con ello.

Por muy malos momentos que se pasen, creo que hay infinitamente muchas más vivencias enriquecedoras. Quizá a muchos les cueste verlo cuando están inmersos en una situación complicada, y entiendo que las cosas se pueden ver muy negras en ciertas circunstancias. Pero creo que a la mayoría de madres y padres, cuando ven a su hij@ sonreir, se les olvidan todos los males.

Yo me quedo con los consejos que me sirven, los que dicen con amor, como:

Ya verás cuanta felicidad os trae este bebé, ¡le vais a querer tanto!  

Por mi hij@ daría la vida.

Gracias a mi hij@ soy mejor persona.

De lo malo ni me acuerdo, tener un hij@ es lo mejor que me ha pasado en la vida. 

Disfrutadl@, ¡crecen tan rápido! 

Formar una familia es la etapa más bonita de la vida.

Nada es tan potente como el amor que sientes por un/a hij@.

Ser madre/padre, te cambia la vida, la mejora.

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En conclusión, por mucho que digan y adviertan, no creo que ningún padre o madre responsable, se arrepienta nunca de haber tenido hijos. La gente se suele quejar y minusvalorar lo que tienen, pero realmente, creo que solo es de «boquilla». Muy mala tiene que haber sido tu experiencia, o tu situación para que desees no haber tenido hijos. Al final, son etapas, duras quizá, pero un hij@ es un tesoro para toda la vida.

 

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Abrazos mamíferos ❤