Cuando estás esperando un bebé, la gente conocida, y también completos desconocidos, sienten una necesidad imperiosa de acariciarte la barriga. Existe un magnetismo, una misteriosa atracción hacia las embarazadas, seguramente sea por la ternura que despierta saber que ahí dentro hay un bebé creciendo. Pero sigue siendo la bariga de la mamá lo que tocan… Si vas con tu barriga a una tienda, a la consulta médica o a cualquier sitio, es probable que la gente se acerque, entable una conversación contigo, e incluso se atrevan a tocarte. Normalmente la conversación es siempre igual: ¿de cuánto estás? ¿es niño o niña? ¿te encuentras bien? ¿es el primero?… Tu respondes correcta y sonriente al interrogatorio, aunque sea la enésima vez que te lo preguntan ese día, aunque no te apetezca hablar, tengas prisa, o pienses que ese o esa desconocid@ no tendría porqué saber tanto de ti. También puede ser que tengas un mal día, de esos que no quieres que te miren, (a mi me pasa a menudo y no precisamente porque me sienta mal, soy así de rarita), y te encuentras siendo el centro de atención de las miradas cuando te gustaría pasar inadvertida… Hasta ahí todo bien, no quiero ser grinch, ya sé que ser un poco antisocial es problema mío, y los demás no tienen la culpa. Además no me puedo quejar, estar embarazada es una bendición, y los que se acercan suelen ser amables, y alegrarse por tu situación. Pero me agobia que deje de ser propiedad privada, para ser algo así como un bien de interés turístico, no me adapto.
No suelo ser muy receptiva a conversaciones con desconocidos, no me siento cómoda. Pero entiendo que despierte interés estando embarazada e intento ser amable aunque no me apetezca, por pura convención social. Pero no puedo con la gente que se toma demasiadas confianzas: toca, opina, pregunta demasiado y se mete en jardines… Sobre todo, me siento invadida cuando tocan y no son gente de confianza, ya que lo hacen siempre sin pedir permiso.
Normalmente, la gente no va tocando las barrigas o partes del cuerpo a desconocidos, por eso, no entiendo por qué por el hecho de estar embarazada, se creen con ese derecho. Cuando esperas un bebé, estás más sensible, y a mi, que me ponen tensa estas situaciones, no me gusta que mi bebé sienta que estoy incómoda. Cuando me lo han hecho, siento como se queda quiet@, (me pasa siempre como cuando estoy mal), esperando a que me relaje y me siento doblemente mal por hacerle pasar por eso.
A muchas mujeres no les importa lo más mínimo, les gusta que las miren, las toquen e incluso besen su barriga. Se sienten queridas, mimadas, admiradas por los demás y a gusto con las atenciones que despiertan. Pero a algunas mujeres, no nos gusta nada que nos toquen la barriga. A mi no me gusta el contacto físico con personas desconocidas o de poca confianza, de hecho con las de confianza tampoco soy excesivamente tocona ni cariñosa. Acepto que lo hagan las personas de más confianza, pero no los de fuera. Yo lo vivo como una invasión de mi espacio íntimo. Como si, por las buenas, te tocase un pecho, opinase de lo grande o pequeño que es, si te ves bonita o no con él… Me parece innecesario e incluso de mala educación.
Nunca me ha gustado que me miren, me analicen físicamente, me comparen…. Por desgracia, me lo han hecho toda la vida: por ser demasiado delgada, tener bastante pecho, piernas delgadas, manos huesudas… todo eran juicios de valor hacia mi cuerpo. Y ahora que me he reconciliado con él, veo que siguen opinando sobre mi peso, mi culo, mi barriga… No me parece sano para mí misma ni para los demás, opinar sobre el físico, que es como es. Dirán que soy exagerada, que tengo un complejo, que no es para tanto… Pero nadie le va diciendo a un calvo que tiene poco pelo, a una rellenita que tiene michelines, o a alguien alto que ha crecido demasiado (aunque si lo hagan en broma si tienen la confianza, o a las espaldas por criticar).
Por educación, intentamos no meter el dedo en la llaga, así que solamente pido lo mismo. Si, tengo barriga, es obvio, punto. Creo que la sociedad en general, está demasiado centrada en lo que se ve. Es triste que se comente como tienes el pelo, lo bien que te queda ese vestido, que has engordado o adelgazado… Y tan pocas veces, se tenga una conversación profunda.
Volviendo al embarazo, muchas, nos sentimos abrumadas por tanto comentario, tanta atención, comparaciones, vatinizaciones… Podemos sentirnos extrañas con nuestro nuevo cuerpo, estamos todavía adaptándonos a los cambios. Y antes de que nos hagamos a la idea, ya estamos recibiendo un montón de comentarios, sin que por nosotras mismas, podamos habernos valorado objetivamente. Para algunas, el aumento de peso, las estrías, los cambios permanentes que se puedan dar… son una preocupación, y centrando las conversaciones en lo físico, les podemos generar más ansiedad. Para otras, como me pasa a mi por lo que he pasado, el embarazo es una situación delicada, no estás tranquila. No te interesa estar hablando de cosas superficiales, tienes otras preocupaciones.
La maternidad es un tema profundo y con mucha chicha si te gusta estar informada como a mi. Pero de lo que te hablan es de la ropa, el cochecito, la habitación del bebé, teta o biberón… Te va a cambiar la vida, amenazan, estarás muy cansada, te advierten, aprovecha ahora que después… Cosas que todos hemos dicho y oído cientos de veces, nada nuevo. Sobran tantas frases hechas y consejos que no has pedido, repetidos hasta la saciedad. Pocas veces nos preguntan como nos sentimos, o si lo que nos dicen nos hace bien, o nos agobia más. Estamos sensibles, y podemos sentirnos vulnerables e inseguras, así que, si vas a decirle algo a una embarazada, tiene que ser algo que la empodere, que le de seguridad. Mejor guardar opiniones, consejos, valoraciones, comparaciones y experiencias para cuando ella lo pregunte.
No es mi intención que nadie se sienta mal, sino dar mi visión, mi opinión, mi sentir… Aclaro que, este post no va dirigido a ti: si a ti, que me tocas la barriga con ilusión y lo haces con complicidad porque tenemos confianza. Ni tampoco escribo porqué me han molestado tus consejos, experiencias… Lo dejo en el aire, para que sepáis que existen mujeres que podemos sentirnos incómodas o saturadas con ciertas cosas. Ante la duda, no pasa nada por preguntar. Respecto a tocar barrigas ajenas, incluso si crees que tienes la confianza, puede ser que en ese momento no le apetezca, tenga un retortijón, o no quiera y punto. Normalmente, si una quiere que notes a su bebé, te lo dice: toca, que se está moviendo, o ¿te apetece sentirlo? Así que, no hay que abusar, que la barriga sigue siendo parte de nuestro cuerpo.
Dato interesante: en algunos lugares como en Pennsylvania, tocar barrigas de embarazadas, está penado por la ley. No creo que se deba llegar a este extremo, pero es una muestra de lo invasiva que puede llegar a ser la gente, y lo incómodo que es para muchas mujeres. Ahí lo dejo… http://www.ibtimes.com/pregnant-bellies-are-illegal-touch-says-new-pennsylvania-law-1442756
En mis dos embarazos largos, he tenido la suerte de estar más redondita durante los meses de invierno. Eso me ha dado la ventaja, de poder pasar desapercibida entre abrigos y jerséis anchos, y no tener que estar esquivando manos ajenas. Además, la gente ha sido bastante respetuosa por lo general. No me ha pasado demasiadas veces entonces, pero cuando me han tocado sin avisar, lo he pasado francamente mal. No quieres ser desagradable, pero tampoco debes aguantar y estar incómoda. Muchas veces he pensado, que de habérmelo dicho amablemente, quizá no me hubiese sentido tan invadida, y hubiese accedido, pero el hecho de que se crean con derecho, me pone nerviosa. Así que, por favor, no cuesta nada preguntar, es de buena educación 🙂

espero no tener que hacerme una camiseta de estas…
Si te ha gustado lo que has leído, no dudes en compartir, comentar, darle a me gusta y seguir mi blog! Gracias por leerme 🙂
Abrazos mamíferos ❤