Los bebés tienen pocas maneras de comunicarse, de hecho, deben ir aprendiendo a hacerlo desde el primer día a base de ir probando qué provoca en sus cuidadores la respuesta que necesitan. Aunque ya vienen con un «idioma» de serie, su único recurso preprogramado, el llanto. Es algo que a cualquier humano sano mentalmente le conmueve y hace que se active nuestra voluntad de atenderles. Aunque sea nada más para que se callen, porque nada molesta más que el llanto de un bebé. A mi, además de molestarme físicamente provocándome dolor de cabeza, se me remueve todo… Aunque sea el hijo de otro, me colapso, no puedo pensar ni actuar con claridad mientras escuche llorar a un bebé o niñ@. Me cuesta muchísimo con mi hijo hacer cosas sencillas y mínimas si mientras tanto está llorando, es superior a mi. Hasta acabar de vestirle se me hace difícil si se pone a llorar, estoy torpe, además claro, de que me brota leche de los pechos en cuanto le oigo… Al menos, la naturaleza tiene preparada la solución mágica a la mayoría de problemas de un bebé.
Está claro, nuestro instinto nos lo dicta: nunca, jamás, hay que dejar llorar a un bebé. Es una crueldad no responder a sus necesidades, ellos dependen de nosotros, y su salud tanto física, como emocional, depende de como les atendamos. Nunca un bebé llora por molestar, o sin motivos, ni mucho menos por manipularnos. Expresan sus necesidades de la única manera que saben hacerlo, y aunque para nosotros puedan parecer caprichos, para ellos son cosas importantísimas que no deben ignorarse bajo ningún concepto. Y no piden demasiado, no tienen grandes pretensiones. A lo mejor para un adulto es una tontería llorar porque tienes gases o te pica n pie y no entiendes que pasa, pero para ellos, son grandes preocupaciones. Debemos ponernos en su lugar y no desesperarnos porque nos exijan o nos necesiten todo el tiempo.
En el poco tiempo que he estado conviviendo con un bebé (nunca antes lo había hecho), he tenido que aprender a entender su idioma para poder atender sus necesidades. Cada bebé es una personita distinta, así que lo que vale en mi hijo no tiene por qué funcionar en otros bebés, pero, a grandes rasgos, he sacado unas conclusiones básicas de como parece que «funcionan». Me centraré en lo que he vivido, teniendo en cuenta que hacemos lactancia materna exclusiva.
Cuando llora, primero hay que comprobar que ciertas cosas básicas estén correctas como:
- Que no tenga frío o calor.
- Pañal sucio.
- Dolor de barriga.
- Incomodidades varias…
Esto debe de saberse prácticamente al momento, normalmente ya sabes como está en términos generales: si ha hecho caritas de apretar y si lo ha conseguido o no, si no lo ha hecho, puede que el llanto sea porque le cuesta y podemos ayudarle, o a lo mejor tiene un eructo que no le sale, la postura en la que está no le gusta, la ropa sea cómoda y adecuada a la temperatura… Así que, si descartamos que no tenga gases, ni regalito en el pañal y que esté cómodo en todos los sentidos, si sigue llorando, seguramente sea por:
- Hambre (o también necesidad de succión simplemente).
- Cansancio (a veces les cuesta dormirse).
- Hiperestimulación (lo que ha hecho durante el día puede que para un bebé sean demasiados estímulos e información y se saturan).
- Necesidad de contacto físico y emocional, atención, aburrimiento (esta es nueva ahora que empieza a interaccionar).
- Malestar o enfermedad (algo que, a parte de algunos gases y poco más, no nos ha pasado, por suerte).
Lo ideal, es que no llegue a llorar, poder ver, entender y solventar sus demandas antes de que lo exprese con llanto. Por la expresión que tiene, como se comporta, o por el tiempo que hace desde la última toma o lo que lleva despierto, ya podemos saber que le pasa la mayoría de veces e intentar que no tenga que pedirlo. Ofrecer el pecho cuando empieza a ponerse nervioso es tarde, así que es mejor prevenir que curar.
Parecen pocas cosas a tener en cuenta, y realmente, tienen necesidades muy básicas comparadas con nosotros. Pero a veces, simplemente, estaba bien (o eso creía) y estalla… y no entiendes qué se te ha pasado por alto.O a veces, se acumula la faena: resulta que además de tener hambre, se ha hecho pipí, tiene una caquita que no sale y le está molestando cuando además, tiene sueño y necesita mimos para relajarse ante tantos problemas… Aquí es cuando hay que orgarnizarse e ir solucionando o descartando motivos, por eso, lo mejor de dar teta, es que es el comodín que ataja la mayoría de problemas de un bebé.
Si los primeros puntos, que son más concretos, están bien, entonces, amamantar normalmente, sirve para solventar el resto. Obviamente, si tiene hambre sirve, pero también le ayuda a relajarse y dormir, es una manera de ofrecer contacto físico, atención, interacción… y cuando se encuentran mal por alguna razón, también les calma, ayudándoles a sobrellevarlo. ¡La teta es mágica!
Normalmente, el dilema en nuestro caso es el sueño, lo demás puede solucionarlo la teta, pero a veces, tiene que dormirlo su padre, y claro, no tiene tetas… Y hay otras maneras de calmarle, a Biel por ejemplo, le ayuda a dormir el movimiento: andar, mecerme, botar en la pelota de pilates… le gustan también las caricias en la cara y la espalda, o simplemente, estar muy pegadito a mi, tocarme y sentirme cerquita. Hablar suave, taparle un poco la carita con la mano, dejarle succionar un dedo, hacer shhh flojito…. o ponerle boca abajo en brazos también le va bien si está irritable por no poder dormir. Pero, también es importante saber que no le va bien, claro. Lo que peor va es que quien le tiene en brazos no esté relajad@, eso está claro, por eso no hay que insistir si un@ no está bien, mejor un cambio de manos, o respirar hondo si estás sol@. Tampoco son aconsejables los ruidos, la luz directa, demasiados estímulos visuales, las prisas por dormirlo, o el contacto visual: si le miras a los ojos, no se dormirá.
Y vosotr@s, que soluciones tenéis para calmar a vuestros bebés?
Tienen vuestr@s hij@s más problemas existenciales que los que he citado?
Si te ha gustado lo que has leído, no dudes en compartir, comentar, darle a me gusta y seguir mi blog! Gracias por leerme 🙂
Abrazos mamíferos ❤