Carta de agradecimiento a nuestro hijo Aritz

Hoy, ya que es un día señalado en conmemoración a nuestros hijos, quiero compartir con vosotr@s una carta que escribí para nuestro hijo Aritz. Dos semanas después de su partida, la madrugada del 21 de diciembre de 2014.

No os olvidéis hoy de encender una velita por todos ellos, a las 19h. en cualquier parte del mundo ❤

Os copio primero un fragmento que encontré después de escribir mi carta, que es muy simbólico, sobre el cambio de ciclo. Es una especie de oración wicca para el solsticio de invierno (Yule), que me parece muy hermosa, enlaza y describe muy bien como me sentía en esa transición…

» Esta es la noche del solsticio, la noche más larga del año. Ahora las tinieblas triunfan, y aún así queda todavía un poco de luz. La respiración de la naturaleza está suspendida, todo espera, todo duerme. El rey oscuro vive en cada pequeña luz. Esperamos al alba, cuando la gran madre dará nuevamente, a luz al sol, con la promesa de una nueva primavera. Así es el nacimiento eterno, donde el tiempo nunca se detiene, en un círculo que lo envuelve todo. Giramos la rueda para sujetar la luz. Llamamos al sol del vientre de la noche. Así sea. «

Rueda de la vida pagana

Rueda del año pagana

Esta es la carta de agradecimiento que le dediqué a nuestro hijo. La transcribo de mi libreta, traducida, ya que siempre escribo en catalán.

wicca2

Solsticio de invierno, la noche más larga, y el día más corto.

Hace dos semanas que te fuiste, y parece una eternidad… Han sido noches realmente oscuras y largas sin ti. Días, horas y minutos densos y difíciles. Una pesadilla que dura demasiado tiempo, y muy poco, para poder asimilarlo como algo real. Un fin demasiado abrupto.

Mi útero palpita, empequeñeciéndose por tu ausencia, y me recuerda cuando jugabas dentro de mí… A veces, sonrío recordándolo, y otras lloro, pensando en lo felices que éramos contigo y cuánto te echamos de menos. Tu nos enseñaste a serlo, cuánta felicidad cabía en nosotros, pequeño-gran maestro.

Nos regalaste seis meses de la más absoluta dicha, que aunque ahora parezca lejana y dormida, todavía revive con tu recuerdo. En cuanto recuperemos las fuerzas, la retomaremos, y crecerá con nosotros tu legado. Tú siempre estás, y permanecerás con nosotros, vivirás en nuestra alegría, y luciremos nuestra felicidad para que puedas expresarte en nuestras sonrisas.

Con nosotros queda el recuerdo de esos meses felices, en los que saboreamos contigo cada momento mientras te esperábamos, celebramos tu crecimiento cada semana, cada recuerdo, anécdota… Disfrutamos pensando en todo lo que queríamos hacer contigo, y para ti. Aprovechamos cada instante, por suerte, juntos los tres, cada día, amándonos. Tu padre nos cuidó muchísimo, no lo tuvo fácil, pero lo hizo a la perfección. Gracias a él llegaste a este mundo, y con su ayuda, creciste y viviste sano dentro de mí. Es un gran compañero, un padre amoroso y entregado… Sin duda, es con quién quiero seguir el camino de aumentar nuestra familia.

Gracias a ti hijo mío, he aprendido a vivir desde la calma, a sopesar lo que realmente importa. A dejar atrás lo malo, y quedarme con lo bueno, lo único que importa. Desde esta nueva perspectiva, me he reencontrado con tu padre, sin intención de cambiar nada de nosotros mismos. La única pretensión que tengo, es exprimir cada instante de felicidad, y apoyarnos en los baches. Con lo que hemos vivido, me he dado cuenta de que es el hombre de mi vida ( junto a ti ). No le ha superado el dolor, ha madurado con él. Es más fuerte de lo que pensaba, ha sabido contenerme en situaciones límite, desde el amor más puro. Le amo infinitamente, cada día que pasa más.

Tu etapa de vida terrenal, ha supuesto para nosotros una unión más firme, y nos ha hecho más fuertes. Hemos crecido, gracias a ti. Desde que anidaste en mi vientre, empecé a querer mejorar como persona, a moldear mis defectos. No quería hacerte daño con mis miedos, por ser demasiado ansiosa o negativa. Quise ver la vida de otro color para transmitirte la mejor versión de este mundo. Te estoy inmensamente agradecida por enseñarme a disfrutar el ahora, a valorar lo que tenemos. Eso ya es parte de mi nueva yo, la que quiero seguir siendo de ahora en adelante. He aprendido a confiar en mí misma, en mi fortaleza natural. A agradecer y respetar mi cuerpo como templo de la vida que es. 

Tu me diste la seguridad que me faltaba, y por eso, ni siquiera en los peores momentos, tuve miedo. No me asustaba el dolor, ni siquiera cuando estaba en urgencias se me pasaba por la cabeza  la idea de perderte. Confiaba, los dos lo hacíamos, queríamos creer que estabas bien. Solamente me angustiaba tu bienestar, que no sufrieras. Nunca temí por mi misma, sabía que podía con todo.

Fue una gran lección hijo mío, ahora sabemos que en un futuro, debemos confiar en nuestra capacidad, no dejar lugar al sufrimiento, es lo único que podemos hacer. El miedo a lo que pueda pasar no os llevará a ninguna parte, no cambiará nada. Solamente aportaría más angustia, y eso no quise trsnsmitírtelo a ti, ni lo haré con tu/s herman@/s.

De la confianza y la seguridad, debemos sacar la fuerza y la entereza para luchar por nuestros derechos y una atención médica y emocional dignas. Contigo he vivido una dura experiencia, sumada a un trato indigno, que no vamos a volver a permitir. Me enseñaste que puedo parir, mi cuerpo sabe hacerlo. Nadie me va a decir como hacerlo, no me van a hacer sentir que ese proceso no me pertenece, nunca más. Gracias por permitirme tener esa experiencia tan empoderante.

Has sido tan buen maestro, en una vida tan corta, has cambiado tanto… y lo sigues haciendo. Soy otra, ya no somos los mismos. Seguiremos ese camino que nos has mostrado, contigo en otra dimensión, pero a nuestro lado. Y allí estarás, como referencia, cuando la cruda realidad nos vuelva a dar en la cara. Con lo que hemos aprendido, y lo que seguiremos cosechando, sabremos enfrentar y aprovechar lo que venga. 

Pasan los días, dolorosamente, nos alejan en un espacio físico y temporal. Tu alma, está con nosotros, eterna. Tan eterno como el vacío físico que dejaste en nuestra familia, eres irreemplazable. De la misma manera que la tristeza y la nostalgia me atrapan, también me invade la gratitud de haberte dado la vida, de haberte gestado, amado, parido y conocido. Todo lo que hemos vivido contigo e incluso, lo que imaginamos y nunca ocurrirá, es un bonito recuerdo. 

A partir de hoy, afortunadamente, las tristes noches, la parte del día más difícil de superar, se acortarán. Darán paso a la luz, día a día, en una transición lenta y dolorosa. La naturaleza es así, todo sigue, transmuta, y cuando te das cuenta, estás en algo totalmente distinto. Pasarán días eternos, llenos de dolor, indignación, ira, resentimiento, pena y vacío… sin ti. Cada uno de los días a partir de ahora, estará cojo, falto de una pieza clave. Espero que aprendamos a transitar esta nueva realidad imperfecta. Poco a poco, el cambio de ciclo nos llevará a la dulce primavera. Aquella en la que deberías haber nacido, si todo no se hubiese precipitado… Y entonces volveremos a llorarte, y a sonreírte. 

Cada día te recordaremos, existirás en nuestras nuevas alegrías y deseos, serás la luz guía de nuestras esperanzas. Seguramente caigamos muchas veces, empezar nuevos ciclos sin ti será duro. Pero sabremos disfrutarlos también en tu honor, como hacíamos tiempo atrás contigo. Aprovechando cada momento, cada oportunidad. 

Te queremos hijo, eres y serás parte de nuestra vida. El primer tesoro vital que hemos creado. Nunca, jamás, te olvidaremos. Siento una inmensa gratitud de haberte dado la vida, junto a tu padre. Si volviese atrás en el tiempo, volvería a buscarte y a disfrutarte, aunque implique volver a perderte.

Pequeño Aritz, eres un alma preciosa, irrepetible, un bebé perfecto. Gracias por existir. 

T’estimem, ara i sempre Aritz.

Emabarazada de tres meses :)

Embarazada de tres meses de ti 🙂

 

Si te ha gustado lo que has leído, no dudes en compartir, comentar, darle a me gusta y seguir mi blog! Gracias por leerme 🙂

Abrazos mamíferos ❤