Voy con bastante retraso en las entradas, así que os hablaré de la semana 16, aunque ya hace casi un par de semanas que las cumplió…
Mi monete está hecho un peligro reptante, no se le puede quitar ojo de encima ni un segundo! Es un nervio, muy activo e inquieto, quiere hacer muchas cosas, y se frustra con facilidad porque no llega a tanto siendo tan pequeñito. Se sale de la cama, de los parques (si, tenemos un par de mantas de juegos de segunda mano y un edredón… fui aumentando el espacio acolchado, pero se le queda pequeño igualmente!), se da la vuelta y croquetea hacia los abismos, culebrea estando en brazos, hace flexiones, coge todo lo que alcanza y lo chupa hasta dejarlo como si hubiesen pasado hordas de caracoles por encima…
La felicidad le rebosa tanto que grita como un loki cuando juega, cuando está contento, cuando nos ve, cuando coge algo, cuando le hago cosquillas. Las cosquillas y pedorretas son otro gran hit del momento. Las pide abriendo los brazos tal que así:
Con los ojos de par en par, como de costumbre, con esta cara de loker:
Y cuando te abalanzas sobre él, para pedorrearle o hacerle cosquillas, te lo agradece con gritos destroza tímpanos. Son tan agudos, que no se si tengo un hijo humano o un cetáceo! Cuando te acercas, aprovecha el descuido para agarrarse a tu pelo y no lo soltará hasta que le des algo a cambio (listo es).
Momento pedorreting arranca pelos:
Y acompaña el momento poniendo la guinda de ternura con unas carcajadas que hacen que le suba el azúcar y la oxitocina a cualquiera, aunque seas anti-niños, te reto a aguantar esas risotadas sin sonreír 😉

Momentazo haciéndole monerías a su yaya de la ciudad ❤
El parque muñecos colgantes sigue molando, pero cada vez menos. Ahora lo usa más estando boca abajo, prefiere tocar los dibujitos y texturas de la manta de juegos y salir rodando hacia cualquier lugar por explorar. Le siguen encantando las telas de colores, con preferencia por los estampados, las telas suaves (como su adorada manta lila de polar) y los colores vivos (tiene una toalla naranja con la que grita de alegría cuando le envuelvo tras el baño).
Mira los colores de bien cerca, toca y disfruta con los diferentes sonidos y texturas de cada cosa, hasta se entretiene contando las vetas del parquet… Sigue comunicándose con la técnica de abalanzarse hacia el lugar u objeto que desea alcanzar para que le llevemos a él, o bien, alarga un brazo señalándonos lo que quiere. Y la ha actualizado para usar los brazos, alargándolos para cambiar de manos. Cuando quiere teta y lo lleva su padre, me pone caruna y estira los brazos… muy tierno!!
Su juguete preferido, desde siempre, sigue siendo un gatito sonajero de Ikea, de tela. Lo adora, le hace grititos de alegría cuando lo encuentra, y le encanta chuparlo hasta que queda empapado como una esponja de baño. Tenemos otro en el coche para amenizar el viaje, y es muy útil tenerlo por si le da un parraque (que pocos le dan, el coche le encanta, y cuando los tiene, es con motivo). Los gatos de verdad, los de casa, ya le llaman mucho la atención, los toca, les habla, les sigue con la mirada… y llora si no puede alcanzarlos.
Como tiene mucha soltura boca abajo, ha decidido que las tomas mañaneras las hace así. Con brazos y la cabeza bien tiesos, haciendo alarde de su fuerza matutina. Tanto le gusta estar reptando boca abajo y haciendo flexiones, que le ha dado por hacerlo de noche. Cuando se despierta para las tomas nocturnas, empieza a dar vueltas y buscar teta mirando hacia el colchón con los ojos cerrados. Sube el culete, y empieza a andar con los pies cual japonés fregando el suelo… Normalmente se topa con un cojín y se queda trabado, tengo que cazarlo rápido porque además lo acompaña de llantos horribilis…
Pero lo de rodar con tanta facilidad tiene muchos aspectos positivos, se desplaza hacia dónde quiere, se entretiene, hace ejercicio… y lo mejor: viene hacia mi!! Cuando estamos vagueando (yo, él hace ejercicio) en la cama, y quiere teta, viene rodando hacia mi haciendo: «hum hum» con la boca abierta. Lo mismo hace cuando quiere interctuar, o mimitos… y me deshago de amor ❤
Con la teta sigue con su relación de pasión irrefrenable, mucha. A empezado a intentar buscar, torpemente, debajo de mi ropa cuando tiene hambre. Chupa allí dónde está el pezón con total exactitud, y empieza a rebuscar con las manitas, sabe que está allí y hay que destaparlo. Y cuando ve que llevo la teta al aire, ya le cambia la cara y se abalanza. Por otra parte, algo que molesta un poco, es que me amasa y araña. Lo ha hecho siempre, pero ahora con mucha más fuerza e insistencia. Me clava los puños y los mueve aprentando mi pecho, araña y coge mi piel, y se coge con las dos manos a la teta, apretando y retorciéndome la carne. Deseando estoy de tener un collar de lactancia para que se entretenga!
Pasó un par de semanas despertándose muy muy a menudo, cada media hora, y a veces, cada menos… Yo lo achacaba a la salida de su primer diente, como os conté la semana pasada, pero también puede ser esa crisis del sueño de la que hablan. Eso iba acompañado de mucha necesidad de cariño, y de tenerme pegada a él literalmente, si me levanto para ir al baño, lloraba en cuestión de segundos. Ahora lleva un par de días que ha vuelto a su normalidad, despertándose cada hora y media o dos horas… que dure! Por otra parte, el diente parece que no termina de aparecer, aunque sigue bastante irritable, babeando, mordisqueando mucho, y agitado.
Tanta alegría y ejercicio le pasan factura, porque lo vive todo tan a tope, que se agota en seguida. Entonces la risa se mezcla con el llanto, resultando una especie de aullido con una sonrisa en la boca y ojillos de: sácame de aquí, no lo soporto más!!
De mi, os cuento que sigo cansada, como os dije, esto de acumular meses sin dormir, pasa factura. No me duele nada en especial, no me encuentro mal, me levanto con ganas y fuerza, pero a lo largo del día me agoto. Además, estuve toda la semana pasada mareada, cuando movía la cabeza sentía que se me iba la olla, sobre todo por las mañanas. Pensaba que era la tensión baja porque siempre he sido propensa, y como duermo poco, no tomo cafeína, y las comidas las llevo como puedo… Pero me tomé la tensión y no, todo lo contrario, la tengo un pelín alta. Nunca antes me había pasado, supongo que será del cansancio, no dormir, estar alerta con Biel constantemente…
Ah! Y hace algo más de un mes, os conté que me había venido la regla, y este mes se ha hecho de rogar… Ya pensaba que no venía, que mi cuerpo se había equivocado el mes pasado ya que seguimos con lactancia materna exclusiva, y muy muy a demanda, vamos rollo buffet libre all you can eat. Así que lo suyo sería que no hubiese llegado al menos, hasta empezar con la aimentación complementaria… Pues no, 33 días de ciclo (¿me habrán cambiado? yo era de 27-28 días!), y llegó 😦
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Abrazos mamíferos ❤