8 semanas

Ocho semanas, 56 días, 1344 horas, 80640 minutos, 4838400 segundos…

Resumiendo: casi dos meses desde que naciste….

No me puedo creer que llevemos todo este tiempo juntos, aquí fuera.

Eso que tanto soñamos, tener un hijo entre nosotros, es real, estás aquí!

Ocho semanas atrás, estando de parto, todavía no las tenía todas conmigo de tenerte entre mis brazos… Tenía tanto miedo de que algo se torciese, hasta el último momento sufrí por ti, y sigo haciéndolo, eso ya es para toda la vida. Cuando te pusieron sobre mi, tan delicado y a la vez tan lleno de energía, no lo podía creer… Ese sentimiento de irrealidad me acompañó mucho tiempo después, era como estar esperando a que de un momento a otro fuese a despertar.

13023319_10209026863219886_1444890936_n

Tanto te esperamos, ha sido un camino largo y empedrado hasta que nos hemos conocido. Ha valido la pena lo bueno y lo malo para llegar hasta ti. Gracias por elegirnos como padres, por quedarte con nosotros y llenar de luz nuestra vida.

Fuiste muy fuerte, lo eres. Aguantaste un parto muy largo, y llegaste a este mundo aún con un montón de energía para berrear y patear. Buscando un lugar seguro, mi-nuestro cuerpo, lo único que conocías, y dónde encontraste en seguida alimento y consuelo. En cuanto te pegaste a tu teta, porque ya no es mía sino tuya, encontraste tu hogar, la calma, la seguridad que necesitas para ir creciendo y ganando terreno fuera de mi. A tu ritmo nos iremos despegando, sin prisa, para que nunca te falte la seguridad cuando seas mayor.

Tu primer día de vida…

 

Somos tan afortunados… eres un bebé sano, alegre, fuerte, bonito, gracioso… Que va a decir tu madre de ti, si te veo perfecto! Tienes enamorada a toda la familia, amigos y hasta los desconocidos se paran a comentar lo bonito que eres! Cada mueca y cada ruidito nos enterncen. Nos haces reír a cada rato, llenando la casa de alegría, dándonos un subidón de energía por muy cansados que estemos.

Hijo mío, que feliz nos haces! Ser padres es duro, pero cuidarte, es lo mejor que he hecho en mi vida. No lo cambiaría por nada del mundo, no puedo despegarme de ti bebé! Si me ofreciesen el mayor tesoro del mundo a cambio de separarme de ti un solo día, no sería capaz, moriría de pena!

Me encanta dormir contigo, sentir tu cuerpecito tan necesitado de amor, tu suave respiración en mi pecho, tus manitas cogiéndome para que no me separe… Y despertarme contigo, entumecida de haberme quedado dormida cual contorsionista para no molestarte… pero feliz. Al ver lo risueño que estás y como haces monerías cuando acabas de tomar tu tetita, se que ya es hora de levantarse y reírnos un rato juntos. Tu marcas el ritmo, yo te sigo, y aunque a veces sea agotador, me encanta ser tu madre.

Me has enseñado tanto en tan poco… y cuánto me queda por aprender! Ojalá sepa darte lo mejor de mi, espero aprender mucho y ser mejor persona para darte un buen ejemplo. Daría mi vida por ti, todo, a cambio de que sepas encontrar la felicidad en esta vida y que tengas buena salud para disfrutarla. Soy capaz de mucho más de lo que pensaba, puedo sacar fuerzas de dónde no quedaban por ti, para que no te falte nada.

Quiero que sepas que estaré siempre que me necesites, pase lo que pase, cuenta conmigo. Decidí traerte a este mundo, y por ello, me siento felizmente responsable de ti, de por vida. Espero celebrar muchos cumplemeses y cumpleaños, compartir tus alegrías y apoyarte en tus penas.

Biel, nuestro bebé, mi niño, futuro hombrecito… te quiero ❤

 

 

Si te ha gustado lo que has leído, no dudes en compartir, comentar, darle a me gusta y seguir mi blog! Gracias por leerme 🙂

Abrazos mamíferos ❤

El primer mes de Biel

El día 24 de marzo Biel cumplió un mes, increíble, ¡un mes!!

Hemos adaptado nuestra vida a sus rutinas y también a los imprevistos. El tiempo es oro, y hay que aprovechar cada momento de calma y cada sueñecito del peque para hacer en minutos un montón de cosas. Me maravillo de como tiro adelante a pesar de las pocas horas de sueño, el hambre, estar siempre disponible y pendiente de él hasta cuando duermo. Las hormonas me ayudan, pero sobre todo, ver su carita me recarga las pilas 😀

IMG_20160224_085914.jpg

Sus primeros minutos de vida

Un mes…

…durmiendo pegadita a ti, para que entiendas que puedes confiar, que ahí estoy si me necesitas, para que nunca te sientas solo o desprotegido.

…siendo mi pecho tu alimento, tu consuelo, la calma y la seguridad que necesitas.

…aprendiendo contigo la ardua tarea que es empezar a vivir, acompañándote en cada dificultad, y disfrutando cada logro.

…siendo lo primero y lo último que veo cada día.

…de plena felicidad por tenerte en nuestras vidas, regalándonos risas con tus muecas, enamorándonos con tus gestos y llenando de ternura nuestro hogar.

…siendo el centro de todo, protagonizando nuestra vida, dejando la nuestra propia a un lado para que tu, nos marques el ritmo.

…de trasnochar, comer a deshoras, y dejar a un lado todo lo que no sea indispensable, priorizando por tu bienestar.

…siendo más tuya que mía, estando felizmente disponible para lo que necesites en todo momento.

…practicando lo que tanto he soñado, ejercer de madre, darte lo mejor de mi.

Biel, eres el motor de nuestra vida… ❤

IMG_20160309_133809

Biel co 15 días de vida

En este tiempo nos hemos conocido, los primeros días todo es nuevo, no entendíamos del todo tu lenguaje, tus necesidades, tus preferencias… Día a día te comprendemos mejor, y también tu sabes que siempre estamos cuando nos necesitas, y te sientes seguro si nos tienes cerca. He escrito algunas de tus peculiaridades para poder recordarlas cuando tu etapa de bebé recién nacido quede lejos, seguro que será bonito recodarlas 🙂

  • Estornudas mucho, y cada vez que lo haces, después dic es: oh! con una voz muy dulce.
  • Por las mañanas sueles estar muy risueño, cuando te hablo o me ves sonríes, y también lo haces si te acaricio la cara o la espalda, y después de regurgitar (te debes quedar a gusto xD).
  • Frunces mucho el ceño como tu padre y levantas las cejas, al hacerlo, te salen unas arruguitas en la frente muy graciosas.
  • Tienes hipo al menos 3 veces al día, eso ya te pasaba cuando estabas en mi barriga.
  • Cuando duermes rebufas de placer y haces muchos ruiditos, te retuerces, te estiras y casi siempre pones un brazo o mano en tu mejilla… y te espatarras bien ancho como tu padre!
  • Te gusta tener las piernas cruzadas, una sobre la otra.
  • Cuando duermes te sobresaltas y estiras los brazos como si te fueses a caer, también te sirve para comprobar que seguimos cerca.
  • Siempre te agarras a lo que puedas: pelo, ropa, e incluso a ti mismo si no encuentras otra cosa. Eres un monete!!
  • Cuando acabas de mamar y te quedas satisfecho: te sueltas, haces una pedorreta con la boca, y echas para atrás la cabeza para volver a acomodarte sobre mi pecho a modo de cojín.
  • Te encanta el movimiento, junto con el pecho, es lo que más te relaja y te ayuda a dormir.
  • En el coche te duermes en segundos.
  • Eres muy caluroso, el agua del baño no te gusta si está demasiado caliente.
  • No te molesta la música alta para dormir, pero la luz del sol si.
  • Te puedes pasar largos ratos estirado viendo lo que hay a tu alrededor muy entretenido, o mirando al infinito muy concentrado.
  • Te gusta dormir boca abajo encima nuestro, y por la noche te giras tu solo.
  • Cuando estás profundamente dormido podemos moverte, hacer ruido, incluso cambiarte de ropa sin que te enteres.
  • Si tienes hambre lloras extremadamente agudo.
  • Te tiras unos pedetes enormes!!
  • Mueves los deditos de los pies hacia todos los lados continuamente.
  • Tienes las manos y los pies grandes, y los tobillos muy finitos como tu padre.
  • Te relajan muchísimo las caricias en la espalda y desde la cabeza hasta la punta de la nariz.
  • Cuando lloras estiras las piernas, te pones rígido, te arañas la cara y te tiras de las orejas.
  • Tienes mucha fuerza y levantas la cabeza mucho rato desde que naciste.
  • A veces, cierras tan fuerte los puños o aprietas los brazos y piernas tanto que se te ponen morados.
  • En vez de chuparte un dedo, te metes todo el puño en la boca.
  • Naciste con las uñas de las manos muy largas y te crecen rapidísimo, las de los pies no.
  • Si te despiertas y no nos sientes a tu lado no tardas en llorar.
  • Sacas la lengua continuamente, es muy graciosa la cara que pones.

 

Feliz cumplemes hijo, te queremos ❤

12939458_10207477554070663_1947615824_n

6 semanas, riendo después de regurgitar 

 

Si te ha gustado lo que has leído, no dudes en compartir, comentar, darle a me gusta y seguir mi blog! Gracias por leerme 🙂

Abrazos mamíferos ❤

 

 

¡Ha nacido un minimamífero!!

Estoy desaparecida por la mejor razón del mundo:

Biel nació el miércoles 24 a las 3:50 de la madrugada 🙂

Está sanísimo, y nosotros felices, y agradecidos a la vida por darnos este regalazo. Gracias a tod@s los que nos habéis felicitado, poco a poco voy sacando algo de tiempo para leer y contestar vuestros mensajes y comentarios, y espero poder colgar alguna foto y post, pero ahora el primero es el peque!

Este minimamífero nos tiene enamorados ❤

 

Si te ha gustado lo que has leído, no dudes en compartir, comentar, darle a me gusta y seguir mi blog! Gracias por leerme 🙂

Abrazos mamíferos ❤

50 cosas que me hacen sonreír

Leí una entrada que me pareció muy positiva, me generó muy buen rollo, ya que me hizo sonreír a cada frase que leía. Es de Alma de mami (gracias por la inspiración) y me pareció tan sincera, sencilla y entrañable… Que me he animado a hacer mi propia lista, y además la he ilustrado un poco con imágenes felices 🙂

Espero que os guste, y os animéis a hacer también una, por placer, y porque ayuda a visualizar cuántas cosas simples nos hacen felices. Realmente, con un detalle muy simple, te puede cambiar el humor, el día, la perspectiva… si lo sabes valorar.

1/ Estando embarazada, notar las pataditas de mi hijo.

Sonriendo por haber encontrado un bicho

Sonriendo por haber encontrado un bicho

2/ Despertarme con Mamífero, o mejor aún, que me despierte él con amor.

3/ Recordar a nuestro hijo Aritz.

4/ Un niñ@ jugando, explorando, aprendiendo, disfrutando… siendo niñ@.

5/ Imaginar que tenemos a nuestro hijo con nosotros.

6/  Encontrar animales, insectos o tesoros de la naturaleza.

7/ Cuando Mamífero me dedica una mirada, mimo, beso, abrazo…

8/ El olor a lluvia, a hierba mojada.

Maru tomando el sol

Maru tomando el sol

9/ Los días fríos delante de la chimenea.

10/ Ver a nuestros gatos jugar, siendo felices, su ronroneo…

11/ Una cama con las sábanas recién cambiadas.

12/ Ver a alguien disfrutar, ser feliz.

13/ Dejar notas o sorpresas a alguien  e imaginar su cara cuando lo encuentre.

Maru pegadita a mi

Maru pegadita a mi

14/ Despertar con un/@ gat@ pegad@ a mi.

15/ Una mujer empoderada pariendo, mamífera.

16/ El olor a comida cocinándose cuando tengo hambre.

17/ Ver a una pareja en un momento de ternura y complicidad.

420644_10200960324561461_1768342591_n

Mamífero frunciendo el ceño ❤

19/ Cuando Mamífero frunce el ceño.

20/ Ver fotografías que me traen buenos recuerdos.

21/ Volver a casa después de haber estado fuera, aunque sean sólo horas.

22/ Cocinar para alguien a quien quiero.

23/ Tener la casa limpia y ordenada.

24/ Cuando las cosas salen bien y da tiempo a todo.

25/ Ver a Mamífero concentrado en un proyecto musical o inmerso en alguna de sus pasiones.

26/ Saber que alguien le ha pasado algo bueno.

Cielo desde nuestra antigua casa

Cielo desde nuestra antigua casa

27/ Un cielo bonito, en cualquiera de sus estados, noche, día, lluvia, sol…

28/ Hacer pan, su olor…

29/ Las sonrisas.

30/ La ropa limpia.

31/ Escribir o leer cosas bonitas.

32/ Los «bebés» de todas las especies y sus atentas mamás.

33/ Las fresas con chocolate negro.

34/ La gente es amable educada y respetuosa.

35/ Los padres que disfrutan con sus hijos.

36/ Cuando alguien piensa en mi y me lo hace saber.

1150810_10201635968052126_737537329_n

Antònia durmiendo en una espardenya

37/ Soñar despierta.

38/ El silencio de la montaña, la naturaleza y su no-silencio (el murmullo de un río, insectos volando…).

39/  Hacer listas, y si son como esta, mejor 😀

40/ Los ancianos y sus peculiaridades.

41/ Que mis gatos llamen mi atención.

42/ Nuestro erizo Pintxo cuando hace cualquier cosa, es adorable.

43/ Cuando nuestra tortuga Antònia quiere mordernos los pies, y cuando la encontramos durmiendo dentro de un zapato o en un sitio inesperado.

44/ Saber que mis seres queridos están bien.

Amanecer con este paisaje

Amanecer con este paisaje

45/ Ponerme unos calcetines calentitos cuando tengo frío en los pies.

46/ Los pingüinos.

47/ Despertar por la mañana y ver que ha nevado.

48/ Planear algo que tengo ganas de hacer.

49/ Sentir que he sido productiva o he hecho algo útil.

50/ Estirarme en la cama al final de un día duro.

Al final, se me han quedado cosas en el tintero, lo que es genial, porque significa que es ilimitado el número de cosas que me hacen feliz, así que a lo mejor hago más otro día!

Que buena terapia, escribir esta lista me ha hecho sonreír 🙂

 

Si te ha gustado lo que has leído, no dudes en compartir, comentar, darle a me gusta y seguir mi blog! Gracias por leerme 🙂

Abrazos mamíferos ❤

149087_1631633984387_49066_n

El padre de mis hijos :)

Hoy, que es su cumpleaños, le quiero dedicar una entrada-regalo al padre de mis hijos, Mamífero, porque sin él, no sé dónde estaría.

Además de ser un compañero leal, y de tenerme enamorada hasta las trancas, ha sido el mejor apoyo durante éstos duros años. No me imagino superar lo que hemos pasado sin él, o con otra persona, no puedo. Cuando se sufre tanto, las parejas pueden romperse o salir reforzadas, y en nuestro caso, por suerte, ha sido lo segundo. El camino de la infertilidad al principio nos hizo mella, no éramos padres, pero sufríamos por ello, y cada uno lo vivíamos a nuestra manera. Sin embargo, los abortos, mis altibajos emocionales, y lamentablemente, perder a un hijo, nos ha unido más que nunca.

Al principio de buscar los embarazos, una se cuestiona, quizá demasiado, si lo hará bien, si puede confiar en su pareja en cualquier situación, si la maternidad nos afectará… Todo se valora desde otra perspectiva, y yo dudé de mi, y de él, de nosotros como pareja, como padres… Por inseguridad, porqué no sabes cómo las personas reaccionan en una situación nueva y estresante, y te pones en lo peor, por si acaso.

Hoy día, que todavía no he vivido una maternidad convencional, no tengo dudas de que lo sabremos hacer, y de que vamos hacia dónde tenemos que ir. Claro que será difícil, y puede generar muchos baches tener un hijo, pero creo, que habiendo superado tanto, nosotros podremos con todo. Desde que quedé embarazada hasta que mi hijo nos dejó, me he sentido más amada y protegida por él que nunca, y a su vez, ha crecido mi amor por él.  Al ver cómo estuvo a mi lado, y cómo él me necesitaba al suyo, todos los miedos y dudas sobre si lo superaríamos, se esfumaron. Él es el mejor compañero que puedo haber encontrado, y es con quién quiero seguir formando una familia.

Hace tanto que hablamos de tener hijos, de cómo nos gustaría educarles, de lo felices que nos hará cualquier momento que compartamos y cuánto lo vamos a disfrutar… Tanto lo deseamos, que creo que tanto él como yo, si nos dijesen que podemos hacer realidad un deseo, sólo uno, sería tener hijos. Crear unos seres especiales, con algo de cada uno, y aprovechar cada instante juntos. Ahora somos otros, ya nunca veremos la maternidad igual, ésa inocencia se perdió. Pero gracias a eso, se han reforzado nuestras ganas de seguir formando una familia, y le damos muchísimo más valor a cada día que la vida nos acerca a esa meta.

Lo que he vivido a su lado, bueno y malo, lo que estamos viviendo, y lo que vendrá; ha sido mucho mejor transitarlo con él. Sin duda, si tenemos que volver a pasar por momentos duros, que espero que no, a él es a quien quiero tener más cerca. Y lo que venga bueno, obviamente, también lo quiero vivir con él a mi lado. Quiero compartir con él cada sonrisa y cada lágrima, lo que él sienta, es parte de mí, indivisible.

Hace unos meses, después de ver un programa de parejas que se casaban a lo loco, sin conocerse, me preguntó si de estar en ése programa, hubiésemos funcionado como pareja. Estuvimos un buen rato hablando, sobre como empezamos, lo que nos atrajo el uno del otro, lo que nos costó más de aceptar… Y llegamos a la conclusión de que si, que nos sentimos atraídos desde el primer momento. Fue muy bonito hablarlo y recordar tantas cosas de cuando empezamos a conocernos. Esa misma noche, escribí en mi libreta, una lista de las cosas que me gustaron de él cuando empecé a conocerle, y otra lista, todavía más larga, de lo que años después, he ido descubriendo que me ha enamorado todavía más de él.

391190_4207381513928_709451914_nAsí que voy a tratar de resumirla… De entrada, dejando a un lado lo físico y detalles más íntimos, lo que vi de su personalidad que me atrajo, fue:

Aunque tiene grandes aptitudes, rebosa humildad y sencillez. Se cuestiona mucho a sí mismo, intenta dar lo mejor, tanto, que parece inseguro; pero no lo es, es perfeccionista, y no da un paso adelante si no es con total seguridad.  Es totalmente trasparente, dice las cosas como las siente, y nunca pretende ser lo que no es, es un ser auténtico, no tiene doble cara. Es buena persona, nunca quiere herir a nadie, si algo no le gusta, simplemente va a su rollo. Es muy cómodo estar con él, no crea tensiones, no busca conflictos, los silencios nunca han sido incómodos a su lado, desprende confianza. Dedica mucho tiempo, energía y a sus pasiones, es creativo, y tiene una gran capacidad para conseguir lo que quiere cuando se lo propone. Tiene un sentido del humor muy peculiar, bastante crudo, y nos reímos mucho juntos. En el trabajo es serio, maduro, muy responsable y organizado. Tiene una gran capacidad física y mental para afrontar situaciones extremas laboralmente. Hemos trabajado juntos muchos años, y me encanta, es muy buen compañero. Coincidimos en muchos gustos, aficiones, ideologia, estilo de vida… Es sencillo, austero, es muy feliz con poco y valora lo que tiene. Ama la naturaleza y los animales. No es hombre de palabras, pero cuando habla es claro y contundente. Mientras tanto, con sus miradas, gestos, sonrisas, abrazos, su actitud, y su presencia, lo dice todo. Siendo como es, solitario, y reservado, es para mi un honor ser su compañera, compartir tanto tiempo, espacio y confidencias.

Y con el paso tiempo he valorado…

El brillo en la mirada que tiene cuando piensa en sus hijos, el amor infinito que les tiene, y la ilusión por ser padre junto a mi. Es responsable, implicado, respetuoso, con las ideas claras, sincero, atento, íntegro, comprensivo, capaz de dar lo que sea por su familia… Nada me hace más feliz que verle sonreír cuando nos imaginamos que haremos tal, o cual cosa, cuando tengamos un bebé, cuando crezca… Se que va a exprimir cada irrepetible segundo de la vida de sus hijos, es y será un buen padre. Cuando me explica que ha visto al hij@ de algún amig@, y que se le cae la baba de lo bonitos que están, veo un potencial enorme para amar a sus hijos, para hacerles sentir los niñ@s más especiales.

Comparto con él el tipo de crianza que queremos darles, con respeto y apego seguro. Es importante saber que tiene éstos principios tan claros y que coincidimos, ya que podrían ser un gran punto de inflexión.  Así que puedo confiar al cien por cien que cuando mis hij@s actúen como niños, tendrán a su lado un padre que en vez de reprimirlos, les dará las herramientas necesarias para aprender, sin obedecer por miedo, sin coacciones ni premios.388602_2511006008138_1375509932_n

En los momentos malos, me transmite paz, siempre le encontraré cuando le necesite. Sabe hacerme ver el lado positivo, me da seguridad. Me ha cuidado mucho durante los embarazos, y entre ellos, ha estado muy atento a mis emociones. No se descuida de preguntarme como estoy, como lo llevo… Se ha implicado mucho en compartir y llevar juntos la búsqueda de los embarazos, estando atento a mis ciclos… no me he sentido sola. Ha estado pacientemente viéndome apagada, y estándolo él también, pero no se ha desesperado por ello. Ha entendido muy bien cuáles eran mis necesidades para sobrellevarlo, como me he sentido, y ha respetado mis tiempos. A su vez, él ha sido capaz de llorar conmigo cuando lo necesitaba, de romperse y no tapar su pena intentado ser fuerte. Ha sido muy sincero y abierto en cuánto a como se sentía, le he sentido cerca. Hemos compartido nuestros miedos, nuestros deseos y nuestras expectativas abiertamente. 

Me ha hecho sentir muy bien cuando más vulnerable me sentía, diciéndome que estaba orgulloso de mi, de lo fuerte que he sido. Después de verme en los peores momentos, de vivir las situaciones más desagradables, me ha hecho saber que me encontraba bonita, atractiva, que me quiere en lo bueno y en lo malo. Cuando me siento mal por no haberle podido dar un hijo, por no estar trabajando ni aportar nada, me recuerda que estar embarazada o buscando un bebé es un trabajo digno, que él lo valora.

Me ha ayudado mucho que empatizase conmigo en cuánto a como viví el parto, postparto… Ha demostrado una gran sensibilidad con mis vivencias como mujer. Poderlo hablar con libertad, dar nuestros puntos de vista, aceptarlo y sanarlo juntos. Me dio mucha fuerza luchar con él por las huellas de nuestro hijo, sentir que él necesitaba tanto como yo un recuerdo. Quizá, si lo hubiésemos sentido diferente hubiese generado dolor, pero por suerte, los dos le queremos tener presente.

No ha perdido las ganas de seguir luchando, y me encanta que nunca haya dudado en seguir adelante, es valiente. Ha tenido que afrontar él solo muchas cosas, al volver al trabajo, todos le preguntaban por mí, y para él ha sido duro dar la cara y responder por los dos. Ha aguantado mucho, volviendo a un trabajo dónde no se siente demasiado a gusto, con la presión de ser el sustento único económico.

Me ha facilitado que me recuperase física y emocionalmente para el embarazo. Gracias a su apoyo, he podido centrarme mucho en mi recuperación, tener que «salir al mundo» estando tan rota y que el tiempo me apremiase a estar bien antes de tiempo. He podido hacer mi duelo sin ésa presión, y éso me ha ayudado a avanzar bastante rápido. Sin su ayuda, ahora no estaría tan centrada, y mi embarazo estaría siendo mucho más estresante.  Le estoy infinitamente agradecida por ser tan paciente y respetuoso.

Cada día es más maduro, más atento en que todo esté en orden y no recaiga en mi toda la responsabilidad. Tuvimos unos años bastante malos, pero ahora apenas discutimos. Hemos aprendido de nuestros errores, estando centrados en qué puede desatar un conflicto. En este último año tan duro, le agradezco la comprensión y la calma que ha aportado en este sentido.

Él me completa en muchos aspectos, por eso se que tiene la capacidad para equilibrar lo que yo desequilibre con mis carencias. De él aprendo mucho, es sabio y tranquilo. Cuando le miro, veo en sus ojos todo lo que hemos vivido, cuánto me ha apoyado…  y por mucho que me haya enfadado en un momento concreto, se me pasa, porque nada es tan importante como saber que tengo al mejor de los hombres a mi lado. Con él puedo reírme, llorar, hablar de lo más íntimo, y dejarme ir en plena confianza. Sabe lo que me duele, lo que me hace feliz, cuáles son mis miedos, mis ilusiones… Me siento segura y protegida a su lado.

Me encanta como compañero de vida, de casa, de familia… aunque a veces me enfade porque deja algo por medio, como todo el mundo, incluida yo misma, me siento muy cómoda con él. Nunca me ha molestado su presencia, todo lo contrario, es muy respetuoso, nada invasivo. Somos muy caseros, disfrutamos estando en nuestro hogar. Disfrutamos con nuestro espacio propio, y también compartimos ratos de juegos de mesa, conversaciones, música…

Tenemos la costumbre de ducharnos juntos, es un momento que me encanta, así como el rato de explicarnos el día cuando llega de trabajar, o las mañanas de cariñitos y café en la cama los días de fiesta. Durante muchos años hemos trabajado juntos y convivido, son muchas horas juntos, pero nunca me he cansado de estar con él. De hecho, pocos días o noches hemos pasado separados desde que empezamos, y cuando lo hemos estado, le he echado mucho de menos.

Y seguiría la infinita lista, pero ya lo haré en privado… Espero que no le avergüence que haya hablado tanto de él…

El 24 de noviembre, hará 8 años que estamos juntos, los 5 últimos conviviendo. Hemos tenido muchos altibajos,épocas muy duras, pero hemos ido superando etapas, aprendiendo, y ahora, es cuando mejor estamos.

Soy muy feliz a su lado, y espero seguir sumando año tras año experiencias con él.

148808_1631627744231_1659445_n

T’estimo més que mai

Per molts anys, feliços i que els passem junts, si vols 😉

 

 

 

 

Si te ha gustado lo que has leído, no dudes en compartir, comentar, darle a me gusta y seguir mi blog! Gracias por leerme 🙂

Abrazos mamíferos ❤

Embarazo de Aritz: la parte positiva

El embarazo de Aritz, aunque tuvo momentos muy complicados, fue feliz, muy feliz. Llegó a alegrarnos la vida, después de dos años buscando, con abortos, con problemas de salud y muchos disgutos, y ya a las puertas de ir a inseminación artificial. Fueron 6 meses de felicidad infinita, siempre le estaremos agradecidos de que nos eligiese como padres.

Como ya os conté en la entrada: Las pruebas de infertilidad y los milagros que ocurren , estábamos bastante seguros de haber acertado el día de su concepción, la madrugada del 6 de Junio de 2014. El primer síntoma que me hizo sospechar estar embarazada, fue que me encontraba muy bien. Normalmente, una semana antes de que llegase mi período me pesaba todo, estaba muy sensible, con dolor y malestar general. Mis reglas eran muy duras, empezaban molestando una semana antes, y se extendían a una semana de sangrado muy abundante y doloroso, en total, medio mes hecha polvo.

Pero esa vez, estaba como una rosa, así que los días 12 y 13 por la mañana me hice los test de embarazo. Dieron un positivo muy suave, difícil de ver, pero era real, no nos lo creíamos… Esperé hasta el día 17 para repetir el test, confirmar que la línea se marcaba con más fuerza y acabar de creerlo. Ese día nos emocionamos y nos llenamos de felicidad, nos lo empezábamos a creer. Fuimos a comer para celebrarlo, en secreto, tan secreto que no tenemos ni fotos. Igualmente, por si acaso, esperamos al día 25, repetimos test, y reconfirmándolo, nos atrevimos ya a llamar a la familia y dar la noticia. Todos se alegraron muchísimo, llevábamos muy mala racha en muchos aspectos, y dar una noticia así fue un respiro, parecía que empezaba una buena etapa.

Estaba embarazada, por fin, y evolucionaba favorablemente, así que inocente de mí, pensaba que habíamos superado lo más difícil. Todo me era nuevo, y maravilloso, cada síntoma, cada semana… Aunque era mi primer embarazo, nunca tuve miedo excesivo, confiaba en mi cuerpo, en nosotros. El parto no me angustiaba, ya que llevaba años informándome, estaba (y estoy) convencida de que lo podía afrontar, incluso disfrutarlo. Todo lo que teníamos que hacer era empezar a contar las semanas que faltaban para que llegase nuestro mayor deseo.

Era verano, y estábamos viviendo en una casita, en plena montaña, con un jardín estupendo. Recuerdo con mucho cariño que cada mañana salíamos a desayunar y tomar el sol, mi pareja, los gatos, el camaleón y la tortuga. Poníamos unos altavoces con música, y allí nos pasábamos la mañana hasta que llegaba la hora de comer.

Desayunando en el jardín

Desayunando en el jardín

1546276_10204956171975149_7517708242767736296_n

Con mi gato Flip y la perrita del vecino en el jardín

Con mi gato Flip y la perrita del vecino en el jardín

Todo iba estupendo, lo único que me encontraron fue infección de orina ya a las 5 semanas, con lo que tuve que tomar antibiótico. A partir de ahí, empecé a tener candidiasis, que no se me iba por más cremas, pastillas y óvulos que me recetaron. Las tuve molestando todo el embarazo, y es que, a ningún médico se le ocurrió recomendarme tomar probióticos y una dieta prebiótica. Después de parir, los tomé y cuidé la alimentación, y se han ido, sin tomar nada más.

El primer trimestre, exceptuando los vómitos, fue muy bonito y tranquilo. Me hicieron una ecografía a las 6 semanas, para confirmar que había anidado bien. Le vimos, y escuchamos su corazón por primera vez, que emocionante… Recuerdo que mi pareja quería, desde ese día, tatuarse las ondas de su corazón latiendo, los del primer día. Después, llegó la ecografia de las 12 semanas, a la que pudo acompañarnos mi madre que se emocionó también mucho. Ese día, mi pareja puso la grabadora del móvil para tener el sonido de su corazón, y en alguna otra visita con la comadrona, también lo grabó.

Primera ecografia, a las 6 semanas

Primera ecografia, a las 6 semanas, con el latido de su corazón debajo

Estaba muy delgada, empecé el embarazo en 42kg, y en el primer trimestre, aunque vomitaba mucho, gané casi 5 kg. Tenía muchísimo hambre, cada dos horas comía, y por las noches, me despertaba con hambre y tenía que reponer combustible. Mi cuerpo me lo pedía, necesitaba reservas. Así que en seis meses de embarazo, engordé 12kg, que me vinieron muy bien. En toda mi vida no había conseguido subir de peso, así que estaba (estoy) muy contenta con mi nuevo cuerpo. La barriga en seguida se me empezó a notar, al ser tan poca cosa, sólo se me veía barriga. Hicimos fotografías cada semana para ver su evolución, queríamos tener muchos recuerdos del embarazo.

Un bonito día en la playa

Un bonito día en la playa

Me compré un libro sobre la evolución del embarazo muy detallado, día a día. Disfrutaba mucho leyendo cada semana su evolución, qué se había formado, el tamaño que tenía, y mirando las ilustraciones que me hacían visualizarlo. Empecé a leerme un libro de Carlos González, (Comer, Amar, Mamar), que lo tenía pendiente de años atrás, pero nunca me atrevía a leer, ya que no estaba convencida de poder tener un hijo. También empecé un diario en el que quería ir explicándole a mi hijo como era su embarazo, para regalárselo cuando fuese mayor. El diario no pude escribirlo más que las primeras semanas, ya que, primero con los vómitos y el cansancio del primer trimestre, lo fui dejando, y más adelante, empezaron los problemas.

No nos iban las cosas muy bien en el aspecto económico, pero toda la familia hizo lo posible para ayudarnos y empezar a pensar en lo que nos haría falta. Mi tía, empezó a tejer ropita preciosa, mi madre empezó a comprar cositas, la madre de mi pareja también nos regaló ropa y un juego completo de ropa de cuna. ¡Hasta nos llegaron regalos de amigas de mi madre! La hermana mayor de mi pareja, además de regalarnos unas bambas, consiguió de sus amigas un montón de bolsas de ropa de 0 a 9 meses, una bañera, sillita para el coche, zapatos, un carrito, parque de juegos… Vamos, que no tuvimos que comprar nada, estaba casi todo preparado. Solamente nos dimos el capricho de comprarle un gorrito y unas manoplas muy bonitas.

A las 16 semanas, antes de irme a dormir, estirada boca arriba en la cama, noté a mi hijo por primera vez. Eran unas burbujitas muy leves, en un principio pensé que era otra cosa. Pero me di cuenta que si ponía la mano en mi tripa, él me contestaba, y siempre lo sentía por la noche. Le dije a mi pareja que creía que lo había sentido, pero que no estaba segura porqué era muy pronto, y cada noche fui comprobando que el patrón se repetía. Se lo comenté a mi madre, y a mi prima, y las dos me dijeron que, esa sensación que tuve, era mi hijo con toda seguridad. Y lo era, cada día fue notándose más claro y fuerte ese burbujeo, hasta que a las 19 semanas, ya eran movimientos inconfundibles.

Tomando el sol en el río

Tomando el sol en el río

De los movimientos de Aritz en mi barriga tengo recuerdos muy bonitos, estábamos muy conectados. Una tarde, estaba tumbada en el sofá, con mi gato Flip pegado a la barriga, y Aritz le dio una patada tan fuerte que se despertó, me miró indignado, y se fue. Nos reímos mucho. Las dos gatas (Maru y Joy), estaban muy cariñosas, siempre encima de mí, sobre todo Maru, que era la «bebé» de la casa con meses entonces. Se dormía encima de mi cabeza por las noches, y como buena mamífera, intentaba siempre estar en contacto físico conmigo (su mamá adoptiva). Otro día, poco antes del parto, me llené la bañera, pues ya estaba con contracciones y quise ver si me aliviaba el agua caliente (se lo comenté a mi comadrona y me dijo que, ningún problema, pero ahora pienso que no debería haberlo hecho). Aritz estaba juguetón, era un bebé con mucha energía, y se movía tan fuerte, que generaba ondas de agua en la bañera. Aunque estaba con mucho dolor, me hizo reír mucho.

Hasta en los peores momentos, disfrutamos del embrazo, no dejó de hacerme sonreír sentirle tan vivo dentro de mí. En la siguiente entrada, os contaré los recuerdos más oscuros del embarazo de Aritz. Sin duda, los que prevalecen en mi mente son los que os he contado aquí, los bonitos.

 

Si te ha gustado lo que has leído, no dudes en compartir, comentar, darle a me gusta y seguir mi blog! Gracias por leerme 🙂

Abrazos mamíferos ❤