Ayer fuimos al hospital a hacerme la última (por fin!) analítica de sangre del embarazo, justo el día en el que cumplí 35 semanas. Llegamos al hospital un poco antes de las 8, hora en la que empiezan las extracciones, ya que íbamos sobre aviso de que si llegábamos algo más tarde, tendríamos que esperar bastante. Nada más llegar, ya había bastante gente esperando desde antes pusieran los números de turno. Me tocó el 24, y la verdad es que fue bastante rapido, en menos de media hora ya estábamos desayunando.
Esa noche, como muchas últimamente apenas dormí. Cada vez me cuesta más, entre acidez de estómago, visitas al baño y desvelos, creo que dormí una hora seguida… Así que cuando llegamos a casa me volví a la cama hasta la hora de comer. Así voy pasando los días, entre sueño y sueño como, voy al baño. Descanso a trompicones, ya no recuerdo cuando fue la última vez que pude dormir una noche del tirón. Pero creo que es perfectamente normal y que nos pasa a muchas, este último mes es así, y tiene sentido, ya que cuando tengamos al bebé, tendremos que hacer eso mismo, dormir y comer cuando podamos.
Después de la comida fuimos a la clase de educación maternal. Seguimos con el parto, siempre centradas en el dolor (como echo de menos que se hable de fisiologia del parto, con lo maravilloso que es el proceso!). aunque esta vez fue algo más provechosa la hora y media. Vimos un vídeo de partos en hospital, hicimos respiraciones, hablamos de las posiciones que podemos adoptar para pasar mejor las contracciones, practicamos masajes para aliviar el dolor, y nos dio unas fotocopias sobre el masaje perineal. Algo que ya debería haber empezado, pero todavía no he hecho porque me falta el aceite… Podría empezar con aceite de oliva, pero no me he animado a probar porque después de la ducha toca hacer la cena, ya estoy con la batería baja, y no me ha apetecido ningún día…
Después de la clase fuimos a comprar un poco de comida para acabar de pasar el mes (que largo se hace enero!), y cuando volví a casa, merendé, y seguía cansada. Así que me puse a dormir un rato más hasta casi las 8 de la noche. Menos mal que me lo puedo permitir, porque sino estaría echa polvo!
Biel sigue muy movidito, y disfruto mucho con sus fiestas uterinas, aunque a veces, parece que se me vaya a salir el estómago. A veces, cuando me suenan las tripas o hay algún ruido fuerte e inesperado, siento como pega un bote, como asustado, y si estaba dormido se despierta. Estas últimas semanas, se mueve más cuando estoy de pie, cosa que antes no hacía tanto (era más de moverse cuando estaba en reposo), parece que al estar sentada tiene menos espacio para hacerlo, y cuando me levanto aprovecha el momento para cambiar de posición y dar vueltas. Durante este mes he cogido un quilo y medio más o menos, llegando ya a los 60,600, y de contorno de barriga 101 centímetros! 😀
No tengo ningún síntoma nuevo, pero los que ya tenía se hacen más pesados. El cansancio y dolor de espalda aparecen antes, paso del insomnio al sueño extremo, el ardor de estómago y las digestiones pesadas más todavía… Para eso siempre tengo las almendras crudas a mano, y tomo un vasito de leche antes de dormir. Las almorranas van y vienen (y cuando aparecen paso un par de días que estar sentada agacharme es mortal), y un leve dolorcillo pélvico muy leve del peso extra. A veces me crujen un poquito los huesos del pubis y las caderas, pero no es doloroso. Y las encías que durante una semana parecían haber mejorado, están peor, sangrando a la mínima y profusamente.
La semana que viene conoceremos a la nueva ginecóloga, que seguro que es muy maja, y tendremos los resultados de la analítica. Espero haber recuperado las reservas de hierro… También al llegar a las 36 semanas podré dejar la aspirina, y supongo que me harán la prueba del estreptococo, algo que también tengo ganas de saber, ya que si me toca tomar el antibiótico durante el parto, me plantearé hacer una toma de probióticos antes o después del parto, según salga el resultado. Ojalá salga negativo, menos problemas, y mejor microbiota tendré para pasarle a Biel.
Esta semana una amiga nos ha mandado una cámara para grabar el parto (mil millones de gracias guapa!), le acoplaremos un trípode, así nos podremos olvidar de grabar y disfrutar el momento. Todavía tenemos pendiente preparar la música que quiero escuchar durante el parto y dilatación, imprimir el plan de parto, instalar la sillita (se nos olvida cada día…), hacerle una buena limpieza a fondo al coche, y practicar con el fular… y alguna cosilla de menor importancia más queda. Aunque lo básico lo tenemos ya preparado o medio controlado por lo que pueda pasar en cualquier momento.
Poco más tengo que contaros, estoy aprovechando estos días para reservar energías, o más bien ir recuperándolas a ratos y no llegar a estar al límite de agotamiento. Hago horarios caóticos, escuchando lo que me pide el cuerpo. Espero que así, cuando me ponga de parto me pille con las pilas más o menos cargadas 🙂
Si te ha gustado lo que has leído, no dudes en compartir, comentar, darle a me gusta y seguir mi blog! Gracias por leerme 🙂
Abrazos mamíferos ❤