¡Ha nacido un minimamífero!!

Estoy desaparecida por la mejor razón del mundo:

Biel nació el miércoles 24 a las 3:50 de la madrugada 🙂

Está sanísimo, y nosotros felices, y agradecidos a la vida por darnos este regalazo. Gracias a tod@s los que nos habéis felicitado, poco a poco voy sacando algo de tiempo para leer y contestar vuestros mensajes y comentarios, y espero poder colgar alguna foto y post, pero ahora el primero es el peque!

Este minimamífero nos tiene enamorados ❤

 

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Abrazos mamíferos ❤

Dulce espera…

Sigo con Biel en la tripa, y he pasado muy buena noche, sin contracciones, o al menos no tan fuertes como para que me despertasen.  Por la noche, antes de acostarme si que tuve, coincidiendo, como siempre, con las horas en que Biel más movido está. Ayer por la tarde-noche caí rendida y hice una siesta pre-cena que me fue muy bien. Igualmente, he dormido muy profundamente y muchas horas, casi 12, ha sido reparador. Ya sin ningún síntoma de constipado desde ayer, me siento a tope de energías y me encuentro muy bien en general.

Sigo manchando poquito a poco,  muy poca cantidad, y casi siempre después de ir al baño. Ya no es tan líquido como ayer, por lo que pienso que puede ser que lo que esté expulsando sea el tapón mucoso. Es más consistente y en vez de tener un color rosado es marroncito y a veces con hilillos de sangre. Por lo que se, si es el tapón, tampoco es indicativo de que se vaya a poner en marcha o no el parto. Estamos en las mismas, puede ser dentro de unas horas o todavía tardar semanas. Preferiría que fuese más pronto que tarde, pero no me angustia, que sea cuando él decida.

Me veo y no me reconozco, no solamente por los cambios físicos, sino por la tranquilidad con la que estoy pasando estos días. Yo siempre he sido nerviosa, ansiosa y algo impaciente, y siempre me había imaginado en el final del embarazo con incertidumbre y atacada.

Me acabo de exprimir un zumo, y tal como lo he dejado en la mesa le he dado un golpe (torpeza máxima de preñada) y la he liado mucho, manchándolo todo, pijama y manta del sofá incuidos, y el suelo que tan limpio estaba, anegado…no ha quedado ni una gota para beberme, pero ni me he inmutado, ni he maldecido, lo he recogido todo, me he cambiado de ropa, y a otra cosa. Así de zen estoy.

Creo que alguna hormona fantástica me está ayudando a que esto no sea así porque no me creo lo bien que lo llevo. Puedo tener la mente en blanco sin problemas, estarme estirada mirando el techo una hora sin darle vueltas a nada. Es genial, porque los nervios no son nada buenos para ponerse de parto 🙂

Además tengo la tranquilidad de que todo está preparado, (por fin conseguimos imprimir el plan de parto e instalar la sillita en el coche!!). Si hay que ir al hospital, solamente tenemos que coger las bolsas e ir a recibir a nuestro hijo. Normalmente me pondría nerviosa el simple hecho de no saber, de tener que improvisar un viaje de madrugada al hospital, pero ahora es algo que deseo con ilusión, sea a la hora que sea.

Está haciendo un tiempo estupendo, primaveral, y disfruto mucho de la buena temperatura, del silencio, de los momentos en casa sola que luego no tendré. Esta mañana he salido a recoger la ropa de ayer y a tender la lavadora de hoy en manga corta, espectacular. Disfrutando del solecito, escuchando los pájaros cantar, y con todas las ventanas y balcones de la casa abiertos, disfrutando del aire templadito. Los gatos están contentos también con este clima tan agradable, tomando el sol y oliendo el aire de la calle.

Hoy Mamífero me ha dado dos buenas noticias tal como me he despertado, que bien sienta eso!! Le han dado 3 días de fiesta de lunes a miércoles, porque no se fían de que que haya más falsas alarmas. Nos va a ir muy bien para hacer cosillas para animar la cosa, a ver si Biel quiere nacer, y con la tranquilidad de tener al papi en casa. Además, el martes tenemos ecografía y miércoles otra vez monitores, así que ya nos va bien. La segunda, y mejor noticia es que ya han hecho el recuento de días que podrá estar en casa cuando nazca el peque, juntando los días de paternidad con las vacaciones. En total, serán 35 días fantásticos para estar los tres juntos conociéndonos y adaptándonos a la nueva realidad. Me emociono mucho al pensarlo, ¡serán las mejores vacaciones que hayamos hecho en años!!

Vosotras como llevasteis la recta final, ¿de los nervios, o modo zen? ¿me contáis vuestras experiencias con la expulsión del tapón mucoso?

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Abrazos mamíferos ❤

 

Pródromos de parto, ¡falsa alarma!!

Ya llevamos unos días en los que todo el mundo está en vilo, a Mamífero en el trabajo le preguntan los compañeros cada día, y la jefa si le ve andando con prisas ya piensa que me he puesto de parto. Se acerca la luna llena, y ayer la miraba pensando que va a ser la última que pase con Biel en mi tripa. Según me ha dicho hoy Mamífero, ayer al atardecer que vimos la puesta de sol, él estaba pensando que a lo mejor era la última que veía sin Biel aquí fuera. Antes de ir a dormir, me preguntó como estaba, porque voy teniendo dolores al largo del día y por la noche aumentan, y está pendiente de ir corriendo al hospital. Siento que hay muchas expectativas, y me sabe mal que él esté intranquilo, y todos los que están pendientes también.

Yo la verdad es que estoy muy zen, lo estoy llevando mucho mejor de lo que pensaba. No tengo ansiedad, ni me preocupa cuando va a ser, solamente tengo ganas de que pase, y lo espero con ilusión. No tengo miedo, ni me preocupa el parto. Se que va a ir bien, Biel está sano y que nos tratarán estupendamente. La verdad es que he pasado más nervios durante el embarazo, o antes de las ecografias que ahora que esto ya llega a su fin. Pienso en que se acaba este embarazo tan duro y siento paz, alivio y tranquilidad, no me angustia en absoluto.

He estado un par de días resfriada, hacía muchísimo que no cogía nada, y ha llegado en el momento más pesado del embarazo… Ayer por la noche estaba rara, que es cuando me da el bajón, dolor de cabeza de la mocosidad, y contracciones, así que no le di más importancia. Esta madrugada, además de los despertares de costumbre, a las 3 me ha dado una arcada, que no ha llegado a más, pero el estómago se me ha quedado revuelto hasta la mañana.

Me he despertado poco antes de las 7 con dolorcitos  suaves como de costumbre y la barriga revuelta, pero no me ha parecido nada fuera de lo normal. Me he tomado un vaso de leche de arroz para que se me asentase el estómago con la intención de intentar después, dormir algo más. Entonces he notado que mojaba las braguitas, pensaba que era flujo pero al notarlo más líquido he mirado, y he visto que estaba teñido con algo de sangre, color rosadito.

He respirado hondo y no me he puesto nerviosa, me he agachado para comprobar si salía más (por si había roto bolsa), y no parecía salir en mucha cantidad. Al poco rato he tenido dolores como de regla, pero era muy suavecitos. Mi guardiana Maru se ha pegado a mi ronroneando, y Flip me vigilaba a un palmo, ambos sintiendo que estaba rara, pero tranquilos, dándome paz. He avisado a Mamífero que se estaba preparando para ir a trabajar, y le he dado un buen susto, pobre… Su reacción a los pocos minutos ha sido vomitar en aspersión el café que se acababa de tomar. Que pena me ha dado que estuviese tan nervioso, y a la vez me ha parecido muy cómico, sobre todo porque la ha liado parda al no poder aguantarse. Después de esto, Maru se ha ido a darle mimitos a Mamífero que estaba peor que yo xD

No sabíamos que debíamos hacer, lo que si que tenía claro es que quería comprobar que no fuese fisura o bolsa rota, para no correr riesgo de infección como pasó con Aritz. Así que he llamado al hospital, y he hablado con la matrona de guardia, muy amable, que me ha dicho que lo mejor era que fuésemos y lo comprobarían.

Mamífero ha avisado en el trabajo, y como no tenia dolores fuertes, hemos ido con la calma, esperando a ver si las contracciones se hacían más fuertes y rítmicas. He intentado desayunar, pero nada más me ha entrado un yogur. Luego hemos acabado de pasar la música que quiero tener para el parto, preparado la comida y las últimas cosas que llevar al hospital, hemos dejado a los gatos con suficiente comida y agua… Y nos hemos pegado una ducha, a ver si se activaba la cosa con el agua caliente, y pensando en ponernos guapos y limpitos para recibir a Biel.

Al principio estábamos casi convencidos de que aquella era la última ducha con Biel en mi barriga y que volveríamos a casa con él en brazos, ¡que ilusión pensar en eso!! Pero después de la ducha los dolores han disminuido, y ya hemos empezado a pensar que a lo mejor nos volvíamos a casa poco después. De camino me ha entrado mucha hambre y he podido desayunar, mejor ir con las pilas cargadas por si acaso.

Hemos llegado casi a las 11 de la mañana al hospital, había bastante gente en urgencias con una hora y media estimada de espera. Pero a mi en seguida me han llamado y tras cuatro preguntas de rigor, nos han pasado a paritorios. Una auxiliar de enfermeria me ha tomado las constantes, y después ha venido la matrona de guardia. Me ha tomado una muestra del líquido para comprobar si era o no fisura, y me ha puesto los monitores media hora para ver como iba.

He tenido unas 4 contracciones en ese tiempo, y el corazón de Biel respondía bien. El resultado ha dado negativo, o sea que no he roto bolsa, así que me ha hecho un tacto para ver si había empezado el trabajo de parto con esas contracciones o si no. Ha sido muy doloroso y me ha recordado a los tactos horribles del embarazo de Aritz… Con el agravante de que la mujer ha tenido que apretar muchísimo para llegar al final (me ha pasado como a mi compañera del Pollito Mamífero…). Y cuando no se llega al final, pues claro, es que el cuello está posterior y bien cerradito…

La conclusión ha sido que no estaba en trabajo de parto, sino con pródromos, con el cuello algo acortado, pero todavía no en marcha. El manchado, según la matrona, se debería a que las contracciones que voy teniendo ya están ablandándolo y por eso sangro un poquito. En resumen: que podíamos volver a casa, y a esperar que las contracciones sean más seguidas y dolorosas. Eso puede ser hoy mismo, como me puedo pasar así un par de semanas más, así que a echarle paciencia, e intentar ayudar a que se ponga en marcha la cosa (chocolate, andar, risas, amor, canela, hacer sentadillas…).

De momento sigo manchando lo mismo, y con los dolorcillos que para mi no son de parto, esperando que vayan a más. Y mientras tanto, tengo a Mamífero atacado y preocupado por si me pongo o no de parto, ¡que mal me sabe!! Creo que ahora intentaré dormir algo no vaya a ser que por la noche esto se active y me pille con la batería baja.

Ahora lo que me preocupa es seguir sangrando durante muchos días(dados los antecedentes de mi anterior parto) y no saber hasta qué punto es normal. Se por experiencia que por más que aumente el sangrado, si el cuello sigue cerrado, me harán volver a casa, y no quiero que pase como con Aritz que acabó con infección por la fisura de la bolsa y desprendimiento de placenta por las contracciones.

Esto de estar dudando creo que es la peor parte… lo bueno es que el bebé ya está cocinado, y si me pongo de parto no hay problema. ¿Vosotras tuvisteis muchas falsas alarmas?

 

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Abrazos mamíferos ❤

 

Embarazo: 38 semanas, hoy monitores.

Hoy, de 38 semanas he ido al primer registro de monitores, y ha salido genial. Consiste en estar durante 30 minutos con una sonda que registra el latido del bebé, y otra que mide las contracciones, ambas atadas con unas cintas elásticas alrededor de la barriga. También te dan un aparatito con un botón que debes presionar cada vez que el bebé se mueve. Con esta prueba, se ve como influyen las contracciones en los latidos del bebé, y si se está moviendo con normalidad, así se sabe si el peque lleva bien esos cambios sin sufrir.

Los latidos de Biel perfectos, ha estado bailongo como siempre, y a veces se salía de la sonda de los latidos y no se le escuchaba hasta que volvía. Ha salido alguna contracción pero muy flojita, y gracias a eso, ahora se cuando me dan, porque la verdad es que casi ni las notaba. Las que tengo por la noche o cuando hago un esfuerzo son más fuertecitas y esas si que las tenía controladas, pero se ve que voy teniendo de las suaves durante el día también. Según la matrona, buena señal, se va preparando el asunto 🙂  El resultado del estreptococo ha salido negativo, cosa que me alegra muchísimo, así pasamos de antibiótico. La muestra de orina está también correcta, así como la tensión y sigo en el mismo peso. La semana que viene, si no me he puesto de parto antes, volveremos a hacer los registros.

Hoy, después de un año sin tomar café (aunque en realidad ya no tomo desde hace unos años, solamente alguno en días puntuales), me ha dado un antojo irrefrenable y me he dado el lujo. Eso si, descafeinado, porque ahora me afecta muchísimo la cafeína, y con leche de avena, y me ha sabido a gloria!! Lo he tomado en la calle, ya que ha sido un día bonito de sol y buena temperatura. Este invierno el abrigo casi ni me lo he puesto, y menos mal, porque ya me cuesta cerrarlo, voy embutida e incómoda con él.

Hemos ido después a comprar un par de cosas al super, y he encontrado algo magnífico!! Unos rollos adhesivos de papel reflectante y pizarra. Hemos cogido los dos, ya que tengo en mente montarle a Biel una habitación rollo Montessori con el espejo, la pizarra y los juguetes a su altura. Todavía queda mucho para eso, pero se que es algo que me costará encontrar, y hemos aprovechado la oportunidad.

Luego, hemos ido a darle una buena limpieza al coche, que ya le tocaba, por fuera y por dentro.  Ya está listo para instalar la sillita de Biel!! Y la siguiente misión era intentar por enésima vez imprimir mi plan de parto, que siempre que lo intentamos fracasamos… Para eso, hemos ido hasta otro pueblo, y nos hemos dado un paseo yendo por el camino largo de curvas en vez de por la carretera, disfrutando de la montañita y la vista de nuestros Pirineos.

Biel ha disfrutado un montón, no se porque, pero le encanta ir en coche, no para de moverse siempre que nos montamos. Lo malo es que con las curvas va de un lado al otro de la panza y he tenido algunas contracciones y he acabado con la barriga cansada. Ya sabemos que hacer si al final no me pongo de parto, seguro que ir a hacer un poco de curvas ayuda 😉

Lo malo ha sido que cuando hemos llegado al pueblo, el locutorio estaba cerrado… así que la misión imprimir plan de parto sigue en el aire. A este paso, me pongo de parto sin tenerlo… A ver si mañana Mamífero tiene suerte (ya lo ha intentado 3 veces sin éxito) y lo puede imprimir cuando salga del trabajo.

Nos hemos vuelto para casa, y justo cuando hemos llegado, ha llamado el paleta para venir a arreglar las humedades. Así que, genial, ha rascado, dado una capa de no se que, y más tarde ha vuelto a poner masilla. Mañana que estará seco, volverá a pintar, así que ha sido rapidísimo, ¡que tranquilidad tenerlo casi hecho!! Me ha confirmado que seguramente el agua es una filtración de la fachada, no es por humedad en el ambiente. Se ve que en otros pisos han tenido muchos problemas también, de todo tipo, y está trabajando en varios de ellos en el edificio. Quisieron entregar los pisos con prisas (típico) y el resultado es que van saliendo las pifias tiempo después.

Esta semana estoy mejor que la pasada en cuanto a energías y dolorcillos varios, gracias a que estoy descansando bien por las noches. A última hora de la noche estoy hecha una piltrafilla, pero es algo normal a las alturas en las que estoy.

Este ha sido el resumen del día, os pongo también un par de fotos con Mamífero y mi cara-pan, y del delicioso primer café del año 😀

 

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Abrazos mamíferos ❤

Que bien se está, cuando se está bien.

Que buenos son los días buenos!! Como se aprecia sentirse bien después de estar mal, ¿verdad?

Llevo un par de noches durmiendo 8 horas, no del tirón claro, con mis pipís y múltiples despertares nocturnos, pero volviendo a coger el sueño con facilidad. Sin acidez de estómago, ni pesadez, y haciendo un horario de sueño normal: a las doce (ayer incluso antes) a la cama.

Así que hoy me he despertado a las 9, a tope de energía y buen humor, con mucha hambre, y un sol radiante de invierno que invita a despertarse y hacer cosas. He puesto una lavadora con las mantitas de mi abuelito meón Flip, y he recogido la cocina y el nórdico que lavé ayer. Me he hecho un zumo, un bocata, y he desayunado con mucha calma, disfrutando.

Después, me he puesto con la misión principal de hoy: limpiar la campana de la cocina. Ayer, haciendo la cena vi que era muy necesario hacerlo, y sabía que no estaría tranquila si no lo hacía hoy mismo. Así que, previo remojo en agua caliente y vinagre de los filtros, me he arremangado a frotar.

Quiero dejar todo lo que pueda limpio a fondo, y tras la operación: horno, nevera, muebles de cocina, me quedaba la campana por sanear. Es algo que siempre da rabia y cuesta ponerse, pero que se debe hacer y cuanto más lo dejes peor. Pero hoy, he disfrutado limpiándola, ¡quien me lo iba a decir!! Saber que la dejas limpita, y que así cuando llegue Biel no me tendré que preocupar de ella por un tiempo, me ha dado una satisfacción inmensa 🙂

Últimamente soy tan feliz con cosas tan sencillas como esta. Dejarlo todo preparado, limpio y arreglado y pensar: la siguiente vez que lo haga tendré a mi hijo reclamándome, así que, hazlo bien a fondo y dedícale el tiempo que luego no tendrás. Estoy maruja modo-on a tope, pero lo hago con gusto, y si me da el bajón de energía, me puedo permitir dejar las cosas para otro día.

Por hoy, me quedará hacer la comida, la cena, pasar la aspiradora moribunda (ya está a punto de pedir la jubilación y emite un ruido parecido a un tren de vapor), y a lo mejor me animo con una lavadora más, que este sol es para aprovecharlo. Se que después a las 8-9 de la noche estaré cansada como cada día, pero satisfecha. Por la noche, sea como sea, siempre parezco un despojillo humano… Mamífero se ríe de mis caras de sufrimiento cuando me visto después de la ducha, o hago maniobras para moverme en el sofá o la cama… Tengo muchas ganas de recuperar mi agilidad de siempre, pero me lo tomo con humor.

Para acabar de rematar lo bucólico del día, acaba de pasar por mi calle: el afilador!! Si, aquí todavía existe, solo que va en coche y un altavoz anunciándose con su melodía característica de antaño. Me recuerda a cuando era pequeña, que ya era raro verlos, que gracia me ha hecho oírlo 🙂

El miércoles, que estaré de 38 semanas justas, iremos a monitores, y tengo curiosidad por saber como es. ¿Me contáis experiencias? ¿Cuanto rato estás ahí atada?

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Abrazos mamíferos ❤

 

 

 

Embarazo: ¡37 semanas!!

Exactamente estoy hoy de 37+3!! 🙂

Muy ilusionada, gordita, y expectante, pues en cualquier momento Biel puede decidir nacer porque ya es un bebé a término. No me acabo de creer que en cuestión de días lo tendremos aquí, llevamos tantos años esperando y soñando este momento que no me parece real…

Lo siento enorme, sus movimientos y golpes son muy fuertes, y aunque dicen que a estas alturas debería moverse menos, yo lo veo tan animado como siempre. Pero ya me va bien, me tranquiliza que sea así, aunque tenga las costillas echas polvo, prefiero que esté activo. Hace un par de días que siento pinchazos un poco más fuertes de lo normal en el pubis, y he empezado a tener dolorcillos como de regla (aunque mucho más flojos que los que suelo tener), sobre todo cuando estoy un rato de pie, o incluso sentada, pero se me pasan si me estiro. Girarme en la cama es bastante incómodo, así como levantarme, sentarme, y sobre todo agacharme, cuando lo hago parece que se me vaya a partir en dos el hueso púbico.

Ya he llegado a los 61,100 kg, y un contorno de barriga de 101 centímetros, creo que he llegado a mi tope. Tengo las articulaciones muy aflojadas, durante el todo el embarazo lo están, pero ahora lo noto mucho más. A veces parece que se me salga la pierna de sitio y me da un dolor agudo en el culo-espalda-pierna que no me permite estar en ninguna posición de reposo. Entonces, tengo que levantarme y «reiniciarme», ando un poco (los primeros pasos son dolorosos), basculo la pelvis sacando el culo, me muevo, y entonces vuelve a su lugar y se pasa bastante el dolor.

Siento a Biel muy encajadito, bien abajo, y mi cuerpo se va preparando… Es emocionante, cada día pienso que ojalá sea hoy el día. Aunque se que esto puede alargarse un mes más, pero tal como me siento, a punto de reventar, no me veo un mes más embarazada… pero será lo que tenga que ser.

Los días se hacen largos, me canso, me caigo de sueño, y cada vez se me agotan las pilas antes. No consigo llegar a dormir las 8 horas casi nunca, y me despierto todas las noches a cada hora, o dos como mucho, para ir al baño, cambiar de posición, o porque si, luego me cuesta retomar el sueño, y muchas veces ni lo consigo. Así que durante el día voy medio zombie, con dolor de cabeza, y me tengo que estirar en el sofá a menudo para reponerme.

Parece que los ardores y la acidez me dan tregua, no han desaparecido, pero estoy mucho mejor ahora que semanas atrás. Y las náuseas han vuelto, vienen con el cansancio, o cuando tengo mucho hambre, sobre todo a primera hora del día y por la noche. El otro día llegué incluso a vomitar un poco de la cena por lo cansada que estaba. A parte del agotamiento y lo torpe que me siento, no me puedo quejar de este final de embarazo porque está todo dentro de la normalidad.

El otro día, haciendo la compra en el supermercado, me paró un señor para preguntarme. Se ve que tenía cara de moribunda porque me dijo que me veía cansada y muy avanzada. Me preguntó lo típico, que si era niño o niña, y que que para cuando se le esperaba. Le dije que ya podía nacer cuando quisiera, y que era niño, y me contestó señalando a una niña que debía ser su nieta: muy bien, así ella será una asaltacunas! Vale… ¿me quedo con su teléfono para concertarles una cita? Es surrealista lo que se llega a oír de boca de un extraño xD Pero bueno, el hombre fue muy amable y me deseó un buen parto.

Mamífero me está mimando mucho, es todo un padrazo, nos cuida tantísimo!! En sus días de fiesta es el motor de la casa, animales y nuestro. Además de acompañarme a médicos y hacer la compra, lo deja todo hecho a fondo para que entre semana yo haga mantenimiento, y lo del día a día. Eso me tranquiliza pues en cualquier momento puedo ponerme de parto y prefiero tenerlo todo en orden. Por las mañanas, cuando está en casa, aprovechamos para contemplar los bailoteos de Biel, y saborear estos últimos días solos, e imaginar como será nuestra nueva vida dentro de unos días.

Maru en nuestro momento mañanero, le encanta ponerse encima de Biel ❤

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Esta semana vimos al anestesista para tener preparado y firmado el consentimiento por si finalmente necesito la epidural. Y la semana que viene empezamos con los monitores, ¡que ganas!! Tenemos casi todo listo por si decide nacer, aunque sigue quedándonos el coche por limpiar, la sillita por instalar, y no hemos podido imprimir el plan de parto todavía… Nos faltan horas y energía los días de fiesta de Mamífero, pero lo conseguiremos!!

Un par de fotos saliendo del hospital 🙂

 

Hemos tenido también la última clase de educación maternal, ¡hemos conseguido hacerlas todas!! Hablamos de los cuidados del bebé, las curas del ombligo, y las cosas necesarias a tener. Poca cosa la verdad, por eso ni me extiendo en contaros. Ya me despedí de mi matrona, quedando en que la avisaría cuando nazca Biel para que me hiciese la visita a domicilio y hacer el seguimiento post-parto con ella. Hay un grupo de mamás para después del embarazo, pero es mas un evento social que para solventar dudas. Yo no soy muy de ir a socializar porque si, así que no creo que vaya a pasar el rato, si tengo cualquier duda iré a la consulta con la matrona.

Cambiando de tema, nos han salido humedades en la habitación de matrimonio y en otra, y no me hace ninguna gracia tenerlas cohabitando con un bebé. También hubo filtraciones de nuestra ducha a la casa del vecino de abajo, por lo que ayer vino un señor a arreglarlo, y aproveché para apretar a la propietaria con lo de las humedades. Ya se lo había dicho hacía días pero no parecía muy por la labor de arreglarlas, se ve que mantener el piso en condiciones (gastar dinero), no le apetecía. Para arreglar el problemilla del vecino antes de que fuese algo grave/caro, se ha movido rápido, pero que su piso se llene de moho le parece algo sin importancia… Le dije que así no lo podía dejar, que con un bebé en casa no era plan de tener la pared verde. Le ha costado entenderlo, para ella son algo normal y no lo ve como un problema para la salud… se ve que es saludable respirar moho.

En estos últimos 2 años y pico hemos cambiado de casa 4 veces, y en todas había humedades (otros problemas a parte). El moho nos persigue, y lo odiamos. De la última casa que nos encantaba, nos fuimos por la cantidad de humedad que había, era exagerada. Me pilló embarazada de Aritz, un verano de lluvia diaria e intensa, poco sol y fresquito montañero (era una masia en alta montaña), terrible… Tuvimos que pasarnos a dormir-vivir al comedor-cocina (en un incómodo sofá cama, muerte para una embarazada) porque en la habitación era insufrible. Llegaba a vomitar del olor a humedad que había en el ambiente, y no era exageración, había mucho. Se nos llegaron a pudrir zapatos, ropa, objetos de todo tipo, muebles, comida… todo se ponía verde. Aguantamos 6 meses allí, hasta que nos mudamos a el piso en el que estamos, en el que no hemos tenido problema alguno hasta ahora. Cambiar de casa 3 veces en poco más de un año ( esta última embarazada y con amenaza de parto prematuro ) es un horror, y lo que hemos llegado a pasar da para unos cuantos posts…

Volviendo al tema: al final cedió, dice que rascarán y pintarán la pared a poder ser, antes de que nazca Biel, o sea, pronto. También me ha soltado que no me preocupe si nace antes, que podemos dormir sin problema con la habitación recién pintada, que ahora las pinturas «no huelen». A lo que contesté que, huelan más o menos, son tóxicas y no es lo más adecuado respirarlo, cuanto menos, un recién nacido… Es muy buena mujer esta señora, pero tiene unas cosas «old school» que me dejan el culo torcido.

Por otro lado, le han dado una buenísima noticia  a Mamífero, le han subido la categoría, ¡por fin!! Después de pasados 5 años en la empresa haciendo de todo y más, con la categoría de ayudante de camarero, ahora, por fin, es camarero!! Eso se traduce en una subidita de sueldo, no para echar cohetes, pero buena y necesaria es, y ya era hora de que su nómina fuese acorde con el trabajo que desempeña.

Así que ha sido una semana positiva, todo se va poniendo en su lugar 🙂

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Abrazos mamíferos ❤

 

 

 

Más reflexiones, recados y aventuras en una farmacia

Ha sido un día agotador, y aquí sigo, como un ave nocturna… ¡necesito dormir y no puedo!!

La noche pasada dormí apenas 6 horas, poco para recuperar las 48 horas sin apenas dormir, pero me sentaron bastante bien. Eso si, con el pipí mañanero de las 8, he vuelto a retozar a la cama con ánimo de dormir pero sin éxito… Harta de dar vueltas y con la cabeza a tope de cosas pendientes, ideas, ilusiones, miedos, emociones y desvaríos… He llamado a Mamífero, que ya estaba despierto, para que viniese a darme unos achuchones de buenos días.

Eso si que es empezar el día bien, cuando tiene fiesta y no tenemos madrugón hospitalario, lo que más deseo del mundo es despertar y abrazarle encamados un rato largo. Le echo tanto de menos cuando está trabajando, y sé que nos queda tan poco ya de esta tranquilidad de despertarnos con mimitos y solos… Que pausaría esos momentos y me quedaría ahí las semanas que nos quedan hasta que de a luz.

Al hilo de lo que escribí el otro día en esta entrada, hemos estado hablando de que este embarazo ha sido tan difícil emocionalmente hablando, que apenas hemos hecho nada, nos hemos limitado a sobrevivirlo. Y es injusto para nuestro hijo Biel que haya sido una carrera de obstáculos en vez de un paseo entrañable. El embarazo de Aritz fue tan dulce, tan inocente y lo vivimos tan a tope… y en este no hemos sido capaces de estar a la altura. Tampoco hemos estado obsesionados ni amargados, pero no ha sido lo mismo, ni de lejos.

Hemos recordado momentos bonitos del pasado, y nos hemos dado cuenta que desde que Aritz se fue no hemos salido apenas ni planeamos días de disfrute. No ha sido un año fácil en muchos aspectos, y el embarazo nos ha absorbido mucho tiempo y energía. Ni siquiera hemos salido casi a dar un paseo juntos, no hemos ido a celebrar los buenos momentos después de las ecografías, nos ha costado hacernos fotografías… Estábamos en permanente acecho, esperando a pasar las semanas y que saliese todo bien. Dedicando el tiempo libre a médicos, mantener la casa en orden, preparando su llegada y poco más, se nos han ido pasando estos nueve meses, casi como un trámite para llegar al parto.

Ahora me da mucha pena, pero no he sabido hacerlo mejor. En todo momento me he sentido conectada con mi hijo, no he parado de disfrutar sus movimientos, sus avances, he reído con sus pataditas, y le he dicho mil veces al día cuanto le queremos. Pero me ha sido imposible vivirlo a tope.

Mamífero me ha propuesto entonces salir a comer, que nos diera el aire, y darnos ese caprichito. Y hemos comido un plato combinado en una terraza, aprovechando el sol y la buena temperatura. Luego teníamos clase de educación maternal allí al lado, o más bien inmediatamente después porque empieza a las 3, con el sopor digestivo.

Hoy hemos hablado de lactancia, y aunque no ha estado mal, no hemos aprendido nada nuevo. Mamífero se sorprende de como sin haber leído nada al respecto, sabe ya todo lo que explican en las clases. Si, ya se las tragó el año pasado, pero la sensación era la misma entonces. Lo único que no sabía, y le ha hecho gracia ha sido la postura de rugby para dar el pecho.

Básicamente hemos repasado los beneficios de la lactancia, posturas básicas, correcto agarre, y los problemas que pueden surgir: mastitis, grietas, o ingurgitaciones. Nos ha dicho como actuar ante los problemas, y como lograr una correcta lactancia, producción de leche y extracción. Hemos repasado experiencias de las madres repetidoras y sus angustias ante las dificultades.

Después hemos ido a la capital de comarca a hacer recados, algo que para mi es ya agotador por el hecho de subir y bajar del coche y andar de tienda en tienda. No hemos conseguido hacer todo lo que nos hemos propuesto, pero algo hemos solucionado. Por lo pronto ya tenemos todo lo que nos faltaba para completar las bolsas del hospital: una tarjeta de memoria para la cámara, cargadores para móviles, las cartulinas para la impresión de la placenta, aceite de almendras y jabón para Biel, gasas y alcohol de 70º para las curas del ombligo, y empapadores.

Esto último me ha costado una aventura, y me han salido gratis, porque casi se han negado a vendérmelos, ya que no han entendido para qué los quería… Cosas absurdas de la vida, tu pides algo, y en vez de vendértelo, te hacen un interrogatorio para saber por qué lo quieres (ni que hubiese intentado comprar morfina…). Tu explicas que lo quieres para los posibles derrames de sangre y leche en el postparto para resumir, porqué les voy a dar otros usos también, pero te tratan de tonta primeriza que se le ha ido la olla.

Dicen que para la leche existen discos de lactancia, les digo que los tengo. Obviando detalles de mi vida privada como: oye, ¿y si quiero dormir sin sujetador y dejarlas al aire (ya sea por grietas, comodidad, o por que si) y no quiero que la cama se empape de leche o regurgitaciones del bebé?… Me explican que para la sangre hay braguitas deshechables, les digo que ya, que usaré compresas. Me responden que las compresas van pegadas a las braguitas (mmm si?), y que los empapadores son muy grandes, pensándose, que se yo, que pretendía ponérmelos como un pañal… Les doy más explicaciones, innecesarias, obviando el tema de que a una le puede apetecer dormir en pelotas, que las posibles cicatrices agradecerán el aireo nocturno después de pasar el día compresa va compresa viene… Y razono, que en el caso de escape de sangrado, algo que a todas nos ha pasado con la regla, no quiero manchar la cama cada día.

Parece que mis explicaciones les parecen absurdas. Ya no les explico que también los quiero para llevar un par en el bolso, por si de camino al hospital rompo aguas en el coche y la lio parda. Y ni se me ocurre la opción de decirles que tienen múltiples usos como cuando el cambiador está para lavar o hay un desastre-emergencia de cacota explosiva de bebé. O lo más surrealista, que tengo un gato viejuno con incontinencia urinaria que precisa de una mantita especial para dormir si no quiero que todo huela a su pis, y que cuando vaya de culo con un bebé y tenga sus mantitas sucias, pues un empapador me haría el avío la mar de bien.

Pero no, ellas, dos farmacéuticas-madres experimentadas, contra una mamá primeriza, han ganado la batalla. Y me han sentenciado: mira, un paquete no te lo puedes llevar porque hay muchos y ¡¿qué vas a hacer con ellos?! Pero te voy a dar un par de muestra gratis para que veas lo que son. En sus cabezas la frase terminaba con: Para que veas que eso no lo necesitas para nada, loca!!

Flipando me he quedado con su don de ventas. Superada y saturada, les he dado la razón, mirándome con Mamífero en plan: ¿WTF?!! y hemos salido riéndonos de la situación surrealista. Al final he pensado, bueno, mejor, ya tengo un par gratis para echar en la bolsa del hospital por si hay una emergencia. Si luego veo que realmente no los necesito nada, y sino, los compro por internet que son infinitamente más baratos y no te cosen a preguntas…

Hemos seguido con los recados, he comprado plátanos y mandarinas para mi dieta-plan de absorción de hierro total (por cierto que mal me ha sentado el hierro nuevo y que malo estaba…). Y hemos continuado pateando hasta el otro lado del pueblo para encontrar que el locutorio dónde íbamos a imprimir el plan de parto estaba cerrado. Y hemos vuelto a casa, dejando por hacer para el resto de la semana: la compra, el lavado de coche, la instalación de la silla, el plan de parto sin imprimir, el pienso de los gatos por comprar, un butano por cargar y la casa medio patas arriba.

Pero al menos, las bolsas del hospital tienen lo indispensable para salir en caso de emergencia, y eso me da mucha tranquilidad 🙂

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Abrazos mamíferos ❤

 

 

Visita con la ginecóloga (35+6)

Hoy hemos tenido visita con la ginecóloga del nuevo hospital, tocaba llevar la muestra de orina y me ha hecho también la prueba de estreptococo. Y ya me ha ido programando las visitas para las siguientes semanas: la semana que viene, tenemos visita con el anestesista, y llevar otra muestra de orina (no sabía que hacían dos cultivos tan seguidos!). Tendremos ya el resultado del estreptococo y del cultivo de orina de hoy, que espero den negativo ambos.

Me ha dicho que ya deje el Adiro (bien!), y que empezaremos con monitores en la semana 38, un poco antes de lo normal por mi historial, así controlan el bienestar del bebé. La altura uterina ha aumentado dos centímetros en menos de un mes, estoy en 32 centímetros. Y según su balanza he perdido medio quilito, pero en casa sigo pesando lo mismo, por lo que creo que es cosa del cambio de báscula.

El corazón de Biel sigue a tope, y él también, haciendo la cobra cada vez que le ponen el aparato encima. Lo han encontrado a la primera, pero después él se escapaba literalmente del doppler, yendo para el lado contrario. Siempre nos hace reír, como estoy delgada, se ve mucho como se mueve el bichejo, y es muy gracioso ver como huye.

Todo está bien en general, excepto el hierro, que sigo baja. No me ha dado tiempo a recuperar durante este mes, sigo casi igual que como estaba. Ha sido un poco decepcionante porque me he esforzado en comer bien, tomarlo con vitamina C y aguantar la acidez que me daba, y quería ver mejoras… Estoy a 6,8 de ferritina.

No quiero estar baja de cara al parto, teniendo en cuenta que además puedo sangrar más por la placenta baja, no me quiero quedar pajarita. Así que me ha recetado un hierro más concentrado que ya hemos comprado, porque el parto puede desencadenarse en cualquier momento, o de aquí a un mes, y cuanto antes me recupere, mejor.

Esta noche no he dormido nada, un par de cabezadas de 5 minutos que no me han sabido a nada. Así que he dormido un poco por la tarde, hora y media nada más… y esta noche espero poder recuperar el tiempo perdido, que mañana tenemos mucho que hacer.

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Esta foto me la ha hecho Mamífero en el hospital, que ya hacía un mes que no hacíamos ninguna. Ha sido un día bonito, soleado y cálido, parece que siempre que vamos a ese hospital hace buen día 🙂

 

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Abrazos mamíferos ❤

 

 

 

Reflexiones antes de ser padres

Estos días he estado pensando que se nos acaba la etapa de noviazgo. Se lo dije el otro día a Mamífero con lagrimillas en los ojos, pero no con tristeza, sino con melancolía e ilusión a la vez. Ha sido una etapa larga, ocho años juntos, conociéndonos, la mayoría de ellos conviviendo, no han sido cuatro días… Aún así, cuando algo acaba, miras atrás, y te acuerdas de lo bueno, dejas a parte lo malo, y te das cuenta también, de que hay cosas que no volverán a ser igual.

No se trata de terminar, más bien, empezamos otro capítulo distinto. Y es bonito, el que tanto deseamos y nos ha llevado estos últimos años a luchar y unirnos más que nunca. Tenemos muchas ganas de todo lo que implica tener a nuestro cuidado a un hijo. Hace mucho que imaginamos como seremos como padres, como queremos educar, qué cosas nos hace ilusión vivir y compartir.

La melancolía aparece cuando me doy cuenta de que hemos estado juntos tanto tiempo, y todavía, por ejemplo, no hemos ido de viaje juntos, ni una escapada de vacaciones a la vuelta de la esquina, ni un fin de semana lejos de casa… nunca. Eso ahora no lo podremos hacer, y si lo hacemos con un hijo, será distinto a hacer un viaje en pareja. No será peor, ni mejor, será diferente.

No es que me arrepienta, ni siento que hemos perdido esa oportunidad, nunca es tarde. Realmente, si no lo hemos hecho (además de porque nunca nos ha sobrado el dinero) es que no era tan vital para nosotros. De hecho, siempre hemos tenido otras prioridades como dedicarnos a nuestros animales, y todo no podía ser. Por lo que no es ningún drama, no me preocupa, pero si que me paro a reflexionar.

A una parte de mi, le gustaría alargar esto, darle más magia, sumar recuerdos bonitos (aunque ya tenemos muchos), escaparnos y que se pare el mundo. Salir a pasear porque si, cogernos de la mano y disfrutar de la compañía del otro sin más. Ponerme guapa e ir a cenar con él, o a tomar una cervecita como hacíamos tiempo atrás. Sentirme especial a sus ojos, ser esa persona que le alegra el día y el plan más esperado de la semana.

Es una tontería, lo sé, cualquier etapa es buena para seguir haciendo estas cosas. Pero me pongo romántica, (benditas hormonas), y me entra la nostalgia de que no será como antes. Con todo esto no quiero decir que no me sienta especial, o que esa ilusión haya desaparecido. Porque lo haremos, pero el marco cambiará, seremos padres. Y también me da por pensar si con el ajetreo que nos viene encima, tendremos tiempo, energía, y empuje para dedicarnos el uno al otro como pareja.

Seguro que si, pero me da miedo porque es algo que no hemos vivido, y porque estoy en baja forma mental y física después de estos años tan duros. Y como últimamente no hemos tenido ni tiempo, ni ocasión, ni medios, ni humor o energías para hacer esas cosas románticas, pues lo echo de menos. Además, le sumo que estoy con la autoestima a mínimos, que me siento cansada, poco atractiva, más madre que mujer, y muy lejos de aquella que años atrás enamoró a Mamífero.

Reitero: no es peor, es diferente. La relación ha evolucionado, y ahora estoy mucho más segura de los lazos que me unen a él que años atrás. He ido descubriendo poco a poco nuevas facetas que me han ido enamorando más y más. Y ahora que le veo como padre, todavía me atrae más como hombre. No somos los mismos, ni lo seremos dentro de 10 años. Ahora priman unas cosas, y compensan otras, como la comodidad que sentimos el uno con el otro, la confianza, la seguridad, y lo mucho que nos conocemos. No quedan secretos, ni vergüenzas o inseguridades que ocultar. Y eso es precioso, no se consigue en dos días, nos lo hemos trabajado durante años.Valoro mucho la relación que tenemos, la que tuvimos, y la que tendremos, siempre en constante cambio.

Aunque siento que una parte de mi quiere aferrarse a ser la moza que le hacía perder horas de sueño para disfrutarlas pasando las horas. Pero la otra quiere ser la madre de sus hijos, su familia, su hogar.

En cuestión de semanas, o días, seremos responsables de un bebé y pasaremos a ultimísimo plano como individuos, como pareja… Es emocionante, y lo estoy deseando, pero es imparable, no volveremos atrás. Nos lo hemos pensado mucho, no es que ahora me de cuenta de esto y me arrepienta, pero da vértigo, ¿verdad?

¿Es algo que me pasa a mi sola? o ¿a alguien más le ha dado por reflexionar en este punto?…

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Abrazos mamíferos ❤

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