Huellas de recuerdo

Hace tiempo que tenía pendiente este post para explicaros el recuerdo tan bonito que tenemos de Biel por si queréis hacerlo con vuestros bebés 😉

Mi cuñada (gràcies B.!) nos regaló un kit con un marco doble, uno con una foto de los tres, y en el otro, van las huellas. En principio, está pensado para poner solamente un pie o una mano, pero no podíamos decidirnos por uno u otro, queríamos inmortalizar ambos, y si, se puede!

En el paquete viene una pasta ya preparada, es como una plastelina blanca, que se amasa un poco, se aplana, y ya puedes poner el pie o manita de tu bebé. Hay que presionar un poquito, y lo bueno es que si no sale bien, puedes volverlo a intentar cuántas veces lo necesitéis. Hay suficiente pasta para hacer la huella de la mano y del pie, cuando haces una, se recorta el sobrante, se vuelve a amasar,  y se usa para la otra. Luego, se deja secar 24 horas por la parte superior, y al día siguiente, se le da la vuelta, y se deja un par de días que acabe de secar.

Es un regalo muy recomendable para hacerle a unos futuros padres, un poco caro eso si, pero vale la pena. Si no queréis gastar ese dineral y hacerlo, se puede hacer DIY con yeso, pasta de manualidades, barro…  e incluso con una masa de sal y harina horneada. A lo mejor el marco con un grosor adecuado es lo más caro o difícil de conseguir, pero si os lo proponéis, podéis curarros uno a mano también 😉

Nosotros lo hicimos cuando tenía dos meses, se puede hacer desde el nacimiento, pero nos lo regalaron cuando ya tenía un mes, y nos pajareamos en hacerlo un mes más… Queda muy bonito, el marco queda de pie en cualquier superficie, y las huellas quedan perfectas, con los surcos de manos y pies bien marcados. Es muy entrañable tener la huella a mano e ir comparando como crece. Así nos quedaron:

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Es uno de los regalos que más ilusión me hizo, ya que quería sacarle las huellas en pintura, y tener las suyas y las de su hermano Aritz colgadas en casa…pero fue misión imposible… Biel cierra las manos, las mueve… Lo intenté hacer para el día del padre (con ayuda de éste y todo!) pero no hubo manera. En una cartulina, con colorantes alimentarios, hicimos primero la huella del padre, encima la mía, y arriba del todo debía ir la de Biel. Pero hicimos varias pruebas y quedaron esos borrones azules… En mi cabeza quedaba muy bonito, pero al final nada XD ya lo haremos más adelante cuando entienda y ponga de su parte.

Así quedó el primer regalo de Biel para su padre:

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Abrazos mamíferos ❤

Sobre mi parto…

Se que muchos estáis esperando que escriba mi parto, Mamífero es el primero que me lo recuerda a menudo 😉

Si,tengo que hacerlo, quiero hacerlo. Fue el día más bonito de mi vida y merece una entrada, por lo menos. Lo que pasa es que tengo que dedicarle mucho tiempo y energía recabando datos, traduciendo tantas emociones a palabra escrita… Sacando de mi subconsciente desde los pequeños detalles, hasta lo más importante y significativo que se me ha olvidado. ¿Cómo puede ser? He olvidado detalles importantísimos de un día tan esperado!!!

Será que no estaba en plena consciencia, que eso para mi no pasó. Lo viví con tal intensidad que mi cerebro no pudo participar. Mamífero dice que cuando me preguntaban si quería cambiar de postura o algo, yo siempre decía: no se. Y no lo recuerdo, pero, claro, no sabía, no pensaba. Estaba en un trance similar al de la meditación en el que la mente va en piloto automático. La cabeza estaba lejos, yo era puro cuerpo.

Un parto sin epidural se vive desde otro plano, visceral, con la cabeza ida. Ese «planeta parto» del que tanto se habla, existe, y lo que pasa ahí, ahí se queda. No importa el dolor, no es tan grave.  No importan las horas, el tiempo es relativo. No importa si lloras o gritas, no eres consciente. No importan las caras de quienes te atienden, no las recuerdas. No importa si estabas atenta a lo que pasaba, estabas dónde debías, conectada con tu cuerpo y tu bebé.

Del parto de Aritz tengo grabados a fuego cada segundo, cada detalle, recuerdo el lugar al milímetro, cada contracción… Todavía puedo revivir el dolor emocional y físico, tal cual lo sentí entonces. Vivir algo tan duro genera un estrés postraumático que hace que los flashbacks y la ansiedad al recordarlo voluntariamente o no, te acompañen siempre. En cambio, del nacimiento tan feliz y respetado de su hermano puedo escribirlo en apenas un par de líneas.

Si le doy vueltas, recuerdo momentos, y puedo hilvanar los hechos para darle un sentido a mis divagaciones. Tengo que hacerlo con tiempo, calma, y ayuda de Mamífero. Él estuvo presente en todo momento, y puede recordar más cosas. A veces, hablando, le pregunto como fue tal cosa, o me da detalles e información que yo no sabía. Es extraño que otro recuerde mejor tu parto que tu misma! Por eso quiero escribirlo algún día, a todo lujo de detalles, para no acabar de olvidar esas horas tan mágicas 🙂

A líneas generales puedo deciros que:

  • El olor de un recién nacido, de TU cachorro es indescriptible y embriagador.
  • Cuando nace tu hijo no te crees lo que está pasando, es como si, de golpe, cayeses del planeta parto a la Tierra.
  • Fue un parto respetadísimo, me trataron con mucho cariño y profesionalidad aún en los momentos más críticos.
  • La dilatación fue maravillosa, agradable, íntima, fácil y bastante rápida… me sentí como en casa.
  • Mi hijo es un campeón, aguantó un expulsivo de 5 horas sin ningún tipo de sufrimiento, y una salida muy dura para él.
  • El dolor no fue insoportable, en serio, no le tengáis miedo. Recuerdo mucho más doloroso el parto de Aritz, simplemente, porque estaba aterrorizada.
  • Lo peor fueron el calor y la sed, es lo que más me desconcentraba y fue muy agobiante.
  • El agotamiento se disipa en el momento en que tienes a tu bebé en el pecho, es impresionante como el subidón hormonal ayuda en la recuperación.
  • Algo que todos me preguntan: Si, repetiría un parto natural sin epidural, sin duda. En ningún momento pensé en pedirla, no sentí que no pudiese con ello.

Comparto con vosotros una foto de la dilatación, estando de unos 7 centímetros. Ese rato lo recuerdo muy bien, y con mucho cariño. Con la luz ténue, y Mamífero (que no aparece porque estaba haciendo la foto) sentado detrás de mi. Solos los dos, hablando, riendo, comiendo, bebiendo… e imaginando que en pocas horas tendíamos a Biel e brazos. Estoy sentada en la pelota, colgada del fular (que bien me fue ese combo), y comiendo anacardos entre contracciones 🙂

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Quiero también, dejar constancia en el Hospital de Olot de lo bien tratada que me sentí, y felicitarles por la gran labor que hacen para adecuarse a las necesidades de las familias en los nacimientos. Fue clave la buena actitud de la matrona, que creyó en mi cada momento, animándome, acompañando, sin intervenir, respetando mi voluntad y explicándome amorosamente cada paso a dar. Me hicieron sentir muy capaz, fuerte, y adulta. Algo que por desgracia, no pasa en todos los nacimientos, en los que se ningunea e infantiliza a la mujer, dejándola en el plano de la niña que no sabe parir.

Pedí una hoja de aclamaciones el día que me dieron el alta, pero todavía no he podido rellenarla….  Intenté recordar los nombres de las mujeres que nos acompañaron en el nacimiento de Biel para mencionarlas, pero no los he podido retener 😛

Cambiar de hospital y escoger ese fue lo mejor que pude hacer, y repetiré,  en un próximo parto. El personal tanto de paritorio, como de la planta de maternidad son excelentes, están bien actualizados en cuanto a cuidados en el nacimiento y postparto, y la lactancia. Ojalá todos los centros y personal evolucionen en esta línea, que la violencia obstétrica termine, que nadie más tenga que sufrir la mala praxis y faltas de respeto en momentos tan delicados.

Espero tener tiempo pronto para compartir con vosotros el nacimiento de Biel, que fue muy emocionante y intenso. Con mi empoderamiento, mis falquezas, y el final más feliz.

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Abrazos mamíferos❤

Diada de Petits amb Llum 2015

Hoy, en Barcelona, la Asociación Petits amb Llum, junto con las familias, han celebrado una diada en memoria de nuestros hij@s en el Parque jardins de les infantes. Con suelta de globos, manifiesto, inflables para los niños, bar, mesa de información…

Seguro que ha sido muy bonito y emotivo poder compartir el recuerdo de nuestros hijos con todas esas familias a la vez. Nosotros no hemos podido ir, a ninguna de las concentraciones, por distancia y porque mi pareja trabaja. Pero me hubiese encantado poder participar.

Una chica, majísima, que administra el grupo de apoyo en facebook Grup de Dol gestacional i neonatal Catalunya, y que gestiona la página Maternidad Arcoiris, ha hecho posible que participemos en la diada sin estar presentes. Me mandó un mensaje preguntándome si quería que hiciese una estrellita de recuerdo para nuestro hijo Aritz, y así poder soltarla con otras en uno de los globos. Con ese cariño, de mamá arcoiris hacia otra semejante, se acordó de nosotros, y nos ofreció este bonito gesto.

Éstas han sido algunas de las fotos que me ha mandado y quiero compartir con vosotr@s:

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Nos ha hecho muy felices saber que ha habido un lugar en ese homenaje para nuestro hijo, te estamos infinitamente agradecidos ❤ Ha sido muy atenta y cariñosa, ofreciéndonos apoyo, preguntando como llevo el embarazo, y enviándome muy buena energia.

Su pareja, me contactó hace unas semanas, para ofrecernos unas sesiones de hipnoparto, para que afrontemos el embarazo y parto con más calma. Me pareció un detallazo, y estoy deseando poder conocerle y hacerlas. De momento no hemos podido ir por trabajo y distancia también, pero lo tenemos muy presente para cuando mi pareja esté más tranquilo laboralmente. Os comparto su página por si os interesa contactar con él, creo que es un valioso recurso, además de ser una gran persona:

http://www.coachingpersonalbarcelona.com/es/noticias-detalle/Sesiones-gratuitas-de-HipnoParto-para-mamas-que-esperan-Arco-Iris/

Gràcies a tots dos!!! Espero que no us molesti que parli de vosaltres per aquí 😉

Petons i abraçades multicolors ❤

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¡¡Vuela alto hijo!!

 

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Abrazos mamíferos ❤

Por qué escribo sobre duelo, muerte perinatal e infertilidad.

Quiero hablar de la maternidad en un amplio espectro, y eso incluye, ser padres en duelo (la infertilidad también requiere un proceso de duelo). Cuando una familia pierde un hijo o la posibilidad de engendrarlo, la razón tiene pocos argumentos y consejos que sirvan para transitar ése duelo. Más allá de nuestra cultura occidental en la que la muerte (sobre todo de si es de un bebé) y el sufrimiento son un tabú, hay una emoción ancestral que compartimos con los demás mamíferos. Hablaré mucho de nuestra condición de mamíferos, de la parte más instintiva, para indagar en nuestro comportamiento más «animal», ya que al fin y al cabo somos animales-mamíferos de especie humana.

Ése dolor, ésa pena, enfadarse, recordar… no son piedras en el camino, no nos hacen volver atrás, sino que nos ayudan a avanzar y gestionar la pérdida. Ésas pulsiones que nos invaden por más racionales que seamos, tienen que recobrar su lugar y la importancia que merecen. No me refiero a anclarse en el dolor, sino a dejarlo salir, darle espacio, y poderlo expresar. Si dolemos es porque amamos, incluso a los hijos que no hemos podido concebir los amamos antes de que existan físicamente. Por eso es sano permitirnos sentir libremente y durante el tiempo que necesitemos.

No son temas agradables, quizá sería más fácil o entretenido para mi y para quien me lea, ir a parar a un blog con un toque más humorístico, ameno y alegre. Pero hay de todo en éste mundo, y las pérdidas perinatales existen, así como el duelo y la infertilidad, y con ello, la necesidad tanto de leer como de escribir sobre ello. Y éstas son las principales razones por las que he decidido hablar ello:

  • Mi necesidad: Cada persona tiene una manera que le funciona para «dejar ir», la mía siempre ha sido escribir, aunque siempre lo hacía para mi. Normalmente gestiono mis conflictos personales poniendo mis ideas en orden en un texto, reflexionando, y según que casos, hablando con un amig@ en confianza. Pero en el momento en que decidí formar una familia y las cosas se torcieron tanto, he ido acumulando vivencias que pesan demasiado si me las quedo para mí. Las he ido escribiendo conforme han pasado o tiempo después, y me ha aliviado muchísimo soltarlo. Por ejemplo, voy a ir compartiendo el macro-relato de el parto de mi hijo Aritz por partes, y veréis que es muy extenso y con muchos detalles. No sé si puede ser interesante, pesado de leer o sin sentido para los demás, pero yo quiero compartirlo. Ése día marcó un antes y un después en mi vida. Pasé los primeros meses reviviendo día y noche detalles dolorosos, todavía de vez en cuando tengo pesadillas y recuerdos que asaltan mi mente involuntariamente. Hasta que decidí empezar a escribir todo lo que recordaba. Tardé más de un mes en acabar de ponerle palabras a ésas horas, y fue un proceso doloroso pero sanador. A medida que fui expresándolo, dejé de revivirlo tan a menudo. Necesitaba inconscientemente recordarme ciertas cosas, para que no me olvidase que hacen daño y han marcado mi vida. Al haberle prestado la atención que merecían, la intensidad, y el tiempo de gestión, he conseguido poder recordar más a menudo y mejor los detalles bonitos como la cara de mi hijo.
  • Ayudar a quién esté pasando por lo mismo: No a todo el mundo le va bien sumergirse en ésto, pero hay muchas familias que sí lo necesitan. He encontrado muchos grupos y foros de ayuda dónde la gente acudía tanto para expresar cómo para leer y sentirse menos solos en éstas situaciones. A mi misma me ayudaron muchísimo los relatos de otr@s, porque te sientes identificada, y puedes encontrar en los demás puntos de vista y maneras distintas de gestionarlo que te pueden ayudar. Además, cuando te ves en éstas situaciones buscas muchas respuestas, información… Puedes necesitar saber exáctamente cosas como: que pasa durante y después de sufrir un aborto, a que te enfrentas cuando te diagnostican infertilidad, qué derechos tienes cuando tu hijo fallece… Si mis experiencias pueden servirle a alguien, aunque sea una sola persona, me doy por satisfecha.
  • Visibilizar e informar: Si cuento experiencias tan íntimas no es porque me guste airearlas, es porqué falta mucha información y quiero poner mi granito de arena. Éstos temas no son tratados abiertamente y por eso, tenemos pocos recursos para hablar de ellos. Siempre se repite el consejo que no es aplicable: pasa página, relájate, no te hundas, tienes que superarlo… No se aborda el tema en su profundidad, muchas veces porque no se sabe como manejarlo, y las demás porque no queremos que nuestros allegados sufran, y les queremos dar ánimos. Pero es que, los duelos se transitan, no se superan, se convive con ello. Y no son finitos, no llega el día en que dices: ¡ya está!. Y día a día no hay un espacio para el proceso, para recordar, poner sobre la mesa e ir dándole forma a todo lo que sentimos. No hay un intercambio natural de información como lo hay en otros procesos de la vida. Se tiende a evitar temas dolorosos por no remover al que los vive, por no saber que decir, o porque a uno mismo le incomodan. Pero estaría bien poder hablar con naturalidad, y preguntar al doliente si le apetece, si lo necesita o está cómodo hablando de ello en ese momento. Necesitamos visibilizarlo, dar información, que haya cierta «cultura» emocional para poder abordarlo. Cuando alguien está en un proceso de éste tipo, se reciben muchas opinones y consejos, pero poca información relevante, por éso quiero tratar éstos temas. Además, nunca se sabe que puedes encontrarte en el camino, y creo que está bien tener conocimientos y saber de antemano ciertas cosas que nunca te habías planteado.
Memorial del niño no nacido, de Martin Hudáček

Memorial del niño no nacido, de Martin Hudáček

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