Esta semana ha tocado ir de peregrinación médica. Tenía el control mensual con mi ginecólogo, en el que nos han dado los resultados de los análisis del segundo trimestre y el o’sullivan. Como de costumbre también, peso, tensión, medición de la altura uterina y escuchar unos segundos el corazón de Biel (a que poco me saben…).
Las analíticas han salido correctas, urinocultivo negativo (bien!), el azúcar normal (104), y sigo siendo negativa al toxoplasma. Lo único fuera de lo normal, es que tengo la hemoglobina baja (10), por lo que el hematocrito lo tengo a 31 y la ferritina a 7!! (los valores de referencia son 15-150). Algo que me esperaba (es mi punto débil) porque me canso bastante, y me dan unos ataques de sueño de día… Así que toca suplementar con hierro un par de meses para llegar con unas buenas reservas al día del parto.
Una muestra gráfica del aplatanamiento que tengo, así me he quedado al llegar a casa, estirada con Joy, justo antes de una larga siesta:
Siempre que he tenido anemia, y sabiendo lo mal que me sienta el hierro, tomo Floradix (se encuentra en herbolarios y farmacias en formatos de 250 o 500ml). Es un tipo de hierro que al ser orgánico no me sienta mal para nada, además incluye un montón de vitaminas y plantas medicinales que lo hacen muy completo. Es una especie de jarabe que se toma antes del desayuno y media hora antes de la cena, y su sabor es bastante agradable para ser hierro. La única pega es que es bastante más caro, pero dados los buenos resultados que siempre me da, merece la pena.
Se lo he comentado a mi ginecólogo, y no sabía de que le hablaba, me ha dicho: ¿natural?! ¿y eso funciona?, y le he dicho que claro que si, que es el que mejor me sienta. Ha insistido en recetarme uno que «sienta muy bien» por si acaso, y que tomase el que quisiera. Por suerte que la enfermera si lo conocía y ha corroborado que Floradix es totalmente diferente al hierro convencional, y que si me sienta mal, el que me recetaban, por más digerible que fuese, no tiene comparación.
Mi ginecólogo podría haber aprovechado para «reciclarse» y saber de qué hablábamos… Para poderle dar la opción a las que como a mi, el hierro nos sienta fatal, y ahorrarles el sufrimiento, que en un embarazo un dolor de barriga o ir estreñida es bastante molesto… Hay que ver como se empeñan en recetar aunque les digas que no lo tomarás…
Así que tal como hemos salido de la consulta hemos ido a por el jarabe, y a hacer una compra con alimentos ricos en hierro y vitamina C para absorberlo bien. Yo lo de la alimentación me lo tomo muy en serio, que sino las anemias me pueden.
Por lo demás en la consulta, he cogido un quilo de peso, la altura del útero es correcta (25 cms), el corazón de Biel es imparable, y mi tensión normal. También me ha dicho que para las «treintaipico» semanas dejaré de tomar Adiro para evitar hemorragias mayores en el parto.
Y ya nos hemos despedido hasta el año que viene. En lo que queda de año, solamente me queda ya la visita con la comadrona a finales de diciembre. Así que descansamos de médicos que este mes ha estado cargadito.
Esta semana también, me han hecho la ecografia para controlar las medidas el cuello del útero, que salieron correctas. Y de paso, ver la placenta, que sigue posterior y baja, el líquido (correcto), y las medidas y peso de Biel, que está creciendo perfectamente. Ya pesa 864 gramos (percentil 50), por lo que ha doblado su peso en este último mes, y cada semana lo siento patear más y más fuerte 😀
No pudimos verle en la ecografia… da penita, ya que estábamos, pero son así de «majetes». Van a destajo y a hacer lo que tienen que hacer, sin plantearse la ilusión que tenemos los padres por verles 😦
La anécdota del día de la ecografia, fue que Biel está en podálica, a lo que mi ginecólogo comentó que «ya veremos si tiene que ser cesárea». Mamífero y yo nos miramos con cara de: pero que dice este hombre!! Y le dije que era muy pronto para pensar en eso, que todavía queda mucho. Me dijo que claro, que se podía colocar «bien», pero que ya veríamos…
Es muy triste que estén anclados en protocolos obsoletos, peor, es una injusticia. No saben dar alternativas, o no quieren, ante una presentación de nalgas, con las que hay… Ni siquiera contemplan la posibilidad de un parto así, y de entrada, ya desconfían que el bebé se gire por si solo (yo me giré la noche antes del parto, así que confío plenamente en mi hijo). No dan esperanzas a la mamá, ni soluciones, y nos asustan innecesariamente.
Menos mal que soy consciente de que eso no es determinante y no me lo tomo en serio, pero si no lo llego a ser, me tocaría pasarme el resto del embarazo sufriendo por si es cesárea. Por esta y mil razones mas, pienso: ¡huye de ese hospital!! ¡¡No voy a parir ahí ni harta de vino!!!
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Abrazos mamíferos ❤