Primer mes de lactancia II

(Podéis leer la primera parte aquí)

Yo sabía que no hay leches malas, ni aguadas, ni relojes en las tetadas, ni cuentos de vieja… Pero me sentí fatal por no haber «engordado» a mi hijo y haberle hecho pasar hambre, aunque yo lo tenía colgado al pecho todo el día… Así de fácil y gratuito es desempoderar a una madre y hacerle dudar de la calidad de su leche.  Según Pediasauria, ella sabía que en los cursos de lactancia enseñan e insisten (y por algo será) que no existen leches malas, pero, según su gran experiencia, ha encontrado mamás que no logran engordar a sus hijos, y algunas, además, insisten, las muy inconscientes (ironía modo on)  en seguir con la lactancia… O sea, que la mujer se había actualizado yendo a cursos, pero en vez de aprender, y delegar los casos que se le escapaban del entendimiento a alguien con suficiente formación, se pasaba lo aprendido por el forro…

Insistí en que a lo mejor era un problema de agarre, frenillo, intolerancias alimentarias… Pero ella fue tajante y dijo que lo primero era que cogiese un peso correcto, que después ya valoraríamos otras cosas. En ese momento me desmoroné y lloré delante suyo. Puse todo mi empeño por seguir con la lactancia pese al dolor, y parecía no servir de nada… Sabía que si empezábamos a suplementar con biberón, la lactancia estaría vendida. Pero como era realmente urgente que aumentase de peso, fuimos corriendo a comprar leche de fórmula y biberón.

No pudimos optar a comprar una buena leche, ecológica, porque era mediodía y debíamos empezar ya. La única que había disponible era de una gran marca que no mencionaré, a la que boicoteo todo lo que puedo, que tiene cualquier cantidad de guarrerías añadidas e ingredientes de la peor calidad. Mamífero se puso a leer los componentes y al segundo le pedí que parase… Se me partía el alma de saber que le iba a dar todo eso a nuestro hijo, cosas que ni yo no tomaría…

El único biberón que había en el supermercado era de bebé «grande», hasta entonces, no sabía que habían «tallas» de biberón… no estaba informada ni preparada mentalmente para usar eso, incluso tuve que buscar información de como se prepara o esteriliza un biberón. Respeto a las familias que dan biberón plenamente informadas y por voluntad propia, pero yo, en ese momento, sabía que no era necesario y odiaba tener que dárselo. Ni siquiera quise prepararlo, y me morí de rabia al ver como Biel se tomó 30 ml. después del pecho, con hambre, y que, además después quedó saciado y tranquilo (aunque ese primer biberón lo echó entero poco después), durmiendo durante 3 horas, algo que no había sucedido antes. 

Esa misma tarde mandé a Mamífero a comprar un biberón que según dicen, emula al pezón materno, para que no se malacostumbrase, aunque claro, no es teta… Quería hacerlo con la técnica del dedo y la jeringa, pero me agobiaba no saber como medirlo (debía apuntar cuánto tomaba), si podía o debía esterilizarla… me saturé. Y escribí a Laia (no os perdáis su blog mdemamma!) a ver que me aconsejaba ella hacer en las siguientes tomas. Estuvimos hablando por teléfono, y me desahogué mucho, me sentí comprendida, sostenida, y con fuerzas para luchar por nuestra lactancia. Según ella, seguramente Biel tenía tomas poco productivas debido a un frenillo, y podríamos solucionarlo, al margen de la poca ayuda de la pediasauria. Me dio esperanzas, y me aseguró que no pasaba nada por un par de biberones, que seguro que era algo temporal, eso me tranquilizó mucho.

Me animó a darle el suplemento con la técnica dedo-jeringa ya que me preocupaba mucho que perdiese el instinto de succión al no estar establecida del todo la lactancia. Y no quería confundirlo más: primero con las pezoneras, luego biberón.. Yo ya veía que mi hijo no encontraría los pezones nunca más… Así que empecé a darle el suplemento de fórmula con esa técnica. Se trata de introducir un dedo y al lado la punta de una jeringa, y cuando succione, ir inyectándole leche poco a poco. Biel lo aceptó muy bien,  y al día siguiente ya había ganado 30g., pero nos hizo volver un par de días más adelante para seguir controlándole, e ir apuntando cuánto tomaba de suplemento.

dedo-jeringa-amamanta

El primer día tomó entre unos 20 y 30 mililitros, según la toma, y en los días posteriores, fue disminuyendo, a veces 20, otras 10, y en algunas ni siquiera quería nada después de mamar. Eso era buena señal, significaba que mamaba mejor gracias a las pezoneras, se quedaba saciado, y el suplemento llegaría a ser prescindible. Como en esos días la pediatra vio la mejora que quería, le dije que quería suplementar con mi leche, que así sabríamos si realmente mi leche era «la culpable», y le pareció correcto, aunque ella seguía sospechando de mi «mala leche»…

Tuvimos que ir muy seguido, cada pocos días a pesarlo, por lo que no se veía mucho aumento de peso, pero si que iba subiendo. Yo estaba segura de estar haciendo lo correcto al insistir con el pecho, en ningún momento hice caso de la pauta de restricción de tomas o tiempo que me dijo Pediasauria. El pecho siempre a demanda, y cuando no quería más le ofrecía suplemento con la jeringa, que normalmente casi ni lo probaba. Aún así, yo me ponía de los nervios en cada visita, porque se ponía en cuestión mi capacidad de alimentar a mi hijo. Y aunque no dejé de creer en mi leche, seguía temiendo que Biel no cogiese peso, que tuviese algún otro problema y no lo detectasen por estar culpando a la lactancia…

Solamente nos hicieron llevar una muestra de orina una semana más tarde para descartar que no tuviese una infección. Eso fue otra aventura, porqué coger la muestra a un bebé es complicado… Te dan unas bolsitas (varias por si acaso) con una ranura que va pegada a la piel de alrededor del pene/vagina, esa es la parte sencilla… Se la pegas, le pones el pañal y esperas a que haga pipí, algo que no les suele gustar teniendo una bolsa  (lo incómodo que tiene que ser tener una bolsa de plástico apretujada en el pañal…). La dificultad es que no se puede contaminar la bolsita para que no salga el resultado alterado, por lo que no debe estar demasiado tiempo (si no hace hay que ir cambiándola), y si se hace caca, algo normal, no sirve la muestra. Otra problema añadido es que no se salga la orina de la bolsita y la acabe absorbiendo el pañal… Nos pasaron todas las opciones hasta que conseguimos una mini-muestra, menos mal que con un poquito ya sirve. En cuanto la conseguimos, debíamos meterla en un botecito con la misma bolsa y guardarla en la nevera hasta la visita. El resultado nos lo dieron al momento con una tira de orina en el CAP, que por suerte fue negativo.

Seguiré contándoos nuestra aventura mamífera en la siguiente entrada! 😉

 

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Abrazos mamíferos ❤

8 comentarios en “Primer mes de lactancia II

  1. Madre mía Jess, yo sabía que habías estado un poco ausente de estos lares, pero ni de lejos me imaginaba que estabais pasando este calvario!! Lo siento mucho cielete, siento no haber estado ahí para poder echaros una mano, para deciros lo de suplementario con LM directamente, lo de hacerlo con un suplementador/relactador, lo de el famoso calma en todo caso, lo de la leche hidrolizada antes que la normal, lo de la APLV y el biberón-pirata, etc, etc. No sabes la rabia tan grande que me da la desinformación del personal sanitario, el miedo que pueden llegar a influir en las madres, tan vulnerables, hormonas y cansadas!! Espero que te miraran el hipotiroidismo, una reducción mamaria y las demás cosas que pueden hacer que baje la producción de leche.
    Si a madres como nosotras, informadas y conscientes nos pueden intentar joder nuestras lactancias, no me quiero ni imaginar por lo que debe de pasar una mamá que no lo esté

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    • Te he tenido presente guapa!! O sea que si me has ayudado, contaba con tu ayuda 😉 Sabía que eres una crack en esto de la lactancia, y te iba a consultar justo cuando apareció Laia como caída del cielo. Por suerte he tenido apoyo y muchos angelitos de la guarda tetiles a mano para brindarme recursos 🙂
      En el centro de salud no se preocuparon por mi ni indagaron nada, biberón para Biel y arreglado. Por suerte no he tenido baja producción, tampoco ningún problema de salud ni mi hijo ni yo. Si hemos podido mantener la lactancia ha sido por la ayuda de Laia y Paola de Albalactancia al margen de la incompetencia de los Pediasaurios…
      Supongo que estarás deseando saber qué ha pasado, te adelanto en resumidas cuentas: Biel tiene un frenillo submucoso tipo 4, y ahora está ganando peso correctamente únicamente con sus tetis! 😀
      Pienso como tu, si a nosotras que vamos ya precavidas e hiperinformadas nos puede influir la opinión de un/a sanitario desinformado… que será de tantas madres que dan por hecho que su palabra es ley… que rabia!!!

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