O’Sullivan

Hoy he ido a hacerme los análisis del segundo trimestre, y la prueba del azúcar (O’Sullivan) que no me hacía ninguna gracia. Para l@s que no sepáis en qué consiste la prueba, os la explico.

En esta prueba, tienes que llegar a primera hora (las 8), y te dan un líquido que tienes que beber poco a poco, según me han dicho para no vomitar, y esperar una hora en reposo durante la que puedes beber únicamente agua. Después de la hora, te sacan tres tubitos de sangre, y se trata de ver como ha reaccionado tu cuerpo a tal cantidad de glucosa.

Lo peor de esta prueba, para mi, es la cantidad de azúcar que te dan a tomar en un momento, que es el doble de la cantidad diaria máxima que recomienda la OMS tomar en un día. Por lo que estás sobrepasando los límites de una ingesta sana diaria en unos minutos, y no sólo lo recibes tu, sino también tu bebé. Hay a quien eso no le preocupa, pero para mi, que la alimentación es la base de una vida saludable, y evito el azúcar por problemas de salud, es una verdadera locura.

Era un líquido denso que me ha costado tragar, por suerte me lo han dado fresquito, sino no hubiese podido con él… Hay muchas mujeres a las que no les desagrada, pero para mi paladar, algo tan dulce es sumamente desagradable. Por suerte no he vomitado, aunque ha sido realmente asqueroso, si me ___1317324878hubiese pasado, tendría que haber vuelto a repetir la prueba otro día.

El líquido que te hacen tomar son 200ml, de los que un 25% es glucosa, en total 50 gramos de glucosa. Para que os hagáis una idea, un refresco de cola de 330ml contiene unos 35 gramos, dependiendo de la marca, unos 10 terrones de azúcar. Este jarabe, contiene mucho más azúcar en menor concentración de líquido, por lo que el sabor es sumamente dulce… Tiene aromas y saborizantes en mi caso me ha tocado de limón, algunos son de naranja, pero el sabor me ha resultado muy desagradable. Sabía parecido a una bebida isotónica de limón, solo que, con el doble de azúcar.

Ha sido un subidón muy fuerte de energía, y al final de la prueba, he sentido un bajón igual de fuerte, estaba un poco mareada y sin energía. La sensación que he tenido al momento, es como si me hubiese tomado 10 tazas de café de golpe, y una saciedad y pesadez en el estómago como si me hubiese comido una vaca.  De hecho, he desayunado a las 7:30 cuatro almendras y anacardos y un vaso de bebida de avena con cereales solubles (normalmente desayuno más fuerte), y hasta las 11:30, no he vuelto a sentir hambre. Pasadas las horas, por la tarde, he tenido fuertes retortijones con visita al baño de urgencia.

Esta prueba, que no se realiza en todos los países, se puede realizar igualmente tomando un desayuno copioso, en vez de ese líquido azucarado, por lo que es más saludable. O bien, realizar la medición del azúcar en casa tras las comidas y llevar un seguimiento durante unos días de como asimila tu cuerpo el azúcar. Se hace con un glucómetro igual que los que usan para controlar la diabetes, os deja una explicación más detallada de como lo hizo una compañera, la bloguera de «El pollito mamífero».

Lamentablemente, por sistema, te hacen pasar por la versión «heavy» de la prueba sin tan solo darte opciones, y casi todas pasamos por ello. Aunque te puedes negar a hacértela o pedir una versión alternativa, como siempre, depende de la amabilidad del profesional que te atienda pasar o no un mal rato discutiendo. Por supuesto nadie te obliga, pero es desagradable que se enturbie la relación tu comadrona, (con la que tienes seguramente que pasar un momento tan íntimo como el parto y puerperio), por protocolos y opiniones personales. Por eso, yo agaché la cabeza esta vez, pero si no doy signos de diabetes gestacional y vuelvo a estar embarazada en un futuro, me negaré en rotundo.

Si tienes los niveles de glucosa por encima de lo que se considera «normal» ( igual o superior a 140 mg/dl de glucosa en sangre ), consideran que puedes estar sufriendo diabetes gestacional, aunque no tiene por qué ser así. Si por algo, sale alterada, entonces tienes que pasar por una segunda prueba, la curva larga, para confirmar o no, la diabetes gestacional, y esa, es mucho peor.

En la curva larga se requiere hacer una dieta relativamente rica en carbohidratos durante los tres días previos. Además, se requiere ir en ayunas (10-12 horas ), algo que en la primera no es necesario, y la cantidad de glucosa que te hacen tomar es el doble ( ni más ni menos que 100 gramos…), su duración es de tres horas y te realizan 4 extracciones de sangre.

  • La primera de ellas, en ayunas, que debe dar un resultado menor de 95 mg/dl y como máximo de 105 mg/dl.
  • La segunda, pasados 60 minutos, debería dar un resultado menor de 180 mg/dl y como máximo de 190 mg/dl.
  • La tercera, a los 120 minutos, no debe sobrepasar los 155 mg/dl, ni superar los 165 mg/dl.
  • Y la última, después de 180 minutos de espera, debe estar por debajo de los 140 mg/dl y no por encima de 145 mg/dl.

Como en la anterior prueba, se trata de ver si metabolizamos bien la sobrecarga de azúcar. Por lo que, si tan solo uno de los valores anteriores saliese alterado, repiten la prueba a las tres semanas. Si en la segunda curva larga aparecen uno o más valores iguales o superiores al límite estipulado, se considera que la mujer sufre de diabetes gestacional y es derivada a un especialista. La diabetes gestacional se trata, dependiendo de los niveles, con dieta, o bien, con dieta más tratamiento de insulina, y controles rigurosos. De no ser controlada, la diabetes puede llegar a producir malformaciones en el bebé, problemas cardíacos, obesidad e incluso llegar a producir su muerte.

En el embarazo, ya de por si, el páncreas está sobrecargado (razón de más para no tomar raciones ingentes de glucosa), ya que el organismo se encarga de que aportemos suficientes nutrientes al bebé haciendo que sintamos más hambre, y para saciarnos solemos comer en mayor cantidad de lo normal. Tenemos mayor tendencia a desarrollar menor sensibilidad a la glucosa, generando menor cantidad de insulina. Por lo que es muy importante durante la gestación, alimentarnos de manera variada, con alimentos equilibrados, evitando el exceso de azúcares, y carbohidratos refinados. Basar la ingesta en frutas, verduras, frutos secos, legumbres, semillas, cereales integrales… Que las proteínas y grasas sean de excelente calidad y evitar los alimentos con calorías vacías.

Espero que no salgan alterados los resultados, aunque no se como habrá reaccionado mi cuerpo tras la ingesta de tal cantidad de azúcar, estando acostumbrado a niveles muy bajos de azúcares y carbohidratos refinados. En principio por la dieta que llevo, y por mi constitución, no tengo demasiadas probabilidades de desarrollar la diabetes gestacional. Pero por protocolo, y sin preguntar sobre la dieta, se hace a todo el mundo por igual.

Justamente por llevar una dieta sana, mis resultados pueden salir alterados sin que esté sufriendo diabetes gestacional, ya que se produce un subidón de insulina excesivo y al que mi organismo no está habituado. La semana que viene tengo cita con mi ginecólogo y tendremos los resultados, ya os informaré 😉

 

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Abrazos mamíferos ❤

Embarazo: semanas 21 a la 24

¡Hemos llegado a la semana 24!!

Superadas las 23+6, que fue cuando perdimos a Aritz, lo que viene a partir de ahora es nuevo, y muy emocionante 🙂

En la semana 21+6, fuimos a la visita con la comadrona. Escuchamos su latido, pero muy poquito porque el peque estaba de fiesta, se movía mucho y hacía que el cacharrito hiciese ruido y se perdiese el sonido de su corazón. Mamífero lo grabó, y quería colgarlo pero no puedo compartir por aquí archivos de audio, ¿alguien sabe como?

Me ofreció ponerme las vacunas de la gripe y tosferina, a lo que me negué, y tuvimos una larga conversación. Le dije que estaba informada, que no me veía como un grupo de riesgo ni era mi manera de actuar vacunar por miedo a «por si acaso». Las evidencias en las que me baso, así como mis motivos para no vacunarme os los expongo en esta entrada.

Fue un poco tenso… la de la gripe coincidimos en que era prescindible, pero según ella, la ley de Murphy podía hacer que mi hijo enfermase de tosferina (ella está ahí, esperando a que no me vacune…) y entonces YO me sentiría culpable. No me pareció ni argumento, ni buenas maneras coaccionarme mediante el miedo, y más sabiendo que hemos pasado por abortos y perdido un hijo…

Es una decisión que yo ya había meditado y tomado en el pasado embarazo, estando debidamente informada, y no es ético que te amenacen e infantilicen por algo que puedes decidir hacer o no. A eso se sumó un interrogatorio lamentable sobre si vacunaríamos al bebé, algo en lo que ni ella ni nadie debe meterse. Al ver que tanto Mamífero como yo somos muy críticos con la vacunación temprana y sistemática, y tras mucho insistir en las bondades de la vacunar, acabó por decirnos que tenemos suerte, ya que la pediatra que nos tocará es bastante «antivacunas». Como si nos hubiese tocado la lotería con la pediatra, o ella pudiese darnos el «permiso»… La comadrona respetuosa y amable a la que estábamos acostumbrados ha enseñado su lado paternalista, y se ha roto la magia…

Me programó las próximas visitas, la ecografia vaginal y las analíticas del segundo trimestre, con el maravilloso o’sullivan… No me hace ninguna gracia hacerlo por la cantidad de azúcar que hay que tomar, y se que se puede hacer habiendo tomado un desayuno copioso en vez de ese zumo (así lo hacen en muchos países, aunque no todos someten a las embarazadas sistemáticamente a esta prueba link de El parto es nuestro), o bien, controlando el azúcar en casa durante un tiempo.

Pero me he dejado hacer por el método: «azúcar en vena» en vez de pedir una alternativa. Porque sabía que me pondría pegas y solo conseguiría cabrearme, y ya habíamos tenido suficiente con lo de las vacunas. Yo que me paso los días evitando dulces y reduciendo carbohidratos, por salud, (y sobre todo teniendo en cuenta que tengo problemas de encías, y propensión a los hongos durante el embarazo) me voy a tomar la ración de azúcar de un par de días en una sentada… La bebida azucarada contiene 50 gramos, y la OMS recomienda, aunque la mayoría se exceden, que no se superen los 25 gramos diarios. Es una verdadera barbaridad, por nosotras y por nuestros bebés, además de ser una prueba poco fiable en sus resultados.

También nos dijo que empezaba el curso de educación maternal justo al día siguiente, que podíamos ir a ese grupo o empezar con el siguiente dentro de mes y pico. Decidimos ir al de más adelante, ya que ese día Mamífero trabajaba, y queremos ir juntos. En el embarazo de Aritz fuimos solamente a 3 o 4 clases, y fueron bastante bien. El enfoque de mi comadrona es muy pro-parto natural, el primer día nos puso un par de vídeos de partos en casa. Solamente éramos 4 mujeres, y dos hombres, y era agradable ser tan poquitos. Nos preguntó si queríamos epidural, a lo que dos contestaron que rotundamente si, y yo y otra chica dijimos que de entrada no. Ella, habiendo parido 4 veces, nos dijo que había disfrutado mucho más en los partos sin epidural, y que, pese al dolor (que para mi es lo de menos), lo recomendaba.

Fui también al dentista, a hacerme la higiene, y no pudo hacer demasiado. Tengo las encías tan inflamadas y sensibles que no se atrevió a hacerlo demasiado a fondo… Me dijo que lo tengo fatal, y que me tocará hacer otro raspado después del embarazo, cada vez confío menos en sus métodos…

Por lo demás, la barriga me ha crecido de 92 centímetros en la semana 21, a 94 en la 24. Y este mes, he engordado un poquito más, de los 55,600Kg, he subido a 57,400 🙂

El bebé sigue juguetón por las noches, es muy movido, ¡y me encanta! Me encuentro muy bien, sin ardores, ni molestias excesivas, nada más siento la espalda más cargada, sobre todo los días que ando un poco más de la cuenta o hago algo extra.

La madrugada que cumplí las 23+6, vi un poquito de sangre al ir al baño, una gotita de nada, y me asusté muchísimo. Me remonté al primer manchado que tuve con Aritz, y al día del parto… y me entró pánico, pensé que de ahí todo iría mal, que algo pasaba conmigo que hacía que no aguantase el embarazo más allá de esa fecha. Sé que no tiene ningún sentido, que fue una coincidencia, pero me quedé muy intranquila. Lloré y pedí que no pasase nada, hablé con mi hijo, y le dije cuánto le queremos…

Después del mal rato, comprobé que no había sangrado, había sido nada más una gotita, y no tenía ninguna molestia, ni contracciones, por lo que intenté tranquilizarme. Es difícil no preocuparme cada vez que voy al baño, pero no he vuelto a ver ninguna manchita más, por suerte.

Ayer fuimos a comprar las cositas que faltaban con mi madre y mi tía: ¡ya tenemos cuna y armario para el bebé! Nos regalaron además un montón de cosas: toallitas, toalla de baño, sábanas, baberos, una mantita, unos gatitos-sonajero… Y un par de bolsas más de ropa del hijo de una amiga que es preciosa!! (gracias S! ❤ ) Solamente queda por comprar el lote de pañales y el mei-tai, por lo que estoy más tranquila. Mamífero está montando los muebles, y yo ya me voy a poner a organizar cosas y lavar la ropita 🙂

En dos semanas veremos al ginecólogo y me harán también la ecografía vaginal para ver como va el cuello del útero, ya os contaré 😉

 

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Abrazos mamíferos ❤

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