Semanas 18 a la 20: veranito intenso!!

Biel ya ha cumplido las 20 semanas, un embarazo y medio con nosotros!! De momento lleva menos tiempo fuera que dentro, pero el tiempo vuela…

Está adorable, que voy a decir yo… es un niño muy activo, risueño y divertido. Estas últimas semanas está muy a tope, en todos los sentidos. No duerme tanto durante el día, juega muchísimo, y también llora bastante, sobre todo por la noche. Sigo echándole la culpa a los dientes, porque necesita morder mucho, y lo hace con ansia… Se le ven surcos blancos en la encía (sobre todo en la inferior), pero no acaban de despuntar. ¿Cuanto tardarán en salir? Contadme vuestras experiencias, porque nosotros llevamos más de un mes esperando verlos y no veo que avance demasiado.

Se pasa el día mordiéndose sus propios dedos también por las molestias con los dientes. Cuando está al pecho, intenta meter los dedos a la vez que mama! Y le ha dado por agarrarme tan fuerte que me hace moratones… Menos mal que me han regalado un collar de lactancia y porteo precioso de Mitetestyle! Le va muy bien para mordisquear, pero también para entretenerse tocándolo (y no arañarme ni retorcerme el pecho, o arrancarme el pelo…) y centrarse a lo que tiene que estar.

Algo que me encanta, como os he ido contando, son los arranques de ternura que tiene… Estos momentos son impagables… ❤ _<3

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Para la inflamación le damos mordedores tanto frío como del tiempo, el collar de lactancia, sus muñecos, telas, nuestros dedos… y cuando rabia mucho, un trozo de mi leche congelada, que parece que le alivia bastante. Cuando llega la noche se pone peor, pero en general, pasa el día irritable y necesita estar haciendo cosas constantemente, supongo que para desviar la atención del dolor.

Hace un par de días, que estoy experimentando con la falsa hamaquita (en realidad es una sillita grupo 0 que no usamos) a ver si logro distraerlo. Ésta se reclina completamente, así que no fuerza la posición sentado, y ya la habíamos intentado «introducir» para dejarlo algún momento, pero no la toleraba en absoluto (igual que el carrito). Como en el coche, que va bien mientras estamos en marcha, pero en cuanto paramos, odia estar atado, es un espíritu libre… Ojo! siempre tened en cuenta que el grupo 0 no debe usarse por períodos superiores a 90-120 minutos, ni en casa, ni en el coche, ni como silla de paseo 😉

Bueno, pues me he dado cuenta de que si le dejo y me ve, llora, sin embargo, si no me ve, se puede estar unos minutos ahí. Entonces, se me ocurrió ponerle de espaldas a mi, en el comedor, delante de la puerta del balcón abierta, para que viese la calle. Y le gusta! Se queda tranquilo mirando el cielo y la calle, tomando un poco el sol en los pies, sintiendo la brisa, los pajarillos… Le dejo su abejita colgando del asa por si quiere jugar, y me  pongo a hacer cosas, o a comer… y vaya invento! Hoy hasta se ha echado una cabezadita!!

Eso si, la probé para ducharme para no tener que montar el percal que os conté el otro día, y fue un drama… que horror estar duchándome y él llorando a gritos 😦

Salí de la ducha, le calmé, y a los 5 minutos probé a volver a dejarle mientras me vestía, esta vez delante del balcón de la habitación… bingo! Lo que le gusta es estar en la calle 😀 Me va genial para dejarle un rato y de mientras comer o hacer algo en casa, pero para ducharme… Aunque le dejo con el arnés atado, no me quedo tranquila dejándolo e irme a duchar sin verle… y eso que está a un par de metros y le oigo si llora. No se, ¿exagero demasiado?

Jugando se lo pasa muy bien, pero aguanta ratos cortos haciendo la misma cosa, así que voy un poco de culo 😛 También es porque es muy bruto e insistente, y se empeña en hacer cosas que todavía son difíciles para él, y se cansa mucho. Así que vamos capeando como podemos sus frustraciones, que son parte importante de su desarrollo también.

Como veis, es puro nervio!!

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Como los juguetes que tiene ya están muy vistos y necesita experiencias nuevas, le voy dando objetos para que experimente: tuppers de cocina, tapas, bolsas, moldes de silicona, papel de horno, botellas de plástico, objetos de madera… Le gustan las cosas nuevas, y si hacen ruido mejor, puede estar un buen rato simplemente agitando una bolsa de plástico (lo se, en todas pone que no deben darse a los niños, pero lo hago siempre bajo mi supervisión).

Está muy interesado por la comida, se fija en lo que nos llevamos a la boca y alarga la mano. De hecho, ya le ha robado hojas de lechuga a su padre en varias ocasiones, es un peligro! Con mi no-café de la mañana anda loco por pillarlo. Llora, le dejo tocar el vaso, y luego que lo chupe por fuera (necesita conocer con la boca)…pero el quiere chupar por arriba, dónde yo bebo… tonto no es. Le dejo hacerlo por una parte limpia y con sumo cuidado, pero no le vale… sigue frustrado porque lo que quiere probar es el líquido que hay dentro. Tengo muchas ganas de que reúna las condiciones para empezar la alimentación complementaria! Haremos BLW, y seguro que se lo pasa bomba experimentando ^_^

Bueno, de hecho, ya ha tenido un primer contacto con los sólidos… Es que, cuando salimos de paseo y nos sentamos, le dejamos que explore. Le encanta tocar, arrancar hierba, mirar todas las cosas nuevas que hay en ese suelo distinto al de casa. Y claro, lo que hace inmediatamente después de experimentar con él, es llevarse a la boca todo lo que pilla…

No me preocupa, la verdad, es bueno para formar su sistema inmune estar en contacto con gérmenes (en su justa medida), pero intento que no trague cosas todavía, más que nada porque todavía no tiene madurez para gestionarlo. Así que cuando se lleva la mano llena a la boca, le saco todo lo más que puedo, sin apartarle la mano para no generarle frustración, que pruebe lo justo, evitando que coma quilos de tierra y hojas… Así que después de esos coqueteos gastronómicos con la naturaleza, pasa unos días haciendo caca con hierbajos ^_^

Durante estas semanas hemos descubierto algunos juegos que le hacen reír a carcajadas: los sustos, taparle y destaparle la cara, cuando tengo hipo, y susurrarle cosas al oído… Eso y todo lo que implique acercarte a él, hacer ruidos, caras, o poner voces muy agudas. Y por supuesto, volar por los aires!

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El otro día su padre inventó un parque-tipi de juegos nuevo poniéndole la manta de juegos sobre el gimnasio de muñecos colganderos, y le gusto muchísimo! Cuando no sepa que hacer para entretenerle le llamaré para que me de ideas que cuando tenemos el día tontuno, se me colapsa el procesador y me quedo en blanco…

Aquí tenéis su ocurrencia:

En plena acción:

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Aunque ya se levanta con los brazos completamente estirados, para desplazarse lo hace como los soldados, hincando los antebrazos. Y al hacerlo en las mantas de juegos se encalla… y se frustra. Y en el suelo, va dejando un reguero de babas cual caracolillo y como tenemos un parqué muy liso, resbala… así que no puede avanzar y se cabrea también… Además, como se sale de las mantas (que están en plan decorativo), en el suelo, al hacer la croqueta demasiado alegremente para pasar de boca abajo a boca arriba, se da en la cabeza. No se hace daño, pero el susto del coco se lo lleva, y llora desconsoladamente…

No le gusta nada darse el golpetazo, así que veo que muchas veces sale de la manta con miedito, y cuando se cansa llora para que le rescate porque no quiere darse la vuelta. Si cuando está así le pongo la manta a un lado, se tira encima a descansar, sabe que es blandita y no teme hacerlo ahí. También ha perfeccionado el movimiento para no darse fuerte, girando el tronco lentamente, y después la cabeza, pero a veces se desequilibra, o se deja llevar por la emoción del juego y se lleva el golpe.

Creo que es un proceso más que debe aprender, pero le veo muy frustrado por no poder moverse bien y tener que estar pendiente de los cabezazos siendo tan pequeñito… En principio no queríamos usar alfombras ni nada porque hacemos movimiento libre, y creo que es básico que sienta la textura, dureza y el contacto con el suelo tal como es. Pero le veo tan limitado que al final hemos encargado una alfombra grandota a ver como le va… es finita porque no interesa que sea demasiado mullida para no entorpecer su percepción, pero tengo esperanzas de que allí se desplace mejor y no le asuste tanto rodar por el suelo. A ver como nos va con ella! 🙂

Ya os he ido contando que flipa con los gatos, les persigue, pilla todos los pelos que puede… Aquí está croqueteando para alcanzar a Maru que huye de él >:o

 

El otro día, Joy estaba encima del mueble del comedor, y él sollozaba estirándole el brazo (estuvo así 10 minutos). Cuando vio que esa técnica no servía para acercarla, empezó a cantarle: aaah, oooh, uuuh… La gata, decidió cambiar de lugar, Biel la siguió, y se partía el culo viéndola saltar a la mesa. Entonces, empezó a reír y hacerle monerías a la gata para que se acercase como hace con nosotros… es amor! ❤

 

A sus muñecos también les sonríe y les hace monerías. Con un búho que cuelga de su parque, se pone boca abajo mirándole de frente y se ríe con él. Lo hace por la parte de la cara, no por detrás, sabe perfectamente que eso es un rostro, y como es normal orientarlo para mirarse con él.

Este ha sido el resumen de estas últimas semanas, muy intensas 🙂

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Abrazos mamíferos ❤

 

17 semanas: cumple 4 meses!!

Tengo el blog un poco olvidado porque entre el calor-cansancio, y que he tenido visitas estas semanas, no doy mas de si. Aprovechando que Biel se me acaba de dormir solito (no se cuánto durará, suelen ser 10-20minutos como mucho de calma…) abrazado a un cojín con el que estaba jugando, intentaré contaros como fue su semana 17 de vida extrauterina.

Cumplió los 4 meses el pasado 24 de junio, que mayor!!

Y yo también me hago mayor, porque me salió mi primera cana, yeah! Para mi es motivo de alegría porque siempre me han gustando mucho las cabelleras grises, pero estoy muy lejos de conseguir tener una todavía… La semana pasada la descubrí en el cepillo, pobrecita, ya no está conmigo… Con el orgullo con el que la llevaría, si la hubiese descubierto antes! Era laaarga y blanquita, más lustrosa ella!

Biel, como os he ido contando en entradas anteriores, está hecho un destroyer, y esto irá a peor, me temo… Pero me encanta!! Tiene mucho carácter, es fuerte, obstinado e indomable, tiene mucha personalidad. Muy al margen de todo, muy él, como su padre, y muy punki como su madre.

 

Es muy brutote cuando juega, se da golpes con los puños en la tripa cuando está emocionado, tan fuerte, que a veces tose o regurgita. Culebrea, repta, descubre mundo, y se frustra muchísimo también cuando trata de alcanzar algo y no lo consigue. Yo opto por observar, e intervenir lo mínimo, para que sus logros le llenen más.

Con los espejos, ya os conté que se sonríe a si mismo y a mi desde hace bastantes semanas, y ahora hemos empezado a hacer otros juegos. Con la mochila en la espalda, le saludo de perfil para que se gire, para después girarme y hacerlo por el otro lado. El primer día lo hicimos así, yo le llamaba y él se giraba. Pero ahora ya se sabe el cuento y cuando me giro, gira él también la cabeza porque sabe que apareceré al otro lado… que listo mi monete!!

Algo nuevo que descubrió durante la semana 17, fue a él mismo reflejado en el espejo de la mantita de juegos. Ya se tenía visto en el espejo del baño, el del pasillo cuando nos ponemos la mochila, en el ascensor… pero siempre yendo en brazos. Pero ahora se ha visto él solito y se pasa buenos ratos examinándose a si mismo bien de cerca 🙂

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Durante esta semana, le ha dado por chasquear la boca, se pasa el día haciendo ruiditos. Mete el labio inferior y lo chasquea, hace ruidos con la lengua… Y pone una cara muy graciosa, parece un viejete. Si le haces tu el ruido, él lo repite y se parte de risa.

También se ha enamoró de un elefante de peluche, muy suave, que compré hace muchos años pensando: cuando tenga un bebé, será para él/ella. Siempre le lanzaba los brazos para que se lo enseñásemos porque lo teníamos en el mueble del comedor (en casa en vez de figuritas de lladró tenemos peluches y frikadas adornando…), se lo lavé, y ahora es uno de sus mejores amigos junto con el gatito del ikea, el cerdito, el búho… la jirafa punki y el tigre (otros dos peluches míos que le he cedido). Aquí le tenéis con sus colegas animales-peluche (y su inseparble toalla-recogebabas-vomitador):

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Algo que es genial, es que ha empezado a alargar algo las tomas nocturnas, yupiyeah! Después de las noches de mil despertares cada pocos minutos, hemos avanzado para bien, una crisis del sueño de los 4 meses de manual. Todas las crisis tienen su final feliz, y aunque se pase mal, después, las actualizaciones madurativas son una gozada…No os creáis, 3 horas y media es lo máximo que llega a dormir del tirón, pero para el ritmazo que llevábamos es mucho descanso. Acostumbran a ser las primeras de la noche, luego ya, empieza a despertarse cada hora, hora y media como de costumbre. Así que solamente aprovecho una de esas fases largas, porque soy demasiado trasnochadora y  me voy a dormir más tarde que él, pero noto bastante el cambio. Se agradece hijo!! 😉

También tiene momentos muy tiernos, le gustan tanto la caña como los cariñitos. Como os conté, ya  lanza los brazos (se pasa el día estirando los brazos hacia lo que/quien quiere) o rueda hacia mi, y muero de amor. Además, cuando está al pecho o en brazos (sobre todo si le estoy consolando por algo o tiene sueño), me toca la cara, la acaricia suave, o me coge mientras me mira con mucha ternura. Es como si me dijese: quédate cerquita mami ❤

Estas semanas han venido los yayos canarios (mi padre y su mujer que todavía no le conocían), junto con su otra yaya, mi madre. Siempre que tenemos visitas en casa, él lo da todo, está a tope, riendo, jugando… hasta que se agota. Cuando hay jaleo y cambian las rutinas, le cuesta dormir durante el día, hace las tomas caóticas porque se distrae escuchando las voces, e incluso, deja de hacer caca… Pasa de hacer 3-5 cacas a hacer una solamente 😦

Se lo ha pasado muy bien con los yayos, porque él es feliz estando de mano en mano, pero acaba cansadísimo y no se como hacerlo para que descanse mejor cuando hay gente en casa. He probado yendo los dos a la habitación, pero me tengo que quedar con él todas la siestas o se despierta… Lo único que funciona es la mochila, pero si estamos dentro de casa y no hay movimiento se acaba despertando demasiado pronto. Lo único infalible es salir de paseo, pero con el calorazo, depende de a que horas, un paseo de 2-3 horas para que descanse suficiente no es muy apetecible…

Por cierto, un aplauso para mi madre, que se ha convertido en una yaya canguro y eso que ella tiene sus achaques, que no son pocos, y no puede estar cargando peso de pie. Aún así, me ayuda muchísimo siempre que viene, y el otro día , mientras yo comía, se colgó a Biel en la Buzzi, y en un par de minutos cayó rendido! Tan a gusto se quedó, que mi madre pudo sentarse en el sofá y reposar también. Cuando se despertó, se quedó mirándola extrañado con cara de: tu no eres quien me portea normalmente, pero he dormido tan bien!

Foto demostrando que las abuelas porteadoras son molonas:

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Últimamente le cuesta mucho coger el sueño profundamente durante el día, a veces se despierta a los 5 minutos de haberse dormido con una energía y ganas de jugar… Pero claro, a la media hora ya se vuelve a cansar y pasamos unos días más tontunos… Si no consigue hacer la siesta buena de 2 o 3 horas por la tarde (a media mañana suele hacer una corta), entonces tiene que hacer muchas cortas a lo largo del día. En ese caso poco margen tengo para hacer algo porque a cada poco necesita que le de teta para dormirse. Me salva el culo el porteo, pero entonces no puedo parar, porque si me siento, se despierta, y me paso el día cargada y haciendo cosas en casa.

Lo dicho: 20 minutos de sueñecito ha echado. Suficiente para teclear un rato 😉

Foto de uno de los momentos-milagro en que se quedó dormido solo, agotado de jugar:

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No os perdáis la entrada de las 18 semanas que saldrá en breve, que promete… una pista: va de pediasaurios y falsos mitos de la lactancia. A este paso, y como pienso lactar no interrumpidamente (es decir, hasta que uno de los dos lo decida), tendré material suficiente como para escribir un librotocho.

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Abrazos mamíferos ❤

 

 

 

 

 

 

 

16 semanas: bebé inquieto

Voy con bastante retraso en las entradas, así que os hablaré de la semana 16, aunque ya hace casi un par de semanas que las cumplió…

Mi monete está hecho un peligro reptante, no se le puede quitar ojo de encima ni un segundo! Es un nervio, muy activo e inquieto, quiere hacer  muchas cosas, y se frustra con facilidad porque no llega a tanto siendo tan pequeñito. Se sale de la cama, de los parques (si, tenemos un par de mantas de juegos de segunda mano y un edredón… fui aumentando el espacio acolchado, pero se le queda pequeño igualmente!), se da la vuelta y croquetea hacia los abismos, culebrea estando en brazos, hace flexiones, coge todo lo que alcanza y lo chupa hasta dejarlo como si hubiesen pasado hordas de caracoles por encima…

La felicidad le rebosa tanto que grita como un loki cuando juega, cuando está contento, cuando nos ve, cuando coge algo, cuando le hago cosquillas. Las cosquillas y pedorretas son otro gran hit del momento. Las pide abriendo los brazos tal que así:

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Con los ojos de par en par, como de costumbre, con esta cara de loker:

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Y cuando te abalanzas sobre él, para pedorrearle o hacerle cosquillas, te lo agradece con gritos destroza tímpanos. Son tan agudos, que no se si tengo un hijo humano o un cetáceo! Cuando te acercas, aprovecha el descuido para agarrarse a tu pelo y no lo soltará hasta que le des algo a cambio (listo es).

Momento pedorreting arranca pelos:

Y acompaña el momento poniendo la guinda de ternura con unas carcajadas que hacen que le suba el azúcar y la oxitocina a cualquiera, aunque seas anti-niños, te reto a aguantar esas risotadas sin sonreír 😉

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Momentazo haciéndole monerías a su yaya de la ciudad ❤

El parque muñecos colgantes sigue molando, pero cada vez menos. Ahora lo usa más estando boca abajo, prefiere tocar los dibujitos y texturas de la manta de juegos y salir rodando hacia cualquier lugar por explorar. Le siguen encantando las telas de colores, con preferencia por los estampados, las telas suaves (como su adorada manta lila de polar) y los colores vivos (tiene una toalla naranja con la que grita de alegría cuando le envuelvo tras el baño).

Mira los colores de bien cerca, toca y disfruta con los diferentes sonidos y texturas de cada cosa, hasta se entretiene contando las vetas del parquet… Sigue comunicándose con la técnica de abalanzarse hacia el lugar u objeto que desea alcanzar para que le llevemos a él, o bien, alarga un brazo señalándonos lo que quiere. Y la ha actualizado para usar los brazos, alargándolos para cambiar de manos. Cuando quiere teta y lo lleva su padre, me pone caruna y estira los brazos… muy tierno!!

Su juguete preferido, desde siempre, sigue siendo un gatito sonajero de Ikea, de tela. Lo adora, le hace grititos de alegría cuando lo encuentra, y le encanta chuparlo hasta que queda empapado como una esponja de baño. Tenemos otro en el coche para amenizar el viaje, y es muy útil tenerlo por si le da un parraque (que pocos le dan, el coche le encanta, y cuando los tiene, es con motivo). Los gatos de verdad, los de casa, ya le llaman mucho la atención, los toca, les habla, les sigue con la mirada… y llora si no puede alcanzarlos.

Como tiene mucha soltura boca abajo, ha decidido que las tomas mañaneras las hace así. Con brazos y la cabeza bien tiesos, haciendo alarde de su fuerza matutina. Tanto le gusta estar reptando boca abajo y haciendo flexiones, que le ha dado por hacerlo de noche. Cuando se despierta para las tomas nocturnas, empieza a dar vueltas y buscar teta mirando hacia el colchón con los ojos cerrados. Sube el culete, y empieza a andar con los pies cual japonés fregando el suelo… Normalmente se topa con un cojín y se queda trabado, tengo que cazarlo rápido porque además lo acompaña de llantos horribilis…

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Pero lo de rodar con tanta facilidad tiene muchos aspectos positivos, se desplaza hacia dónde quiere, se entretiene, hace ejercicio… y lo mejor: viene hacia mi!! Cuando estamos vagueando (yo, él hace ejercicio) en la cama, y quiere teta, viene rodando hacia mi haciendo: «hum hum» con la boca abierta. Lo mismo hace cuando quiere interctuar, o mimitos… y me deshago de amor ❤

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Con la teta sigue con su relación de pasión irrefrenable, mucha. A empezado a intentar buscar, torpemente, debajo de mi ropa cuando tiene hambre. Chupa allí dónde está el pezón con total exactitud, y empieza a rebuscar con las manitas, sabe que está allí y hay que destaparlo. Y cuando ve que llevo la teta al aire, ya le cambia la cara y se abalanza. Por otra parte, algo que molesta un poco, es que me amasa y araña. Lo ha hecho siempre, pero ahora con mucha más fuerza e insistencia. Me clava los puños y los mueve aprentando mi pecho, araña y coge mi piel, y se coge con las dos manos a la teta, apretando y retorciéndome la carne. Deseando estoy de tener un collar de lactancia para que se entretenga!

Pasó un par de semanas despertándose muy muy a menudo, cada media hora, y a veces, cada menos… Yo lo achacaba a la salida de su primer diente, como os conté la semana pasada, pero también puede ser esa crisis del sueño de la que hablan. Eso iba acompañado de mucha necesidad de cariño, y de tenerme pegada a él literalmente, si me levanto para ir al baño, lloraba en cuestión de segundos. Ahora lleva un par de días que ha vuelto a su normalidad, despertándose cada hora y media o dos horas… que dure! Por otra parte, el diente parece que no termina de aparecer, aunque sigue bastante irritable, babeando, mordisqueando mucho, y agitado.

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Tanta alegría y ejercicio le pasan factura, porque lo vive todo tan a tope, que se agota en seguida. Entonces la risa se mezcla con el llanto, resultando una especie de aullido con una sonrisa en la boca y ojillos de: sácame de aquí, no lo soporto más!!

De mi, os cuento que sigo cansada, como os dije, esto de acumular meses sin dormir, pasa factura. No me duele nada en especial, no me encuentro mal, me levanto con ganas y fuerza, pero a lo largo del día me agoto. Además, estuve toda la semana pasada mareada, cuando movía la cabeza sentía que se me iba la olla, sobre todo por las mañanas. Pensaba que era la tensión baja porque siempre he sido propensa, y como duermo poco, no tomo cafeína, y las comidas las llevo como puedo… Pero me tomé la tensión y no, todo lo contrario, la tengo un pelín alta. Nunca antes me había pasado, supongo que será del cansancio, no dormir, estar alerta con Biel constantemente…

Ah! Y hace algo más de un mes, os conté que me había venido la regla, y este mes se ha hecho de rogar… Ya pensaba que no venía, que mi cuerpo se había equivocado el mes pasado ya que seguimos con lactancia materna exclusiva, y muy muy a demanda, vamos rollo buffet libre all you can eat. Así que lo suyo sería que no hubiese llegado al menos, hasta empezar con la aimentación complementaria… Pues no, 33 días de ciclo (¿me habrán cambiado? yo era de 27-28 días!), y llegó 😦

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Abrazos mamíferos ❤

15 semanas: movimiento libre y autonomía

Durante este fin de semana pasado, Biel lo ha estado petando con sus logros, no me da la vida para celebrarlos, y contarlos!

Sábado por la noche, habiendo hecho mil intentos y muchos casi-logros de chuparse los pies… Después de llegar un par de veces pero equivocarse chupando la mano que aguantaba el pie… Tras muchos quiero y no puedo acompañados de quejidos, gritos o gruñidos de esfuerzo y hasta llantos de frustración por no llegar… Lo consiguió!!

Y ahí estaba su padre para inmortalizar el momento:

 

Tengo que apuntar el detalle de que solamente llega cuando está sin pañal, ya que tiene más movilidad… Algo que es interesante tener en cuenta para todos los bebés, ya que tanto los pañales, como la ropa les limitan algo el movimiento, las sensaciones… y eso repercute en su capacidad para explorar sus posibilidades. Así que intento que esté siempre con la ropa justita cuando hay buena temperatura, sin calcetines, y un rato al día sin pañal. Momento que aprovecha para chuparse los piecitos 🙂

Y el segundo logro, el del domingo, tiene chicha, así que, antes de explicaros como ha sucedido, quiero contaros que pretendo poner en práctica la metodología del movimiento libre que desarrolló la pediatra Emmi Pickler. Teorías que casan con la línea de crianza con apego, que fomentan la autonomía, el respeto y autoregulación en todos los sentidos. En cuanto a movimiento se refiere, partimos de la base de la no intervención, por tanto, se supone que no debemos colocar al bebé en ninguna postura que no haya alcanzado por si mism@, siendo la posición inicial la de estirado boca arriba. Ni boca abajo si no se gira por si mism@, ni sentado cuando no aguanta por si sol@ la postura, ni enseñarle o inducirle a girarse, andar, gatear… Simplemente, esperar que con el tiempo, y un entorno adecuado, el bebé vaya alcanzando metas por interés y capacidad propi@s. Por estas razones, no usamos sillas de paseo, hamaca, parques cerrados o elementos de este tipo, para no forzar posturas y impedir su libre movimiento. Sus ratos de juego y descubrimiento son a ras de suelo o en la cama, a un palmo de este, para que tenga la posibilidad de moverse cuando desee sin peligro alguno.

Os dejo un par de enlaces por si es de vuestro interés 😉

En el primero, encontraréis una comparativa muy interesante de las fases del desarrollo por meses; en el método de movimiento libre, o en el intervencionista (el que marca el pediatra convencional). Es muy curioso ver la disonancia de fases entre uno y otro, como varían las edades, e incluso, como se altera el ritmo natural de pasar de una postura a otra, siendo la evolución natural: boca arriba, boca abajo, rodar, reptar, gatear, sentarse, de pie y marcha estable. En cambio, cuando intervenimos, se da un desarrollo desfasado: partiendo de que la posición inicial es boca abajo, le siguen muchas posturas antinaturales (se mantiene sentado con apoyo, se mantiene sentado si alguien lo sienta, camina si se le sostiene con ambas manos…). Todos esos logros son intervenidos y propiciados, algo que es innecesario y que puede crear inconvenientes.

Al pasar de boca abajo a boca arriba y no al revés, se obvia la fase de reptar, que es la que, de manera natural (movimiento libre) lleva al gateo, y este, posteriormente, incita a sentarse al bebé. Cuando un bebé se sienta antes de gatear, se da un gateo no harmónico (pueden, por ejemplo, gatear arrastrando el culo) y tardío, o no llegar a gatear si quiera, si seguimos interviniendo para que se pongan en pie. Lo esperable, es que un bebé sienta la necesidad de sentarse cuando tras desplazarse reptando y gateando, quiera parar y explorar ese nuevo lugar o cosa que ha alcanzado, no que parta de la posición sentado para después desplazarse.

Se supone que el proceso debe ser al ritmo del bebé, no de nuestras ganas por verles pasar fases. Ahora bien, está siendo difícil ser purista con todo esto… Cuando Biel está en brazos, pocas veces, excepto tomando pecho, quiere estar estirado boca arriba  (y ya os conté en esta entrada que los primeros meses tuvimos que hacer el lactasutra, forzando posiciones sentado, etc…). Acostumbrado a vel mundo derecho, ya ras un rato de juego boca arriba, él pide verticalidad, estar en nuestro plano, participar de todo, y esto, desde los primeros días. Y como respetar su voluntad también está en mi línea de crianza, aunque se contradice en este punto con el movimiento libre, pues le hemos sentado, recostado, puesto boca abajo…

La primera piedra la encuentras cuando llegas al pediatra los primeros días, con tus convicciones sobre movimiento libre claras, pero lo primero que os recomienda es: pon al bebé boca abajo un rato cada día para que fortalezca la espalda. MEEEC! Error.

Pero claro, lo haces, porque: y si, es tan necesario realmente…? No me lo tomé al pie de la letra, creo que durante muchas semanas enteras ni siquiera le he puesto así… Pero si que lo hacía de vez en cuando, siempre, eso si, que le viese en buena disposición de hacer ejercicio, y si le veía a disgusto, nada. Y al hacerlo, me daba cuenta de que Biel de musculatura de cuello y espalda andaba sobrado (bondades del porteo, y que nació ya con la cabeza muy tiesa).  Así que, hemos prescindido de ese ejercicio, para dejarle hacer, y vaya que si hace.

Sabe darse la vuelta desde las primeras semanas, pasando de boca arriba a boca abajo con más o menos éxito, dependiendo del momento, lo cansado que esté y la motivación que tenga. Sobre todo por las noches le sale muy bien, cuando quiere ponerse a dormir boca abajo, no hay quien le cambie esa postura. E intenta reptar y desplazarse como puede, con bastante éxito desde hace un mes. Supongo que va en su carácter, es muy activo, curioso y necesita moverse, así que va bastante rápido alcanzando metas. Además es muy terco y perseverante, y lo que se propone, lo consigue (esto viene de famíla…).

Y tooodo esto me lleva por fin, a contaros el logro de ayer…

Tras un baño y sesión de juegos que ya degeneraba en tragedia por no poder transportarse hacia sus objetivos por descubrir, me dio una grata sorpresa. Dejé a Biel en la cama (como os conté, en esta entrada tengo los colchones a ras de suelo, así que no hay peligro de caída), boca abajo haciendo sus flexiones del día y con muchas ganas de moverse hacia un extremo de la habitación. Se le nota cuando quiere ir hacia alguna parte porque mira fijamente mientras se abalanza con todo el cuerpo en esa dirección, y se impulsa con las piernas. Y en el caso de ayer, se agarraba de las sábanas con las manos, para ayudarse a avanzar hacia adelante.

Normalmente, después de desplazarse unos centímetros, o dar vueltas sobre su propio eje como un compás, sin éxito de alcanzar lo que desea, se cansa. Normal, es mucho esfuerzo para un monete de 3 meses mantenerse erguido un rato e intentar desplazarse. Entonces, suele hacer acopio de todas las reservas de fuerza que quedan, para lanzarse cual cachalote hacia un lado y volver a la posición inicial de descanso.

Como os decía, le dejé en mitad de su ejercicio matutino, en medio de la cama, mientras aprovechaba para poner en marcha una lavadora. Durante un minuto, se escuchaban sus graznidos de deportista de élite, quejándose del tamaño esfuerzo que realizaba. Luego, el silencio sepulcral. Pensé que se habría cansado y estará boca arriba descansando ya. Dos minutos debí estar fuera de la habitación, y cuando vuelvo, me lo encuentro boca arriba, en el suelo! Había atravesado la cama, otro mini colchón de «seguridad» que tengo a un lado, y había llegado hasta la puerta del balcón. Por el camino se encontró con un pantalón mío, y lo había agarrado, para ir a su gran objetivo: su amada cortina.

La cortina que tenemos en la habitación, que en realidad es una sábana muy chula, le fascina desde que nació. Es de colores cálidos contrastados con tonos claros que dejan pasar la luz del sol en distintos grados. Se pasa ratos largos mirándola, y muchas veces le acerco para que la toque y la vea de cerca. Pues ahí estaba, abrazado a mi pantalón, chupándolo, mientras agarraba la cortina y la movía viendo la luz del sol al otro lado. Su cara de satisfacción y felicidad absoluta por haber llegado solito allí, impagable. Yo flipando de verle así, felicitándole por su hazaña, y él con una sonrisota de oreja a oreja, contento de que me gustase tanto la sorpresa 🙂

Biel y la cortina prometida:

Allí se quedó un buen rato, inspeccionando la tela, la luz y la sombra, tirando de ella, chupando, aprendiendo, disfrutando de su aventura. La primera de muchas en esto del movimiento. Y yo enamoradita de mi peque, que se hace tan grande por momentos, y es tan adorable cuando está satisfecho al conseguir algo nuevo… Cuantas alegrías nos da Biel, que felicidad verle tan despierto, con tanta energía y pasión por la vida!

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Abrazos mamíferos ❤