Por una conciliación real ya!!

Hace un par de semanas, Biel cumplió 16 semanas. Ha crecido mucho desde que nació, pero todavía es tan pequeño… Desde entonces, no dejo de pensar en todas las mamás que terminan su permiso de maternidad en este punto, algunas, incluso antes por ser autónomas o por necesidad de sus empleadores… Que injusticia, que desamparo, que dolor en el alma… Y no solamente por ellas, que también, sino por los bebés, tan frágiles y dependientes todavía. Hace unos meses, escribí un post que viene muy al tema (aquí lo tenéis), y ahora, que tenemos a Biel con nosotros, y me tocaría reincorporarme al trabajo, duele e indigna más que nunca…

Nuestros bebés, todavía lactantes en exclusiva, se ven alejados de los pechos de sus madres, que no solamente les brindan alimento, sino también consuelo, seguridad, bienestar, cariño, calma, hogar… Los que toman leche de fórmula necesitan igualmente ese contacto, esa atención y dedicación exclusiva, algo que, de ninguna manera, pueden obtener en una guardería. Por muy bien cuidados que estén, por muy respetuos@ y amoros@ que sea el/la cuidador/a, hay cosas insustituibles… Con un/a cuidador/a en exclusiva, quizá se consiga algo más de calidez, pero, que pena que ese cariño lo tengan que recibir de otr@… Para un/a bebé, la persona con quien pasa más horas al día es un referente, ellos necesitan alguien que les aporte seguridad, y es ilógico que esa figura no sean su madre o padre.

Cada vez, mi hijo se da más cuenta de quienes somos todos: su padre, sus abuelas, yo… y los desconocidos, son eso, personas ajenas a su día a día. Ahora que está aprendiendo todo esto, creando vínculos, conociéndonos… que locura desaparecer de su vida! Quiero estar presente, ser su figura de referencia, que integre que puede contar conmigo. Después de gestarlo durante más de 9 meses, como es posible que antes de cumplir el cuarto mes, esta sociedad enferma, nos empuje a dejarlos en manos de otros?… Aunque sean los abuelos, tu hermana, tu tía, tu mejor amiga… quien debe estar ahí son sus padres. Nos necesitan, no podemos separarnos tan pronto.

Todas las cosas que Biel está aprendiendo, de un día para otro, me las perdería… que tristeza. No solamente para mi, sino para él. Veo en su cara la ilusión cuando hace algo nuevo, le sonrío, le aplaudo, y lo celebramos juntos! No puede ser que esos logros ocurran cada día a tant@s bebés, y pasen desapercibidos… Quizá un/a cuidador/a lo vea, y lo valore, pero lo óptimo es que ese bebé reciba la inmensa alegría con que lo vivirían sus padres. Claro que tarde o temprano el padre y la madre verán a su hijo darse la vuelta, reptar, balbucear las primeras palabras, intentar andar… pero esas primeras veces, cuando ves la emoción, la intensidad y el empeño, seguidos de la satisfacción de tu hijo por haber logrado algo hasta entonces irrealizable… esos momentos son impagables, y no vuelven.

España es de los países que menos tiempo concede de baja por maternidad y paternidad, algo que se toma a la ligera porque «todos los bebés van a la guardería», «no pasa nada y así socializan», «hay que ganarse la vida»… y un largo etcétera que no son más que tiritas para heridas demasiado profundas. No vale seguir lo que nos dicta el Estado, nuestro instinto nos dice que no está bien, ninguna  madre o padre vuelve al trabajo después de la baja con alegría. No es lo correcto, lo esperable, lo que la naturaleza dicta… y eso tiene unas consecuencias, algo que no se está teniendo en cuenta, pero esa desvinculación tan temprana no puede traer nada bueno.

Me diréis que tenéis hij@s sanísimos emocionalmente,  con apego seguro hacia vosotr@s… No me refiero a eso, cada familia sabe como compensar esas horas separados de sus cachorros. Lo que digo es que no es lo óptimo, que no deberíamos vernos obligad@s a elegir, que los bebés deberían tener el derecho inamovible de estar con sus progenitores hasta que sean suficientemente maduros. Su derecho debería estar por encima de todo, nos necesitan a su lado en las primeras etapas. El Estado debería velar porque eso ocurra, que los padres sean quienes cuidan de sus hijos.

En edades tan tempranas, el tiempo si se mide en cantidad, calidad también, pero estar todo el día separados, fuera de su hogar, no es positivo. Ellos se nutren de explorar su espacio, de vivir un día a día aprendiendo las cosas sencillas que pueden compartir, lo cotidiano, sin prisas, sin horarios ni obstáculos. También necesitan conocer, escuchar y seguir sus propios ritmos de sueño, comida, juego, descanso, interacción… No deberían ser encorsetados y ceñidos a las necesidades laborales o las posibilidades de quien/es les cuidan. Están conociendo el mundo y a si mism@s, como vamos a encerrarles en el infierno de la vida adulta?… cumplir horarios, seguir normas estúpidas, ignorar sus necesidades, ser un@ más del rebaño, portarse «bien», comer cuando toca y lo que toque, socializar porque deben, aprender, dejar el pañal o el chupete cuando lo digan las normas del centro, ser uno más y conformarse, compartir juguetes cuando están en una etapa ególatra (positiva y muy necesaria), despojarles de la seguridad y la calma del hogar, fundirse en la rutina y sumar horas, semanas y años creciendo, quemando la infancia, como si eso no fuese algo increíble y emocionante que no se repetirá jamás en su vida…

Sin ánimo de ofender a quienes no tienen alternativa, no os sintáis mal, pero admitamos que es un error separarnos de nuestras crías tan prematuramente. La infancia de tu hij@ es una, para ti madre o padre, pero sobre todo para ellos, y merecen vivirla con sus padres cerca.

Doy gracias por tener un padre que va a trabajar cada día para darnos sustento económico… Un padre que se va al trabajo cada día con nostalgia, echándonos de menos, y esperando mis mensajes, fotos, vídeos o audios con las novedades del día. Cada cosa que Biel consigue, siento pena porque su padre se lo ha perdido, e intento hacérselo saber al momento, que sea partícipe de alguna manera de lo que vive su hijo. Y es que deberíamos estar juntos, es injusto que lo tenga que vivir en diferido… Al menos, se va de casa sabiendo que Biel está en buenas manos, que no está aparcado mientras trabajamos fuera de casa ambos. Tenemos un humilde sueldo, pero preferimos apretarnos el cinturón a que nuestro hijo crezca lejos de su hogar.

Ya que viene al tema, quiero comentaros que desde Barcelona, se ha iniciado un movimiento para la conciliación real: Madres sí. Pero guerreras también. A raíz de un comentario de una mamá en un grupo de crianza, en el que expresaba su dolor e indignación por tener que volver tan pronto al trabajo, se inició esta movida. Se lo están currando mucho, hay un manifiesto, un blog, una página y un grupo en facebook… Y se hizo una concentración el pasado 12 de Junio, logrando llamar la atención de la alcaldesa, quien se comprometió a poner de su parte. Si os apetece saber de que va, poner vuestro granito de arena, aunque sea simplemente dándole visibilidad, compartiendo los eventos, artículos, participando en las votaciones del grupo… Pasad por la página, uníos al grupo, y luchemos por los derechos de ellos, nuestros bebés. Porque les están pisoteando sus derechos más básicos de cuidado y alimentación privándoles de nosotr@s. Fuerza guerreras!!

Este es su-nuestro manifiesto:

13217598_1733339970275612_8750890053294549754_o

Os dejo links:

El grupo en facebook de Madres, si. Pero guerreras también:

https://www.facebook.com/groups/601956269967708/?fref=ts

Y su página en facebook:

https://www.facebook.com/madressiguerrerastambien/?fref=nf

El blog:

https://madressiguerrerastambien.wordpress.com/

Si te ha gustado lo que has leído, no dudes en compartir, comentar, darle a me gusta y seguir mi blog! Gracias por leerme 🙂

Abrazos mamíferos ❤

 

 

Biel comiendo puños

Como ahora mi-nuestra vida, está tan felizmente condicionada por los ritmos de Biel, estreno una nueva sección humorísitico-pictórica en el blog: humor mamífero. Ya que no tengo demasiado tiempo para escribir  (y hacerlo con el bebote en brazos-teta es más complicado) pero nos pasan cosas muy divertidas, iré contando breves anécdotas o ilustrando momentos como este. ¿Os parece?

El mini-post de hoy, es para enseñaros la cara de loki-loker que pone mi cachorrillo comiéndose los puños, algo que hace desde el primer día. Y al lado, la zumbada de su madre imitándole…

Biel es clavado a su padre, pero desede luego, las caras de loco son mías! XD

13181191_10209190881480240_1709292206_n

A ver si me deja escribir el monete y publico una entrada decente algún día… 😉

 

Si te ha gustado lo que has leído, no dudes en compartir, comentar, darle a me gusta y seguir mi blog! Gracias por leerme 🙂

Abrazos mamíferos ❤

Aritz

Necesito escribir tu nombre, se me atraganta tenerlo tan callado… Como no tengo ocasión de pronunciarlo tanto como quisiera, escribo sobre ti.

13090085_10207670579256172_274456814_n.jpg

Bordados por una amiga de mi madre durante sus embarazos 

 

Te echo de menos. Echo de menos no haberte conocido fuera de mi.

Siento tu ausencia en cada detalle. Un vacío inmenso que es tu lugar, uno que nadie puede ocupar.

Tengo otro hijo. Un hijo que al que quiero tanto como a ti, porque una madre no hace distinciones.

No es justo que comparen. No puede competir la muerte con la vida.

No puede medir el amor hacia un hijo en meses. El tiempo no puede definir algo tan grande.

Su presencia no me aleja de ti. Estás más cerca que nunca, aunque algunos pretendan que eres pasado.

Tu hermanito me da la vida. Aquella que se me fue contigo.

Él vino a compensar el daño. Aunque el dolor permanece, amortiguado, y endulzado por su llegada.

Sonrío con su presencia. Seguiré llorando por tu ausencia.

Beso a Biel. Cuando lo hago, vuelvo a besarle para intentar darle todo el amor que me quedo para ti.

Veo crecer a mi bebé. Me pregunto como serías tu ahora.

Huelo su piel. Al hacerlo, me duele no poder recordar tu olor.

Tenemos cientos de imágenes y recuerdos suyos. Todos los que me faltan de ti, duele no poder volver a ver tu cara nunca más…

Miro sus manos, son grandes y fuertes. Siento todavía como eran las tuyas, tan diminutas y frágiles entre mis dedos.

Acaricio su piel, tan delicada. Y mientras lo hago, recuerdo la suavidad de la tuya.

Viste tu ropa, usa tus cosas, tiene tus ojos… Vive por ti, por ambos, lleva tu mirada para que te veamos en vida, y parezca que vives a través de él.

Duerme plácidamente mi hijo pequeño. Recordándome tu rostro de sueño eterno, en paz.

Todos se interesan por él, dicen que es hermoso. No fue así cuando tu naciste, no te nombraron, no preguntaban, no saben que eras tan perfecto como él.

Biel recibe el cariño y las palabras que a ti no te llegaron… Por eso repito una y mil veces cuánto te queremos, que precioso bebé eres.

Él es el centro de las miradas y la atención, mientras que nadie parece recordarte…  y cuando alguien lo hace, fugazmente, pronunciando tu nombre, sonrío, orgullosa de que hablen de mi otro hijo.

Tanto te amo, tanto le quiero… Los dos sois parte de mi, uno crece a mi lado, el otro permanece etéreo, presente.

Parí dos hijos, pero en este plano, vivo con uno.

Al tener un hijo vivo estás más presente que nunca. Soy madre de la vida y madre de la muerte.

Te quise antes de que existieras, y te quiero más allá de tu existencia física.

Contigo aprendí a vivir con la muerte presente, para poder ver la vida en su totalidad.

Las madres cuando engendramos vida y la sostenemos, somos dichosas creadoras y protectoras. Después de ti, entendí que también podemos albergar muerte, y mantenerla presente con el amor infinito de quien ama más allá de lo tangible.

Conocedora de que mis entrañas y mi cuerpo son una jaula, una limitación física que me mantienen al margen de tu existencia; acepto ser madre incompleta en esta vida porque desde tu eternidad me enseñaste que existes en mi, en todo.

Soy feliz a pesar de no vivirte, puedo vivir a tu hermano, y abrazar tu muerte.

Aunque no me entiendan, aunque te tengan menos en cuenta, para mi sois dos caras de la misma moneda.

No hay día que no piense en ti, necesito nombrarte, recordarte, hacerte partícipe de nuestra felicidad.

Sigues recibiendo mi amor en cada gesto que le dedico a Biel, siempre.

Mis dos hijos, cada uno en su camino, iluminando el mío.

Aritz, tu hermano pequeño está aquí por ti, gracias por habernos llevado hasta él.

Os quiero mis niños ❤

 

Si te ha gustado lo que has leído, no dudes en compartir, comentar, darle a me gusta y seguir mi blog! Gracias por leerme 🙂

Abrazos mamíferos ❤

Desmintiendo tópicos… El embarazo tras una pérdida gestacional.

imgres

Cuando te vuelves a quedar embarazada después de perder un hij@, todo son buenas esperanzas, alegría e ilusión. Y aunque así lo vivas la mayor parte del tiempo, y te sientas afortunada y feliz, un embarazo no pone fin a un duelo. Así que no siempre estás en esa nube. Te das cuenta de que por lo general, sólo por estar esperando un bebé, se suele dar por hecho, que estás mejor, que lo has superado, ya que ahora tienes una nueva alegría y las penas deben quedarse atrás. Y en parte es verdad, seguramente una nueva alegría, ya sea un hijo o cualquier proyecto que te ilusione, te hace los días más llevaderos. Pero que los días pasen más livianos, no implica que el vacío no siga existiendo, y que tengas días en los que la tristeza haga sombra a la felicidad. Un sentimiento no sustituye al otro, ya que un hij@ es insustituible, y lo que le pasa a una familia en ésta situación es que tiene el corazón dividido. Por una parte vives el momento, lo disfrutas y agradeces, pero por la otra, sigues echando de menos al que te falta. Precisamente ahora que estoy embarazada, es cuando más le hecho de menos, es inevitable. No puedo no pensar que éste nuevo ser, tiene un hermanito, que no es mi primer hij@.  Aunque pase el tiempo, el dolor se revive cada vez que lo recuerdas. Aunque aprendas a sobrellevarlo, llores menos, o pienses menos, el amor que sientes siempre será el mismo, así como su vacío. Lo que se ve por fuera, no refleja todo lo que sentimos. Que yo hoy sonría, solamente implica que he transformado mi llanto en algo distinto, o que ahora no necesito manifestarlo de ésa manera. Pero tampoco significa que no le vaya a llorar más. Por eso, pensar que alguien que rehace su vida, olvida, supera, o deja atrás el dolor, es una mala premisa. Ya que lo que estamos haciendo es, precisamente, lidiar con ése vacío lo mejor que podemos,  pero éso no implica que no tengamos presente la ausencia de nuestro hij@.

Además, ocurre que, la mayoría no vuelven a preguntar cómo lo llevas, o nunca más mencionan al hij@ que se fué. Y aunque muchos no lo hacen precisamente para no revolver las heridas, duele más que eviten nombrarlo. Se queda en el olvido ése ser al que tu nunca olvidarás, y que llevas cada día en tu mente como parte inseparable de tí mism@. Y es bonito que te recuerden que creaste un ser único e irrepetible, que ya no está, pero que los que te quieren también le tienen presente. Te quedas sol@ en el proceso de duelo porqué se supone que estás en un momento mejor, y si, quizá estás mejor, pero nunca se acaba ése proceso, pueden haber altibajos y el apoyo siempre viene bien.

Ante la noticia de un nuevo embarazo, lo más probable que te digan es algo como: «Éste embarazo si que irá bien.», «No tiene por qué volver a pasar.»,  y en general, se anima a la familia como si se tuviese la seguridad de conocer el futuro. Aunque obviamente tengan la intención de ofrecernos seguridad y buenas esperanzas, nos puede incomodar, al menos, a mí me pasa. Y es que, a veces dudas, te hundes, y te preparas para lo peor, nada más que «por si acaso», no nos lo vayamos a creer del todo.

No hay nadie más realista que una madre que ha sufrido una pérdida, y si son varias como en mi caso, sabes que nunca hay nada seguro. Siempre dudas, y cuando escuchas una afirmación así, piensas: no, nadie lo sabe. Aunque la intención sea buena, es solamente un buen deseo. Y claro que soy positiva, ser realista no me quita la esperanza ni las ganas de pensar que sí, puede ir bien ésta vez. Pero me lo tomo como una posibilidad, no como un hecho, ya que duele demasiado dar por sentado algo tan delicado para mí. Agradezco infinitamente a tod@s los que creéis que va a ir bien y así me lo decís, de verdad que sé que es un bonito gesto. Pero para mí, creerlo o no, no cambia las cosas, yo creí que mi hijo sobreviviría hasta el último momento, y te das cuenta que al final, lo que tiene que ser, es. Así que prefiero ni siquiera plantearme si va a salir adelante este bebé o no, solamente disfruto y vivo el momento. Así que, creo, que en cualquier caso, es siempre mejor escuchar y preguntar cómo lo vives, cual es el enfoque de la persona en particular, antes de hacer frases hechas, por muy buena intención que lleven.

Otro tópico que encuentro a menudo, es el de que un hijo que no está no ocupa un lugar al mismo nivel que los que viven.Este nuevo hij@, aunque lleve más semanas de gestación, aunque viva una larga vida a nuestro lado, no es más hijo que el que perdimos. Normalmente los que no han perdido un hij@, no lo ven así. Pero para muchas familias, el que se fue, siempre tiene un lugar. Al igual que entre hermanos los padres no hacen distinción, una familia en duelo quiere y tiene presentes a todos sus hijos. Cuando unos papás esperan el nacimiento de un hij@, ya le han dado un nombre, han imaginado su vida con él o ella, le han dado un lugar en sus vidas, y tantas cosas más, que ése hueco es imborrable e insustituible. Comparar a un hijo con vida con uno que no puede volver a hacer todo lo que el vivo hará, duele, y es injusto. Por eso no podemos quererle menos por lo que no pudo ser, sino que le queremos sólo porqué existió y nos dejó su huella. Es difícil de entender desde fuera, por no decir imposible, ya que sólo los padres saben la implicación que tenían con su bebé y lo presente que lo tienen. Evidentemente hay personas que deciden gestionarlo de distinta manera, y para algunas, es más práctico intentar olvidar, o minimizar la pérdida y eso también es respetable.

Algo que suele pasar, es que acostumbran a no considerarte madre simplemente por no tener un hijo vivo. La mayoría no te ven así, y siguen esperando que el embarazo acabe en final feliz para hacerte merecer ése título.  Suelen dar la enhorabuena cuando pares un hijo vivo, y al estar esperando un bebé, se dice que vas a ser mamá, en un futuro.  Yo, personalmente, llevo muy mal que no se entienda que una cambia en cuanto gesta una vida, incluso antes, cuando te planteas buscar un embarazo, tu perspectiva y tus prioridades se ven drásticamente modificadas por ése deseo. Para mí, el día de la madre, fue muy doloroso vivirlo sin mi hijo, y todavía lo agudizó más el hecho de que nadie me felicitó… Nadie pensó en mi como madre, excepto mi pareja, que sabe lo doloroso que es, y me mandó un precioso mensaje felicitándome por ser la mamá de nuestro hijo y de los que quedan por venir. Obviamente no tengo ciertas experiencias maternales como cuidar a mi bebé, pero tengo las mías, que desgraciadamente son otras, y me han cambiado la vida por completo. Debemos abrir la mente y dejar de entender el papel de madre, únicamente como lo percibimos en la amplia mayoría de la población, hay muchas maneras de vivir la maternidad. El duelo por muerte perinatal, es una experiencia que es inherente al hecho de ser, de sentirse madre y amar a un hijo, así que es innegable que, una es madre con o sin hijos vivos.

Al haber pasado por una pérdida, te insisten mucho en que debes vivirlo con alegría, calma, paz… y no sucumbir a los miedos por el bien de tu bebé. Y es muy negativo sentir la obligación de tener que estar tranquila porqué no quieres que tu bebé sufra por tu culpa. Sobre todo, porqué es imposible estar siempre bien, y te sientes muy culpable y angustiada cuando te asaltan los fantasmas, que son incontrolables. Así que es importante no presionar diciendo cómo debería sentirse a la mamá embarazada, que una ya se autoexige mucho. El duelo transcurre con altibajos y es sano y normal sentir inseguridad y expresarlo, que nadie te frene.

A todas las que estamos en ésta situación me gustaría darles mi apoyo, y el consejo de que no se juzguen, que se permitan sentir y soltar, que no se sientan obligadas a estar en una nube por esperar otro bebé. Si nos quedamos las cosas dentro acabarán doliendo y pueden salir en el peor de los momentos, como en el puerperio. Es mejor llorar si lo necesitas, que reprimirlo, ya que tu hijo va a saber igualmente que a mamá le preocupa algo. Los nuevos embarazos siempre remueven cosas, y después de una pérdida, todavía más. Así que si nos vuelven los miedos, no pensemos que hemos vuelto atrás, simplemente prestemos atención a lo que nos quieren decir, ya que, creo que son una buena oportunidad para trabajarlos más a fondo.

 

Si te ha gustado lo que has leído, no dudes en compartir, comentar, darle a me gusta y seguir mi blog! Gracias por leerme 🙂

Abrazos mamíferos ❤